Acto I
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PERSONAS DEL PRIMER ACTO
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BASSÁN. |
MORALES. |
EGEO. |
VICENTE. |
TARES. |
PORRES. |
MARSANES. |
CARRILLO. |
ADAMATA. |
FUENTES. |
SETAR, soldado. |
|
EL REY ASUERO. |
SÁNCHEZ
CARRILLO. |
UN CAPITÁN. |
CONYSAC. |
Guardas. |
|
CAJA DE UN VANDO. |
|
MARDOQUEO. |
TOLEDO. |
LA REINA VASTÍ. |
|
ESTER. |
S.ª
POLONIA. |
SELVAGIO, labrador. |
VICENTE. |
SIRENA, labradora. |
LARA. |
MÚSICA. |
VILLAVERDE. |
AMÁN. |
ROSALES. |
|
|
BASSÁN y
EGEO.
|
BASSÁN |
Solo el poderoso
Asuero, |
|
que admirando el mundo reina |
|
en ciento y veinte provincias, |
|
hiciera tanta grandeza: |
|
desde la India a
Etiopía, |
5 |
de Medos, Partos y Persas |
|
es absoluto señor. |
|
|
|
EGEO |
¿Qué anales,
qué historias cuentan |
|
desde que Dios formó a
Adán |
|
y a la hermosísima Eva, |
10 |
hasta aquel diluvio insigne |
|
con que castigó la
tierra, |
|
y desde que el gran Noé |
|
tomó de la boca bella |
|
de la paloma la oliva, |
15 |
hasta la corona inmensa |
|
de Nabucodonosor |
|
en Babilonia soberbia, |
|
que haya durado un convite |
|
por más de ciento y
ochenta |
20 |
días, donde se ha
mostrado |
|
tan inaudita riqueza, |
|
y que, cumplidos, se haga |
|
siete días franca mesa |
|
a toda aquesta ciudad, |
25 |
donde, como ves, se asienta |
|
desde el mayor al menor? |
|
|
|
BASSÁN |
Por cierto que ha sido muestra |
|
de su magnánimo pecho. |
|
Mas ¿hay sitio donde
quepan? |
30 |
|
|
EGEO |
En este bosque del Rey. |
|
se han puesto diversas
tiendas, |
|
y sobre columnas blancas |
|
toldos de diversas telas |
|
que cuelgan por varias partes |
35 |
de cordones de oro y seda. |
|
Hay ricas bordadas cantas, |
|
y sobre la verde hierba |
|
tales alfombras, que hacen |
|
a las flores competencia. |
40 |
Hay vasos de oro y cristal, |
|
donde es rey de las cabezas |
|
el aromático vino |
|
que las mismas plantas riega. |
|
También en su gran
palacio |
45 |
hace convite la Reina |
|
a todas las bellas damas |
|
y a las señoras de
Persia; |
|
tan espléndido, que
creo |
|
que hasta el fénix que se
quema |
50 |
en los olores de Arabia, |
|
se ha puesto por excelencia, |
|
y que ya no habrá más
fénix; |
|
porque si es verdad que
engendra |
|
el muerto al vivo en sus
llamas, |
55 |
ya no habrá quién le
suceda; |
|
ya no vuelan por el aire |
|
las aves, o pocas vuelan; |
|
ya no hay peces en los
ríos |
|
ni animales en las sierras, |
60 |
ni hay en los árboles
frutos, |
|
ni parece que le queda |
|
por muchos años,
Bassán, |
|
a naturaleza fuerzas. |
|
Está, admirada la
India, |
65 |
la mar parece que tiembla |
|
de que han de arar sus
entrañas |
|
hasta sacar sus arenas. |
|
Mas oye: que sale el Rey |
|
de la comida postrera, |
70 |
con sus príncipes y
grandes. |
|
|
|
BASSÁN |
Él tiene amable
presencia, |
|
|
|
|
(Salen con música y acompañamiento el
REY ASUERO, TARES, MARSANES, ADAMATA y SETAR.)
|
MÚSICOS |
¡Viva el
rey Asuero! |
|
¡Viva el gran
señor! |
|
Desde el Gange al Nilo |
75 |
cualquiera nación |
|
postrada se rinda |
|
a sus plantas hoy; |
|
háganle corona |
|
los rayos del sol. |
80 |
|
|
TODOS |
¡Viva el
rey Asuero! |
|
¡Viva el gran
señor! |
|
El ártico polo, |
|
como a Salomón, |
|
oro y plata ofrezca, |
85 |
la Pancaya olor, |
|
rubíes Ceilán, |
|
Fenicia color. |
|
¡Viva el
rey Asuero! |
|
¡Viva el gran
señor! |
90 |
|
|
ASUERO |
Cesen los
instrumentos, |
|
los bailes cesen, cuya dulce
copia |
|
enamoró los vientos. |
|
Príncipes de la India y la
Etiopía, |
|
hoy por último
día |
95 |
quiero enseñaros la grandeza
mía. |
|
No en ricos vasos
de oro, |
|
no en joyas de diamantes y
rubíes, |
|
no en labrado tesoro, |
|
no en púrpuras rëales
carmesíes, |
100 |
no en pinturas divinas, |
|
que todas desta imagen son
cortinas; |
|
no puedo yo
mostraros |
|
cosa en que mi poder más
resplandezca, |
|
si pretendo admiraros, |
105 |
y adonde vuestra vista
desfallezca, |
|
porque quien al sol mira, |
|
o ciega en su hermosura, o se
retira; |
|
Vastí, mi
mujer bella, |
|
Vastí, que así se
llama, porque hasta |
110 |
para saber por ella, |
|
después de su virtud honesta
y casta. |
|
que no dio el cielo al suelo |
|
mayores muestras del poder del
cielo. |
|
Veréis que
soy dichoso, |
115 |
más por Vastí, que
por las ciento y veinte |
|
provincias que glorioso |
|
me han hecho en cuantos reyes tiene
Oriente: |
|
que no es el oro y plata |
|
lo que habla a un rey y con el alma
trata. |
120 |
Parte, Setar, al
punto: |
|
dile que se corone la cabeza |
|
el divino trasunto |
|
del Hacedor de la naturaleza, |
|
y venga coronada |
125 |
a mi presencia, de quien es
amada; |
|
di que mostrarla
quiero |
|
a mis vasallos por grandeza
mía, |
|
y que en mi trono espero, |
|
porque este es del convite el
postrer día. |
130 |
|
|
|
TARES |
¿Quién puede tanto
bien agradecerte? |
|
|
|
ASUERO |
Veréis,
príncipes míos, |
|
un rostro en quien el sol cifra sus
rayos, |
|
que mis robustos bríos |
135 |
convierte en tiernas ansias y
desmayos; |
|
veréis por excelencia |
|
la grana y el marfil en
competencia; |
|
veréis por
ojos bellos |
|
dos esmeraldas, cuyo blanco
esmalte |
140 |
se está bañando en
ellos; |
|
y porque risa y alma no les
falte, |
|
dos niñas, dos amores, |
|
con dos arcos del cielo sin
colores; |
|
veréis por
dulce boca |
145 |
el clavel de dos hojas, más
hermoso |
|
que el sol por Mayo toca, |
|
ni el aljófar del alba
más precioso, |
|
y por las dos hermosas |
|
mejillas blancas, entre nieve
rosas. |
150 |
El cuerpo, no hay
columna |
|
de marfil ni alabastro; la
garganta |
|
sirve de blanca luna |
|
al sol que en su cabeza le
levanta |
|
de las hebras que mira |
155 |
con tanta envidia, que sin luz
suspira. |
|
|
|
|
(Entre SETAR.)
|
SETAR |
A la Reina mi
señora |
|
dije tu mandato y gusto, |
|
y responde que no es justo |
|
que eso le mandes agora; |
160 |
que ella
está allá con sus damas, |
|
con debida honestidad, |
|
y que a toda una ciudad |
|
no has de enseñar lo que
amas; |
|
finalmente, da a
entender |
165 |
que el convite te ha dejado |
|
con poco seso. |
|
|
ASUERO |
Ella ha dado
|
|
gran pesar a mi placer. |
|
Vuelve, Tares,
vuelve, y di |
|
que soy yo quien se lo manda. |
170 |
|
|
|
ASUERO |
Anda,
|
|
anda, y di que venga
aquí. |
|
|
|
|
ASUERO |
Si ella me tuviera amor, |
|
cuando aquesto fuera error |
175 |
no le pareciera injusto; |
|
mas yo sé
que es tan discreta |
|
como hermosa, y que
vendrá. |
|
|
|
MARSANES |
Si con sus damas está, |
|
déjala gozar quieta |
180 |
su generoso
convite; |
|
que ya a tus vasallos todos |
|
honraste de tantos modos, |
|
cuantos el amor permite. |
|
|
|
ASUERO |
Aquí ha de
venir, Marsanes: |
185 |
yo quiero que la veáis: |
|
vosotros mi imperio
honráis, |
|
príncipes y capitanes. |
|
Si no os hago
este favor, |
|
no me agradezcáis
ninguno. |
190 |
|
|
|
(Entre TARES.)
|
TARES |
No pienso que hay medio alguno |
|
para tu intento, señor. |
|
|
|
|
|
ASUERO |
Mi imperio,
necio, dirás, |
|
mas por muy necio que
estás, |
195 |
la Reina ha estado más
necia. |
|
¿Cómo que no? ¡vive el
cielo! |
|
|
|
ADAMATA |
Señor, a tu majestad |
|
es esta gran libertad |
|
e injusto premio a tu celo, |
200 |
y desta
desobediencia |
|
resultará el vituperio |
|
de los grandes de tu imperio, |
|
y de mayor preeminencia; |
|
que a su ejemplo,
sus mujeres |
205 |
inobedientes serán. |
|
|
|
MARSANES |
Todos con vergüenza
están |
|
de ver que, siendo quien eres, |
|
no te obedezca
Vastí. |
|
|
|
SETAR |
Este agravio, gran
señor, |
210 |
no solo por tu valor |
|
se cometió contra ti; |
|
pero contra
cuantos hoy |
|
son príncipes de tu
imperio. |
|
|
|
ADAMATA |
¿Y qué mayor
vituperio |
215 |
para un rey? |
|
|
ASUERO |
¡Corrido estoy!
|
|
Pero ¿qué me
aconsejáis? |
|
|
|
TARES |
Que la desprecies
también. |
|
|
|
ASUERO |
¿Podré,
queriéndola bien? |
|
¡Fuerte consejo me dais! |
220 |
|
|
MARSANES |
Escribe a tus
reinos todos |
|
el castigo y el agravio, |
|
para que, en moviendo el
labio, |
|
por este o por otros modos |
|
para su gusto al
marido |
225 |
obedezca la mujer, |
|
que en el imperio ha de ser, |
|
como varón, preferido. |
|
Sujetó
naturaleza |
|
su libertad al varón: |
230 |
si los dos un cuerpo son, |
|
él ha de ser la cabeza. |
|
Repudia luego a
Vastí, |
|
porque puesto aqueste ejemplo |
|
de la memoria en el templo, |
235 |
la tenga el mundo de ti. |
|
|
|
ASUERO |
Afuera amor; que
no es justo |
|
que sujetéis la
razón: |
|
fuertes los consejos son |
|
contra las leyes del gusto: |
240 |
pero si es bien
que los reyes |
|
sean espejos del bien, |
|
bien es que en ellos se den |
|
los principios a las leyes. |
|
¡Salga de
palacio al punto |
245 |
la Reina: no quede en
él! |
|
|
|
MARSANES |
Lo que es justo no es cruel. |
|
Más vale del reino
junto |
|
el público
bien, señor, |
|
que el gusto particular. |
250 |
|
|
|
(Váyanse el REY y SETAR y MARSANES.)
|
TARES |
El pacífico reinar |
|
es vencer el propio amor. |
|
|
|
ADAMATA |
Quien reina de
sus pasiones, |
|
ese vive con razón. |
|
|
|
TARES |
Amor es una pasión |
255 |
que nunca llega a razones: |
|
vive de su
voluntad |
|
en la libertad que quiere. |
|
|
|
ADAMATA |
Por eso quien le venciere |
|
tendrá mayor libertad. |
260 |
|
|
TARES |
En gran peligro
se ve |
|
de vida y honor Vastí. |
|
|
|
ADAMATA |
Nunca la soberbia vi, |
|
que en menos peligro
esté; |
|
la estatua
arrogante ha sido |
265 |
de Nabucodonosor. |
|
|
|
|
(La REINA
VASTÍ, SETAR
y MARSANES.)
|
|
SETAR |
La culpa, Reina, has tenido. |
|
¡Sal del
palacio al instante |
|
y del reino juntamente! |
270 |
¡Quita el laurel de la
frente |
|
y la corona arrogante; |
|
que esta
sentencia pronuncia |
|
contra ti tu esposo el Rey, |
|
y todo derecho y ley |
275 |
que hable en tu amparo,
renuncia! |
|
¡Justo
libelo te ha dado! |
|
¡No tienes qué
responder! |
|
|
|
VASTÍ |
Quien trata así su
mujer, |
|
necio consejo ha tomado; |
280 |
pero, qué
pudo salir |
|
del parto de tal convite, |
|
sino que el reino me quite |
|
o me condene a morir? |
|
Cuatro meses hace
hoy |
285 |
que el convite monstruoso |
|
tuvo principio dichoso: |
|
¡buen fin con mi fin le
doy! |
|
¡Qué
menos monstruo esperaba |
|
Persia de tanto calor; |
290 |
que monstruo que vence a amor, |
|
no hay tigre o fiera tan
brava! |
|
¡Gentil
consejo ha juntado |
|
para mi deshonra y fin |
|
en la mesa de un jardín |
295 |
de racimos coronado! |
|
Tal es el efecto
dél, |
|
como la causa y el
dueño; |
|
pero pasaráse el
sueño |
|
y el pensamiento cruel; |
300 |
que en
despertando el amor |
|
él me vengará de
Asuero, |
|
que con memorias espero |
|
matarle a puro rigor. |
|
¡Tomad
allá la corona, |
305 |
pues que la manda quitar, |
|
que no quiero yo reinar |
|
con quien su amor no perdona! |
|
¡Puntas
doradas, adiós; |
|
que yo las liaré de
acero |
310 |
para el corazón de
Asuero; |
|
que no está el descanso en
vos! |
|
Confieso vuestra
grandeza; |
|
pero si sujeta está, |
|
con más valor
quedará |
315 |
en libertad mi cabeza; |
|
que quien manda
que me quite |
|
la corona del cabello, |
|
me la quitará del
cuello |
|
para segundo convite. |
320 |
Todos
sabéis de que nace |
|
este furioso rigor. |
|
|
|
|
|
|
VASTÍ |
A amor
|
|
del agravio que me hace. |
|
|
|
|
(Váyanse, y entren MARDOQUEO y ESTER.)
|
ESTER |
No siento tanto
el duro cautiverio, |
325 |
amado tío, aunque sentirle
es justo, |
|
ni el ver a nuestro pueblo en
vituperio, |
|
pues fue a su Dios ingrato por su
gusto, |
|
ni el ver que se dilate el grande
imperio |
|
del blanco persa al de
Etiopía adusto, |
330 |
del magno Emperador de ciento y
veinte |
|
provincias, las mayores del
Oriente: |
|
como el ver que
me voy quedando sola |
|
entre enemigos de mi pueblo
hebreo, |
|
que el mar de mi tristeza de ola en
ola |
335 |
ni lleva al golfo en que morir me
veo. |
|
¡Tú, donde el oro puro
se acrisola |
|
de las virtudes que imitar
deseo. |
|
en tanto mal me sirves de
coluna |
|
al peso del rigor de mi
fortuna! |
340 |
¡Murió mi padre y tu querido
hermano! |
|
¿Qué amparo puede
haber que ya me cuadre, |
|
en duro cautiverio del
persiano, |
|
si no es tenerte por mi asilo y
padre? |
|
Perdí mi bien para mi mal
temprano |
345 |
en los consejos santos de mi
madre: |
|
huérfana estoy; pero decir
no puedo |
|
que donde quedas tú,
huérfana quedo. |
|
|
|
MARDOQUEO |
Cuando
Nabucodonosor, sobrina |
|
hermosa Ester, en los infaustos
días |
350 |
que de Jerusalén, para su
ruina |
|
de Israel, tuvo el reino
Jeconías, |
|
nos trajo a Persia y Media, y la
divina |
|
justicia castigó las culpas
mías |
|
(que no quiero decir que las
ajenas), |
355 |
lloraron sus profetas estas
penas. |
|
Tal vez castiga
Dios por los mayores |
|
la humilde plebe, aunque inocente
viva; |
|
que viene a resultar en los
menores |
|
lo que en el peso del gobierno
estriba. |
360 |
Los hebreos, un tiempo
vencedores |
|
en aquella dichosa y primitiva |
|
edad de sus imperios, ya
vencidos, |
|
lloran en tierra ajena
perseguidos. |
|
Cumplió
Dios su palabra; que no puede |
365 |
faltar eternamente su palabra: |
|
no hay monte que a su voz inmoble
quede. |
|
ni mar que luego no se rompa y
abra. |
|
La dureza del hombre a todo
excede. |
|
pues voz de Dios, que en mar y en
montes labra, |
370 |
humanos corazones la resisten, |
|
¡de tal dureza contra Dios se
visten! |
|
Tierra de
promisión, tierra bendita |
|
gozaron cuantos el Jordán
pasaron: |
|
David engrandecella solicita; |
375 |
algunos, aunque pocos, le
imitaron; |
|
mas luego que el ingrato a Dios le
quita |
|
la obediencia que tantos le
juraron. |
|
dio fuerzas a los reyes
enemigos |
|
y la cerviz del pueblo a sus
castigos, |
380 |
Así
pasamos cautiverio triste, |
|
mas tú no llores tanto el
desamparo |
|
de los honrados padres que
perdiste, |
|
pues vivo yo, que tu virtud
amparo. |
|
Con hermosura y discreción
naciste. |
385 |
y con divino entendimiento
claro, |
|
vivir sola pudieras; pero el
cielo |
|
algo pretende de tu santo
celo. |
|
|
|
ESTER |
Yo pienso, mi
querido Mardoqueo, |
|
que de mi soledad tendrás
cuidado, |
390 |
con que le pierdo en el rigor que
veo |
|
del mar en mis desdichas
alterado. |
|
Servir a Dios y obedecer
deseo, |
|
en este humilde y en cualquiera
estado, |
|
las santas leyes de su dedo
escritas |
395 |
sobre las tablas de Moisén
benditas. |
|
Tú, pues,
a quien ya toca justamente |
|
mi amparo y guarda, mi remedio
mira. |
|
|
|
|
ESTER |
¡El cielo aumente tu
vida! |
400 |
|
|
MARDOQUEO |
El mismo lo que
ves, me inspira; |
|
que tú procederás
como prudente |
|
con la hermosura que a la envidia
admira. |
|
|
|
ESTER |
En tus consejos fundo mi
esperanza. |
|
|
|
MARDOQUEO |
El que la pone en Dios, remedio
alcanza. |
405 |
|
|
|
(Váyanse, y entren ASUERO y su gente y AMÁN.)
|
ASUERO |
Ninguno sabe si
vive. |
|
¿Qué decís,
que pierdo el seso? |
|
|
|
ADAMATA |
A paciencia te apercibe, |
|
que de aquel su loco exceso |
|
justo castigo recibe. |
410 |
|
|
ASUERO |
¿Pues dónde es ida
Vastí? |
|
|
|
AMÁN |
Tú mandaste
desterralla: |
|
esto me afirman a mí. |
|
|
|
|
ADAMATA |
Harto, Setar, lo temí. |
415 |
|
|
ASUERO |
¡Vastí de mi casa ausente, |
|
y sus ojos de mis ojos! |
|
|
|
ADAMATA |
Temo que buscarla intente. |
|
|
|
SETAR |
Por los pasados enojos |
|
le quitaste de la frente |
420 |
la corona que
tenía; |
|
¿ya se te olvida el
desprecio? |
|
|
|
ASUERO |
¡Ay, hermosa prenda
mía! |
|
¡Cómo es el castigo
necio, |
|
que ha de llorarse otro
día! |
425 |
¿Es
posible que mandé, |
|
que te apartasen de mí? |
|
¿Es posible que
intenté |
|
vivir un hora sin ti? |
|
No fue amor, agravio fue. |
430 |
Maldiga el cielo
mis labios: |
|
si el amor no es para sabios, |
|
¿de qué se queja el
honor? |
|
Que no puede ser amor |
|
el que no perdona agravios. |
435 |
Hame de matar tu
ausencia: |
|
no podré vivir sin ti; |
|
que el amor, como es
violencia, |
|
bien sé, querida
Vastí, |
|
que crece en la resistencia. |
440 |
¿Para
qué quiero reinar? |
|
¿Qué es reinar si no
hay contento? |
|
Que mal puede descansar |
|
un inquieto pensamiento, |
|
ni en la tierra ni en la mar. |
445 |
¿Qué importa el vano tesoro, |
|
la corona, el cetro, el oro, |
|
sin contento, sin placer? |
|
Ya no le puedo tener, |
|
que eres el reino que adoro. |
450 |
Arrojaré
los diamantes, |
|
los vasos, la plata y seda, |
|
en los mares circunstantes, |
|
y aun el seso, si me queda, |
|
en tristezas semejantes. |
455 |
¿Qué importaba que estuvieras |
|
con tus damas ocupada |
|
y a mi ruego no salieras? |
|
No fuiste tú tan
culpada, |
|
que tanto mal merecieras; |
460 |
yo fui quien fin
tan amargo |
|
ha dado a tan dulce
unión; |
|
que siempre trae por cargo |
|
breve determinación |
|
arrepentimiento largo. |
465 |
Ven, Amán:
vente conmigo: |
|
contaréte mi dolor |
|
y descansaré contigo; |
|
que las tristezas de amor |
|
descansan con el amigo. |
470 |
|
|
AMÁN |
No aumentes el
descontento |
|
con los celos, pues
podrán |
|
los tiempos mudar tu intento. |
|
|
|
ASUERO |
En toda mi vida, Amán, |
|
Persia me ha de ver contento. |
475 |
|
|
|
(Váyanse el REY y AMÁN.)
|
ADAMATA |
El Rey se parte de tristeza
lleno. |
|
|
|
SETAR |
¡Qué notable veneno
amor le infunde! |
|
|
|
MARSANES |
Yo temo que redunde en daño
nuestro. |
|
|
|
SETAR |
Si en el consejo vuestro hallase el
mío |
|
el lugar que confío, yo le
diera |
480 |
remedio al Rey que fuera de
importancia |
|
y que en breve distancia le
curara. |
|
|
|
MARSANES |
Pues dile, y solo en su salud
repara. |
|
|
|
SETAR |
Amor de trato
largo se convierte |
|
en hábito, y el
hábito y costumbre |
485 |
se vuelve, cual sabéis,
naturaleza; |
|
ya es este amor del Rey costumbre y
hábito, |
|
memoria del deleite que
tenía; |
|
los ojos, hechos a Vastí, no
tienen |
|
alegría sin ver sus bellos
ojos; |
490 |
los oídos, en quien
requiebros dulces |
|
hacían una música
apacible, |
|
no escuchan sus palabras; y estad
ciertos |
|
que el hechizo mayor de los que
aman, |
|
al alma suele entrar por los
oídos. |
495 |
|
|
MARSANES |
Eso es verdad, porque los ojos
tienen |
|
siempre un objeto, una hermosura
misma, |
|
y los oídos siempre
diferente, |
|
pues oyen siempre diferentes
cosas; |
|
y así lo que conserva largo
tiempo |
500 |
a amor, son los oídos, no
los ojos, |
|
porque ellos nunca miran cosa
nueva |
|
y ven lo que una vez toda la
vida. |
|
|
|
SETAR |
Pues discurrid así las
demás partes |
|
y sentidos del hombre, y
veréis luego |
505 |
que si esta falta de hábito
y costumbre |
|
ocupa otra hermosura y otro
gusto, |
|
saldrá el primero amor,
saldrá por fuerza. |
|
|
|
ADAMATA |
¿Dices que otra mujer
hermosa y sabía |
|
ocupará el lugar que
está vacío? |
510 |
|
|
SETAR |
¿Pues eso tiene duda?
¡Cuántos hombres, |
|
de cosas que han llorado se
consuelan, |
|
y a veces quieren más que
las pasadas! |
|
|
|
ADAMATA |
¿Y dónde habrá
mujer que le contente? |
|
Que eso suele doblar el
accidente. |
515 |
porque el gusto engañado en
lo pasado |
|
suele ser malcontento y
porfiado. |
|
|
|
SETAR |
Buscar tantas
mujeres, que entre tantas |
|
haya alguna hermosura tan
valiente |
|
que mate la memoria de la
ausente. |
520 |
|
|
MARSANES |
Bien dice:
échese un bando que al momento |
|
cuantas mujeres tengan
hermosura, |
|
siendo, cual deben,
vírgenes, se traigan |
|
a palacio y se entreguen a las
guardas |
|
que para aqueste caso
nombraremos. |
525 |
La que entrare de noche, salga al
alba, |
|
Y la que le agradare, o por
dichosa |
|
o por bella, que reine. |
|
|
|
MARSANES |
Gran
médico serás, pues curar quieres |
|
amor de una mujer con mil
mujeres. |
530 |
|
|
|
(Vanse.)
|
ESTER |
Alto y soberano
Dios, |
|
que del rebelde gitano |
|
y de la robusta mano |
|
que quiso oponerse a vos, |
|
sacastes el
pueblo vuestro |
535 |
libre de tanto rigor, |
|
mostrando poder y amor |
|
al bien y remedio nuestro: |
|
vos, por quien
iba seguro |
|
por tanta mar desigual, |
540 |
en canceles de cristal |
|
que le sirvieron de muro: |
|
vos, que en
áspero desierto |
|
el blanco maná le
distes, |
|
con que la campaña
hicistes |
545 |
de nieve del cielo puerto; |
|
vos que le distes
victorias, |
|
donde para siempre
están |
|
en las piedras del
Jordán |
|
los libros de sus memorias, |
550 |
y vos que, para
castigo |
|
de sus idólatras
pechos, |
|
habéis postrado sus
hechos |
|
a los pies de su enemigo, |
|
y humillado a
cautiverio |
555 |
las cervices levantadas, |
|
que con heroicas espadas |
|
ganaron tan grande imperio, |
|
¿cuándo os habéis de
doler |
|
de aquellos mismos que
amastes, |
560 |
pues a todos obligastes |
|
a sufrir y a padecer? |
|
¿Cuándo volverá,
señor, |
|
vuestro pueblo a libertad? |
|
¿Cuándo a la santa
ciudad, |
565 |
a vuestra gloria y honor? |
|
¿Cuándo a vuestro sacro templo |
|
y al alcázar de
Sión, |
|
para dar desta prisión |
|
a la sucesión ejemplo? |
570 |
Doleos,
señor, de mí, |
|
aunque la mínima soy |
|
del cautiverio en que estoy. |
|
|
|
|
(Sale MARDOQUEO.)
|
|
|
|
|
MARDOQUEO |
No te alteres; oye atenta. |
|
Ya sabes el gran convite, |
|
real y espléndida mesa |
|
que en esta ciudad de Susa, |
|
hoy la cabeza de Persia, |
580 |
ha hecho el gran rey Asuero. |
|
|
|
ESTER |
Si sé, porque tienen
della |
|
noticia los escondidos |
|
animales en las selvas, |
|
las aves en altos aires, |
585 |
los peces en las arenas. |
|
|
|
MARDOQUEO |
Quiso Asuero que Vastí, |
|
su hermosa mujer, y Reina |
|
de la India y de
Etiopía, |
|
saliese por más
grandeza |
590 |
a donde la viesen todos; |
|
mas respondió con
soberbia, |
|
desobedeciendo al Rey, |
|
por cuya desobediencia |
|
fue echada de su palacio; |
595 |
pero pasada la fiesta, |
|
el Rey, de amor encendido, |
|
está enfermo de su
ausencia; |
|
los príncipes de su
imperio, |
|
por medicina, aunque nueva, |
600 |
mandan en todos sus reinos |
|
buscar hermosas doncellas, |
|
para que la que le agrade |
|
reine en lugar de la Reina. |
|
Egeo, del Rey criado, |
605 |
te conoce, y tu belleza |
|
escrita tiene en la lista. |
|
|
|
|
MARDOQUEO |
No temas;
|
|
que Dios te dará favor, |
|
porque por tu medio sea |
610 |
su pueblo restituido |
|
a su primera grandeza; |
|
no repliques; que ya sabes |
|
que debes esta obediencia |
|
al cielo, porque sin duda |
615 |
por ti mi remedio ordena; |
|
fuera de que no es posible |
|
que te libres de su fuerza, |
|
es bien que al cielo y a
mí, |
|
hermosa Ester, obedezcas. |
620 |
Asuero es rey poderoso, |
|
nosotros la gente hebrea |
|
que Nabucodonosor |
|
trujo cautiva a esta tierra. |
|
Véate el Rey, habla al
Rey, |
625 |
pero quiero, Ester, que
adviertas |
|
que no has de decir tu patria, |
|
aunque preguntada seas. |
|
Calla tu pueblo y
nación; |
|
que Dios, de lágrimas
tiernas |
630 |
destos cautivos movido, |
|
quiere romper sus cadenas. |
|
|
|
ESTER |
¡Ay, Mardoqueo, qué
cosas |
|
tan peregrinas me cuentas, |
|
tan nuevas a mis oídos |
635 |
y a mi castidad tan nuevas |
|
no te espantes si a la cara |
|
salen colores apriesa, |
|
ventanas en que al peligro |
|
se asoma nuestra
vergüenza. |
640 |
Yo haré, tío, lo que
mandas, |
|
si dices que Dios lo ordena, |
|
y ojalá que fuese yo, |
|
aunque tan indigna sea, |
|
por quien el pueblo cautivo |
645 |
ya que del todo no vuelva |
|
a la gran Jerusalén, |
|
menos castigo padezca. |
|
|
|
MARDOQUEO |
La gente suena, sobrina, |
|
que conduce las doncellas; |
650 |
ven, mudarás de vestido |
|
si te dan lugar que puedas. |
|
|
|
ESTER |
¡Inmenso Dios, vuestra
soy! |
|
Vuestra grande omnipotencia |
|
por instrumentos tan flacos |
655 |
suele obrar cosas como estas. |
|
Délbora rigió a
Israel: |
|
Dadme entendimiento y fuerzas |
|
para saber agradaros, |
|
pues que yo os doy la
obediencia. |
660 |
|
|
|
(Váyanse, y entren un CAPITÁN y dos alabarderos y una
CAJA.)
|
CAPITÁN |
Aunque esta es
pequeña aldea, |
|
no dejéis de echar el
bando, |
|
porque en lo que voy buscando |
|
la diferencia se vea; |
|
y si por la
variedad |
665 |
es bella naturaleza, |
|
también causará
belleza |
|
la mucha diversidad. |
|
Calidad no me ha
pedido: |
|
hermosura pide el Rey: |
670 |
ni excede la justa ley |
|
haber cuidado tenido |
|
de que en toda
aquesta tierra |
|
no quede hermosa mujer |
|
de cualquier suerte, sin ser |
675 |
fin de su amorosa guerra. |
|
|
|
CAJA |
Que sea o no
justa cosa, |
|
lo que mandas obedezco. |
|
|
|
CAPITÁN |
Di, pues, el bien que le
ofrezco |
|
a quien tiene prenda hermosa. |
680 |
|
|
CAJA |
Manda el poderoso
rey Asuero, señor |
|
del Oriente, que cualquiera
persona, |
|
de cualquier estado y calidad |
|
que sea, que tuviere doncella
hermosa |
|
en su casa, la manifieste y
entregue |
685 |
a los capitanes para este
efecto |
|
nombrados, que así conviene
a su Real |
|
servicio; mándase pregonar
porque |
|
venga a noticia de todos. |
|
|
|
|
(Váyanse, y entren SIRENA, labradora, y SELVAGIO, villano.)
|
SELVAGIO |
Si me tuvieras
amor, |
690 |
a fe que tú te
escondieras. |
|
|
|
SIRENA |
Y si tú amor me
tuvieras, |
|
no usaras deste rigor. |
|
|
|
SELVAGIO |
¿Rigor es tener temor |
|
de perderte? |
|
|
SIRENA |
¿Pues no es,
|
695 |
cuando tan cerca me ves |
|
de ser reina, hacer de modo |
|
que pierda un imperio todo |
|
que pone el tiempo a mis pies? |
|
|
|
SELVAGIO |
¿Luego
entre tantas mujeres |
700 |
piensas ser la que le agrade? |
|
¿Cómo no te
persüade |
|
el ver cuán rústica
eres? |
|
Ser reina, Sirena, quieres |
|
donde irán tantas
señoras; |
705 |
no señala labradoras |
|
el bando, mas gente igual |
|
a la corona Real, |
|
que con tu sayal desdoras. |
|
|
|
|
SELVAGIO |
Sí:
|
710 |
dicen que muere de amor; |
|
que aun es el daño
mayor |
|
para despreciarte a ti. |
|
|
|
|
|
SIRENA |
Porque en el monte y el prado |
715 |
se halla la hierba que ha dado |
|
salud, y es más
provechosa, |
|
no el clavel, mosqueta y rosa |
|
en el jardín cultivado. |
|
Nunca en palacio
se crían |
720 |
entre el dosel y el tapiz, |
|
el faisán y la perdiz: |
|
del campo se los
envían; |
|
cuando al campo se
desvían |
|
a una aldea, a un monte, a un
prado, |
725 |
los Reyes, es que el cuidado |
|
de la corte los cansó, |
|
y el árbol les
agradó |
|
más con hojas que
dorado; |
|
el más
compuesto jardín, |
730 |
de más cuadros y
labores, |
|
la diversidad de flores, |
|
las paredes de jazmín, |
|
al principio, al medio, al fin |
|
del año, una vista
ofrece |
735 |
que nunca mengua ni crece. |
|
El campo es de más
beldad, |
|
porque por la variedad |
|
más alabanza merece. |
|
Corren sin arte
las fuentes, |
740 |
y del monte despeñadas, |
|
dan a los prados lazadas |
|
de cristalinas serpientes; |
|
los árboles eminentes |
|
no están por orden
plantados; |
745 |
allí se ven los
ganados, |
|
allí el pastorcillo
canta, |
|
con los pasos de garganta |
|
a los arroyos hurtados. |
|
Sale el libre
conejuelo, |
750 |
desde la hierba al vivar, |
|
y la liebre suele estar |
|
en cama de campo, al hielo; |
|
cruzan por el verde suelo |
|
los tiernos gamos celosos; |
755 |
con suspiros amorosos |
|
gime la tórtola
ausente, |
|
cuando el sol al Occidente |
|
vuelve sus rayos hermosos; |
|
el pajarillo
enjaulado |
760 |
no causa tanto contento, |
|
del ciudadano aposento |
|
en los balcones colgado; |
|
la fruta en plato dorado |
|
no agrada como en la rama, |
765 |
y así el gusto del Rey
llama |
|
a la ruda labradora |
|
más que a la grave
señora |
|
y a la bien compuesta dama. |
|
|
|
SELVAGIO |
¡Que te
haya la vanidad, |
770 |
Sirena loca, engañado, |
|
naciendo hierba en el prado, |
|
a trasplantarte en ciudad! |
|
Cuando al Rey la voluntad |
|
tú le pudieses mover, |
775 |
¿por qué dejas de
querer |
|
lo que del campo encareces? |
|
Pues al palacio te ofreces, |
|
donde no lo puede haber. |
|
Esa bella
compostura, |
780 |
sin arte quieres dejar, |
|
y trasladarte a lugar |
|
de menos varia hermosura; |
|
goza de la fuente pura |
|
y del árbol la belleza: |
785 |
sigue tu naturaleza, |
|
pues que dices que es mejor, |
|
y no desprecies mi amor: |
|
reinarás en mi firmeza. |
|
|
|
SIRENA |
Selvagio, como
le agrada |
790 |
el aldea al cortesano, |
|
agrada al rudo villano |
|
ver la techumbre dorada: |
|
la dama de oro cansada |
|
pardo picote desea, |
795 |
y el oro la del aldea: |
|
truécanse plumas y
varas; |
|
que si en los gustos reparas, |
|
no hay gusto que firme sea; |
|
el casado al
libre envidia, |
800 |
y el libre envidia al casado; |
|
quien tiene el mundo
abreviado: |
|
del gobierno se fastidia: |
|
India, Etiopía,
Numidia, |
|
no dan a Asuero, en rigor, |
805 |
contento, y muere de amor |
|
de que le falta Vastí; |
|
que siempre decir oí: |
|
lo que falta es lo mejor. |
|
|
|
SELVAGIO |
Tente y advierte,
Sirena, |
810 |
que me dejas a morir. |
|
|
|
SIRENA |
Déjame, Selvagio, ir |
|
a donde mi suerte ordena; |
|
que mañana tendrá
pena |
|
alguna reina de amores; |
815 |
¿iréis allá
labradores? |
|
|
|
|
|
SELVAGIO |
¿Piensas que has de
enamorar |
|
los cetros como las flores? |
|
|
|
SIRENA |
Mal sabes las
diligencias |
820 |
de una mujer que pretende. |
|
|
|
SELVAGIO |
¿Y si al Rey tu gusto
ofende |
|
y adora ajenas ausencias? |
|
|
|
SIRENA |
Volveréme a mis
querencias. |
|
|
|
SELVAGIO |
Pues en los nidos de
antaño |
825 |
no habrá pájaros
hogaño. |
|
|
|
|
SELVAGIO |
Serás
|
|
tan loca, que lo dirás |
|
en llegando el
desengaño. |
|
(Vase.)
|
|
|
|
(Entren el REY
ASUERO y su gente, y AMÁN.)
|
ASUERO |
En efeto, la pena se
entretiene |
830 |
con tanta variedad, mas
todavía, |
|
vasallos, la memoria a darme
viene |
|
fuertes asaltos con la prenda
mía. |
|
Si dicen que el amor remedio
tiene, |
|
cosa que mi experiencia
desconfía, |
835 |
¿en quién está
cifrado, en quién se guarda? |
|
|
|
ADAMATA |
¿Pues no te pareció
Sergia gallarda? |
|
|
|
ASUERO |
Su fama me
agradó, mas su presencia |
|
no fue a su fama igual. |
|
|
SELVAGIO |
Bizarra dama
|
|
era Fenicia. |
|
|
AMÁN |
Mucho más Fulgencia,
|
840 |
que la sirena del Jordán se
llama. |
|
|
|
TARES |
Yo presumí que el talle de
Laurencia |
|
volviera en nieve tu amorosa
llama. |
|
|
|
ASUERO |
Vastí, me mata, y sola su
hermosura |
|
es el crisol que mi memoria
apura; |
845 |
los libros no
escribieron medicinas |
|
siendo la enfermedad amor
más fuerte. |
|
|
|
AMÁN |
Las pasiones del alma,
peregrinas, |
|
el tiempo las consume o las
divierte: |
|
no hay hierbas en Tesalia tan,
divinas |
850 |
que curen al amor. |
|
|
ASUERO |
Amán, advierte
|
|
que aunque es como morir de una
sangría, |
|
me mata amor mil veces en un
día. |
|
|
|
|
(EGEO,
entre.)
|
|
|
EGEO |
Deseo de servirte y de
curarte, |
855 |
porque ninguno iguala mi
deseo, |
|
y así traigo, señor,
que presentarte |
|
la bella Ester, cuya hermosura
creo |
|
que será poderosa a
consolarte |
|
del amor de Vastí, porque es
tan bella, |
860 |
que tiene el mismo sol envidia
della. |
|
No te quiero
pintar su rostro hermoso, |
|
porque son muy groseros mis
pinceles: |
|
a tus ojos remito el milagroso |
|
juicio, aunque mirar sin gusto
sueles; |
865 |
pero en aquesta púrpura y
precioso |
|
marfil, rosas, jazmines y
claveles, |
|
dará lugar
Vastí. |
|
|
ASUERO |
Tanta belleza,
|
|
monstruo será de la
naturaleza. |
|
En mi trono Real
recibir quiero |
870 |
tan hermosa mujer; poneos al
lado. |
|
|
|
|
(Música y acompañamiento y damas, y entre
detrás ESTER con
vestido entero y falda larga.)
|
ESTER |
Mi humildad, poderoso rey
Asuero, |
|
no es digna de besar tu rico
estrado, |
|
mas la obediencia, por quien ser
espero |
|
admitida en tus ojos, me ha
forzado |
875 |
a osar ponerme en tu Real
presencia; |
|
que el mejor sacrificio es la
obediencia. |
|
Supe tu intento y
ofrecí mi vida |
|
y sangre a tu remedio, aunque
temiendo |
|
mi indignidad, que no es tan
atrevida |
880 |
mi vista, el sol de tu grandeza
viendo; |
|
mas de tus rayos ínclitos
vestida, |
|
como cristal resplandecer
pretendo, |
|
para que el alma que quisieres
pongas |
|
y los sentidos a tu amor
dispongas; |
885 |
que como el claro
sol los montes dora, |
|
y parecen zafiros y diamantes |
|
las verdes hierbas que bordó
el aurora, |
|
claras entonces como escuras
antes, |
|
así con la riqueza que
atesora |
890 |
y alumbra las esferas
circunstantes, |
|
tu presencia Real, la humildad
mía |
|
trasladará su noche al mayor
día. |
|
|
|
ASUERO |
Por el supremo
Dios que rige el suelo, |
|
hermosísima Ester, que no
pensara |
895 |
que se pudiera hallar fuera del
cielo |
|
de hermosura y de luz fénix
tan rara; |
|
das en mirarte celestial
consuelo; |
|
toda memoria en tu belleza
para; |
|
que cual huye del sol la noche
escura, |
900 |
huye el ajeno amor de tu
hermosura. |
|
No sale el sol
por el purpúreo Oriente |
|
más apriesa borrando las
estrellas, |
|
que el de tus ojos y serena
frente, |
|
pues ya desaparecen las más
bellas. |
905 |
Levántate del suelo al
eminente |
|
trono, que ya mejor que todas
ellas |
|
mereces, pues por fin de mis
enojos |
|
hallaste gracia en mis dichosos
ojos |
|
Mas porque el
orden justo se prosiga, |
910 |
a Ester acompañad, y tenga
aparte |
|
el aposento a que su luz
obliga, |
|
pues veis que con el sol
términos parte; |
|
que yo sospecho ya que se
mitiga, |
|
más por naturaleza que por
arte |
915 |
esta pasión que me abrasaba
el pecho; |
|
amigos, gran servicio me
habéis hecho. |
|
|
|
ESTER |
Tu sierva soy, y
tú quien a tu hechura |
|
levantas de la tierra. |
|
|
ASUERO |
Esto merece,
|
|
bendita Ester, tu gracia y
compostura, |
920 |
que en los ojos del cielo
resplandece. |
|
|
|
AMÁN |
Alaba, hermosa dama, tu
hermosura. |
|
|
|
ESTER |
Mi alma, a Dios alaba y
engrandece. |
|
|
|
SETAR |
Basta, que amor a más amor
se allana. |
|
|
|
AMÁN |
Lo que mujer dañó,
mujer lo sana. |
925 |
|
|