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21

«Era DCCCª. LXXXª. Iª., post Aldefonsi discessum, Ranimirus filius Ueremundi principis elegitur in regnum. Eo tempore absens erat a propria sede, et in Barduliensem prouintiam fuerat aduectus ad accipiendam uxorem» (pág. 55). Más o menos también en el Cronicón de Sebastián (España Sagrada, XIII, pág. 486, § 23). Ramiro I reinó de 838 a 850. (Cfr. Fray Justo Pérez de Urbel, O.S.B., «Los primeros siglos de la Reconquista», en la Historia de España de Menéndez Pidal, t. IV).

 

22

Docs. ling., páginas 107-108.

 

23

Estrofa 171 (R. Menéndez Pidal, Reliquias de la poesía épica española. Madrid, 1941), vid. la nota de A. Zamora en su edición de «Clásicos Castellanos» (estrofa 170).

 

24

Esta es la forma que le da Cejador (La verdadera poesía castellana, I, número 954, pág. 254), que simplifica la ortografía de Correas en su Vocabulario de refranes y frases proverbiales [1627], edic. Louis Combet, Burdeos, 1967, pág. 580b. En la pág. 578a de esta edición se recoge una variante, irrelevante para nuestro objeto, con una nota que tampoco nos afecta.

 

25

Edic. Brian Dutton. Londres, 1978, pág. 56, estrofa 130. Es posible que siga habiendo algún eco en la referencia a Carazo (SDom., 187) que, a su vez, se relaciona en la estrofa 192 del poema de Fernán González (vid. Brian Dutton, «Gonzalo de Berceo and the Cantares de Gesta», en el Bulletin Hispanic Studies, XXXVIII, 1961, páginas 198-199).

 

26

Pero López de Ayala, Crónica de don Enrique II, con las enmiendas del Secretario Jerónimo Zurita y las correcciones y notas de don Eugenio de Llaguno. Madrid, 1780, t. II, págs. 46-47. También habla de estas paces el P. Mariana en la Historia General de España, Valencia, 1790, t. VI, pág. 236. Sobre este punto, véase, especialmente, José María Lacarra, Historia del reino de Navarra en la edad media, Pamplona, 1976, pág. 392.

 

27

La anécdota es apócrifa y, por serlo, no figura en Zurita, que, sin embargo, recoge las especies aducidas en la nota anterior (Anales, edic. Canellas. Zaragoza, 1978, t. IV, pág. 629, X-XVI).

 

28

Libros y librerías, pág. 12. Para Risco, cuya afirmación se basa en otros autores, «la Navarra antigua contenía las cinco villas de Goñi, la tierra de Deyerri, Guesalaz, Val de Lan, Amescoa, Val de Campeza, la Berrueca, Val Dallín, y especialmente a la Corona de Navarra, que es una peña tajada a manera de corona, que está entre Amescoa y Heulate» (España Sagrada, XXII, pág. 325a).

 

29

Antonio Ubieto, «Observaciones al Cantar de Mío Cid» (Arbor, núm. 13, junio de 1957, pág. 163).

 

30

Una ojeada de conjunto está hecha por Justiniano García Prado, «El reino de Nájera», en la Historia de la Rioja, t. II. Logroño, 1983, págs. 94-167.

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