Selecciona una palabra y presiona la tecla d para obtener su definición.
IndiceSiguiente


Abajo

Cervantes : Bulletin of the Cervantes Society of America

Volume XXII, Number 2, Fall 2002

Cover Graphic

Foto por Diego Martínez Torrón

Lápida

(Lápida en la Calle Osario, Córdoba. Pero nadie en Córdoba ha podido informar cuál es el lugar que Cervantes menciona, di dónde lo menciona.)



THE CERVANTES SOCIETY OF AMERICA

President

EDWARD H. FRIEDMAN

Vice President

JAMES A. PARR

Secretary-Treasurer

THERESA SEARS

Executive Council
ELLEN ANDERSONMARINA BROWNLEE
ANTHONY CÁRDENASMICHAEL MCGAHA
ADRIENNE MARTINMW VALERIE HEGSTROM
NE DAVID BORUCHOFFPC HARRY VÉLEZ QUIÑONES
SE SHERRY VELASCOSW AMY WILLIAMSEN

Cervantes: Bulletin of the Cervantes Society of America

Editor: DANIEL EISENBERG

Managing Editor: FRED JEHLE

Book Review Editor: WILLIAM H. CLAMURRO

Editorial Board
JOHN J. ALLEN MYRIAM YVONNE JEHENSON
ANTONIO BERNAT CARROLL B. JOHNSON
PATRIZIA CAMPANA FRANCISCO MÁRQUEZ VILLANUEVA
PETER DUNN FRANCISCO RICO
JAIME FERNÁNDEZ GEORGE SHIPLEY
EDWARD H. FRIEDMAN ALISON P. WEBER
AURELIO GONZÁLEZ DIANA DE ARMAS WILSON

Cervantes, official organ of the Cervantes Society of America, publishes scholarly articles in English and Spanish on Cervantes' life and works, reviews and notes of interest to cervantistas. Twice yearly. Subscription to Cervantes is a part of membership in the Cervantes Society of America, which also publishes a Newsletter. $20.00 a year for individuals, $40.00 for institutions, $30.00 for couples, and $10.00 for students. Membership is open to all persons interested in Cervantes. For membership and subscription, send check in US dollars to THERESA SEARS, Department of Romance Languages, University of North Carolina at Greensboro, Greensboro, NC 27402-6170 (tasears@uncg.edu). Manuscripts should be sent in duplicate, together with a self-addressed envelope and return postage, to DANIEL EISENBERG, Editor, Cervantes, Excelsior College, 7 Columbia Circle, Albany, NY 12203-5157 (daniel.eisenberg@bigfoot.com). The SOCIETY requires anonymous submissions, therefore the author's name should not appear on the manuscript; instead, a cover sheet with the author's name, address, and the title of the article should accompany the article. References to the author's own work should be couched in the third person. Books for review should be sent to WILLIAM H. CLAMURRO, Division of Foreign Languages, Emporia State University, Emporia, Kansas 66801-5087 (clamurrw@emporia.edu).

Copyright © 2002 by the Cervantes Society of America.





  —5→  

ArribaAbajoRincón del editor


ArribaAbajoMeditación sobre Cervantes y Granada

Consta que Cervantes visitó Granada y otras ciudades de la comarca, desde Alhama y Almuñécar hasta Baza y Guadix, durante su etapa de alcabalero. Fue un autor interesado en la historia nacional, dado a mencionar antigüedades, puntos interesantes y monumentos, desde los Toros de Guisando a La Giralda. Andaluz -no castellano y mucho menos manchego- repetidas veces comenta las excelencias del sur de España. Llama la atención, entonces, el hecho de que ningún personaje suyo visita Granada y que no menciona ninguna antigüedad o curiosidad granadina, aunque sea «buena patria», en opinión de Don Quijote (II, 72). En sus obras, los granadinos son pocos. Álvaro Tarfe, el mejor conocido de ellos, fue personaje creado no por Cervantes, sino por Avellaneda.

Es aún más llamativa la ausencia de comentario cervantino cuando consideramos la importancia ideológica de Granada en su tiempo. En parte por el influjo del mismo Cervantes, hoy general introducción a la cultura del Siglo de Oro, sólo es de especialistas el gran debate originado por el «descubrimiento» de los «libros plúmbeos» en el-así llamado por este motivo-Sacro Monte. Un   —6→   bibliófilo, asiduo de librerías, tiene que haber conocido la popularísima Guerras civiles de Granada, aunque no la mencione, así como La verdadera historia del rey don Rodrigo, de Miguel de Luna.

Y si hicieran falta otros datos, era amigo de poetas que o eran granadinos o vivieron y estudiaron en Granada, como Barahona de Soto, Pedro de Espinosa y Pedro de Padilla. No le faltaron contactos con Granada: viajes, libros, amigos. Pero en contraste con Sevilla, Córdoba y Málaga, Granada está ausente de las obras de Cervantes. La Granada que fue, en la primera mitad del siglo XVI, capital de España, tumba de los Reyes Católicos, ciudad donde Navagero tuvo su famosa conversación con Boscán, y donde Carlos V construyera su palacio. Reemplazada por Madrid, ciudad adonde Cervantes tuvo que vivir y que evidentemente no le gustaba.

En una sociedad con censura, lo que un autor deja de comentar puede ser revelador. Al final de Persiles y Sigismunda, por ejemplo, la visita a Roma omite toda mención de sus ricos edificios, monumentos, basílicas y palacios de suntuosidad sin par. Roma es donde reside el papa, punto. Ya que Cervantes suele comentar los lugares por donde sus personajes pasan, cuando no describe Roma, cae de su peso que estaba molesto con lo que allí se veía. No podía criticarla, y no quería elogiarla. No le quedó más remedio que callarse.

Si pudiera, ¿qué habría dicho de Granada? Lo único que me atrevo a pensar es que habría de disentir en más de un punto de la versión oficial de la reciente historia granadina. Granada fue el eje de los conflictos ideológicos en la España del siglo XVI. Conquistada -no se habla de la «reconquista de Granada», sino de su «conquista»-, las capitulaciones con tanta condición sin cumplir, la libertad de culto abolida, una hoguera de manuscritos en la plaza Bibarrambla,1 prohibida la indumentaria tradicional y hasta la lengua misma de los moros y por fin la llamada rebelión de las Alpujarras, verdadera guerra civil en espera de un estudio moderno. Todo ello presentado, desde luego, como inevitable, glorioso y honrado, producto de un pensamiento noble, nacido no sólo en la bondad   —7→   sino en la misma generosidad del vencedor. Un cardenal, Cisneros, no podía equivocarse, según la historia oficial; tampoco un rey.

Así el silencio de Cervantes sobre Granada es elocuente. Representa un tipo de disensión, una muestra de no conformidad. No implica, desde luego, que su intelecto tuviera todo un sistema coherente de oposición al pensamiento monárquico y oficial. Pero sí, me parece, que sintiese que algo había pasado en Granada que no tenía explicación convincente, algo que no encajaba.

La actitud expresada en las obras de Cervantes hacia los moriscos -granadinos desterrados- es contradictoria. Se ha hablado de una autocensura. Pero aparte de la cuestión de su posición sobre los dos destierros, el interno de 1571 y el externo de 1609-10, están claramente apuntadas la productividad y riqueza granadinas. No sólo Ricote en Don Quijote, sino el hortelano amo de Berganza, saben acuñar dinero, enriquecerse por el comercio y la agricultura, sin desperdiciar sus recursos en guerras.

Para confirmar la magia, el misterio, el encanto que rodeaba Granada, hay el más importante, y casi el único, granadino en las obras de Cervantes. Se trata de la maga Cenotia, de Alhama, que aparece en Persiles, II, 8. Controla la hermosura, el tiempo, la riqueza. Es también la mujer de mayor carga erótica de todas las suyas, por lo general castas o casadas. Granada fue, entonces, importante para Cervantes, lugar y reino cuya triste suerte había meditado. Un tema sobre el cual no se atrevía a expresarse. Pero también un sitio pletórico de secretos y desaparecidos encantos, ciudad y reino de misterios2.





IndiceSiguiente