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Volumen 5 - carta nº 258

De JUAN VALERA
A   MARCELINO MENÉNDEZ PELAYO

Lisboa, 19 febrero 1882

Mi querido Menendez: Acabo de recibir la carta de Vd. del 16 con la copia de Santa hecha por Vd. Mucho le agradezco esta prueba de amistad que me ha dado. Bien dijo el Apostol: la caridad es paciente.

Dé Vd. de mi parte un millon de gradas á la mejor y más noble de nuestras amigas; á nuestra querida marquesa de Aranda. Me lisonjea que su libro nos sirva para copiar los versos.

Si Vd. no lo toma muy por lo serio, no puedo menos de alegrarme y de aplaudir de que Aglaia sea nuestra Rodopis. Dichoso Vd. que aun tiene juventud y humor para estas cosas. Yo, á mas de viejo, estoy desengañado, estéril, triste como la muerte. Mi casa es el rigor de las desdichas. No me ha valido la posicion que aquí tengo, los dineros, tal vez más de lo conveniente, que gasto, ni nada, para que mi mujer esté alegre y satisfecha y no me muela.

Ahora, sobre su natural y continuo disgusto, propio de su carácter harto desabrido (y esto sí que lo digo yo sub sigillo secreti y para desahogo) tenemos mala a mi hija Carmen con calenturas del pais que han venido á dar en tifoideas. Imagine Vd. la desesperacion de mi mujer y el casi delirio en que se pone y que a veces me comunica. Ya ve Vd. si estaré divertido. En fin, Dios quiera que la niña se cure.

A mis oídos ha llegado que se quejan en el Ministerio de Estado de que les escribo pocos despachos. Tienen razón: estoy desidioso; nada hago de provecho. Pero cuando reflexiono en los despachos que escribirán Mazo, Rancés, Rascon y Almina, casi no me arrepiento de mi desidia.

Ya que hablamos con toda franqueza, con mayor franqueza que la que pudiera yo emplear con un hermano, diré, como Vd., que ni la literatura de Balaguer ni la de Echegaray me gustan; pero convenga Vd. en que la de Balaguer vale menos. Por esto, y por ser Echegaray más popular, quisiera yo á Echegaray en el puesto que Selgas deja vacante. Me someteré, con todo, á lo que ahí decida la mayoría de los académicos, é iré a aumentarla con mi voto, si para entonces no me he muerto yo tambien.

Quisiera yo serenidad de espíritu, y, cuando no alegría, porque en mí la alegría ya no es posible, cierta calma melancólica que me consintiera escribir. Siento, por mil estímulos, el afan de producir algo, de aligerar el alma, dandoles bellas formas, de los informes pensamientos que se agitan y pesan en ella; pero no estoy para nada. De aquí mi aumento de pesar. Se me figura que he muerto ya para la vida del poeta, del literato, del que dá á luz obras de arte. ¿Cuándo engendraré yo y pariré otra Pepita Jimenez?

El prurito de meterme en Cabra á vivir acude ahora á mi animo con mayor persistencia que nunca. Ganas tengo de enviar allí mis libros y de retirarme á vivir allí. Allí quizá tendría sosiego y escribiría yo algo de provecho. Vd. iría algunas veces por allí á hacerme visitas de dos o tres semanas, entre una Aglaia y otra: en momento de vacaciones amorosas y universitarias.

En suma, mi querido Menéndez, yo estoy archi-fastidiado.

No se case Vd. nunca. Razon tuvo la Iglesia católica en establecer el celibato para los clérigos, y clérigos somos Vd. y yo.

Doy á Vd. anticipadas gracias por el envio que espero de los versos que estan en la Pepita Jimenez de A de Carlos y no en mi tomo de 1858. Ésos son los únicos que necesito.

De mis lamentos no haga Vd. confianza á nadie. No quiero inspirar lastima más que á Vd.

Conservese Vd. bueno, escribame y escriba para el público; lúzcase hablando en la Asociacion catolica y siga siendo util y dando gloria á su pais.

Yo siempre soy su buen amigo

J Valera

 

Valera - Menéndez Pelayo , p. 108-110.

BRAVO VILLASANTE, C., Biografía de Don Juan Valera, Madrid 1959 , p. 232.