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    • Mientras la admiración avara atiende
    • Era del año la estación ardiente
    • Los tafetanes, rasos, terciopelos,
    • cuando el aplauso roba cortesano
    • Grave se mueve el uno y otro plaustro
    • Jerarquía gentil de semidiosas
    • Candores brilla, si entre auroras puede
    • Rosas Gales vertiendo y azucenas,
    • Al espléndido trono fija atento
    • No tanto entre topacios y jacintos
    • Ocupa el real trono, eminente
    • Águila, a su esplendor no se deslumbra
    • Del alto trono el trono mismo alcanza
    • Tudesca hueste herrado fresno esgrime
    • Movibles selvas, fuentes racionales
    • Pueblo de famas es el ordenado
    • Clara familia infante el grave paso
    • Terliz purpúreo, que, de Arabia el oro
    • Siguen sus huellas, en ornato iguales
    • Portátil basa que, a sus pies rendida
    • Doce enfrenados montes, que de Ociro
    • En torno lustra la cuadrada arena
    • Madrid entonces a Madrid presenta
    • Sus huellas borra y borra su memoria
    • Emula de la pompa lusitana
    • Ya tiembla el turco, ya se turba el medo
    • Tuba sonante la atención incita
    • Festivo, si marcial, suena inflamado
    • De éste, pues, héroe, visitó la arena
    • Largo escuadrón, al resonar del viento
    • De Córdoba al clarín tiembla la tierra
    • Silencio imprime cuando acorde suena
    • Cuanto su vista el ánimo suspende
    • En él dio fin la ostentación faustosa
    • Aún no la planta se ocultó postrera
    • Aquí la águila regia, aquí el segundo
    • Pagó el postrero universal tributo
    • Segunda vez de mílite extranjero
    • Los que a la pluma truecan ya la espada
    • Cuando la puerta que antes el Oriente
    • De un bizarro alazán la espalda oprime
    • Carlos le sigue; de su bruto alado
    • Rayo es del sol, si puede serlo alguno
    • Ébano y oro dividiendo hermosa
    • Con relámpagos siete, ardiente rayo
    • Mendozas dos un cuarto son planeta
    • Toledo el quinto, quinto ya Mavorte
    • El lusitano Mora, que dilata
    • Los aplausos prorrumpen alegría
    • Blasones aclamó del Almirante
    • Del carro de la noche se desata
    • Cordobés rucio entiende el pensamiento
    • Mi pluma llega de volar cansada
    • Rápido rucio es rayo arrebatado
    • Segunda vez Bucéfalo espumoso
    • De las escuadras diez que ya leales
    • La caña empuña el Rey, la adarga
    • No opuesto el Duque, no; (correspondiente
    • Tremola apenas el delgado lino
    • Aquí de Ampudia el advertido Conde
    • Cuatro veces en giros diferentes
    • Su campo ostenta el de Austria, y el de Cea
    • En medio de su curso impele al viento
    • Vuelve el caballo el Rey, y, acompañando
    • Mas, ¿para qué, Señor, tan cuidado
    • Ya el Duque, pues, que en los pasados giros
    • La lealtad puede tanto, tanto puede
    • ¡Oh, Carlos!, perdonad, que, deslumbrado
    • El gallardo Guzmán, el fiel Acates
    • No callan, a los cielos atrevidas
    • Hasta que ya interpuestos los ancianos
    • Mientras, seguido de su hueste hermosa