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Los 'Episodios Nacionales', pág. 85.

 

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El parecido entre Francisco Bringas (La de Bringas, Tormento) y Thiers, el político e historiador francés, nos dará una idea del uso que hace Galdós de modelos contemporáneos. El novelista debía de haber estimado mucho a Thiers a juzgar por las cuatro estampas del francés que había sacado de revistas y periódicos y que se guardan en la Casa-Museo Galdós en Las Palmas. Hay otras cosas de Thiers en la Casa-Museo: su retrato junto con su necrología en el Almanaque de la Ilustración (V, 1877, pág. 4) y un libro escrito por él, De la propiedad, traducido por Vicente Vázquez Queipo (Madrid, 1848).

 

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La España de Galdós, pág. 89. Ángel del Río explica el elemento histórico en las obras de Galdós de la siguiente manera: «El aspecto histórico de la vasta obra galdosiana no termina con los Episodios. Permanece como subyacente en todas y cada una de sus páginas. Hasta puede decirse que la visión histórica se ahonda en las obras puramente novelescas» (Estudios galdosianos, Zaragoza, 1953), pág. 17. María Zambrano habla de un «ayer histórico» que se nota tanto en los Episodios como en las novelas sociales con la diferencia de que aquéllos tratan de pura historia aunque es «historia entretejida con lo más cuotidiano» (pág. 88). En contraste con los Episodios, Galdós pinta en las novelas sociales «la historia absorbida y reflejada por el mundo de lo doméstico en su calidad de cimiento de lo histórico, de sujeto real de la historia» (Zambrano, pág. 88). Lo que dice Tubino de los cuadros históricos preferidos de la pintura española refleja este «ayer histórico» y puede decirse también de la técnica de Galdós en los Episodios: «No puede afectarnos en igual grado el heroísmo de Numancia que el de Zaragoza» (pág. 75). Hinterhäuser habla de los pintores que se inspiraban en el pasado reciente y del hecho de que a Galdós, como era de esperar, le interesaban estos pintores (pág. 358). Pero hay también un ayer lejano en la obra de Galdós, un ayer más noble y menos violento que el ayer cercano, un ayer que representa la génesis de los personajes y de los acontecimientos actuales y que se evoca en forma de iconografías de la hidalguía castellana.

 

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Ver en este mismo número el documento de Ruth Schmidt. (Nota del Director.)

 

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José Schraibman, «Cartas de Manuel Tolosa Latour a Galdós», en El Museo Canario (Las Palmas), 1961-1962, núms. 77-84, págs. 171-186. Sobre Tolosa Latour (1857-1919), véase además las Memorias de Galdós (Obras completas, ed. Aguilar, t. VI, Madrid, 1951, págs. 1.688b-1.689a), el prólogo a Niñerías, obra de Tolosa (ibid., págs. 1.479-1.482), y William H. Shoemaker, Los prólogos de Galdós, México, 1962, págs. 20-21 (núm. 9).

 

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El libro fundamental sobre Lerchundi sigue siendo el del P. José M. López, El Padre Lerchundi, Biografía documentada, Madrid, 1927. Lo utilizaré copiosamente. En las Memorias de un viejo tangerino de Isaac Laredo (Madrid, 1935) figuran unas páginas muy simpáticas sobre Lerchundi (págs. 155-158), pero no añaden prácticamente nada a la biografía del P. López. En cambio, recordaré que en dicha obra de Laredo hay, en la pág. 38, la fotografía de un grupo con Galdós, sacada cuando éste hizo un viaje a Tánger en 1904 para preparar el Episodio Aita Tettauen (sobre aquel viaje de Galdós, véase Robert Ricard, Etudes hispano-africaines, Tetuán, 1956, pág. 158 y pág. 175).

 

167

Chipiona se encuentra en la costa atlántica de Andalucía, al noroeste de Cádiz y al sureste de Sanlúcar de Barrameda. El sanatorio de que se hablará luego está ubicado un poco al sur de la población.

 

168

Sobre la fundación del colegio franciscano de Chipiona, véase José López, El Padre Lerchundi, págs. 119-142.

 

169

Esta carta viene reproducida íntegramente en José López, El Padre Lerchundi, págs. 382-384. Frente a la pág. 384 hay una fotografía de Tolosa Latour. A éste se refiere Lerchundi en otro pasaje de la misma carta a la Reina Regente: «Yo, Señora, que desde que conocí los propósitos nobilísimos del doctor Tolosa los hice míos y me decidí a llevar mi grano de arena a su realización...» (pág. 383).

 

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El P. José López (Lerchundi, pág. 385, n. 1) ha manejado el original italiano y añade que su traducción castellana -que es la que reproduce en la pág. 386- se publicó en una hoja suelta que se repartió para hacer propaganda en España.

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