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1

Este trabajo se adscribe al proyecto de investigación CAM 06/0129/2001.

 

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Cf. Ynduráin, 1990: 886: «¿Por qué Casandra? Casandra ya sabemos que aparece en la Odisea, en la Ilíada, en la Eneida, pero ¿qué tiene que ver la Casandra de Agamenón con esta Casandra? Se preguntará la madre del que es amigo suyo, la madrastra: "Pero, ¿estás bautizada con ese nombre de Casandra?" Yo creo que Galdós ha acudido aquí a un nombre sugestivo, que no tiene una intención concreta pero sí que sirve para contrastarlo con el vulgar de doña Juana, sea o no Marquesa o Condesa, tenga o no título nobiliario».

 

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Así Catena, 1974: 95 al mencionar una carta de Clarín a Galdós en la que el ovetense parece confundido por el título de la obra galdosiana, afirma lo siguiente: «El título clásico debió de confundir a otros más; Clarín no sería el primero en la duda. Y de paso advertiremos que la ocurrencia del título nos parece un pequeño engaño del autor para con su público. Una broma cuyo sentido, al menos a mí, se nos escapa».

 

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De hecho, el empleo del latín en los Episodios Nacionales es el tema de una excelente monografía (Mollfulleda, 1996).

 

5

La acción de la Alcestis de Eurípides ha sido llevada por Galdós a la época de Pericles, ha añadido varios personajes de su invención, como de su invención es también el Anfictionado realizado por Admeto y la sustitución de Apolo por Mercurio. Cf. Díaz-Regañón, 1955-56: 279-282: sobre la Alceste galdosiana cf. también Casalduero, 1974 y Goutiñas Tuñón, 1977.

 

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Tenemos entre los nombres de los personajes galdosianos casos paradigmáticos en los que el antropónimo describe el carácter del personaje, véase el nombre de don Benigno Cordero de Paz para designar a la figura de plácido carácter del abuelo materno de Jacinta Arnáiz, o doña Perfecta, caso que, por bien conocido, no requiere comentario. Por el contrario, en otras ocasiones, el nombre funciona como antífrasis de las circunstancias que afectan al personaje, caso de Fortunata (latín «afortunada»), uno de los personajes de vida más desgraciada de entre los que salieron de la pluma de nuestro literato.

 

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Catena, 1974: 96-97: Menéndez Onrubia, 1983: 187. Recuérdese asimismo que el amado de la protagonista es un científico dedicado a experimentos con la electricidad.

 

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Finkenthal (1980), y, sobre todo, el excelente trabajo de Kidd (1995).

 

9

Uno de los hechos que caldearon el ambiente para que la obra de Galdós tuviera tanta repercusión social fue un suceso que tuvo gran trascendencia en el Madrid de la época, el llamado «Caso Ubao» que presenta un gran parecido con la trama argumental de la obra del escritor canario. La señorita Adelaida Ubao, menor de edad, convencida por el jesuita Padre Cermeño para ingresar en un convento, se escapa de su casa y se interna en el madrileño convento de las Esclavas del Corazón de Jesús. La madre y el hermano de la joven reclaman judicialmente su devolución. El juzgado deniega la solicitud de los familiares y estos apelan al Tribunal Supremo, actuando como abogado de su parte Nicolás Salmerón. El 19 de febrero de 1901, apenas veinte días después de la primera representación de la Electra, el Supremo falla a favor de la familia. La opinión pública entendió esta secuencia de los hechos como relación causa-efecto (cosa que Galdós nunca admitió como tal) y las manifestaciones y altercados callejeros y asaltos a conventos se multiplicaron. Todo ello contribuyó a la derrota parlamentaria del partido conservador, desembocando en una crisis de Gobierno que dio paso a un nuevo equipo ministerial que en razón de estos sucesos fue conocido popularmente como «Ministerio Electra».

 

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Así Kidd, 1995.