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De textos, lectores y libros en la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes


Pedro Mendiola Oñate





En medio de este tumulto y confusión de libros, en el vórtice de tanto desbarajuste, zarandeado de un lugar a otro por las alborotadas confusiones, triste y desventurada figura hace el hombre, el lector.


Pedro Salinas, «Leedores y lectores».                


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Muy delgada es la línea que separa al «desocupado» lector del apasionado bibliófilo, al que goza del «placer del texto»1 del que saborea el placer del libro. La misma delgada línea, tal vez, que separa al buen hidalgo cervantino, unido su destino al de sus lecturas, del gran bibliotecario borgeano, paseando su ceguera entre los miles de libros que jamás podrá leer.

Es indudable que el desarrollo del texto electrónico ha transformado la relación entre el lector, el texto y el libro -e incluso el autor-, aunque esta circunstancia debe entenderse sólo como una escala más en el proceso evolutivo de la comunicación escrita2. ¿«Ceci tuera cela»? -¿«esto matará aquello»?-, se pregunta Umberto Eco, trocando los términos de la célebre frase de Victor Hugo: «ceci» (la computadora); «cela» (el libro)3. La respuesta de Eco se aferra al hecho de que tanto el texto electrónico como el libro impreso tienen valores y satisfacen necesidades culturales lo suficientemente heterogéneas como para seguir subsistiendo en comunidad. Nudos diferentes de una misma cuerda en la que pueden y deben sostenerse tanto la revolución del hipertexto y los metadatos como la figura lejana de Rubén Darío acariciando el lomo de los libros sobre los bouquinistes de la ribera del Sena.

El nacimiento de las bibliotecas digitales en el ámbito de Internet supone, en este aspecto, una nueva y decisiva etapa en el complejo derrotero de la transmisión global de la información. A simple vista, la diferencia sustancial entre las bibliotecas tradicionales y las bibliotecas digitales estriba en que las segundas albergan exclusivamente textos, es decir, no-libros. Evidentemente, esto en la realidad no es así: ni las bibliotecas digitales están compuestas sólo de textos, ni las bibliotecas tradicionales contienen libros únicamente. Jesús Tramullas propone un esbozo de definición, tratando de unificar diferentes propuestas terminológicas: «una biblioteca digital es un sistema de tratamiento técnico, acceso y transferencia de información digital, estructurado alrededor del ciclo de vida de una colección de documentos digitales, sobre los cuales se ofrecen servicios interactivos de valor añadido para el usuario final»4.

La BibliotecaVirtual Miguel de Cervantes, presentada en junio de 1999 en la Universidad de Alicante (España), no abarca todos los libros como la imposible biblioteca borgeana, ni debe aspirar a ello, aunque tal vez podríamos designarla románticamente con aquella metáfora de Roger Chartier: la «biblioteca sin muros»5. Figuras retóricas aparte, el caso de la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes (BVMC), en el seno de los recientes modelos bibliotecarios surgidos al amparo de las nuevas tecnologías de la información, se ajustaría a lo que se ha dado en llamar «biblioteca híbrida», en la que se integran estructuras y servicios propios tanto de las bibliotecas digitales como de las bibliotecas tradicionales6.


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De textos en la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes

La BVMC nacía con el propósito inicial de crear un corpus referencial de textos digitales de las obras principales de la tradición histórica y literaria española e hispanoamericana. La condición multidisciplinar de la BVMC obligó a gestionar el catálogo teniendo presentes tanto aspectos biblioteconómicos, como filológicos e informáticos. Crear de la nada un fondo bibliográfico digital de la literatura española e hispanoamericana requería por tanto del entendimiento y común propósito de muy diversos y específicos fundamentos teórico-técnicos. El primer paso para formar una biblioteca era, en buena lógica, establecer un catálogo.

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Obligadamente, la estructura interna de la BVMC debía organizarse, en última instancia, como una gran base de datos. Atendiendo a esta circunstancia, el estándar utilizado para el proceso de catalogación fue el formato MARC (Machine Readable Cataloguing), cuya codificación mediante etiquetas permite la automatización informática de los datos consignados. Siguiendo estos preceptos, el modelo de ficha catalográfica adoptado debía incluir básicamente los campos siguientes: título, mención de responsabilidad, notas, encabezamiento de materia y la correspondiente Clasificación Decimal Universal. No obstante, debido a la naturaleza de nuestro catálogo, la ficha debía ofrecer información acerca de dos entidades distintas: por un lado, del archivo electrónico final a disposición del usuario; y por otro, del soporte material (libro, revista, manuscrito, etc.) que había servido de fuente a dicho recurso digital. Para ello se habilitó, en los casos que así lo requerían, campos referentes a la descripción de la edición original, previstos también por el formato MARC 217. De forma complementaria, se ponía también a disposición del usuario las fichas correspondientes de autor y de materia.


Modelo de ficha catalográfica de la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes

Se ha ensayado recientemente un modelo catalográfico diferente en el desarrollo del Portal Manuscritos de América en las Colecciones Reales8, realizado en colaboración con la Real Biblioteca de Patrimonio Nacional (Madrid). Este Portal es fruto de un proyecto de la Real Biblioteca, que pretendía reunir en un espacio virtual, y para el uso de investigadores, los fondos manuscritos del periodo colonial americano pertenecientes al Patrimonio Nacional español, dispersos en diferentes bibliotecas. Esto suponía, en primer lugar, microfilmar y digitalizar documentos inéditos radicados en la propia Real Biblioteca. La primera fase del proyecto se ha cumplido con la publicación en formato «facsímil digital» de algunos manuscritos iluminados (Trujillo del Perú, Atlas de Oliva, Códice Veitia), ya editados en papel con anterioridad, y la publicación de los veintitrés volúmenes de manuscritos que componen el fondo documental Palafox y Mendoza, inédito hasta el momento.

En cuanto a la catalogación de dichos fondos, se siguió el estándar europeo MASTER (Manuscript acces through Standars for Electronic Records) para la descripción de manuscritos, fundamentado en etiquetas XML (eXtensible Markup Language), en el marco de la norma internacional TEI (Text Encoding Initiative):

The use of the MASTER guidelines for cataloguing manuscripts offered us a wide range of possibilities through its rich markup system for authorities, entities and toponyms. It allows the librarian to develop very rich descriptions of manuscripts, while it allows the user to make both simple and also highly accurate searches to fulfill all kinds of requiriments.

MASTER permits a multilevel bibliographical description: a general descriptor of the manuscript (main record), and several analytic descriptors for each one of the parts that conform the document9.



A tal efecto, el Área de Investigación y Desarrollo de la BVMC ha elaborado herramientas informáticas específicas para la conversión automática de registros MARC en registros MASTER. El proceso de transformación se complementa además con aplicaciones que, a partir de hojas de estilo XSL (eXtended Stylesheet Language), permiten la confección de archivos de foliación y de autoridades, y la generación automática de diferentes formatos de salida (JPG, PDF) para los archivos de imagen10.

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Detalle de la conversión del formato MARC a MASTER

La BVMC no se limita, sin embargo, a ser un repositorio bibliográfico, por extenso que este pueda llegar a ser, ni se reduce a ser un servicio de búsqueda y recuperación de información. En este sentido, la BVMC se enmarca en lo que Eva Méndez ha denominado «bibliotecas poseedoras y productoras de su colección digital»:

La creación de este tipo de bibliotecas digitales implica procesos de planificación exhaustivos tanto desde el punto de vista informático (hardware, software, almacenamiento, protocolos, etc.), como bibliotecario (determinación del modelo de metadatos, nivel de detalle de la descripción, etc.), así como otras cuestiones relacionadas con los derechos de autor o la propiedad intelectual de los recursos digitalizados11.



Desde este punto de vista, puede decirse que la BVMC se articula como una editorial, ya que la mayoría de productos digitales que finalmente se ponen a disposición del usuario son procesados, ya sea directamente o a través de un cambio de formato, por las diversas áreas de producción que componen nuestra Biblioteca: digitalización,   -7-   corrección y etiquetado XML, supervisión y control de calidad, publicación, etc.12




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De lectores en la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes

Uno de los rasgos que definen la biblioteca digital/virtual como veíamos al principio es el de ofrecer una serie de valores añadidos destinados a favorecer la interactividad entre el usuario y la colección de documentos digitales que conforman el catálogo.

El intercambio de información con el usuario se realiza a través de un interfaz, un entorno gráfico, definido según criterios de claridad y accesibilidad. La página principal está dividida en tres partes: cabecera, contenido y pie de página. La cabecera contiene cinco apartados (catálogo, secciones, portales, servicios e información), que a través de submenús desplegables, tratan de aglutinar todos los contenidos de la Biblioteca. En el cuerpo central de la página se presentan algunos de los contenidos, atendiendo a su actualidad o relevancia; hay también un apartado de noticias relacionadas con la Biblioteca. Por su parte, el pie de página incluye información sobre condiciones generales de uso.


Página principal de la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes

Es difícil establecer una caracterización del usuario tipo de una biblioteca digital. La BVMC, no obstante, ha optado decididamente por identificar al usuario como lector potencial, para lo cual ha desarrollado algunas aplicaciones que facilitan ese ejercicio. El servicio «Mi Biblioteca» permite identificarse al usuario y personalizar su propio entorno de lectura. El lector tiene la posibilidad, por ejemplo, de poner marcadores electrónicos de lectura en los libros digitales que esté consultando, para volver a ellos con posterioridad o para añadir pequeñas notas o comentarios que identifiquen dicho marcador. El lector puede también acceder a un historial con las últimas cinco obras consultadas, y recibir a través de su página personalizada, noticias y novedades de las materias y autores que considere de su interés.

La BVMC propone además un espacio de discusión sobre los diferentes autores, obras y materias, accesible a través de la ficha catalográfica, a partir del cual los lectores pueden dejar sus impresiones u observaciones, y compartirlas con otros usuarios. El Área de Comunicación y Servicios, convoca también regularmente tertulias virtuales en las que el usuario puede debatir con especialistas invitados sobre los más diversos temas culturales relacionados con España y América Latina.

El usuario-lector cuenta asimismo con el apoyo de «El Bibliotecario», al que puede enviar sus dudas, sugerencias o consultas bibliográficas, y que tratará de ayudarle a encontrar recursos, a utilizar los distintos servicios de la Biblioteca, o a resolver problemas técnicos de tipo informático relacionados con el funcionamiento de nuestra página web.

La BVMC proporciona también una serie de herramientas para investigadores que permiten hacer búsquedas avanzadas en el catálogo de monografías y publicaciones periódicas, e incluso en los propios textos. El formulario de búsqueda avanzada en textos, por ejemplo, permite al investigador restringir términos de búsqueda dentro de las obras etiquetadas en XML según la norma TEI. Esto facilita el rastreo de palabras clave dentro de párrafos (etiqueta <p>), versos (etiqueta <lg>), citas (etiqueta <q>), o en el parlamento de un personaje en las obras teatrales (etiqueta <speaker>). El investigador dispone, por otra parte, de un servicio de concordancias automáticas de obras seleccionadas, basado en el programa TACT desarrollado por la Universidad de Ontario (Canadá).


Formulario de búsqueda avanzada en textos

Se trata, en resumidas cuentas, de conciliar el concepto tradicional de biblioteca, en cuanto espacio de lectura y estudio, con la aplicación de las nuevas tecnologías de procesamiento e intercambio de información.




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De libros en la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes

A simple vista, hablar de libros en una biblioteca digital/virtual conlleva lo que Borges calificaría como una «paradoja evidente». Desde luego, las bibliotecas digitales han sustituido la información impresa (manuscrito, libro, revista, etc.) por información digital (DLO: Document Like-Objetct), aunque entendemos que esa sustitución no implica necesariamente una negación. Es más, el material impreso, el libro, sigue siendo la base fundamental sobre la que se sostiene una biblioteca como la BVMC.

Por otra parte, uno de los principales propósitos de la BVMC es contribuir a la difusión y conservación del tesoro bibliográfico español e hispanoamericano. Para ello, se han establecido convenios de colaboración con prestigiosas instituciones como la Real Academia Española, Real Biblioteca, Academia Argentina de Letras, Biblioteca Nacional de Chile, Biblioteca Nacional Argentina, El Colegio de México, etc., cuyos fondos de libros raros y valiosos, se ponen a disposición del lector a través de ediciones en texto digital, o, estableciendo un referente con la fuente material, a través de ediciones facsímiles digitales, como la de España en el corazón13 de Pablo Neruda, publicado en España por el Ejército del Este en 1938, y del que existen muy pocos ejemplares en el mundo.


Facsímil digital de España en el corazón, de Pablo Neruda

La mayoría de los portales americanos de la BVMC se orientan en este sentido. La Biblioteca Nacional de Chile, por ejemplo,   -9-   ha seleccionado libros y documentos del fondo de la Biblioteca Americana José Toribio Medina y de la Biblioteca Diego Barros Arana, atendiendo, entre otros, a los siguientes criterios:

- Valor intrínseco del material (único o raro, representativo de una colección o autor, relevante para el estudio de la historia social y cultural de América Latina y España).

- Estado de fragilidad o deterioro de materiales de consulta frecuente.

- Conjuntos de manuscritos, cartas o documentos cuya digitalización, acompañada de la creación de instrumentos de búsqueda, contribuirá a un mejor acceso y funcionalidad.

En Argentina, la Biblioteca Nacional Argentina14 y la Academia Argentina de Letras15 han colaborado en la realización de sendos portales en los que se muestra una selección representativa de sus fondos, y donde se ha mantenido igualmente ese criterio de preservación y divulgación.

Al mismo tiempo, la BVMC ha elaborado un Portal, en colaboración con el medio editorial, para dar a conocer las últimas novedades editoriales. El Portal Primera vista (<http://www.primeravistalibros.com>), cuenta con la participación de 46 entidades editoriales del prestigio de Alianza Editorial, Grijalbo Mondadori, Anthropos, Espasa Calpe o Biblioteca Nueva, y ofrece la posibilidad de «hojear» las primeras páginas de una selección de títulos de reciente aparición.


Página Principal del Portal Primera Vista

Se ha puesto también a disposición del usuario un servicio de «Trueque», a través del cual pueden localizarse libros agotados o difíciles de localizar, gracias a la colaboración de libreros o de otros usuarios que dispongan del ejemplar en cuestión o aporten información sobre el mismo.

«Se habla de la desaparición del libro; yo creo que es imposible», profetizaba Borges en 1978, sin imaginar siquiera los «peligros» que le acechaban tan sólo algunas décadas más tarde. Los libros tienen su propio sino, como reza la conocida fórmula latina, y no puede -ni quiere- el desarrollo del texto electrónico modificar ese estatus. Tampoco la biblioteca digital debe entenderse como el fin de la biblioteca tradicional, la coexistencia de ambas es inevitable e incluso necesaria. Aunque, en cualquier caso, como dice Umberto Eco, «los libros siguen siendo los mejores compañeros para un naufragio».







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