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Volumen 8 - carta nº 277

De JUAN VALERA
A   MARCELINO MENÉNDEZ PELAYO

Bruselas, 27 febrero 1887

Mi querido amigo Menéndez: Ahí tiene Vd. mil distracciones y ocupaciones. Yo aquí me aburro. La culpa no es sólo de esta gente, sino de mi salud quebrantada y de una profunda tristeza que por mil razones y por mil lados me abruman, Sin que todas mis filosofías optimistas basten a vencerla y a desecharla. Así, pues, yo busco consuelo en escribir a los amigos, y como. Vd. es el mejor, le escribo con frecuencia, aunque Vd. no me conteste.

Es más; yo no pido contestación a todo. Con no pedirla, me quedo en libertad de escribir a Vd. cuando se me antoje, y aunque nada tenga que decir, mientras que, si yo exigiese contestación, dejaría a veces de escribirle para no ponerle en la obligación de enjaretar una carta por cada carta.

A lo único que quiero que Vd. me conteste es a lo que le he preguntado sobre los estudios de mi hijo Luis. Renuevo a Vd. mi encargo de que reparta, cuando salga el tomo II de mis obras, los ejemplares a las personas que le he dicho. Como creo que olvidé algunas, las recuerdo ahora y las señalo en la lista: mi sobrina Antoñita y mi Jefe Oficial, D. Segismundo Moret.

¿Por qué tarda tanto en salir ese tomo II mío? No me explico la tardanza.

Un señor D. Juan L. Lapoulide, acompañándole con una carta muy lisonjera, me ha enviado un ejemplar de un libro suyo, titulado Descubierta. Me ha gustado mucho. Me parece de lo más discreto, espontáneo y agradable que he leído en estos últimos tiempos de novelas españolas. He escrito al Sr. Lapoulide, que me pedía mi parecer, dándosele muy favorable.

Cada día tengo más ganas de salir de diplomacia, de vivir en Madrid y en mi casa, y con mis libros y mis amigos de siempre. Si mi mujer se resignase a vivir con grande estrecheza, ya estaría yo ahí.

En fin, allá veremos cómo logro arreglarme. Quisiera yo pasar mi vejez tranquilo, en vida filosófica y contemplativa; pero para todo es menester dinero, sobre todo cuando se tiene familia costosa y difícil aunque agradable.

Ya hace días que mandé a Madrid el artículo IX. Ahora estoy en duda de si terminaré con el X o iré hasta el XII.

No me fío de los encomios de Vd., por lo bueno que es Vd. para conmigo, y como no hablan de mis artículos los demás, temo que no gusten. Albareda, ni con una buena palabra me los paga.

Adiós. Créame siempre su afmo.

Juan Valera

 

Valera-Menéndez Pelayo , p. 354-355.