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Callar en buena ocasión o Muerto vivo y enterrado

Antonio Mira de Amescua



     [Nota preliminar: Edición digital a partir del manuscrito de la obra depositado en la Biblioteca Nacional de Roma (69-2-B-9-3) y transcrito por John V. Falconieri para la edición de Kassel, Reichenberger, 1992. Col. Ediciones Críticas, nº 35.]



                   PERSONAJES
 
SANCHO.
RODRIGO.
GARCIA.
LISARDO.
MINGO.
CESAR.
LUCRECIA.
MARGARITA.
REY, de Aragón.
FABIO, un criado.
GERONIMO, el secretario.
YSABELA.
 
 
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Acto I

Hablan dentro DON SANCHO DE ARAGON y RODRIGO su criado como quien caen de un cavallo
SANCHO Valgame Dios.
RODRIGO Valga y lleve
cavallo español y onrrado.
¿As parido o rrebentado?
No responde ni se mueve.
(Salen.)
Mejor sepulcro mereze
que Buçefalo, pues dio
la vida a quien lo crio.
SANCHO ¿Cuantas oras corio.
RODRIGO Treçe
y yo por añadedura.
SANCHO Bravo aliento, español brio.
RODRIGO Al fin diçipulo mio.
SANCHO Diçes bien, que es tu locura.
RODRIGO Siempre la quise engañar:
Quando a tu dueño llevares
advierte que no te pares,
rebentar y no parar.
SANCHO Bien tu dotrina cunplio.
RODRIGO Eran los vientos sus pies.
SANCHO Miraste, Rodrigo ¿ques
aquello en que tropeço?
RODRIGO Dexa que amanezca el dia
que ya pide de vestir
el alba para salir,
llena de mas alegria
que tu pecho.
SANCHO Diçes bien
que a mi tristeça no yguala
la misma muerte.
RODRIGO Ques tan mala
una ausençia.
SANCHO No ai desden,
no ai zelos y no ay olvido
como ausençia y es mas fiera
quando bolver no se espera,
a ver lo que se a querido.
Mi ausençia no es diferente
del morir, pues ver no espero
a la ynfanta. Al fin yo muero
desesperado y ausente.
RODRIGO Ay de aquel que ayer corrio
sin vida y sin esperança
y la punta de una lança
por un ojo se espeto.
Aquel sigue muerto. Veo
no al que huiendo escapa
y llega a tierra del Papa
que desdichado torneo
nunca a Napoles viniera,
nunca saliera de España,
nunca yo a la ynfanta viera.
SANCHO Nunca, siempre te acompaña
ese terror.
RODRIGO Sienpre me alegra.
Jamas el pesar me mata.
Y agora a la luz mulata
ni bien blanca, ni bien negra,
ni bien noche, ni bien dia,
uno a cavallo diviso.
SANCHO Reconoçe y, dame aviso.
RODRIGO Sin duda ques don Garcia,
pues del cavallo se apea
y a nostros viene. Sea
un bien venido.
SANCHO Don Garçia.
GARCIA Mi señor,
¿Como a venido tu alteça?
SANCHO Con cuidado y con tristeça
con sobresalto y amor.
¿Que ay de nuevo?
GARCIA. Que promete
diez mil ducados el rey
por tu cabeça.
SANCHO ¡Que ley!
A quien culpa no comete
ordeno pena jamas.
GARÇIA Con el ynteres anima
tu muerte.
RODRIGO En poco te estima;
diez mil ducados no mas.
GARÇIA Quien eres aun no a sabido.
Traidor español te llama.
SANCHO Con el tiempo y con la fama
vera bien que no le e sido.
Todo el mal me viene junto;
mis confusiones son muchas.
Escucha.
RODRIGO Mientras escuchas
voi a velar el defunto. (Vase RODRIGO.)
SANCHO De la ynfanta Margarita
vi el retrato quel pincel,
valiente como fiel,
sonbras y cexos ymita.
Su hermosura es ynfinita;
fuerça fue amar. Si la vi
ame, y al pincel crey.
Mira tu en mi ynmenso amor
que tal sera el resplandor
cuia sombra abrasa ansy.
A la dama que en la ydea
del retrato traslade
con tanto fervor ame;
que ya que el alma desea
la verdad, dudo que sea
mas el amor que causo.
Porque cuando el alma vio
de su ydea la verdad,
creçio en ella la veldad;
pero el amor no creçio.
Como el que a si mismo se ama
adore con atencion
mi propia ymaginaçion
porque alli estava mi dama.
En esto llego la fama
de las fiestas que haçia
Napoles (ynfausto dia)
y yo con nueva locura
quise mirar la pintura
que estava en mi fantasia;
y como no ay resistençia
que a un amor ardiente cuadre
sin pedillo al rey, mi padre,
su consejo y, su liçençia
sali de Aragon. Paçiençia.
Ai, infelize memoria
pues refiriendo la ystoria
de afectos traxicos siento
entre nuves de tormento
unas vislimbres de gloria.
Entregueme al mar osado
y de un leño fie la vida,
mal guardada si atrevida,
a golfo mal sosegado.
Pero estava enamorado
que mucho que me atreviera
a una tabla si pudiera
como Leandro pasar
al mar Tirreno y llegar
con mas dicha a su ribera.
Mas que mar vençiera el fuego
de los volcanes del alma?
Llego pues con dulçe calma
a Napoles y aunque çiego
miro alegre, quando llego,
la mas hermosa çiudad
del mundo en su veldad
como en sombre y en figura
reconoçi la ermosura
que hundio mi voluntad.
Entre el concurso estranjero
de alemanes y de ingleses,
españoles y franceses
de ordinario Cavallero
por la plaça y al primero
de sus alegres festines,
vi entre varios serafines,
una veldad milagrosa,
del modo que esta la rosa
entre pequeños jazmines.
Alli tras dos alemanes
dançe con brio español
que tanbien pareci sol
entre los demas galanes,
que españoles son ymanes
de las damas extranjeras.
Alli atrevido me vieras
sacar la ynfanta a dançar,
que fue atreverme a parar
las çelestiales esferas.
Salio, danço y al asir
un blanco lienzo que adoro,
que para onesto decoro
la mano suele suplir,
paso, le pude deçir
el que adora esta ocasion
el principe de Aragon;
y ella sin yra ni enojos
ni respondio ya a mis ojos
se lo aviso el coraçon.
Al paso de mis deseos
mis meritos aumentava
pues tanbien me señalava
en sortixas y en torneos
dile preçios y trofeos.
Y al fin que amava note
que en cosas de amor y fe
son los ojos mas prudentes
vidrieros transparentes
por donde el alma se ve.
Llego el ultimo festin.
Dançar el amor me manda;
y en vez de lienço una vanda
saco la ynfanta. Y en fin
finxio torçerse un chapin
alborotose la jente
y ella, amante tan prudente,
con la vanda me dexo
y, a su asiento bolvio,
como el sol a su poniente.
Su hermano, por feneçer
diversas fiestas, que dallo
un torneo de a cavallo
quiso, ay di mi, mantener.
A la plaça salio ayer
mas gallardo y mas biçarro
quel sol en su ermoso carro
mas mostro el çielo divino
que aunques el rey oro fino
tiene la vida de barro.
Estava el principe ufano
vençedor para triunfar
quando me vio derribar
a un marques napolitano.
La lança vibro en la mano.
A mi se quiso venir.
Seña yçieron de partir.
Corremos traxico dia.
Ya lo viste, don Garcia,
yo no lo açierto a deçir,
por media de su visera
mi atrevida lança entro
y en su vida se quebro.
Sabe Dios si lo quisiera.
Boçes dio el rey: ¡Muera! ¡Muera!
Yo, ynocente y advertido,
entre el confuso ruido
mencomande a mi cavallo;
y en estos montes me hallo
de pena y de amor herido.
Dame, amigo don Garcia,
pues que de España veniste
y mis desdichas seguiste,
consejo, por que porfia
mi temor con mi osadia
y mis afectos jentiles,
yntrincados y sutiles,
se confunden, y en mi pecho
una republica an hecho
llena de guerras çiviles.
Facil consejo tenemos,
si es que tu alteza le toma.
Salva tu vida y a Roma
huiendo del rey lleguemos
que los ardientes estremos
de este peregrino amor
concluido o con valor
hara el tiempo que te nieguen
quando las armas sosieguen
que oy administro el favor.
(Sale RODRIGO.)
RODRIGO Mal aguero. Un hombre muerto.
Es el bulto en que caio
nuestro cavallo.
SANCHO Pues yo
en presajio tan ynçierto
el remedio fundare
de mi confuso cuidado
que dalle tiene.
RODRIGO Estremado
sin duda que noble fue.
GARCIA Tal traiçion en tal lugar
de vandoleros a sido.
RODRIGO Antes esta bien vestido
no le quisieron robar;
pero el rostro esta desecho
de suerte que no ay facçion
entera.
GARCIA Terrible acçion.
SANCHO De soberano provecho
es el ynjenio del hombre.
Quitadme estas armas luego
y un no pensado sosiego
mi cruel desdicha asombre.
No sabe lo que es amor
quien maquinar no yntenta.
Desarmadme aprisa.
RODRIGO Yo ni se armar ni desarmar.
En ninguna question mia
vesti manopla ni arnes.
Mis armas fueron mis pies.
GARCIA ¿Tiravas cozes?
RODRIGO Huia.
SANCHO Que ese cadaver elado
aveis de armas. Advertid.
RODRIGO Ese es el cuento del Çid.
SANCHO Es remedio a mi cuidado.
RODRIGO Linda acçion por ella sola.
Sospecho y es caso çierto
que se dijo al asno muerto
poner çebada a la cola.
Con nuebe eridas o diez
perdio el pobre el respirar,
y tu le mandas armar
por que no muera otra vez.
SANCHO Eres al fin mentecato
y de mi yntento te apartas.
Ponle en el pecho estas cartas
y este divino retrato.
RODRIGO Labradores van saliendo
de esa deleytosa aldea.
SANCHO A quanto el alma desea
va el ynjenio respondiendo
tanbien tratando de servir
que ellos raçon fundamento
del engaño que yo yntento.
RODRIGO Enpeçemos a vestir
este defunto entretanto.
SANCHO Entretanto
prevendre a los labradores.
(Salen LISARDO y MINGO villanos.)
LISARDO Ya a derramado en las flores
el alva su tierno llanto,
y ya el sol reçien naçido
esta llamando a su puerta.
Despierta, Mingo, despierta,
que vienes medio dormido.
MINGO Son mañanitas de mayo
y asi con tantos vesos
nos mete el sueño en los guesos
un pereçoso desmayo.
SANCHO Guarde dios los buenos ombres.
LISARDO El mismo su guarda sea.
SANCHO ¿De donde sois?
LISARDO Desa aldea.
SANCHO Deçidme amigos, los nombres.
LISARDO Lisardo y Mingo.
SANCHO Lisardo,
buscando os vengo, que espero
açeros rico.
LISARDO Ni quiero
esa dicha ni la aguardo.
Contento estoi con mi suerte.
SANCHO Si se viene la ventura,
no admitilla es gran locura.
Ya sabeis los dos la muerte
del principe.
LISARDO En el torneo
suçedio ese caso ayer.
Mataronle sin querer
anoche paso un correo
avisando que daran
gran dinero por la vida
del español omicida.
Diez mil ducados nos dan.
SANCHO Que yo al español mate;
pero soy tan desdichado
que agora estoi desterrado
de Napoles. No osare
entrar alla, y asi quiero
que allevar el cuerpo vais;
y quando ricos volvais
partiremos el dinero.
Que anbos le distes la muerte,
direis al rey.
MINGO Desta vez
condes, bolvemos, pardiez.
SANCHO Sera rica vuestra suerte.
LISARDO Donde esta el muerto.
SANCHO Durmio
esta noche entre esos ramos
y una peña le arrojamos
mis compañeros y yo.
Ola, amigos, ya tenemos
quien este español sin ley
lleve a los ojos del rey,
ya que los tres no podemos.
Veisle alli.
MINGO Vestido esta
de hierro, por vida mia.
Sobre ese asno que venia
allevar la leña yra.
LISARDO Ea, pues, Mingo, disponte,
que esta dicha no es pequeña.
RODRIGO Al monte venis por leña
y llevais carne del monte.
MINGO Vamos a cargar el muerto.
Ricos somos o enpicados.
LISARDO O santos diez mil ducados.
SANCHO No olvideis nuestro conçierto.
(Vanse los villanos.)
GARCIA ¿Que es lo que intentas señor?
SANCHO Que el rey por muerto me tenga,
y su vengança no venga
a ynpedir mi mucho amor.
Creyendo que soi escombre
no me buscaran; y asi
me podre quedar aqui
desfraçado en traje y nombre.
Siempre anduve recatado
y solo me a conoçido
la ynfanta. Porque e bibido
al descuido con cuidado,
mal me podran conoçer.
RODRIGO Ellos te asiran del hopo
una fabula de Ysopo.
Sabio exenplo te a de ser.
Vio el asno mentecaton,
con sus discursos bestiales,
que todos los animales
respetavan al leon.
Como neçio le enbidio.
Ser quisiera como el
y allando acaso una piel
de leon se disfrazo.
El tigre ya lo temia
al asno, y el mui contento
viendose leon jumento
de su temor se reya;
fue a bramar y rebuzno.
Las fieras le conoçieron
y de suerte le pusieron
que ser soberbia pago.
Mira, señor, lo que haçes.
Vamos a tierra de amigos.
Lobos son los enemigos.
No te quedes, ni disfraçes.
Todo lo descubre el sol;
disimularte es en vano.
Que yendo a hablar en toscano
rebuznaras español.
SANCHO Lindamente me motejas.
El asno soi en tu exemplo.
RODRIGO Y aun a sido. Te contemplo
de la cola y las orejas.
SANCHO Tenido una vez por muerto
seguro estoi de ese error.
Tu as de yr como labrador
a ver si me sale çierto
este engaño,
RODRIGO A mis temores
ese añades, y me das
tal peligro.
SANCHO Sin el vas
entre aquestos labradores.
RODRIGO Todos tras el vamos çiegos.
Plega Dios que a España vea.
Dios me lleve alla aunque sea
a bibir entre gallegos.
(Vanse todos.)
(Salen CESAR, GALAN, y LUCRECIA.)
CESAR Lucreçia ya te confieso
que te devo ynmenso amor,
y se bien que tu valor
es con soberano eçeso;
pero no deves por eso
obligarme a amar tanbien.
Y no es yngrato desden
quien mi lengua osada mueve,
porque el ombre cuerdo deve
ynquerir su propio bien.
LUCRECIA Luego es mal tener memoria
de mi amor.
CESAR No digo tal,
porque no puede ser mal
lo que causa tanta gloria.
Pero cuando es tan notoria
la ventaxa o diferençia
no es cordura ni es prudençia
resistir con fuerça tanta.
Yo te olvido por la ynfanta.
Lucreçia ermosa, paçiençia.
LUCRECIA Confesandote deudor
olvidas rigor estraño.
CESAR No es cruel el desengaño
al prinçipio del amor.
Este es el primer fabor
que a tus dulçes labios devo.
Que mucho pues si me atrevo
Lucreçia a desengañarte
si renaçe en otra parte
mi amor como Fenix nuevo.
LUCRECIA Y en esa acçion as mostrado
poco amor y poco seso.
CESAR Eso Lucreçia te niego.
Mucho seso y mucho amor
diras que muestro mexor.
Porque si yo el alma entrego
a la ynfanta, y a ser llego
querido de su ermosura,
un rey sere por ventura.
Y si yo llego arreynar
¿en quien se podran allar
mas amor y mas cordura?
LUCRECIA Pues ya te juzgas amado,
biendo quen amor no ai ley,
y de la ynfanta y el rey
yerno amante y eredado
te tienes considerado.
Zesar, tu mal es eterno.
CESAR Principe soi de Salerno,
deudo del rey y tu primo,
que con su sangre me animo
a juzgarme ya su yerno.
Señora, la ynfanta viene.
Si sabes lo que es amor
da a mi yntençion el fabor
que mi fortuna previene.
LUCRECIA Neçia es la mujer que tiene
amor a quien la despreçia.
CESAR Lexos estas de ser neçia.
Pero no ruegues a un ombre
ni ofendas el casto nombre
que tienes, bella Lucreçia.
LUCRECIA Mira, Zesar, lo que diçes
que yo no ruego ni ynfamo
mi onesto nombre, pues amo
con castos aunque ynfeliçes
con mi agravio tu mudança
que esta engañosa esperança
de tus ruegos a naçido.
Mas yaçe buelto en olvido
lo que era en mi confiança
agradeçida a tu amor
correspondi no rogando,
como diçes, ni ynfamando,
mi ylustre y casto valor.
Pero ya sera furor
lo que antes era blandura.
Quedate neçio y procura
sin prudençia y sin aviso
morir como otro Narciso
a manos de tu locura.
(Vase y encubrese bajo de una cortina.)
CESAR O bien aian tus enojos
pues me dan dulçe ocasion.
La ynfanta llega. Afiçion
salid del alma a los ojos,
no con semblantes de antojos
sino de amor berdadero,
porque entienda lo que quiero,
porque crea lo que adoro.
LUCRECIA Morire si aqui no espero.
(Sale la ynfanta MARGARITA.)
MARGARITA Hado, adverso que me quitas
de un golpe y en un ystante
el ermano y al amante,
¿porque el rigor exerçitas?
Amor, a la muerte ymitas.
¿Porque con ella te juntas
y a mi libre pecho apuntas
quando ella tira a mi ermano?
¿Porque dejas tan temprano
mis esperanças defuntas?
Ay, don Sancho, que a de ser
de mi, triste. No lo entiendo.
A mi me matas queriendo
y a mi ermano sin querer.
Quando vio el mundo mujer
de mas desdicha y mas fe,
que mi mismo amante de
muerte a fuerça del destino
a mi ermano quando vino
pero a mi quando se fue.
CESAR La fortuna y el amor
ayudan a los osados.
Animo pues mis cuidados.
Cobrad aliento y valor
al que pide con temor
facilmente se le niega,
pues que Lucreçia me ruega.
Dicha tengo con mujeres;
pensamiento feliçe eres.
Osado y alegre llega.
Zesen, hermosa señora,
tus tristeças y tu llanto,
que no es bien que duren tanto
las lagrimas de laurora.
MARGARITA La que justamente llora
mal se puede consolar.
CESAR Tambien un airado mar
brevemente se serena.
MARGARITA No ai abismo que a mi pena
puedes, Zesar, comparar.
CESAR Bien hallare dentro de mi
mal tan grande aunque secreto
y disimulo el efeto
aunque no lo reprimi.
De manera que ay aqui
abismos a que compares
tus tristezas y pesares.
MARGARITA No seran de tal valor.
CESAR Bien juzgaras que el maior
si mi mal considerares.
Dime a quai pasion se deve.
Que mas el alma se aflixa
a una muerte mui prolija
o a una desgracia mui breve.
MARGARITA A maior lastima mueve
la muerte que mucho dura.
CESAR Luego, si alguna hermosura
me mata prolixamente,
maior pena es la que siente
mi corazon.
MARGARITA Que locura.
Yguales ziega pasion
a un devido sentimiento.
CESAR En llegando a ser tormento
todo es uno.
MARGARITA Y la razon
en esa conparaçion
gran diferencia no a puesto,
si mi dolor es onesto
y el tuio torpe.
CESAR Señora,
el que onestamente adora
a la razon nos a opuesto.
LUCRECIA Queste yngrato no repare
en que el tiempo del dolor,
turbale la lengua, amor,
para que no se declare.
MARGARITA Dime, Zesar, ¿el que amare
a sentir no esta obligado
gusto en su mal y cuidado?
CESAR Sy.
MARGARITA Pues como loco ynjusto
con pasiones que dan gusto
mi dolor as consolado.
Musica en luto. ¿No sabes
que es locura y necedad
tu apetito y liviandad?
Mezelos en cosas tan graves.
CESAR Si con palabras suaves
a de templarse el dolor,
¿que mas suaves que el amor
que las pasiones nos quita?
LUCRECIA Defiendete Margarita.
Venceme a mi en el valor.
MARGARITA Vete, Zesar, no consueles
las lagrimas y tristeza
que enseño naturaleza
a los pechos mas crueles.
Vete y calla, y no reveles
ese amor que te engaño,
ni a quien las causa te dio.
Y si eres querdo esto baste.
LUCRECIA Asi, asi, loco. Pensaste
que eran todas como yo.
CESAR Por exemplo proponia
esa amorosa pasion,
que no a sido mi yntencion
MARGARITA Calla, que en vano porfia
quien quiere dar alegria
a mi dolor y cuidado.
LUCRECIA Tu vas mui bien despachado.
(Encuentra con LUCRECIA al irse.)
CESAR No fue esta ocasion la mia.
LUCRECIA Ya veras si no estas ziego
que yo sola soy la necia.
CESAR Esto faltava, Lucreçia
(Repite lo ya dicho por ZESAR.)
LUCRECIA Porque si yo el alma entrego
y la ynfanta, y a ser llego
querido de su hermosura,
un rey sere por ventura.
Y si yo llego a reynar
en quien se podran hallar
mas amor y mas cordura.
CESAR ¿Ganose Troia en una ora?
LUCRECIA ¿Benciola la fortaleza
o el engaño?
CESAR Que belleza
no quiere tiempo y porfia.
LUCRECIA ¿Y que necio no confia
mas de si de lo que deve?
CESAR Fuego vi donde uvo nieve;
mas quiero desden alli
que ser querido por ti.
LUCRECIA Y yo voi vengada aleve. (Vanse los dos)
MARGARITA Que este atrevido no advierte
que aumenta mas mi dolor
si tratandome de amor
quiere tenplar una muerte.
El un mal y el otro es fuerte
y en ellos lloro perdida
la esperanza de una vida
y de la gloria de amar
que se pueden comparar
al morir y a una partida.
(El REY sale.)
REY Miro de lagrimas llenos
essos ojos que alegrar
solian quando serenos.
Y te vengo a consolar
como si llorara menos.
Hija amada, no derrames
divinas perlas ni llames
mas la muerte que no es xusto
que con eterno disgusto
nuestras dos vidas desames.
En tu vida esta la mia
porque solo en tu belleza
mi cansada edad confia.
Modera pues la tristeza
con senblante de alegria.
Consuelete la esperanza
que si mi poder alcanza
al español omicida
pues no puedo darle vida
dare a tu ermano venganza.
MARGARITA La venganza no mitiga
en animo generoso
el dolor y la fatiga;
hecho sera mas glorioso
que el español no se siga.
El fue culpado ynocente
y en los ojos de la jente
ygual lastima causo
el muerto y el que mato
temiendo el rigor presente.
Mira, señor, lo que haces,
ques principe de Aragon,
a lo que pienso, y desaces
con valerosa naçion,
eternamente las paces.
REY Como es virtud la justiçia
mi umano interes codiçia
ni teme poder umano
yo perdi hijo, tu ermano;
fuerça fue de su maliçia.
(Sale un criado.)
CRIADO Aqui estan tres labradores
que traen a tu majestad
un presente.
MARGARITA Mis temores
con cualquiera novedad
hacen mis penas maiores.

(Salen los labradores con el muerto armado y vestido como estava don SANCHO con botas y espuelas)

LISARDO Rey ynvido y poderoso,
que del reyno mas ermoso
eres el umano sol,
aqui traigo al español
cruel y facineroso.
Un peñasco le arrojamos
quando esta noche dormia
entre unas flores y ramos
y a la eterna luz del dia
los parpados le zerramos.
Por manos rusticas tienes
la venganza que previenes.
MARGARITA ¡Ay cielos, dasme valor!
Ven, muerte, en tanto dolor
como cruel te detienes.
REY Aveis labradores hecho
una acçion noble y fiel
dando sosiego a mi pecho.
Mirad vosotros si es el.
(Descubrele un criado que estara en una silla cubierto con un tafetan.)
FABIO Tiene el rostro tan desecho
que apenas se ve facçion.
GERONIMO La vanda y sus armas son.
FABIO Y una carta tiene aqui.
REY Ved la firma.
FABIO Dice asi:
Tu padre, el rey de Aragon.
MARGARITA Ya no puede mi recato
encubrir que el alma llora
por tu causa amor yngrato.
GERONIMO De la ynfanta mi señora
tiene tanbien un retrato.
(Esto le van sacando de las faldrequeras)
MARGARITA Valgame dios.
REY De aver visto al matador
la a desmayado. Traed
agua aprisa.
RODRIGO Agua sin sed,
fuego supone de amor.
GERONIMO Agua.
(Vanse los criados)
RODRIGO No pudo encubrillo.
Desmayose el corazon
porque ravia por decillo.
REY Para el mal de corazon
tengo un precioso anillo.
Yo voi por el.
(Todos se an ydo sino solo RODRIGO vestido de villano.)
RODRIGO Y yo quedo;
aunque no libre de miedo,
acechando lo que pasa.
MARGARITA ¡Zielos, el alma se abrasa!
Tener paciençia no puedo
mi don Sancho; mas valiera
no verte yo eternamente
que verte de esta manera.
Bibieras mi bien ausente
y mi esperanza bibiera.
Ya sin consuelo me dexas
y de la vida me alexas.
Como señor no corriste,
sin duda te detuviste
a mis lastimas y quejas.
El alma en tu pecho e puesto
con amor casto y onesto.
La muerte lleva dos palmas
pues que teniendo dos almas
pudiste morir tan presto.
Ser quisiera con tu espada
otra Tisbe enamorada
pero matarme el bibir
puede llorar y sentir
esta muerte desdichada.
Llore tu ausençia y bolver
pretendiste porque amaste
y otro Leandro as de ser
que un mar de sangre pasaste
solo por venirme a ver.
¿Porque no huiste, señor,
con las alas de tu amor?
Pero el mismo amor seria
remora que detendria
el curso de tu valor.
Piedad amor ynconstante
porque son brasas que ynflaman
el pecho, mas de diamante,
lagrimas que se derraman
sobre sangre de un amante.
¿Que Porçia avra que me yguale?
Mi firmeza al mundo asombre
y te doi, si amor no vale,
palabra que a ningun ombre
dare esta mano.
RODRIGO El rey sale.
MARGARITA Mano barbara omicida
que aprendiste de las fieras
para quitarme la vida,
nunca a Napoles vinieras.
O, mal haya tu venida
mano de aquel enemigo
que tan cruel fue conmigo,
mano que cuesta tan cara. (Aparte y recio.)
¡Quien del brazo te cortara
para tenerte conmigo!
(Sale el REY y criados.)
REY Hija, el desmaio pasado
en venganza y en furor
miedo y orror no te a dado.
MARGARITA Poco es sin duda mi amor
pues que esta disimulado.
REY Retirad el cuerpo en tanto
que se sepulte y despues
quiza cesara tu llanto.
Perdiste un ermano y ves
al matador, no me espanto
aunque es dolor mas que umano
el tuio. Pues tan en vano
consuela en mal tan prolijo
un padre que pierde un hijo
a la que pierde un ermano. (Vase.)
(Llevan el cuerpo.)
MARGARITA Ay, don Sancho, sin ventura
mira la ynfelice suerte
de quien amarte procura,
quel favor que puedo acerte
solo es darte sepoltura.
(Salen ZESAR y LUCRECIA.)
CESAR Lucreçia, yo no te entiendo.
Tu dices que me aborrezes
y luego amante parezes
que celo esta pidiendo.
Finxiste un monte de yelos
y luego en espacio breve
lo que eran Alpes de nieve
Etnas son y Mongibelos.
Si me olvidaste no ynpidas
que ame en otra parte yo;
si tu fe no me olvido,
¿porque dices que me olvidas?
Ni amor ni desden te pido.
No muestres rostro traidor
disimulando el amor
con mascara del olvido.
LUCRECIA No nace mi sentimiento
de amor, sino de la ofensa
y asi se engaña quien piensa
ques uno mesmo el tormento
del agravio y de los celos.
Y el que siente la mudanza
por lo que pierde, este alcanza
los Etnas y Mongibelos
que tu dices y el que siente
como querdo y como sabio
la mudanza por su agravio
no es celoso, mas prudente.
Tu, dos años me as querido.
Mostre amor a tus porfias,
asme olvidado en dos dias.
Tengo años y lo e sentido.
CESAR ¿Yo no te servi y ame
gran tiempo sin ver piedad
en tus ojos?
LUCRECIA Es verdad.
CESAR Pues si yo no me queje,
ama sin quejarte agora
otra vez, aunque no veas
en mi al amor que deseas.
LUCRECIA ¿Y que mas siglos que un ora
de agravios? ¿Que animo fuerte
no se anega en tal abismo?
CESAR Yo no padezco lo mismo.
LUCRECIA No fue agravo el no quererte.
CESAR Menos lo sera olvidarte.
LUCRECIA Quien ama lo que no amo,
ni fabor ni agravio dio.
CESAR Luego mas hize en amarte
y asi podras perdonar
por el bien de aver querido
el agravio del olvido.
LUCRECIA Eres sofista en amar.
(Sale el REY.)
REY Zesar.
CESAR Señor.
REY Los cuidados
olas son que al alma llegan
unas tras otras y anegan
los animos mas osados.
Tras la tristeza ynmortal
de la trajedia pasada
considero a España armada
contra mi.
CESAR No temas mal.
REY Fue don Sancho de Aragon
el omicida y ansi
aunque no le conoci
queda en pie la presunçion.
CESAR Si el al principe dio muerte
sin querer y muerto a sido
tanbien sin ser conocido
ygual a sido la suerte.
REY Con todo nos prevendremos
para no temer despues.
CESAR Si con secreto no es
sospechosos nos acemos.
(Sale MARGARITA.)
MARGARITA Mi Lucreçia, e de buscarte
quando as de darme consuelo.
LUCRECIA Yo crey que solo el cielo
pudiera ya consolarte.
Mas ya ¿que remedio pides?
y medico buscare yo.
Pienso curarte.
MARGARITA Eso no,
si del cuerpo no divides
el alma que ya rebienta
por decirte su dolor.
LUCRECIA El mal contado es menor.
La amistad lo alivia. Quenta.
(Sale el SECRETARIO.)
SECRETARIO Un frances, como a sabido
el sentimiento que ay
en tu palacio, te tray
un presente entretenido.
REY Di que entre.
MARGARITA Si como es
de Francia de España fuera
alivio me prometiera.
(SANCHO en abito de frances, RODRIGO de loco, GARCIA como loquero.)
SANCHO No te turbes mal frances.
RODRIGO Bubas te llamo.
GARCIA                              Señor,
al gran duque de Ferrara
llevava por cosa rara
dos locos de tal umor
que alegraran la ciudad
con donaire y agudeza
y sabiendo la tristeza
que tiene tu magestad
me parecio conveniente
a tu palacio este don.
Los dos pacificos son
pero de umor diferente,
la gravedad deste espanta
y es la locura en que a dado
que es principe enamorado
de una bellisima ynfanta.
Y asi en viendo una muger
fuego la ynfanta la llama
la cela, requiebra y ama
con tan cortes proceder
como si fuera de veras.
Todos sus discursos son
de su amorosa pasion
con mil gustosas quimeras.
Este es loco abufonado,
vario y alegre.
RODRIGO                        Di, necio,
¿quieres nos poner en precio
que tanto le as ynformado
(...) a un corredor
que dos borricos vendia?
SANCHO ¿Donde estas ynfanta mia
que no te duele mi amor?
REY ¿Como te llamas?
SANCHO                             Roldan,
de Angelico enamorado
que ella el seso me a quitado.
RODRIGO Roldan se llama el galan
despues que a esta corte vino
loco de amor verdadero,
pero yo se que primero
tuvo nombre de cochino.
LUCRECIA Dinos el tuio, bufon.
GARCIA Dira locuras a pares.
RODRIGO Sin ser de los doze pares,
yo me llamo Galalon.
LUCRECIA Quenta, Roldan, tus amores.
SANCHO ¿Sois reyna?
LUCRECIA Condesa soy.
SANCHO Pues, condesa, yo no doi
sino a ynfantas mis fabores.
REY Pues esta la ynfanta es.
(De rodillas.)
SANCHO Hermosisima señora,
el principe que te adora
esta rendido a tus pies.
No creas que esta locura
es frenetico furor
porque nace de mi amor
y mi amor de tu hermosura.
Alegra el semblante esquivo
que aunque loco y muerto soy
en la apariencia yo estoy
amandote querdo y bibo.
Mira si tiene valor
ese amor que en mi se ve
pues muerto te guardo fe
y loco te tengo amor.
Loco y muerto me confieso,
mas con tu fe prometida
¿para que quiero la vida
y para que quiero el seso?
Vi tu beldad apacible
y fue forzoso adorarte,
porque verte sin amarte
es el mayor ymposible.
A un papel que te escrivi
tus candidas manos bellas
letras formaron o estrellas
donde mi dicha ley
y oi tu me quieres bien
y bibo y querdo me viste.
La locura es estar triste.
RODRIGO Por siempre jamas amen.
LUCRECIA Que locuras encadena.
MARGARITA Sin duda que cuerdo amo
y en la memoria guardo
los especies de su pena.
LUCRECIA (A RODRIGO.) ¿Quien el seso te a quitado?
RODRIGO De contajio es mi locura.
LUCRECIA ¿De que suerte?
RODRIGO Soi hechura
deste loco enamorado.
Cada loco deve acer
ciento, segun el refran.
Topo conmigo Roldan
y el primero vine a ser;
es el segundo que cuento
el que nos guarda a nosotros
hasta llegar a los ciento.
REY Luego seremos por el
locos todos.
RODRIGO Yo tal digo.
REY Pues yo quiero ser su amigo.
SANCHO Teneis cara de cruel.
CESAR Yo, Roldan, ¿de que la tengo?
SANCHO Vos de amante porfiado.
LUCRECIA O, como el loco a acertado,
de mis agravios me vengo.
MARGARITA ¿De esa locura en que estas
piensas sanar algun dia?
SANCHO Quando tengais alegria.
LUCRECIA ¡O que tarde sanaras!
SANCHO Porfiada sois por Dios
condesa no fistes vos.
Dexadme hablar con la ynfanta.
REY Hija, con el te divierte,
ques su locura apacible.
SANCHO ¿Que alegrarte es ynposible?
MARGARITA Si, Roldan, hasta la muerte.
SANCHO Animo. Ten esperanza.
MARGARITA La que ynposibles espera
loca esta.
SANCHO Desa manera
seras muger sin mudanza.
MARGARITA En la tristeza, es verdad.
SANCHO ¿Y en el amor?
MARGARITA No le tengo. (Vase.)
SANCHO Desa suerte en vano vengo
a pretender tu piedad.
Si amor le quito el juicio
ese sistema a de ser.
Hizisteme un gran placer.
GARCIA Llamale umilde serviçio.
SANCHO Loco, adios. Buelben tu acuerdo. (Vase.)
SANCHO Tiernamente la mirais
pues, por Dios, si porfiais
queste loco os aga cuerdo.
RODRIGO ¿Señor, en que te as metido?
SANCHO En mi amorosa porfia.
No va mal, mi don Garcia.
GARCIA Lindamente a sucedido.
SANCHO Ya no temo adversidades.
RODRIGO Bibe Dios, pues loco soi
que me an de llamar de savoy,
boca de todas verdades.

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