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ArribaAbajoQué, quién

Q



Quien quisiere ser culto en sólo un día
la jeri (aprenderá) gonza siguiente:
fulgores, arrogar, joven, presiente,
candor, construye, métrica, armonía,

poco, mucho, sino, purpuracía,
neutralidad, conculca, erige, mente,
pulsa, ostenta, librar, adolescente,
señas traslada, pira, frustra, arpía,...


F. de Quevedo                


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¿Q-ué?, ¿Q-uién?... Q-cuestiones en una letra llena de PISTAS para despiste y empaste. Preguntas y afirmaciones que pueden dar lugar a una actividad previa a la animación llena de interrogantes, enigmas y secreto como puede ser un JUEGO DE PISTAS, actividad de animación que funciona en todos los niveles escolares de Primaria y Secundaria.

Un juego de pistas consiste en ir sembrando las paredes y otros espacios del aula o biblioteca de indicios o señales que permitan descubrir algunas cosas, averiguar datos del libro que queremos animar, intuir al autor, a los personajes o incluso el título.

Para ello, aunque los soportes y tamaños pueden ser variados, pueden servir hojas de tamaño normal (DIN A4) o grande (DIN A3), incluso cartulinas o tiras de papel continuo, sobre las que se irán escribiendo las diversas pistas que queramos que los niños y niñas conozcan. Éstas serán datos del autor o de los personajes del libro, aquellos más curiosos o relevantes que pueden ser sacados de fuentes diversas:

-El libro a animar, del que se pueden seleccionar pequeñas frases significativas, opiniones de los principales personajes, curiosidades que ocurren y cualquier otro detalle que queramos que aparezca en forma de pista.

-Biografía del autor, con los datos de la contraportada del libro, de folletos editoriales, y ampliados, si es posible, con una búsqueda más ardua en enciclopedias, diccionarios o revistas especializadas en literatura infantil. La biografía nos permite elegir aquellas partes   —126→   más atractivas de su vida, anécdotas, acontecimientos, para que pasen a tener forma de pistas.

-Entrevistas, que nos da el parecer del autor en temas que pueda interesar destacar en pistas.

-Otros libros suyos, donde puedan encontrarse datos, frases y que también nos den pistas.

La selección quedará a criterio del animador, que intentará crear el clima de interés con datos seductores. En cuatro de los autores más leídos y conocidos vamos a concretar estas pistas. Son Roald Dahl (con libros para todas las edades y niveles de Primaria y Secundaria), Michael Ende (con obra para todo tipo de público infantil y juvenil), Christine Nöstlinger (también para todas las edades escolares) y René Goscinny (autor de personajes tan universales como Asterix, Lucky Luke o el pequeño Nicolás).

ROALD DAHL: «Sabía leer en noruego». «Lo que más le gustaba de pequeño eran los caramelos y los cordones de regaliz». «Fue piloto de un caza de la R.A.F. en la II Guerra Mundial». «Medía 1,95 m.». «Escribió guiones para Alfred Hitchcock». «Tres de sus libros infantiles son conocidas películas». «Escribió la historia de los Gremlins». «Dijo: los niños se aburren pronto; yo también».

MICHAEL ENDE: «Ha viajado por todos los mundos posibles gracias a su gran imaginación». «Ha creado un reino de Fantasía». «Es un buen pintor surrealista, hijo de otro gran pintor también surrealista». «Sus personajes tienen nombres curiosos: una tortuga puede ser llamada Tranquila, o quien maneja el tiempo de los hombres, maestro Segundo Minucio Hora». «Le encanta coleccionar tortugas y también utilizarlas en sus narraciones». «El unicornio es el animal que le hubiera gustado que existiera». «Es capaz de escribir historias interminables». «No le gusta el color gris». «Piensa que en cada persona hay un niño que desea jugar».

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CHRISTINE NÖSTLINGER: «Su padre fue relojero». «Empezó ilustrando sus propios libros». «Soportó en Viena los bombardeos rusos durante la II guerra mundial». «Existen dos Ch. N.: ella y su hija». «A los nueve años sólo tenía un único libro». «La paz para ella eran bocadillos de jamón, vestidos bonitos y peinados con permanente». «Le gusta esquiar». «Sus personajes pueden salir de una lata de conservas o de un negrísimo sótano».

Quijote

GOSCINNY: «Piensa que los romanos están locos». «Un personaje suyo es más rápido que su sombra». «Ha viajado por todo el mundo, aunque recuerda siempre los sitios por su nombre antiguo: Hispania, Galia,   —128→   Helvecia...». «Ha conocido en persona a Asterix y Obelix»... o sobre su personaje del pequeño Nicolás: «Todos sus amigos tienen nombres raros: Clotario, Alcestes, Agnan...». «Le gusta jugar al fútbol, pero sin padres delante». «Le gusta jugar al ajedrez... con canicas y balones». «Le encantan los mensajes secretos».

El lugar de colocación de las pistas tiene que permitir que éstas sean bien visibles; es conveniente que aparezcan desperdigadas por el aula para producir mayor sensación. También pueden darse en carteles con formas de huella, de interrogación, de libro abierto...

Los destinatarios pueden ser cualesquiera de los niveles escolares, aunque hay que adaptar la dificultad a la edad, siendo más sencillas las indicaciones para los que se acaban de iniciar en la lectura. Su número será el que se considere oportuno; bastaría con 6 u 8, pero muchas veces funciona el llenar la clase de pistas (lo cual da más trabajo al animador que lo realiza).

El día de la animación habrá que explicar los pormenores de cada una de las frases o afirmaciones, desvelando ya el libro y su autor, pudiéndose ampliar con la lectura de algún capítulo u otras actividades y pasando a lo más peligroso: dejar el libro en la estantería. El libro desaparecerá de inmediato de ella. Pero, como podría decir una pista sobre Michael Ende, «esto es ya otra historia».



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ArribaAbajoRima

R




Gayferos


Estando la condesita
en su palacio real
con peines de oro en la mano
para su niño peinar,
cuando le estaba peinando
también le canta un cantar:

-Dios te me deje criar, hijo,
Dios te me deje criar
y la muerte de tu padre
Dios te la deje vengar,
que le mató el moro perro
para conmigo casar.


Romancero popular de la montaña.                


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RIMA rimando nos vamos acercando al final del Abecedario pero sin olvidarnos de la Poesía, la forma más sublime de la Literatura aunque por ser muy modesta a veces se disfraza de pordiosera y pasa desapercibida.

El lenguaje es lineal, una palabra va tras otra formando una cadena de ideas o de imágenes. Es como un río que con distinta fuerza fluye siempre hacia su desembocadura en el mar. Nuestras vidas son también los ríos y como ellos van a dar en el mar que es el morir. Parece que nada las puede detener.

Sin embargo, la poesía detiene el tiempo, eterniza el instante, captura el sentimiento fugaz, y nos lo devuelve cada vez que leemos un poema. A diferencia de otros géneros literarios, la poesía establece pausas en el fluir del lenguaje por medio de los versos. Introduce un ritmo que depende del número de sílabas de cada verso y del número de versos de cada estrofa. También crea una musicalidad con la rima.

Cada vez que llegamos a una palabra que tiene una terminación similar a la de otra de un verso anterior la recordamos y las impresiones que nos produjo se suman a las que nos suscita la actual y a las que vendrán a lo largo del poema. Se consigue así un efecto acumulativo.

La poesía capta el ritmo de nuestro corazón y el de los planetas girando en el espacio, el ritmo de las estaciones y de los días y las noches. La poesía organiza el torrente de la vida, de las emociones, de las palabras que se suceden en una persecución ininterrumpida, la poesía remansa el discurso y nos explica lo inefable.

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Tal vez por eso cuando una madre le canta a un niño pequeñas canciones rimadas éste sonríe aunque no entienda su significado. Se establece una comunicación por medio de las palabras pero no por su significación. El niño no interpreta el aspecto semántico de ellas sino el fonético, la musicalidad del lenguaje sirve de medio para transmitir el afecto de la madre que es captado intuitivamente por el niño.

La risa del niño gratifica a la madre y ésta continúa cantándole canciones:


Toca palmitas,
que viene, papá,
tócalas, tócalas,
que pronto vendrá.

Estas canciones se acompañan del movimiento del cuerpo y sus diversas partes toman protagonismo:


Daba la mocita
en su cabecita;
daba, daba, daba
y no se lastimaba.

Después del cuerpo la madre le va presentando objetos de la vida cotidiana, como los juguetes:


Aaa... Aaa... Aaa...
Mi muñeca enferma está...

También los animales, que nos han acompañado desde el origen de los tiempos, lo hacen ahora de manera simbólica:


Cucú.
Cantaba la rana.

Las madres que juegan con sus hijos de esta manera y les cantan nanas son las mejores animadoras, no sólo a la lectura de poesía sino de todo tipo de literatura.

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Esta labor suele continuarse en la escuela, en los primeros años de escolarización. En el parvulario las maestras continúan cantando, enseñando trabalenguas y los niños empiezan a jugar con los demás. Estos juegos colectivos se aprenden cantando o recitando.

Existe un amplísimo repertorio de rifas que se mantienen a lo largo del tiempo y se van modificando con cada generación y en cada lugar:


De ti marí,
de do pingué;
cúcara, mácara,
títere fue.

Robinsón

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Las niñas, especialmente, suelen jugar en parejas dándose palmadas al tiempo que recitan largas retahílas:


Don Federico
mató a su mujer
para casarse
con una costurera...

En algunos juegos los recitados adaptan su estructura a las necesidades del mismo. Así ocurre para saltar a la comba de dos en dos, de tres en tres, etc.



Una y dos,
María Tacón
taconeando...

Una, dos y tres,
pluma, tintero y papel...

Una, dos, tres y cuatro,
Mari Pepa tiene un gato...

Los patios de los colegios y de vecinos están llenos de estas canciones y muchos autores se han dedicado a recopilarlas. Solamente hay que prestar atención para escucharlas. Es una de las últimas formas de tradición oral que nos queda y sigue tan viva como hace siglos.

La educación está jalonada de saltos que los niños tienen que superar con gran esfuerzo. El primero de ellos es la escolarización a los tres años; el siguiente, el inicio de la educación Primaria, después continúan otros.

Hay que hacer lo posible para evitar que estos cambios sean traumáticos. Todo lo dicho más arriba debe continuar en el primer ciclo de los nuevos estudios. De manera paulatina se incorpora la lectura y la escritura pero sin abandonar lo oral.

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La humanidad tardó muchos siglos en dar ese paso. En la Edad Media la poesía era cantada y sólo con la aparición de la imprenta se fue generalizando su escritura.

Se pueden emplear los romances, así como los largos poemas encadenados con preguntas y respuestas, para hacer la escritura y la lectura más agradable:


¿De dónde viene el ganso?
De la tierra del garbanzo...

Aunque cada vez es más difícil, se puede intentar recoger romances u otras formas tradicionales en las familias, especialmente en el medio rural. Si no, la memorización de los ya recopilados y su recitación son una buena manera de familiarizar al niño con la poesía.

Hay que evitar que la práctica de la poesía se convierta en una asignatura, y no sólo ella sino el lenguaje. Debemos seguir jugando con las palabras, saber emplearlas, y disfrutar con ellas primero, después vendrá la reflexión, con la madurez necesaria para ello.


No es preciso aprender a escribir sino aprender a ver.
Lo primero es consecuencia de lo segundo.


Antoine de Saint-Exupéry                


(Al dar el salto de la infancia a la adolescencia también lo hacemos de letra).



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