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ArribaAbajo Kevin S. Larsen. Cervantes and Galdós in Fortunata y Jacinta: Tales of Impertinent Curiosity

Lewiston, NY: Edwin Mellen, 1999. 160 pp.


Eduardo Urbina



Texas A & M University

Dentro de la bien reconocida y estudiada relación entre Galdós y la obra de Cervantes, Larsen nos ofrece en su estudio comparativo de Fortunata y Jacinta un detallado análisis de su deuda intertextual con «El curioso impertinente». El punto de partida son las constantes y numerosas referencias en la novela de Galdós a la curiosa impertinencia de Jacinta, sobre todo a partir de su viaje de novios con su pequeño e infiel don Juan, Juanito de Santa Cruz, y en el contexto de la atracción y amoríos entre éste y Fortunata.

Para que tal relación pueda ser establecida como base de estudio es necesario primero efectuar dos inversiones: la primera tiene que ver con el cambio de género del curioso -de Anselmo a Jacinta- y la segunda, más fundamental en mi opinión, con la diferencia que existe en un principio en la motivación, justificación y objeto de tal curiosidad por parte de ambos curiosos; es decir, la distancia que va de la inocente situación de Camila al culpable carácter de Juanito. Mientras que por un lado la presencia temática en la novela de la curiosidad de Jacinta, incluso impertinente, es obviamente cervantina, queda compartida por la mayoría de los otros personajes, i. e.,   —156→   Fortunata, Maxi, y el mismo Juanito, hasta convertirse en un verdadero vicio social. Al mismo tiempo no resulta justificado construir a partir de tal presencia una lectura en la que se culpabiliza a Jacinta, responsabilizándola incluso de los pecados y defectos de su pícaro esposo y su debilidad de carácter. Cuanto más si se considera la última y verdadera motivación de Jacinta de redimir y redimirse a través de «su» hijo, el de Fortunata y Juanito que hace suyo a través de lo único que su curiosidad, imaginación y deseo le hace posible crear, su novela «pitusiana».

A través de cinco capítulos sin título y sin contenido particular aparente, Larsen insiste una y otra vez en la innegable relación entre FyJ y «El curioso» ofreciendo citas textuales y señalando paralelos, si bien esta conexión, su tesis, análisis y conclusión bien pudieran haberse expuesto en un ceñido artículo. El resto de las páginas parecen estar dedicadas a realizar paréntesis especulativos, particularmente sicoanalíticos y simbólicos que sólo en raras ocasiones, como sucede en el caso de las conexiones trazadas entre mona-monería (términos aplicados a Jacinta) y curiosidad-sexualidad, despiertan nuestra curiosidad y aprecio como lectores. En la mayoría de los casos se trata de observaciones tangenciales de escaso interés o valor crítico, doblemente cuestionables por la manera en que están ensarzadas en el texto -en lugar de quedar relegadas a las notas. Esta tendencia, junto con la constante interrupción que suponen las incontables traducciones de las citas de la novela y las numerosas referencias a autores y páginas de estudios críticos en el texto principal del estudio, hacen la lectura poco menos que imposible y exigen un grado de paciencia superior a la curiosidad que incitan los argumentos presentados.

Larsen tiene razón al observar el origen cervantino de la presencia y función narrativa de la curiosidad de Jacinta y señala oportunamente los efectos y caminos a que tal inclinación le llevan. Creo exageradas, sin embargo, su condena de la frustrada y engañada esposa cuando la denomina «incipient Torquemada» capaz de contagiar a Juanito con su «uncontrollable female desire» para luego hacerla responsable de su error y caída. Por el contrario, y sin excusar del todo su curiosa inclinación, que como decía Sancho, «peor es menearlo», Jacinta no recoge «the sad consequences of such temerity», sino que como joven y fiel casada tiene por el contrario derecho a prevenirse del engaño y a protegerse del vicio, en lugar de tentar contra la virtud como sucede en el caso de Anselmo y Camila. Lo cierto es que, como termina por observar el propio Larsen, es la iniciativa narrativo-creativa de Jacinta la que construye la posibilidad de unión entre las dos casadas y con ello logra potenciar a través del hijo su mutua redención, una que excluye merecidamente a Juanito.

En definitiva, no toda curiosidad es vana o impertinente, y en el caso de Jacinta bien pudiera decirse que su deseo de saber y de ser más allá de las limitaciones físicas y engaños sociales que se le imponen, hace posible que quijotescamente su «novela pitusiana» y la «pícara idea» de Fortunata se   —157→   conviertan en verdaderos instrumentos de afirmación femenina dentro y fuera de la ficción. En el «Afterword», a manera de conclusión, Larsen insiste en caracterizar la insaciable curiosidad de los personajes de Galdós en términos cervantinos en cuanto les lleva colectiva e individualmente a ficcionalizar su realidad y condición. Aún así, creo que una gran distancia separa en el fondo las dos historias de casadas de la historia de los dos amigos. La manía de la imitación es base de la ficción cervantina, sobre todo en Don Quijote, donde la ficcionalización de la realidad lleva al protagonista al vencimiento de su locura. Pero como sucede con la locura y deseo de don Quijote, lo que comienza en el caso de Jacinta como fallo, como curiosa impertinencia, termina convirtiéndose en instrumento de salvación tanto creativo como narrativo, y esto nos parece, como hubo de parecerle a Galdós, del todo pertinente.