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Volumen 5 - carta nº 310

De JUAN VALERA
A   MARCELINO MENÉNDEZ PELAYO

Cintra, 22 junio 1882

Mi querido amigo Menendez: En estos últimos días he recibido la entrega 1.ª del 2.º tomo de la publicación de Novo y Colson, y he leído en seguida, con la curiosidad y el gusto que leo siempre toda obra de Vd. el artículo sobre Martínez de la Rosa. Todo en dicho artículo, hermosamente escrito, me parece bien, salvo una o dos declamacioncillas, infundadas, contra los tiempos presentes y en favor de los pasados. El fallo que da Vd., sobre Martínez de la Rosa está, a mi ver, dictado por la propia Justicia, asesorada por la Benevolencia.

La actividad de Vd. y su buen acierto y su fecundidad me estimulan á imitarle y á escribir; pero estoy muy quebrantado y agotado.

¡Qué lástima para mí que no hagamos juntos la traducción de Esquilo y que no publiquemos los discursos de los místicos con notas y comentarios!

Mi más vivo deseo, excitado también por la necesidad de hacer dinero, es escribir novelas. Asunto bien trazado, en todos sus pormenores, no tengo ninguno; pero de una manera confusa me bullen en la cabeza tres ó cuatro docenas de asuntos. Con dos fuerzas han quebrado los críticos mis alas, llenándome de timidez. Quiero darles gusto y salvarme de los defectos de que me acusan, y no puedo. Son los dos defectos: primero, que discretean demasiado mis personages y que todos son yo, y segundo, que con mis filosofías canso. Figúrese Vd. la enorme dificultad con que aspiro a luchar: deseo que no me acusen de esto y, á la vez, siento más vivo prurito que nunca, sí he de escribir, de filosofar y de discretear y de poner en escena personages que digan discreciones ó cosas que á mí me lo parezcan, aunque me acusen de que soy yo quien habla por ellos.

Yo creo que los tales críticos caen en el error en que caería quien criticase á los pintores defendiendo y ensalzando á los fotógrafos, porque yo, por más vueltas que le doy, no atino a descubrir en qué se me parecen hablando Nicolasa, Tomasuelo, Antoñona, el Padre Vicario, el Padre Jacinto, el Padre Piñón, el bandido Joselico, Don Pedro de Vargas, Doña Luz, en suma, casi todos los personages á quienes hago hablar, salvo que todos suelen hablar mejor de lo que generalmente se usa; pero, á mi ver, éste es el encanto de la representación artística. En cierto modo me parece imposible hacer yo hablar á ningún personage de mi invencion ni peor ni mejor de lo que yo hablo. En este sentido, Don Quijote y Sancho hablan siempre como Cervantes; pero ¿son ó no son personajes que viven? Lo mismo digo de mis personajes (si licet in parvis etc.), ¿son ó no son personajes que viven Pepita Jimenez, Rosita, D. n Luis y tantos otros? En suma, lo mejor será que yo tome como tonterías las observaciones de los críticos, que no me meta en querer corregirme y que escriba como Dios me dé á entender.

Latino Coelho acaba de publicar su primer tomo de Vasco da Gama. Trata de los precursores. No me parece que en este 1. er tomo diga cosas nuevas ni peregrinas, pero el tomo está bien escrito. Supongo y espero que el 2.º tomo, sobre el propio Vasco, tendrá más sustancia y hondura. No es esto decir que no valga el primer tomo como compendio y resumen y vulgarización.

Hace cerca de un año que ultimé yo, cambiando las ratificaciones, el convenio de propiedad literaria con Portugal. Hay en él un artículo que dispone que cada tres meses envíen lista (el Gobierno español al. portugués y el portugués al español) de todos los libros publicados en cada país, la cual lista se ha de imprimir, respectivamente, en la Gaceta de Madrid y en O Diario do Governo de Lisboa. Esto, á mi ver, sería muy conveniente para que ahí conociesen Vdes., siquiera por los títulos, el movimiento literario de aquí, y aquí el de ahí. Publicada aquí la lista de libros españoles, yo haría que aquí la copiasen otros varios periódicos y aun que la comentasen. ¿Quiere Vd. creer que es tal la desidia de unos y otros que, por más que pido, ruego, hablo y escribo, no logro ni que me den aquí la una lista ni que de ahí me envíen la otra? De Vd. ó haga dar sobre esto alguna puntada en los periódicos, á fin de que sirva de estímulo. Tal vez en España se venderían libros portugueses si se anunciasen, y tal vez aquí, y esto nos importa más, se venderían libros españoles.

Algunas publicaciones recientes de aquí tienen interés no pequeño para España. Así, por ejemplo, un Romancero de la isla de Madera, publicado en Funchal por un señor Azevedo. Por la estafeta del 5 enviaré á Vd. un ejemplar de este Romancero, acerca del cual entiendo que podría Vd. escribir un lindo y muy curioso artículo. Escríbale Vd. Es interesante lo que en el Romancero hay, del todo original, y es interesante también para nosotros lo limitado y tomado de la poesía épico-popular castellana.

Su artículo de Vd. sobre Martínez de la Rosa (salvo el para mí defectillo de la declamación contra lo presente en relacion con un pasado mejor, algo ideal) me confirma en la idea de que Vd. debe tomar resuelta é infatigablemente la férula crítica y aun los cordeles en la mano, como Cristo cuando echó a los mercaderes que estaban en el templo, y predicar la buena doctrina estética y enseñar buen gusto al público y crear público y poner á los autores á cada uno en su lugar, sine ira et studio, con imparcialidad serena. Nadie puede hacer esto mejor que Vd. haciendo un gran servido á su patria, porque Vd. es mas franco que yo y no teme tanto malquistarse, y porque Vd. es menos apasionado que Cañete, y porque Vd. sabe más que nosotros y mil veces mas que Revilla, Clarín, Bremon y los mil otros que andan por ahí metidos á críticos, dando y quitando reputaciones.

Como en Vd., es extraordinaria la facilidad en el trabajo, estos artículos sobre literatura contemporánea bien podrían luego publicarse en tomos; le quitarían poco tiempo para escribir obras más serias y extensas, v. gr., la historia de nuestra literatura.

En los artículos críticos contemporaneos podría Vd. incluir á los autores portugueses, sometiéndolos á su jurisdicción y fallo.

Oliveira Martins, por ejemplo, merece que Vd. le juzgue y dé á conocer entre nosotros. Lo mismo Pinheiro Chagas. Lo mismo Latino Coelho.

Podría Vd. ir alternando un artículo sobre un autor ó libro español, y otro sobre un autor ó libro portugués; empieze Vd., para el portugués, por el Romancero de Madera. Yo enviaré á Vd. de aquí noticias y libros.

Los novísimos líricos portugueses deben ser también juzgados por Vd.

Uno de los más notables se llama Gonçalves Crespo. Si Vd. se decide le enviaré sus Poesías.

El actual ministro de Negocios Extrangeros de aquí, Serpa Pimentel, es escritor. Sus últimos libros, Herculano y su tiempo y La nacionalidad, deben ser examinados.

También el actual ministro del Reino es escritor y poeta, aquí celebrado y famoso. Tiene largos poemas, como Don Jaime y A Delfina do Mal. Juzguele Vd. también. Así hará Vd. un bien á estas gentes dandolas á conocer a España, enseñandole cosas que no debía ignorar y á ambos países formando relaciones literarias entre ellos que apenas existen.

Adios. Consérvese bueno, escribame y creame su amigo

J . Valera

 

Valera - Menéndez Pelayo , p. 126-129.

BRAVO VILLASANTE, C .: Biografía de Don Juan Valera, Barcelona, 1959, p. 234 (fragmento).