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1

Véase el incoherente trabajo, «La novela hispanoamericana en el contexto de la internacional», recogido en el volumen colectivo, Coloquio sobre la novela hispanoamericana, que compilaron Iván A. Schulman, Manuel Pedro González, Juan Loveluck y Fernando Alegría (México, 1967). En dicho artículo, González censura acremente a los nuevos novelistas aunque admite (p. 61): «Debo confesar de entrada que desconozco gran parte de la producción novelística nuestra de los últimos tiempos», lo que no le impide declararla a continuación: «tan prolífica en títulos como desmedrada en calidad, tan huérfana de obras tamañudas (sic), y tan indigente de originalidad». El trabajo de Alegría en el mismo volumen («Estilos de novelar o Estilos de vivir») contiene una perla del más puro oriente, para usar una imagen modernista: niega la influencia, apuntada, según él, por la crítica norteamericana, del novelista victoriano Isaac Stern en Cortázar. Naturalmente que se trata de Laurence Sterne que sí realmente ha influido en Cortázar y que el profesor Alegría parece incapaz de identificar.

 

2

Ya en un trabajo de 1950, publicados en el número especial de la revista montevideana, Número (6-8, enero-junio 1950), se estudiaba el contexto socio-político y cultural del Modernismo uruguayo. Véase, en particular, «Ambiente espiritual del Novecientos», de Carlos Real de Azúa, y «La Generación del 900», de Emir Rodríguez Monegal.

 

3

Ya en su «Poética y estilo de Martí», texto de 1953, apunta el profesor Roggiano una preocupación que habrá de manifestarse más ampliamente luego en trabajos como «Una lectura de la disidencia. Las Montañas de Oro, de Leopoldo Lugones», de 1976, y, sobre todo, «Qué y qué no del Lunario sentimental», del mismo año.

 

4

Aunque la crítica estilística ha dedicado alguna atención a Herrera, el resultado no sobrepasa el nivel de catálogo: la fijación de un repertorio temático y retórico que no consigue estudiar el texto en su unidad real de producción. Como ejemplo espléndido (es decir: irrisorio) de esa crítica, véase, La poesía de Julio Herrera y Reissig. Sus temas y su estilo, del profesor doctor Yolando Pino Saavedra (Santiago, 1932).

 

5

Para la teoría de la carnavalización de Bakhtine y su aplicación en la América Latina, véase mi artículo, «Carnaval/Antropofagia/Parodia», en Revista Iberoamericana, 108-09, 1979. Se ofrece allí un enfoque más amplio del tema.

 

6

Uso la primera edición de Los Peregrinos de Piedra, preparada por él y publicada póstumamente por su viuda y amigos: Montevideo, Bertani, 1910. La portada lleva la fecha 1909, en tanto que 1910 ya aparece en la tapa. Fue luego reeditada, como volumen primero de una colección en cinco de las obras del poeta, por el mismo editor modernista.