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Sobre los pliegos sueltos poéticos, véanse los trabajos siguientes: ANTONIO RODRÍGUEZ MOÑINO, Diccionario bibliográfico de pliegos sueltos poéticos, Madrid, Castalia, 1970; JULIO CARO BAROJA, Ensayo sobre la literatura de cordel, Madrid, Taurus, 1969; MARÍA CRUZ GARCÍA DF ENTERRÍA, Sociedad y poesía de cordel en el Barroco, Madrid, Taurus, 1973; VÍCTOR INFANTES, «Los pliegos sueltos poéticos: constitución tipográfica y contenido literario», en P. Cátedra y M.ª Luisa López Vidriera (eds.), Libro antiguo español, I, Salamanca, Universidad de Salamanca, 1988, pp. 237-248; id., «Los pliegos sueltos del Siglo de Oro: hacia la historia de una poética editorial», en R. Chartier y H. J. Lüsebrink (eds.), Colportage et lecture populaire. Imprimés de large circulation en Europe, XVIe-XVIIe siècles, París, Ed. de la Maison des Sciences de l'Homme, 1996, pp. 283-298; etcétera. Véanse asimismo los diversos volúmenes publicados en Madrid por «Joyas Bibliográficas» sobre los pliegos poéticos españoles custodiados en diversas bibliotecas (reproducción en facsímil y estudio por el colector).

 

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Sobre las «relaciones de sucesos», véanse los estudios siguientes, con referencia a contenidos, estructuras e ideologías: AUGUSTIN REDONDO, «Les relaciones de sucesos dans l'Espagne du Siècle d'Or: un moyen privilégié de transmission culturelle», en Les médiations culturelles, París, Publications de la Sorbonne Nouvelle, 1989, pp. 57-67; id., «Las relaciones de sucesos en prosa (siglos XVI y XVII)», en Literatura popular. Conceptos, argumentos y temas, pp. 51-59, volumen coordinado por María Cruz García de Enterría, Anthropos, n.º 166-167, mayo-agosto, 1995; HENRY ETTINGHAUSEN, «The news in Spain: Relaciones de sucesos in the Reigns of Philip III and IV», European History Quaterly, 14 (1984), pp. 1-20. Véanse, además, las actas de los dos coloquios internacionales reunidos sobre el tema: Les «relaciones de sucesos» (canards) en Espagne (1500-1750), María Cruz García de Enterría et al. (eds.), París-Alcalá, Publications de la Sorbonne / Servicio de Publicaciones de la Universidad de Alcalá, 1996, «Travaux du CRES», XII; La fiesta. Actas del II Seminario de «Relaciones de sucesos», S. López Poza y N. Pena Sueiro (eds.), A Coruña, Sociedad de Cultura Valle Inclán, 1999 (Col. SIELAE). Cf. también la tesis de DIDIER RAULT, «Les relaciones de sucesos en Espagne au XVIIe siècle (1598-1665)», 2 vols., Montpellier, Université Paul Valéry, 1999. Véanse, además, diversos elementos útiles, sobre el particular, en los libros ya citados de Julio Caro Baroja, Ensayo sobre la literatura de cordel y de María Cruz García de Enterría, Sociedad y poesía de cordel en el Barroco. Véase también, de esta última, Literaturas marginadas, Madrid, Playor, 1983.

 

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Véase la portada del pliego correspondiente, que hemos reproducido. Es posible que el impresor sea Fernando de Lara. Hemos utilizado un ejemplar de la Biblioteca de Thomas Croft. Véanse los facsímiles facilitados, hace casi veinte años, por PEDRO CÁTEDRA Y VÍCTOR INFANTES, Los pliegos sueltos de Thomas Croft (siglo XVI), 2 vols., uno de facsímiles y otro de Estudio, Valencia, Albatros Ediciones, 1983. Se trata del pliego n.º 11.

 

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El Decamerón se tradujo al castellano en 1496 (siguiendo de cerca al original). El libro se publicó cinco veces por lo menos, con muy pocas diferencias entre las diversas ediciones (1496, 1523, 1539, 1543, 1550), antes de figurar en el Índice de Valdés de 1559. Posteriormente, en el Índice de Quiroga de 1583, se autorizó la lectura del texto expurgado, en lengua toscana, que había salido en 1573. Sin embargo, no hay que olvidar que las novelas boccaccianas primitivas siguieron circulando, de manera más o menos solapada, y, además, que las élites españolas conocían el italiano... Sobre el influjo del Decamerón en España, véanse las páginas escritas por MARCELINO MENÉNDEZ PELAYO en sus Orígenes de la novela, 4 vols., Madrid, CSIC, 1961, III, pp. 5 y ss.; CAROLINE BROWN BOWLAND, «Boccacio and the Decameron in Castilian and Catalan Literature», Revue Hispanique, XII (1905), pp. 1-231. Véase también FRANÇOISE VIGIER, «Difusión y proyección literaria de la novela IV, 1 del Decamerón de Bocacio en la España bajomedieval y renacentista», en Formas breves del relato, Zaragoza, Ediciones de la Universidad de Zaragoza, 1986, pp. 87-103. Sobre el impacto de Boccaccio en la novela española del Siglo de Oro, véase por ejemplo: JEAN-MICHEL LASPERAS, La nouvelle en Espagne au Siècle d'Or, Montpellier, Publications de la Recherche de l'Université de Montpellier, 1987.

 

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Véase, en el título general del pliego, el texto n.º 3: «Lleva también un gracioso chiste de un Sacristán q[ue] le passó con una martelada suya». Nótese que el texto de este «chiste», lo había reproducido ya, pero sin dedicarle ningún estudio, ALAN C. SOONS, en 1976, en su libro Haz y envés del cuento risible en el Siglo de Oro. Estudio y antología, Londres, Tamesis Books, XII, pp. 72-73 (había utilizado un ejemplar del pliego que se encuentra en la Houghton Library).

 

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Véase por ejemplo: Cuento muy gracioso que sucedió a un arriero con su muger, y fue porque no se santiguava de las mugeres, quando andava fuera, su misma muger le hizo una burla... Compuesto por Francisco de Medina, impreso con licencia, 1603 (el pliego está en la British Library).

 

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Véase el principio del texto reproducido al lado del frontispicio del pliego. El entremés salió impreso por primera vez, según parece, en la Octava parte de las Comedias de Lope de Vega, publicada en Barcelona en 1617. Utilizamos la reproducción hecha por EMILIO COTARELO Y MORI en Colección de entremeses, loas, bailes, jácaras y mojigangas desde fines del siglo XVI a mediados del XVII, 2 vols., Madrid, Ed. Bailly-Baillière, 1911, n.º 53, I, pp. 203 b-208 a. Francisco de Ávila, que parece haber sido cómico, debió de escribir loas y entremeses. Dos de éstos han llegado hasta nosotros: el que nos interesa y Los invencibles hechos de don Quijote de la Mancha (ibid., n.º 52, I, pp. 198 a-208 a).

 

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La novela que ha inspirado al autor del «chiste» es la segunda de la octava jornada, que se titula: «Cómo un clérigo campesino se enamoró de una parroquiana suya, y de lo que aconteció con ella». Utilizamos la versión castellana de 1496 (cf. supra nota 4), levemente actualizada por Marcial Olivar: GIOVANNI BOCCACCIO, Decamerón, Barcelona, Planeta, 1982; véase el texto de la novela en las páginas 432-436. Puede confrontarse el texto español con el italiano a través de la edición crítica del Decameron por Vittore Branca, publicada en Torino, Einaudi, 1980. Como lo señala Branca, el tema de la novela había cuajado ya en un viejo fabliau: El clérigo y la dama.

 

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Los nombres son los mismos en italiano: Belcolore y Bentivegna.

 

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El texto italiano utiliza el verbo macinar que significa moler en sentido general. Remite pues tanto al universo de la molienda (moler) como al del mortero (majar). Posteriormente, bien se tratará de un mortero en la novela de Boccaccio. Sobre el universo erótico de la molienda, véase nuestro estudio: «De molinos, molineros y molineras. Tradiciones folklóricas y literatura en la España del Siglo de Oro», en J. L. Alonso Hernández (ed.), Literatura y folklore, Salamanca, Universidad de Salamanca-Universidad de Göttingen, 1983, pp. 99-115, y más directamente, pp. 107-110. Lo mismo se puede decir acerca de esa «molienda» que se lleva a cabo en el mortero. Sobre los valores eróticos correspondientes, véase PIERRE ALZIEU, ROBERT JAMMES e YVAN LISSORGUES, Poesía erótica del Siglo de Oro. [= PESO], Barcelona, Crítica, 1984: majar [= futuere], morterazo [= cunnus], mano del almirez [= penis]. Véase también lo que indica José Luis ALONSO HERNÁNDEZ en su Léxico del marginalismo del Siglo de Oro, Salamanca, Universidad de Salamanca, 1977, p. 540 b: mortero = cunnus; mano de mortero = penis; machacar, machucar = futuere. Nótese que un viejo refrán indica de manera reveladora: «majo, majo, dama, agua en el mortero» (en que tanto agua, como majar y mortero tienen un sentido erótico, al referirse al acto sexual); el refrán lo ha recogido ELEANOR S. O'KANE, Refranes y frases proverbiales de la Edad Media, Madrid, Anejo II del Boletín de la Real Academia Española, 1959, p. 44 b.

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