Canción en elogio de Francisco de las Cuevas
María de Zayas y Sotomayor
Quisiera, pluma mía,
que de deidad un resplandor tuvieras,
para que en este día,
a pesar de la invidia, te excedieras;
pluma de Homero fueras
que tanto el mundo alaba,
o aquesta lira maravillosa octava.
Dijera de Feniso,
Apolo desta edad, milagro nuevo,
cuanto miro preciso
en su elocuencia y a su genio debo;
mas contigo me atrevo
para que se presuma,
si hay cortedad, que solo está en la pluma.
De Castilla tesoro
es poco, pues llamarle Fénix puedo;
mas si al celeste coro
no subo su alabanza, corta quedo.
Sol le llamo, y no excedo
la gloria que se merece,
pues tanto en sus fortunas resplandece.