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Monique Joly, «Le discours métaparémique dans Don Quichotte», Richesse du proverbe, vol. 2. Typologie et fonctions, estudios reunidos por F. Suard y C. Buridant (Lille, 1984), pp. 245-259. Y véase el reciente trabajo de Pilar María Vega Rodríguez, «Consideraciones paremiológicas cervantinas», CIAC, ed. cit., pp. 315-332. Erasmo predicó la variedad y riqueza que el Quijote presenta y señaló que los adagios no debían ser utilizados sin discernimiento (J. Chomarat, opus cit., II, pp. 765 y 780). (N. del A.)

 

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Don Quijote jugará en esta parte a los olvidos (II, 135 y 276) y Sancho se afiliará a la memoria de su amo, asumiéndola, como cuando recuerda a Lanzarote (II, 272). La cuestión imitatoria sufre cambios evidentes en toda la Segunda parte. El capítulo XXV es a este respecto una excepción en la carrera imitatoria del héroe, según Jean Villégier, «De l'imitation au mimétisme, un avatar de don Quichotte», Mélanges a la mémoire de Jean Sarrailh II (Paris, 1966), pp. 449-52. (N. del A.)

 

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(I, 358). Para Huarte, Examen, pp. 466 ss., las leyes pertenecen a la memoria, pero su aplicación requiere entendimiento en la práctica. Para gobernar una república será necesaria la imaginativa. (N. del A.)

 

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Marcelino Menéndez Pelayo, «Cultura literaria de Miguel de Cervantes y elaboración del Quijote», Estudios y discursos de crítica histórica y literaria (Madrid: CSIC, 1941), I, p. 355. (N. del A.)

 

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Huarte, Examen, pp. 471 ss. Para él un buen ingenio puede cometer también «mil disparates» (Ibid., p. 479), pues puede llevarle a error. Es interesante para el episodio de la Ínsula cuando habla sobre el cambio de opinión en los jueces (p. 489). También en el ejercicio de la medicina es fundamental la práctica (pp. 493 ss.). Cervantes da abundantes datos sobre la memoria en los capítulos dedicados a la clase militar y al oficio de rey. También es ilustrativa para el héroe cervantino la relación de la dieta con las potencias anímicas (cap. XV). (N. del A.)

 

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Véase la nota de Avalle-Arce en la ed. del Quijote por la que citamos, II, pp. 389-90. Las artes de la memoria contaban hasta la saciedad con tales presupuestos. Santo Tomás y antes Aristóteles habían tratado sobre el artificio de la memoria y su fijación por imágenes. Miguel de Vargas en su Tesoro de la memoria y del entendimiento y arte fácil y breve para toda sabiduría (Madrid: Imprenta Real, 1658) es un ejemplo más de tratado mnemotécnico para «sin trabajo ni cuydado alguno de la razón, hallarse dueño siempre que gustare de los objetos que una vez percibió, para que pueda el discurso usar dellos a su disposición» . Lo novedoso de don Quijote es que su amor por Dulcinea no se debe a reminiscencia de percepción sensitiva alguna, sino a pura invención, como se sabe. (N. del A.)

 

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El secretario que le lee a don Quijote dice que lo que él le escribe «merece estar estampado y escrito con letras de oro» (II, 439). (N. del A.)

 

58

Paul Zumthor, Introduction à la poésie orale (Paris: Ed. Seuil, 1983), pp. 245 ss. y La lettre et la voix. De la «littérature» médiévale (Paris: Ed. Seuil, 1987). Citaré por la ed. española de Madrid (Cátedra, 1987) pp. 167 ss. La memoria sólo simbólicamente es libro, pues se convierte en palabra viva. Al Quijote se le podría aplicar el concepto de intervocalité propuesto por zumthor, además del de imitación. (N. del A.)

 

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En La letra y la voz, p. 170, Zumthor desarrolla la teoría del intérprete y aplica la del estado latente que patentara Menéndez Pidal. Ambas pueden ser útiles a la hora de entender el reflejo de las actuaciones de don Quijote ante quienes le contemplan. 60 Sobre ello, véase mis artículos «Emblemática y literatura en el Siglo de Oro», p. 154, n. 17 y «La memoria y el arte narrativo del Persiles». 61 Aristóteles, Del sentido y lo sensible, pp. 87-8. La memoria se ofrece «a manera de una especie de grabado o pintura... igual que cuando los hombres sellan algo con sus anillos sellados» . (N. del A.)

 

60

Sobre ello, véase mis artículos «Emblemática y literatura en el Siglo de Oro», p. 154, n. 17 y «La memoria y el arte narrativo del Persiles.» (N. del A.)