Selecciona una palabra y presiona la tecla d para obtener su definición.
Indice


1

Estas especies, reunidas y tratadas con mucho disimulo y astucia para alucinar a los vulgares, se pueden ver en los capítulos 4 y 5 de la Descripción general de los intereses de las naciones de Europa, tomo I de la edición en castellano de Madrid, año de 1722. Su autor, con gran empeño, procura disuadir en España y Portugal las manufacturas, pero con la desgracia de que en sus mismas aserciones están destruidas con los idénticos hechos que cita en lo tocante a España. Y así no me detengo en refutarlas, además de que sería necesaria una gran digresión para presentar a la vista del público sus contradicciones. Ya tomó este empeño el autor de una Disertación publicada con este motivo. La agricultura es la base de la felicidad pública; en otro discurso se tratará de los medios de animarla y de quitarle las trabas que hoy padece en algunos parajes del Reino, habiendo provincias en España que de inmemorial se gobiernan por buenos principios en esta materia.



 

2

Benedicto XIV redujo las fiestas de precepto para evitar la ociosidad de los labradores y jornaleros en su Estado temporal y encargó a los Prelados Diocesanos hiciesen lo mismo en sus Obispados. Sería muy gran limosna hacer una reducción constante en España por regla general, a efecto de que la industria tomase mayor actividad y cesasen los abusos que en tales días acarrea la ociosidad.

Las fiestas del año que se guardan en este Arzobispado de Toledo después del arreglo hecho por el Ordinario Diocesano a consecuencia del Breve de Benedicto XIV, son las siguientes:

Domingos del año.............................................................. 52
Fiestas de enero.................................................................. 3
» febrero............................................................................. 2
» marzo............................................................................... 2
» abril.................................................................................. 2
» mayo................................................................................ 7
» junio................................................................................. 4
» julio.................................................................................. 2
» agosto.............................................................................. 5
» septiembre....................................................................... 3
» octubre............................................................................ 1
» noviembre........................................................................ 3
» diciembre......................................................................... 7
Suman los días de fiesta todo el año.................................. 93 y por esta proporción la cuarta parte del año es de días de precepto y quedan útiles de trabajo solamente doscientos setenta y dos días.

Aunque en algunas de estas fiestas se puede trabajar, cumpliendo con el precepto de la misa, ésta se suele hallar distante de las caserías y aldeas, además de decirse cerca del mediodía. Con esto, los aldeanos y gentes del campo no pueden aprovecharse de la piadosa mente del Santo Padre y de sus Ordinarios eclesiásticos, los cuales en muchos Obispados todavía no han hecho aquella reducción.

Los Santos titulares de las Parroquias y de un gran número de ermitas forman otros tantos días de fiesta por voto o costumbre de ir a estas romerías y comer en el campo, en lo cual, sobre la pérdida del trabajo del día, resultan a la familia muchos gastos y no pocos desórdenes y algunos homicidios, con otros excesos.

Todo esto merecería una particular atención para modificar las fiestas y trasladar las que fuese preciso, de manera que las gentes tuviesen ocupación con que mantener sus familias y el Estado recibiese las grandes ventajas que resultarán de este mayor número de días de trabajo.

Para calcular la pérdida de jornales que ocasiona el excesivo número de fiestas de precepto eclesiástico, con sólo suponer ocho millones de habitantes trabajadores de ambos sexos y que una persona con otra gane dos reales de jornal, cada fiesta de precepto reducida o trasladada al domingo producirá en España dieciséis millones de reales de utilidad y la proporción correspondiente en manufacturas o en mayor extensión de la agricultura. En Alemania se trabaja actualmente en reducir los días de fiesta.



 

3

En Madrid hay torno de esta calidad, traído del mismo paraje, que puede servir de modelo para hacer otros, y, en efecto, se han sacado copias.

Don Juan Álvarez Lorenzana, Oficial de Carabineros Reales, ha inventado otro torno muy bueno y ha fomentado su uso y enseñanza, con un celo muy recomendable, en Madrid y en la Mancha. En los Hospicios se debe perfeccionar este ramo de hilazas a torno, y por lo que toca a las de lienzo, podría aquel oficial hacer útiles progresos confiándole este encargo en los Hospicios Reales por su decidida inclinación y celo a fomentar este utilísimo ramo de la industria.



 

4

Los Conventos de Monjas lograrán un socorro seguro por medio de la industria popular. Ahora gravan las monjas continuamente a los parientes o recurren a la caridad de los prójimos, manteniéndose en el Reino un número de demandaderos o donados holgazanes y a veces desarreglados a título de esta cuestación. Los Conventos de Capuchinas no pueden tener rentas y en lo general están mal administradas las haciendas de las Comunidades de Religiosas capaces de poseer. Y así se hacen gravosos del propio modo a los deudos o al público la mayor parte de estos Conventos.

La introducción de tornos y telares manuales en los Conventos sería un fondo que ahorraría al público la carga de mantener las Monjas, pues con el producto de sus hilazas, cintas, encajes, etc., acudirían a su sustento y vestuario. Además tendrían una ocupación honesta y continua, en todo conforme a las primitivas instituciones del monacato, en las cuales se halla expresamente prevenido, como regla, el trabajo de manos, con el saludable fin de que viviesen ocupadas las personas religiosas y no recibiese el público ni los seculares daño su ociosidad.

Resultaría de ello otro bien, y es que los Conventos de España serían otras tantas casas de educación para las niñas nobles y de conveniencias, en que aprenderían la labor y se arraigarían en las buenas costumbres, en vez de que ahora, por la escasez de esta instrucción nacional, es forzoso enviar a los Conventos de Francia, con grandes gastos, nuestra juventud.



 

5

El Señor don Bartolomé de Bruna, Oidor de la Real Cancillería de Granada, tiene observaciones prácticas para blanquear y fortificar estas hilazas de algodón. Su celo hacia el bien común puede fomentar el progreso de estas hilazas y también ha hecho tejer telas muy finas y otros géneros de algodón a sus expensas. Estos ejemplos trascenderán a otros muchos, siempre que se adopten tales descubrimientos y haya Sociedades Económicas en las provincias para examinarlos y proponer los medios de que se propaguen generalmente en toda la Nación, no siendo posible al Gobierno atender por sí a estas menudencias.



 

6

Por esta razón, las fábricas de paños finos de Guadalajara y Brihuega harían mayores progresos con el tiempo distribuyendo sus telares en particulares fabricantes, trabajando éstos de cuenta propia.

Entonces bastaría facilitarles el despacho de sus paños, o prohibiendo la introducción de los de fuera, o franqueando los de dentro en los impuestos.

Lo mismo se puede aplicar a la fábrica de Talavera, guardada proporción y haciéndose repuesto de las primeras materias a buen precio para surtir a los fabricantes y desquitarse en el producto de sus tejidos, los cuales le tienen en sí mismos, sobre el importe de la manufactura y el valor de los simples de que se componen.



 

7

Home, part. 5, sect. 6, pág. 262, edic. De París de 1761.



 

8

En el Consejo se trata de reducir las cofradías y darles éste y otros útiles destinos que contribuirán a mejorar las costumbres en muchas partes y la industria en todas.



 

9

El Ilmo. señor don Manuel Ventura de Figueroa, Decano Gobernador del Consejo y Comisario General de Cruzada, ha empezado a aumentar por este medio la industria de medias de estambre y paños ordinarios en el Real Hospicio de Madrid. Su celo y largas experiencias llevarán este utilísimo destino a la perfección en alivio de las familias pobres.



 

10

Véase lo que queda sentado en razón de los días festivos y los que son de precepto, página XI.



 

11

Se coge también cáñamo en Valencia, la Alcarria, Extremadura, Castilla, Cataluña y otras partes del continente de España. Donde haya estos crudos de cosecha nacional es razonable fomentar las hilazas y tejidos de cáñamo y sólo son preferibles los de lino donde no hay cosecha de cáñamos. Si hubiere esparto, únicamente deberá adoptarse el beneficio de la cosecha propia de cada País hasta donde alcanzare, introduciendo de otras partes los materiales que faltan para ocupar toda la gente.



 

12

Este método está adoptado para las hilazas de seda de Talavera y se ha introducido poco ha en la Ciudad de Murcia.



 

13

Posteriormente a la primera edición de este discurso, don Joaquín Cester está destinado a establecer, entre otros géneros de lino y cáñamo, los telares a propósito para la cinta casera en Asturias y en Galicia a costa del fondo público de ellas con aprobación de S.M. a consulta del consejo.



 

14

Los gorros encarnados fueron una especial manufactura de España. Con la expulsión de los moriscos en 1614 se trasladó a Túnez y de allí han imitado aquella fábrica en Orleáns. La lana y el tinte son aún materiales que suministra la España, con pérdida de toda la maniobra.



 

15

Una de las causas principales del fomento de las artes en Cataluña consiste en que los oficios se miran en el pueblo con el mismo honor que la labranza y es muy del caso esta opinión razonable para sostener la industria popular, uniendo las ideas honradas a todo lo que favorece el trabajo de la gente.

En las demás Provincias de España se miran los oficios con desprecio por la mayor parte, de modo que la idea y voz de artesano o menestral está en oposición con el aprecio común y aún obsta para entrar en ciertos cuerpos, que no son tan ventajosos a la riqueza nacional.

Los Portugueses, para honrar al Pueblo y quitar odiosas distinciones contra los Cristianos nuevos, publicaron poco ha una Pragmática.

En España convendría poner en aprecio los oficios y desterrar toda vulgaridad y preocupación en esta parte, de manera que la ociosidad y holgazanería o los verdaderos delitos sea lo que deshonre y jamás la honesta profesión de los oficios.

Esto no deroga a la distinción que la nobleza y las dignidades, o la eminente sabiduría y servicios a la patria, traen consigo, guardada justa proporción.

Pero hay la muy perjudicial práctica de haber reducido en Cataluña a gremios exclusivos a los artesanos, cuyos gremios sólo subsisten en las ciudades populosas del Principado y causan un verdadero estanco de la industria, en perjuicio de las otras poblaciones.

Tales gremios tienen directa oposición a la felicidad pública y apartan de las aldeas y villas la propagación de la industria. La misma costumbre abusiva se ha ido adoptando sin examen en las ordenanzas gremiales de otras Provincias del Reino. El Sr. Marcandier declama contra semejante práctica que no es tampoco conforme al espíritu de la ley 4, tit. 14 del lib. 8 de la Recopilación, en la cual se reprueba las asociaciones exclusivas dentro del Estado.

Las compañías privativas de Comercio tienen los mismos inconvenientes y nunca pueden prosperar sin ruina de la industria común del Reino, cuyo aumento indefinido ha de ser el objeto de la legislación patria. No es necesario referir lo ocurrido con las que se establecieron en el anterior Reinado para varias Provincias de España, como son la de Toledo, Sevilla, Granada, Zaragoza.

Los privilegios de las fábricas nuevas, cuando no son comunes a las antes establecidas, causan indefectiblemente a cierto tiempo la ruina de la industria ya conocida. Los superiores legítimos, a cuya sabia penetración va sometido todo este discurso, sabrán discernir el mérito de estas reflexiones para evitar con sus providencias cuanto pueda estorbar la reunión de la industria popular con la labranza y el acrecentamiento de los pueblos grandes con ruina de las aldeas.

Estas poblaciones cortas y cercanas son el nervio de los Estados y los vasallos más útiles. Tan pronto están a extender sus habitadores los productos de la tierra y darles su natural y propia maniobra, como a llevar la fatiga de las demás faenas ventajosas a la seguridad del Estado, al decoro de la Monarquía t a la gloria de las armas.



 

16

La pesca del Cecial puede ser un ramo de gran provecho a aquellas costas. Requiere sus particulares auxilios, como es equidad en la sal, libertad de derechos, ningún impedimento a los que vayan a esta pesca aunque no estén matriculados. En Irlanda, después de hechas las labores del campo, van los vecinos a las pesquerías de Terranova.

Los barcos deben ser algo mayores que los ordinarios, para internarse sobre el banco donde se halla la pesca, y también se deben mejorar los instrumentos de pescar y arreglar los medios de sacar y salar bien el pescado.

El aceite que sale de sus higadillas y despojos interiores es una ramo de consideración, capaz de indemnizar los gastos de la pesca y es un ingrediente provechosos para los curtidos y otros usos.

Los escabeches de otros pescados dan el modo de conservarles y formar de ellos comercio. Cuantas especulaciones hicieren sobre estos puntos las Sociedades Económicas se recompensarán ventajosamente con el producto que ha de resultar al público.

Es necesario, al principio, un Director práctico de estas pescas en cada Provincia que tenga conocimiento de lo que pasa en los Países donde florecen las pesquerías, que eran tan comunes en España antiguamente y que han decaído por el corto aprecio de promover lo útil.

Conviene desterrar el abuso de que saquen utilidad contra los pescadores, jueces, dependientes de mar o Cofradías, ni que se pongan en uso otras exquisitas maneras de disminuir al pescador el fruto de sus fatigas, antes importa se examine y destierre toda exacción indebida.



 

17

El señor don Antonio Palafox, arcediano de Cuenca, tan recomendable por su ilustre cuna como por su virtud y amor a la Nación, está echando en aquella Ciudad los cimientos de la industria popular.

En el tercer tomo de don Antonio Ponz se verá la decadencia de sus antiguas fábricas. El señor Palafox ha empezado a excitar la industria introduciendo su aplicación a las hilazas de lana para las fábricas de Guadalajara.

Sucesivamente ha hecho establecer bayetas, sargas y franelas de la mejor calidad, cuyas muestras he visto que no ceden en la bondad ni en la vista a las que se fabrican en Inglaterra.

También ha cuidado de que la mejoría de la manufactura se extienda al barragán, además de la labor de las alfombras de lana, que también he visto y son de diversas especies.

Para dar principio a todo esto, ha comprado una casa a beneficio de la industria y emplea sus rentas en dar una limosna provechosa, que disminuye el número de los ociosos y aumenta en el Reino ciudadanos útiles.

El Ilmo. Sr. Obispo don Sebastián Flores Pabón suministra el pan diario a esta colonia nueva de fabricantes y se da en todo un modelo de lo que pueden adelantar los Prelados y el Clero a beneficio de la aplicación común de las gentes, quitando los pobres de la puerta y trasladándolos con ventaja del Estado, de la Religión y de las buenas costumbres, a los obradores.

El Consejo, movido de tan excelentes principios, ha confiado el Hospicio de Cuenca al Obispo y Cabildo. El Señor Colector General de Expolios y Vacantes piensa promover con los efectos de la de Cuenca la industria dentro del mismo Hospicio por ahora y lo mismo está haciendo en Jaén.

Esta feliz reunión de ideas, conforme a las de nuestro benignísimo Soberano, extendidas a las demás Capitales harán florecer dentro de pocos años la general aplicación al trabajo en toda la Península.

Resta que en Almagro se dote el Hospicio mandado erigir en el Colegio que fue de la Compañía, para que de esta suerte la Mancha, en todo su ámbito, se reduzca luego a una Provincia industriosa. Son a la verdad sus habitantes hábiles, robustos y dispuestos a las manufacturas de lana, teniendo además de cosecha espontánea el esparto con que pueden suplir el lino y cáñamo y aun sobrepujar a otro materiales.



 

18

Las lanas churras en Extremadura han mantenido por gran número de siglos fábricas de paños y bayetas; ahora no hallan los naturales dónde criar suficiente copia de ganados estantes para surtir sus manufacturas, que van enteramente a su ruina. La fábrica de Béjar, que era de paños de segunda y tercera suerte, sufre la misma decadencia. No tienen tampoco fábricas de lanas de las lanas finas que crían. Y así es necesario que el Pueblo viva en la mayor indigencia. No es regular salgan en adelante de aquella robustísima gente los Pizarros, Corteses y Alburquerques hasta que la industria pueda sacar del terreno patrio los esquilmos que le son más propios y necesarios. Por ser tan importante la manufactura de géneros bastos, está prohibida la extracción de las lanas churras. Esto mismo da a conocer la preferencia en la cría que deben tener tales lanas, puesto que contribuyen al surtimiento y vestuario general del Pueblo.



 

19

Es muy sabia la ley que sobre iguales perjuicios acaba de publicar el Rey de Portugal a beneficio de la Provincia de Alentejo, confinante con Extremadura, para reducir a cultivo los montes y fomentar su agricultura y población, en data de 24 de junio de 1774.

Esta ley, a consulta del Desembargo do Pazo, que es el Consejo supremo de Portugal, contiene seis artículos.

En el 1.º se prohíbe desahuciar a los labradores de las tierras arrendadas, excepto en los dos casos de no pagar la renta o perjudicar las casas o arbolado, y también se prohíbe alzar el precio del arriendo.

En el 2.º Se manda reintegrar a los arrendadores expelidos bajo del precio que antes pagaban o por el que se tase a juicio de peritos.

En el 3.º se mandan reedificar las casas, oficinas, corrales o chozas que había en los montes y dehesas en el término de seis meses, a costa de los ganaderos en cuya mano hubieren perecido, o a costa de los dueños que por descuido las han dejado caer, haciéndose pago los que costearen el reedificio en las rentas y frutos de las mismas tierras, con hipoteca especial en ellas.

En el 4.º, que no queriendo los Labradores antiguos volver a estar dehesas, se den a otros labradores que las quieran, tasándose la renta por peritos.

En el 5.º, que de oficio los Jueces del Partido examinen las dehesas y casas derruidas en ellas para hacerlas arrendar a Labradores y labrar como va dicho, lanzando los puros ganaderos bajo de graves penas.

En el 6.º, para evitar que los ganaderos no se alcen con las dehesas e impidan la labranza, manda que todas las dehesas alternen por hojas un año de pasto y otro de labor necesariamente, y que nadie arriende más tierra de la que cultive y aproveche en esta forma.

Lo mismo estaba mandado desde 1764 para las tierras del Ducado de Braganza y Encomiendas de las tres Órdenes militares de Cristo, Santiago y Avis, a beneficio de los colonos, con cuyas providencias parece haberse aumentado la agricultura y población en aquellos terrenos notablemente. No sería menos útil semejante providencia en el territorio y encomienda de nuestras Órdenes militares, inclusa la de San Juan, estando gran parte de las Encomiendas despobladas e incultas, aunque su situación se halle en las Provincias más fértiles del Reino. Los Comendadores aumentarían notablemente el valor de sus rentas.



 

20

Por Alicante hay una gran extracción de esparto en rama. Mientras se mantuvo cerrada la saca, el Vecindario lograba considerables ventajas en su beneficio. En la Nueva Tabarca, que está casi enfrente, se ha establecido un Gremio de Esparteros. Sería útil subrogar en fabricantes de telas de esparto, llevando Maestros de la fábrica de Daimiel.



 

21

En el tratado de Mercandier se verá cómo los Griegos hilaban en los remotos tiempos el esparto, cuyo género sacaban de España, que le debe mirar casi como un fruto suyo privativo. Es un género de los más a propósito para la industria popular de las Provincias que la naturaleza privilegió con tan útil cosecha.



 

22

En el tratado De algodón se toca con particularidad esta materia y así, es ocioso repetirla en este lugar. De Manila se podrían traer a España algunos Sangleyes o Chinos que fabricasen estas telas en seda y en algodón. Sería de gran ventaja para propagar su enseñanza. Aquellas Islas tienen los simples de que se formen los tintes, cuyo conocimiento daría también instrucción a nuestros fabricantes.

Las manufacturas, o se inventan o se imitan. El primer modo es ridículo, cuando son artes ya conocidas en cualquier parte del mundo. Las manufacturas de Cataluña aún están muy atrasadas en la perfección y sólo prosperan para la protección que las ha dado el Rey mediante la prohibición de géneros extranjeros de algodón y libertad de derechos a las primeras materias.

De donde resulta que toda manufactura debe transplantarse del paraje en que está más floreciente, para imitarla donde se ignora o no ha llegado todavía a su verdadero punto.

Luego que se halle establecida, vienen las combinaciones, con las cuales se consigue la perfección de las artes a que debe aspirarse a toda costa y diligencia. No basta promover una manufactura si no se continúa en apurar los medios de sacarla barata y bien ejecutada.



 

23

En las provincias donde no hay Mercados semanales se deben ir estableciendo con mucha diligencia, porque conducen mucho a estimular la contratación interior y de dar salida a los efectos de la industria popular. Contribuyen también a cortar el monopolio.



 

24

En nuestras Colonias de Sierra Morena y Andalucía se va estableciendo esta industria popular en las familias de labradores. Es necesario que a breve tiempo se aumente y extienda con ella la población a lo demás que está despoblado en las inmediaciones. Entonces tendrán los pueblos antiguos un modelo sobre que mejorar su constitución actual por virtud de un cotejo material que reúna todas las ideas.

El planto de moreras, que se hace en gran número, la siembra de lino y de cáñamo, a que todos los colonos se van aplicando, y los oficios establecidos en las capitales de las poblaciones, arraigan la abundancia de las primeras materias y el arte de reducirlas a manufacturas.



 

25

En Francia se quejan los Escritores económicos de los mismo, mirando la pena de azotes y la marca como nada útiles a corregir los culpados. El autor de las Causas de la despoblación, parte 2, cap. 34, pág. 246, se explica de este modo: «En lugar de castigar con azotes la marca, etc., y otras penas infamantes, las cuales no corrigen y empeñan por el contrario los delincuentes a cometer mayores delitos, ya que no merezcan pena capital se les podría condenar a las obras públicas, apartándolos de la ociosidad, origen principal de sus desórdenes, que no les dejasen libertad ni tiempo para volverlos a cometer, dándoles una ocupación tan saludable a ellos como al Estado.»

Los Reyes Católicos, en lugar de almacenar delincuentes en los presidios, los remitían para poblar en las Islas y nuevos descubrimientos de Indias, repartiéndoles tierras y haciéndolos útiles.

Carlos III ha renovado esta práctica, remitiendo muchos a Puerto Rico y convendría ampliar este método con reglas oportunas y sólidas, pues no basta la remisión si no se provee a la subsistencia y ocupación, como han hecho los Ingleses en sus colonias.



 

26

La noticia de los consumos y la de los que nacen y mueren cada año conducen también a formar los cálculos aproximados sobre la población. Los Ingleses han sido los que con mayor acierto han usado esta especie de cálculos, cuyos libros se deben consultar.



 

27

En el Consejo hay particular expediente, causado por el incesante desvelo del Rey a beneficio de la prosperidad común, para indagar el número de los vagos y reducirlos a vecinos aplicados y trabajadores.



 

28

En España hay menos exceso que en país alguno por lo que toca a la emigración. Ésta, en nuestras Provincias septentrionales, se hace a las Indias. Sólo en el Obispado de Santander es reparable y no trae grandes ventajas, porque en aquel distrito no hay industria popular, la agricultura está decadente y han quedado no pocas tierras incultas. Una sociedad Patriótica en Santander sería muy importante para promover el bien común de aquellos honrados vasallos y también convendría una Diputación de aquella Provincia para reunir los ánimos, presidida de un Corregidor togado, a imitación de lo que se observa en Asturias.

En Indias, los emigrantes no tienen más destino que el comercio, y no pudiendo éste emplear a tantos, se pierden muchos que, repartiéndoles tierras, se harán pobladores útiles. Parece increíble que sobrando en aquellas Regiones tanta tierra, haya un gran número de Españoles e Indios sin ocupación por no hacerse estos repartimientos. Perjuicio es éste que merece toda la atención de los sabios Ministros del Consejo de Indias.

De los Gallegos emigrantes a Portugal se habla oportunamente en otra parte de este discurso y tiene igual origen en faltarles tierra que cultivar, sin lo cual no puede arraigar el vecindario en parte alguna por cuanto la población y la agricultura son las precursoras de la industria.



 

29

Las obras periódicas de esta clase se deben comprar mensualmente por la Sociedad. Estas especies, aunque no sean adaptables a la provincia, excitan muchas ideas practicables en todo o en parte.

Las Memorias de la Sociedad de Dublín, capital de Irlanda, y las de la Sociedad de Berna, en Suiza, son muy instructivas y con especialidad las primeras. El estudio de la lengua inglesa es de suma importancia para entender los excelentes escritos y providencias relativas al fomento de la industria.



 

30

Así lo hacen los Ingleses en muchas útiles Academias. La Sociedad Real está dotada sobre este pie a costa de los buenos patriotas.

Las suscripciones para imprimir obras costosas y necesarias han resultado de iguales principios sociales de amor al público.



 

31

El territorio de Lorca es de los más fértiles de la Península y se halla en gran parte inculto por causas contrarias al bien público que se están remediando y examinando de orden del Consejo con el saludable objeto de hacer repartir las tierras y arraigar en ellas un considerable número de vecinos.

Tiene la facilidad de la exportación de sus frutos por el Puerto de las Águilas, que ahora se halla fortificado y con algún principio ya de población.

Para llevar ésta a su debida perfección pende en la Cámara expediente consultivo, interesando también el fomento de este Puerto para cortar a los piratas o corsarios todo abrigo en su cercanía, que antes permanecía desierta con mucha desventaja de la Nación.



 

32

En Galicia hay muchos terrenos despoblados cuya labranza continua impiden algunos particulares que se llaman dueños voceros, sin hacer constar de título razonable que autorice este impedimento de la agricultura y de la población completa de aquella nobilísima Provincia.

Nadie puede tener derecho para estorbar la labranza y desmonte de las tierras incultas. El Gobierno debe autorizar a los vecinos para su descuaje y cultivo. Éstos fueron los primeros caminos por donde la legislación inglesa fomentó el cultivo de la Gran Bretaña. Si los voceros tienen título o derecho deben presentarlo en la Real Audiencia y hacerles aquel tribunal la justicia que les asista, regulándoles un canon módico. Cualquiera es bastante para unos dueños imaginarios y que ninguna industria han puesto en mejorar el cultivo de aquellos terrenos, los cuales en realidad son comunes, tomados sobre la tolerancia de los demás vecinos, sus compatriotas.

La Sociedad de Agricultura empezó a tratar de esta materia y todavía no se ha concluido, aunque es tan importante. No debe dejarse de la mano, pues concediendo permiso general para estos desmontes, no saldría a Portugal tanto número de Gallegos, que pasan de veinte mil, por faltarles libertad de cultivar estas montañas. Su falta de cultivo da en cara a los que conocen la laboriosidad de aquellos naturales. Los caprichos perjudiciales a la prosperidad pública se han de mirar como delitos opuestos al bien de la sociedad. Es reprensible su disimulo en los que, viéndolos, tienen autoridad, conocimiento y obligación de remediarlos y los disimulan.



 

33

Esta Academia fue instituida por el celo del Señor Marqués de Piedrabuena, el cual ha juntado un número excelente de obras análogas al Instituto en un País donde no se conocían apenas.



 

34

Los libros políticos de Herrera, Moncada, Leruela, Navarrete, Deza, Uztariz, Ulloa. Argumosa, Zavala y otros honradísimos Españoles se leerán en las Sociedades y rectificarán sus ideas con los hechos prácticos y experimentales que adquieran de cada Provincia.



 

35

Uno de los Socios Amigos del País debería explicar el derecho público y los elementos en que se funda la felicidad pública, a la juventud. Sería también de su cargo contraer estos principios a su provincia en particular, siempre con relación al bien general de la España. La educación de la nobleza en algún Seminario provincial debe llevar la atención de la Sociedad, imitando la Vascongada.



 

36

El Excmo. Señor Arzobispo de Toledo, con el reedificio del Alcázar para hospicio, restaurará las artes en Toledo y disipará la ociosidad lastimosa de los que hacen profesión de mendigos en aquella ciudad. Estos ejemplos, repetidos por otros Prelados, acelerarán el beneficio común de la nación.



 

37

Pers., sat. 5.



 

38

Virgil. Georg., lib. I, vers. 505 et. seq.



 

39

La paz con Marruecos, en cambio de los frutos que nos venden, facilitará el despacho de los siguientes géneros de las fábricas de España, estableciendo factorías permanentes bajo la protección de nuestros Cónsules en los puertos donde existen: Hierro de Vizcaya, en planchuela; pañuelos de Barcelona; papel de mediana calidad; damasco carmesí; damasco azul, que no sea muy subido ni muy claro; damasco verde; terciopelo carmesí; terciopelo verde; terciopelo azul; terciopelo negro; paño negro de Segovia; veinticuatreno; paño negro de Alcoy, de la calidad y colores siguientes: treinteno de color negro, verde, azul; azafrán; azúcar de la Habana, de primera y segunda calidad; hojas de lata.

Una moderada tarifa en los derechos debe ocupar la atención de los Cónsules para ayudar y hacer preferir nuestro comercio.

Las Sociedades Económicas de las provincias marítimas harán un servicio importante en comparar las tarifas y los géneros que van y vienen de cada nación a España y los que de España pueden salir a venderse en los Países extranjeros, formando listas de las mercaderías y frutos con toda distinción.

El Diccionario de Comercio, de Sabary, ilustró a los fabricantes Franceses por este medio. En aquella obra se refieren todas las manufacturas y géneros que se fabrican o exportan de aquel Reino y lo que pudo el autor adquirir en la industria de otras Naciones. En la edición de Copenhague se añadió mucho tocante a los Países del norte.

Sería de desear un suplemento por lo tocante a España, incluyendo a Portugal y a los dominios de ambos Reinos en las dos Indias, insertando estas adiciones en los lugares correspondientes del Diccionario y reimprimiéndolo traducido y adicionado en español, como lo hizo Malachias Postlwait en su traducción inglesa de la misma obra de Sabary.

Los Ingleses, respecto a su comercio propio, con sus colonias y las demás naciones tienen un tratado, escrito por Windham Beawes, intitulado Lex mercatoria rediviva, o Directorio de los mercaderes, impreso en Londres, año 1752, que enseña la forma y sustancia del tráfico de la Gran Bretaña. Esta obra se debería refundir en el mismo Diccionario de Comercio, para completarle, y es muy interesante a España porque el autor fue Cónsul en el Puerto de Santa María y conocía nuestras cosas.

Sin estas noticias permanecerá siempre en la Nación española destituida de los auxilios prácticos y noticias que necesita en punto al comercio general, cuyo estudio es muy necesario no sólo a los comerciantes sino también a los Magistrados, Embajadores, Cónsules y Empleados en las aduanas.



 

40

Aristot. Polit., lib. 2, cap. 11, et alibi videndus.



 

41

Lib. 8, Epigram. 20.

Indice