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Volumen 6 - carta nº 202

De JUAN VALERA
A   MARCELINO MENÉNDEZ PELAYO

Cabra, 18 octubre 1883

Querido Menendez: No recuerdo bien si he contestado ó no á la última carta de Vd. del día 5.

En todo caso quiero escribir á Vd. hoy: día solemne para mí, pues cumplo la friolera de 59 años. Mentira me parece, pero vaya si es verdad.

Mi mujer, si algo no se opone á sus propósitos, debe salir hoy de Lisboa; de modo que estará ahí casi al mismo tiempo que esta carta. Yo no sé lo que haré, pero me alegraría de que mi mujer tomase casa capaz y se mudase antes de que yo fuese con los chicos, que están aquí conmigo.

No sólo la novela, que tengo prometida á Catalina, sino otros varios libros tengo yo vivo deseo de escribir y otras diversas obras literarias deseo con vehemencia realizar, y mientras mas viejo me voy poniendo mas lo deseo, receloso de que me sorprenda la muerte y se quede todo en el tintero. Por desgracia, un día tengo dolores reumáticos, otro día la tos no me deja tranquilidad ni gusto para nada, otro día, la bilis me atormenta y me llena la cabeza de pesados vapores; y otras veces estoy de perverso humor, apesar de mis filosofías que anhelo y pugno yo por que sean optimistas. Así resulta que escribo poquísimo, apesar de mi buena voluntad. En fin, allá veremos. Yo haré un esfuerzo y cumpliré todo lo prometido á los demas y á mí mismo.

Los días que he pasado en Málaga nada he podido hacer. Mi hermano no me dejaba parar y me tenía rendido a fuerza de querer obsequiarme y hacerme notar todos los adelantos y mejoras de su ciudad natal, que es aquella. Fábricas, quintas, jardines, viñedos, plantaciones de caña: todo lo he visitado. Estuve en Torre-Molinos, á ver las construcciones hidráulicas que traen de allí tanta agua á la vega y á la capital, y estuve tambien en El Palo, visitando un hermoso Colegio, que acaban de levantar, como por ensalmo, los Padres Jesuítas. Lo han hecho tan bien y tan pronto que parece el milagro de la lámpara de Aladino.

Los Padres estuvieron amabilísimos y en el fondo algo satisfechos en su amor propio, y con sobrada razon, al enseñarnos su obra.

Creo que uno de los Padres, que nos mostraban aquello, el más afilustrado, redicho y melifluo, se llama el Padre Moga. Me habló de Vd. como si tuviera con Vd. gran amistad, y me dió para Vd. y para Aureliano Fernandez Guerra mil cariñosas expresiones.

Málaga ha ganado muchísimo; pero yo veo allí, como en otras muchas partes y en otras muchas cosas, algo que me mortifica y contraría: a saber, cierta alianza entre el liberalismo y la barbarie y entre el no-liberalismo ó los que llaman retrógrados y la cultura. Los liberales, desde los mas conservadores á los mas progresistas, parecen unos bandidos salvages.

¡Qué diputaciones provinciales y qué ayuntamientos de ladrones y de brutos debe de haber habido y de haber en Málaga! Dá horror de ir por aquellas calles y por aquellos caminos. Ni en el centro de Africa han de estar peor. Si vá uno en coche, á cada paso teme romperse la crisma. Si vá uno á pié, se hunde en polvo, en lodo ó en basura, á cada paso. La ciudad casi está á oscuras, porque el ayuntamiento no paga á los del gas. El ayuntamiento, no obstante, ha contraído una deuda de 50 millones. Todo progreso ó se debe en Málaga al interés individual, ó á algun retrógrado, como el Colegio de los Padres y la bien ordenada y floreciente Escuela de Bellas-Artes y de Artes y Oficios, que casi puede decirse que creó, sostiene y mejora mi hermano, como Presidente de la Academia. Hay en ella 900 alumnos, artesanos los mas.

Mi hermano está ahora apuradísimo y rabioso, porque el ayuntamiento le ha dejado á oscuras: no tiene gas: las mas de las clases son de noche; y los alumnos no pueden ir á dibujar ó á modelar por falta de luz en este siglo de las luces. En cambio se ven con frecuencia concejales, que estan llenos de miseria y de trampas al ser elegidos, y que á poco se ponen á flote y se encuentran ademas con unos cuantos miles de duros.

Aquí, en Cabra, estoy presenciando y aun interviniendo en otro drama, donde se vé al liberalismo aliado á la barbarie tambien. Este Instituto ha sido siempre una pocilga. D. n Luis Herrera ha hecho de él un Colegio modelo. Cuanto se diga es poco en su alabanza. La obra del edificio es triple de cuando él se encargó de la Direccion. Habia 30 ó 40 colegiales internos, y hay 130. No había nada y hay ahora Biblioteca, laboratorio, Gabinete de física y de Historia natural, bien ordenado y rico. En fin, es un milagro. ¡Qué orden ademas, qué aseo, qué buena disposicion en todo! Harto sabe Vd. que yo no peco de encomiasta. El Colegio puede servir de modelo: pero D. n Luis Herrera es retrógrado. Los liberales de aquí se han propuesto echarlo y lo conseguiran. Yo he sostenido á D. n Luis hasta el día: pero ellos lo esperan todo del liberalismo de Sardoal, que es íntimo de mi liberal primo el diputado D. Juan Ulloa.

Esto es una verdadera antinomia. ¿Por qué ha de hacerse liberal toda la gente soez y bellaca? Asusta pensar cómo estaran en Málaga los asilos de beneficencia que dependen del ayuntamiento, que es siempre una gavilla de ladrones. Los diputados provinciales no creo que sean mejores. Desgraciado todo aquel que de ellos dependa. Los catedráticos no sé cómo viven. Dieciocho pagas les deben.

Algunas veces me entran ganas de hacerme servil neo ó como quieran llamarlo.

Estoy en trato para tomar en Cabra una casa y pasar en Cabra largas temporadas. Ya sabe Vd. que tengo aquí la mejor y mayor parte de mis libros. Todos están encajonados aun por no tener yo donde colocarlos.

Lo que me dice Vd. de los Poemas turdetanos me parece bien, muy bien.

Es menester ponerse á la obra y escribir dichos Poemas. Cuando esté yo ahí, formaremos nuestro plan: dividiremos el trabajo y le empezaremos.

Con mis excursiones por Málaga y Sevilla he descuidado la Metafísica á la ligera: pero ahora, ya vá la cosa bien encaminada, y continuaré con más brío. Supongo que habrá leído Vd. mis cartas VI y VII.

Asensio, á quien vi en Sevilla, me habló mucho de Vd. y con grande elogio del prólogo que Vd. ha hecho para las obras de Rodrigo Caro.

Los deseos de Vd. de hacer entrar en nuestra Academia á Camus, al Padre Mir y á Pérez Galdós me parecen justos y buenos. Cuente Vd. conmigo, si estoy ahí y sigo con vida cuando haya vacante. Entiendo que, antes de pensar en Camus, debemos hacer académico á Galdós, que es á quien mas pide la opinion pública.

No olvido mi compromiso con Novo y Colson de escribir sobre Echegaray como autor dramático, y escribiré sin que vea yo grande dificultad en ser justo, sin enojarle, pues no se ha de negar que tiene mérito extraordinario.

Aquí tenemos ahora á la Carolina Civili, con una compañía de comediantes, dando representaciones. El teatro de Cabra es bastante bonito. Esta noche nos dan El trovador.

Adiós. Diga Vd. si mi editor sevillano Alvarez ha enviado para la Academia 12 ejemplares de la nueva edicion que acaba de hacer de mi novela Pasarse de listo.

Conservese Vd. bien de salud y creame su afmo. amigo

J. Valera

 

Valera - Menéndez Pelayo, p. 185-189.