Madrid, 5 de febrero 1940 Mi queridísima hija Gertrudis: Muy bien: Así me gusta. Ya era hora de que me escribieras. Tú dices que no me escribes porque vas a la sierra, pero eso es una excusa. Algún rato tendrás que no sea para ir a la sierra por leña. Quiero que me sigas escribiendo. Me gusta que me hayas mandado pelo del niño. Que te compre Josefina una milhoja. Te la mereces. Pronto nos veremos y os traeré a Madrid. Dime quién es la que se lava la cara todos los días antes y se peina más veces. Debes ser tú, que eres la más limpia. Dime si es verdad que te acuerdas de mí. Pronto iré y en cuanto llegue por la noche te contaré un cuento. Te abraza y besa tu padre Miguel |