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491

Se justifica diciendo que se suele disculpar que las personas se comporten de forma anormal cuando están enamoradas. La repetición y oposición de conceptos (culpa, disculpa, mayor y menor) dentro de un razonamiento amoroso también es un juego típico de la poesía cancioneril.

 

492

Casandra se siente tentada a tomar ejemplo de las numerosas mujeres pecadoras de la historia (Muchas ejemplo me dieron), y apunta que el que quiere hacer lo que no debería (los que errar quisieron) se fija siempre en los que lo han hecho, y no en los que, después de hacerlo, se han arrepentido.

 

493

La solución que ella ve es dejar de verse (huir de ver y hablar), puesto que, de esta manera, morirán o superarán su amor, pero no caerán en la tentación.

 

494

lo más que haré por mí: 'el mayor favor que podré hacerme'.

 

495

'Me es tan placentero ir a buscar mi muerte que este placer me impedirá morirme'. Este motivo también proviene de la poesía amorosa de cancionero.

 

496

Casandra considera que darle la mano sería demasiada tentación (pólvora) para su amor (al fuego).

 

497

Las sirenas de la mitología griega eran criaturas monstruosas, mitad mujer mitad pájaro, cuyo canto enloquecía a los marineros, que naufragaban al acercar la nave a sus acantilados. Aquí se le atribuye el mismo comportamiento a Casandra, que ha admitido su amor pero prefiere contenerse a pesar de las quejas de Federico.

 

498

Tente: 'no cedas'. Casandra invoca las razones que la impulsan a mantener el decoro para darse fuerzas.

 

499

Federico resta importancia al estar muerto, y señala cortésmente que no le importa, puesto que el alma es inmortal y, así, la seguirá queriendo aunque muera.

 

500

De qué suerte: 'de qué manera'.