Si como os sobra el caudal, | |
Don Gonzalo, y conocéis | |
que os le correspondo igual, | |
me permitiera el respeto | 400 |
hablar, yo os satisfaciera. | |
Pero escuchad; que en efeto, | |
no es bien cuando amor espera | |
morir, que guarde secreto. | |
Serví en la imperial Toledo | 405 |
por inclinación a un ángel, | |
primer móvil de los gustos, | |
Argel de las libertades, | |
de superior jerarquía | |
hasta el nombre que sus padres | 410 |
la dieron, que fué Micaela, | |
blasón suyo, a ser constante. | |
Halló el favor en sus ojos | |
entrada para burlarme; | |
ventas las llamó un discreto, | 415 |
donde el amor caminante | |
tomar un refresco suele, | |
y si anochece, apearse, | |
para proseguir después | |
hasta el alma su viaje. | 420 |
Recibiéronme dos niñas | |
entre risueñas y graves; | |
pero de niñas y en venta | |
quien se fía, poco sabe. | |
Hechizáronme amorosas, | 425 |
y cuando pasé adelante, | |
sin alma me hallé: ¿qué mucho | |
que ventas y ojos engañen? | |
¡Qué de favores alegres | |
a censo echaron pesares, | 430 |
que entonces tomaba a usura, | |
y agora aprietan! No en balde | |
dicen que el gusto y dinero | |
en príncipes y en amantes | |
deleitan al recibirse | 435 |
y congojan al pagarse. | |
Seis meses corrió mi dicha | |
la derrota favorable | |
de honestas correspondencias; | |
pero en amores y en mares | 440 |
la mudanza es el piloto, | |
pues cuando desembarcarme | |
en la playa de Himeneo | |
pensaba, sopló un levante | |
de celos, que me volvieron | 445 |
al golfo, donde sin lastre, | |
de sufrimiento me llevan | |
mis desdichas a anegarme. | |
Fué el caso, pues, que quisieron | |
intereses de su madre | 450 |
y un hermano, sin consulta | |
de mi dama, hacer alcaide | |
de su voluntad, ya ajena, | |
a un caballero que, en sangre, | |
hacienda, edad, discreción, | 455 |
tengo, si no que envidiarle, | |
a lo menos que temerle: | |
permitidme que le alabe; | |
que el valor, aunque compita, | |
no desluce calidades. | 460 |
Estaba en Valencia entonces, | |
y llamáronle ignorantes | |
de que sin su permisión | |
la voluntad profanase | |
derechos de la obediencia; | 465 |
como si en fe de llamarse | |
dios amor, no se eximiese | |
de leyes universales. | |
Hasta entonces ignoraba | |
mi ingrata que apresurasen | 470 |
cautiverios de por vida | |
diligencias tutelares; | |
y ansí creciendo favores, | |
fuera justo recelarme | |
de llamas, que están más cerca | 475 |
de su fin, cuanto más arden. | |
Registradores baldíos | |
se ocuparon en contarles | |
los pasos a mis deseos; | |
y como el fuego no sabe | 480 |
encubrirse, ni el amor, | |
sacaron por las señales | |
de mis afectos mis dichas, | |
¡Qué de daño envidias hacen! | |
No sé cuál dellos, o todos, | 485 |
escribieron a Don Jaime | |
-así se llama mi opuesto- | |
las razones semejantes: | |
«Por mucho que apresuréis, | |
llamado, pasos amantes; | 490 |
si elecciones se anteponen, | |
a casaros vendréis tarde. | |
Don Gaspar de Benavides | |
llega a tener tanta parte | |
en la dama que os ofrecen, | 495 |
que hay quien se atreve a llamarle | |
usufructuario vuestro. | |
Si con esto juzgáis fácil | |
el riesgo que la honra corre... | |
Discreto sois; Dios os guarde.» | 500 |
Iba la carta sin firma; | |
y como en Valencia nace | |
tan delicado el honor, | |
imitó a sus naturales, | |
y acreditó sus renglones, | 505 |
escribiéndole a su madre | |
repudios y menosprecios: | |
con celos no es cortés nadie. | |
Metió en el pliego el papel | |
recibido, y fué bastante | 510 |
en su madre a concluir | |
con su vida sus pesares. | |
Estaba el hermano ausente, | |
y mi dama, que eclipsarse | |
sintió el sol de su opinión, | 515 |
se persuadió (no os espante, | |
que fué la sospecha urgente) | |
a que yo, por estorbarle | |
ejecuciones violentas | |
tan a riesgo de matarme, | 520 |
aquella carta había escrito; | |
y airada de que quedase | |
por mí su fama dudosa, | |
y su amor por inconstante, | |
favores trocó en desdenes, | 525 |
desprecios vi por donaires, | |
rigor por correspondencias, | |
por premios severidades. | |
No admitió satisfacciones, | |
ni bastaron a abonarme | 530 |
juramentos inocentes; | |
pero ¿quién habrá que amanse | |
enojos en la mujer, | |
que atropella por vengarse, | |
cuando aborrece de veras, | 535 |
respetos y calidades? | |
Notificóme retiros, | |
a mis disculpas diamante, | |
a mis diligencias bronce, | |
a mis sentimientos áspid; | 540 |
y dando cuenta de todo | |
a su hermano, provocarle | |
pudo a venganzas de honor: | |
¡ved de un yerro los que nacen! | |
Yo, que desvelado siempre, | 545 |
registraba enemistades, | |
para averiguar por ellas | |
quién fué el autor de mi ultraje | |
y aquella carta sin firma, | |
una vez que por el margen | 550 |
del Tajo, en estos discursos | |
consultaba sus cristales, | |
vi conversando junto a ellos | |
dos déstos que en las ciudades, | |
sanguijuelas de las honras, | 555 |
sin espadas sacan sangre; | |
censura de las doncellas, | |
sátira de los linajes, | |
zoilos de los ausentes, | |
de los ingenios vejamen; | 560 |
déstos, en fin, que mirones | |
en los templos y en las calles, | |
porque todo lo malician | |
dicen que todo lo saben. | |
Despreciábanlos los cuerdos, | 565 |
temíanlos los cobardes; | |
pero entre todos yo sólo | |
gusté singularizarme, | |
opuesto suyo, de suerte | |
que hallaron en mi semblante | 570 |
con letras de menosprecio | |
escritas sus libertades. | |
A esta causa siempre tuve, | |
si no infalibles, probables | |
sospechas de que por ellos | 575 |
renunció su amor Don Jaime. | |
Lleguélos a hablar entonces, | |
y para certificarme | |
de todo punto, troqué, | |
cauteloso conversable, | 580 |
sospechas en certidumbres; | |
porque empezando a tratarse | |
varios géneros de cosas, | |
unas de risas, otras graves, | |
los enlacé en mi suceso, | 585 |
deletreando en las señales | |
de su inquieta turbación | |
mis recelos sus verdades. | |
Entonces, ya la irascible | |
predominando en la sangre, | 590 |
les dije: «No es bien nacido, | |
ni de hombre puede preciarse, | |
quien con la lengua o la pluma, | |
cuando escriba o cuando hable, | |
desmintiéndose en aquélla, | 595 |
firmar en ésta no sabe. | |
Carta sin firma es libelo | |
que contra sí mismo hace | |
quien no osa poner su nombre, | |
por confesar que es infame. | 600 |
El apellido es blasón | |
que califica linajes, | |
que diferencia sujetos, | |
que autoriza antigüedades, | |
quien le oculta es porque teme | 605 |
que por él a luz no saque | |
sambenitos del honor | |
la bajeza de sus padres. | |
Si es infamia el desdecirse, | |
¿no es desdecirse el quitarle | 610 |
a una carta autor y firma'? | |
Dígalo el más ignorante. | |
Claro está que receloso | |
de que tienen que forzarle | |
a desmentirse a sí mismo, | 615 |
y confesar falsedades, | |
lo mismo que escribe niega, | |
y que en su contrario añade | |
circunstancias de valor | |
en todos los tribunales. | 620 |
Infarnes, pues, por escrito, | |
hombres sin nombres, cobardes | |
que os menospreciáis del ser | |
que tenéis, pues le ocultastes, | |
lo que no firmaron plumas, | 625 |
firme el acero, y no manchen | |
espejos de honor honestos | |
cartas que sin firma salen.» | |
Dije, y sacando el estoque | |
con la razón de mi parte, | 630 |
ella y yo, dos contra dos, | |
partimos el sol iguales. | |
Di muerte al uno, herí al otro, | |
y huyendo severidades | |
de Fernando -que castiga, | 635 |
si premia- en los cigarrales, | |
guarnición de aquellas peñas, | |
uno hallé donde ampararme, | |
y dentro dél un amigo, | |
que para que me ausentase, | 640 |
medió un caballo de monte, | |
un criado y liberales | |
socorros que en el camino | |
vencieron dificultades. | |
Llegué a vuestra casa, en fin, | 645 |
en cuyo noble hospedaje | |
pudiera templar desprecios | |
de quien gusta de olvidarme; | |
mas cartas despertadoras | |
quiere mi amor que dilaten | 650 |
penas, que en ésta me dicen | |
que las dé por incurables. | |
Ya se ha casado, en efeto, | |
mi ingrata, porque Don Jaime, | |
averiguando mentiras, | 655 |
y confirmando amistades, | |
llegó a lograr diligencias | |
de su hermano, que obligarle | |
pudieron, para mi muerte, | |
a ofenderme y a casarse. | 660 |
Escríbenme que han pedido | |
requisitoria las partes | |
contrarias para prenderme, | |
y será fuerza pasarme | |
a Portugal, cuyo rey | 665 |
gente alista que se embarque | |
al Oriente, en cuyo extremo | |
son sus quinas formidables. | |
Generoso es; cuando sepa | |
quién soy, y para abonarme | 670 |
lleguen cartas de la corte | |
que me prometen sus grandes, | |
apacible a mis deseos, | |
no dudo que me despache | |
en esta armada a la India, | 675 |
donde piélagos de mares. | |
en medio, aneguen memorias, | |
y militando restauren, | |
contra amorosas tragedias, | |
mi fama dichas de Marte. | 680 |