Selecciona una palabra y presiona la tecla d para obtener su definición.

[98]

ArribaAbajo

- III -

         
Auto de la Muerte
 
 
La misma escena del auto primero. Entra EL ESCULTOR por la puerta del fondo llevando de una mano a ALMA, vestida de blanco, con traje de desposada, y en la otra una luz. Se dirige a la mesa y enciende el candelabro.
 
EL ESCULTOR �No percibes el silencio
que en esta estancia secreta
flota? Largos años ha
ninguna planta la huella.
(Reconoce la estancia, cierra la puerta del fondo y se pone el sobretodo blanco con que apareció en el primer auto. Se acerca a la mesa y contempla a su ALMA.)
ALMA Decidme el grave secreto 5
que mi madre santa y buena
al morir os confiara
y sacadme de esta cueva.
EL ESCULTOR Esta fue tu humilde cuna.
Aquí en esta pobre celda 10
el amor veló tu sueño
antes que al mundo nacieras... [99]
ALMA (Temerosa.)
Augurio fatal, funesto,
es de mi oscura existencia
haber nacido a la vida 15
en esta cárcel tan negra
donde al respirar me ahogo,
y al mirar me quedo ciega...
Sacadme pronto de aquí
que ya mi esposo me espera. 20
EL ESCULTOR Descubre el minero el oro
en el seno de la tierra:
y halla el esclavo el diamante
bajo la abrasada arena;
en los abismos del mar 25
coge el pescador la perla
y de día al antro oscuro
llega la luz de la estrella
y los amores más puros
nacen en hondas cavernas... 30
Tú aquí al respirar te ahogas
y al mirar te quedas ciega...
Para mí tiene este aire
perfumes que me embelesan
y al mirar, en luz me abraso 35
y el fuego de amor me quema
(ALMA retrocede.)
ALMA (Con humildad.)
Decidme el grave secreto
que mi madre santa y buena
al morir os confiara
y sacadme de esta cueva. 40 [100]
EL ESCULTOR Hay una mancha en tu vida
que es misterio de tu esencia;
mancha de gran excelencia
pues la pureza escogida
ante ella muere vencida. 45
A un hombre tu madre amó
y a su amor le sujetó
queriendo darle la fe...
y tal su desdicha fue
que presa en su amor quedó. 50
(Pausa.)
Fue un sublime desvarío
no fue la torpe flaqueza
fue la firme fortaleza,
la fe, en dar la fe a un impío
y vida a un sepulcro frío... 55
Él rompió el amante lazo
y ella murió en el regazo
de la fe con que le amaba...
y en una cuna lloraba
el fruto de aquel abrazo. 60
(ALMA llora.)
En tanto el padre corría
buscando nuevos placeres:
amor de nuevas mujeres
para embriagar en la orgía
el infierno que sufría... 65
Y buscó también la muerte
sin que quisiera su suerte
que la hallase en parte alguna
pues la implacable fortuna
le hizo cada vez más fuerte. 70 [101]
Pasó trabajos muy rudos
viviendo en tierras lejanas
de su cabeza las canas
y de su brazo los nudos
(Señalándose.)
de ello son testigos mudos... 75
Le acusaron sin razón
y sufrió larga prisión...
y vio el desierto africano
y está labrada su mano
por la uña del león... 80
(La muestra la mano.)
(ALMA abre los brazos y se queda en suspenso, escuchando.)
Y como aguilucho herido
que siente el plomo en el ala
veloz cual flecha se exhala
y va a morir a su nido...
vuelvo yo a mi edén perdido. 85
Y una tentación más dura
el destino me procura...
Te hallo a ti y renazco en ti...
pues al punto en que te vi
vi a mi amor en tu figura. 90
(ALMA se aparta de él.)
Sé que es un crimen nefando
que sienta por ti este amor;
sé que es horrible impudor
estar de mi amor hablando
y estar tu alma mancillando... 95
Pero esas galas nupciales
esas flores virginales
y joyas de desposada
con que estás ataviada, (4)
�son mis emblemas mortales! 100 [102]
(Pausa.)
Un sueño agitó mi vida
y este sueño fue mi Dios
y tras de este sueño en pos
se lanzó el alma atrevida...
y al volver a mi guarida 105
con mi sueño ya olvidado
hallo en ti el sueño soñado...
Sí, mi ensueño está en tu rostro
y ante mi ensueño me postro
y adoro al Dios que he creado. 110
(Se arrodilla.)
Ser de mi alma creador
crear un alma inmortal
en mi alma terrenal,
ser yo mi propio escultor
con el cincel del dolor; 115
solo, sin Dios, esto fue
lo que en mis sueños soñé...
y ahora que voy a morir,
despierto y veo surgir
la escultura de mi fe. 120
Pero esta fe no está en mí
y esta fe debe ser mía...
Es la fe en que yo creía
cuando sin fe concebí
la estatua que vive en ti... 125
�Tú eres mi alma creada!
�Tú eres la estatua soñada!
Y aunque eres mi hija, te adoro
y de rodillas te imploro
el favor de una mirada... 130
(Implora.)
�Ten piedad de un pobre ciego! [103]
�No te escapes de mis brazos!
�No rompas, Alma, estos lazos!
�No te hagas sorda a mi ruego!
�No te dé espanto este fuego! 135
(Se levanta gritando:)
�En eterna hoguera a arder
quiero condenado ser,
mas déjame que te quiera!
�Qué me importa, Alma, la hoguera
si ardiendo te he de querer? 140
 
(Pretende coger a ALMA y queda como clavado en el centro de la escena. ALMA huye, y cogiendo un pedazo de estatua rota, golpea en la puerta del fondo, con gritos entrecortados.)
 
ALMA �Aurelio! �Estoy prisionera!
�Te has olvidado de mí?
�Ven a sacarme de aquí
y no me dejes que muera
en las garras de la fiera! 145
(Golpea.)
Es un hombre muy cruel
tiene aleonada la piel...
yo luchar con él no puedo...
me vuelvo loca de miedo
de verme sola con él. 150
(Golpea.)
�Aurelio! �Soy yo! �Tu esposa!
Mira que quiero vivir,
que no me dejes morir
enterrada en esta fosa.
(Con terror, mirando a su padre.)
Que ya la fiera me acosa... 155
Que me ahogo en esta tumba...
Que mi cuerpo se derrumba...
(Con acento desgarrado.)
�Que el cerebro me golpea [104]
y el alma ya me flaquea,
y quizás, débil, sucumba! 160
(Cae de rodillas. Se oye arriba una detonación.)
�Aurelio! �Aurelio! �Señor!
(Se acerca a su padre y corre por la estancia golpeando las paredes.)
El que se quita la vida...
tiene en el pecho una herida...
(Señala el corazón.)
�Aquí, aquí, siento el dolor!
EL ESCULTOR (Impasible.)
Un muerto.
ALMA (Ante su padre.)
                    �Abridme!
(Ve un puñal en la panoplia, lo coge y vuelve frente su padre.)
                                        �Valor! 165
EL ESCULTOR (Se desgarra la ropa y muestra el pecho blanco, marmóreo.)
Hiere aquí con golpe rudo
traspasa este mármol mudo...
�Mas, cómo podrá el acero
lo que el grito lastimero
de la hija amada no pudo! 170
(ALMA deja caer el puñal.)
�Aunque mil lenguas tuviera
y aunque en mil lenguas hablara
ni un destello te explicara
del dolor que a mi alma entera
da el dolor que te lacera! 175
Si con mil lenguas te hablara
y en mil lenguas me explicara
ni un reflejo te dijera
del placer que a mi alma entera [105]
da el dolor que te apesara... 180
Sufro de verte sufrir,
gimo de oírte gemir,
me duele como me miras,
lloro al oír que suspiras
y muero al verte morir. 185
Me enamora triste verte
y admiro tu honestidad
y adoro tu santidad,
y vivo al ver que eres fuerte,
�y vas a matar la muerte! 190
(Pausa.)
Hubo un hombre, que al amarte
quiso al mundo esclavizarte
con un amor material...
Si su amor fuera ideal
mejor pensara en matarte... 195
�Palabras de amor! �Sonidos!
Y los sonidos, materia...
Habla la sangre en la arteria
bullendo con sordos ruidos
y del pecho los latidos... 200
(Violento.)
�Y este corazón que late
es el grito de un combate!
�Y el astro, que horrendo estalla
el eco de una batalla!
�Y uno solo es quien se bate! 205
(Pausa.)
Es que el espíritu quiere
libertarse de su escoria...
�Un latido, una victoria!
�El más noble el que más hiere! [106]
�Y sólo triunfa el que muere! 210
(ALMA se hinca de rodillas a los pies de su padre.)
ALMA (Sollozando.)
�Oh, señor, tened piedad!
Mi voz quiere gritar: �Padre!
�Mi alma piensa que mi madre
cayó en vuestra liviandad
y murió en vuestra crueldad! 215
(Coge el puñal del suelo.)
�Matadme, pues que nací
y al nacer vuestra hija fui!
Tomad, señor, el puñal
(Pone el cuello humilde.)
heridme, no me haréis mal
pues yo no vivo ya en mí. 220
EL ESCULTOR (Coge el puñal y dice amoroso:)
�Tú ignoras, hija querida
los secretos de la vida!
Ignoras que el noble asiento
del vivir, es el tormento...
y el placer vida perdida. 225
�Al amor esclavizamos
y las huellas materiales
que en las carnes virginales
deja el amor que anhelamos,
cadenas son que forjamos! 230
(Pausa.)
�Ven y acércate a mi pecho
sienta yo tu abrazo estrecho
y el calor de tu mirada
sobre esta escultura helada
en que estoy firme y derecho! 235 [107]
Yo también esclavo he sido
y tu hermosura serena
fue mi última cadena...
mas he luchado y vencido
y a un mundo nuevo he nacido... 240
(ALMA se levanta y se abraza a su padre que la acaricia.)
�Qué noble eres, Alma mía...
y más que noble eres buena...
y más que buena eres pura...
y más que pura eres bella...!
Entre todas las mujeres, 245
bendita sea tu belleza.
(La besa en la frente.)
ALMA �Ay! �Padre! Señor! �Qué es esto?
�Qué dicha tan pura es esta?
(Se aparta de sus brazos y va andando con las manos juntas sobre el pecho.)
�Yo me muero, padre mío!
�Y muero en la gloria eterna! 250
(Queda petrificada junto a la puerta del fondo.)
EL ESCULTOR (Arrancándose del sitio en que está clavado.)
Alma, hija mía, �no hablas?
(Se acerca a ella y la va tocando cabeza, cuerpo y brazos, y repitiendo:)
�Piedra! �Piedra! �Piedra! �Piedra!
(Se cubre el rostro con las manos, y como si estuviera perturbado va andando como en la escena de las sombras del auto primero y hablando bajo.)
 
(Suenan lejanas chirimías.)
 
Vida y muerte sueño son
y todo en el mundo sueña...
Sueño es la vida en el hombre 255
sueño es la muerte en la piedra.
(Se acerca a su hija.) [108]
En esos ojos cerrados
quedó grabada una idea:
�Más que ver lo que ve el hombre
vale estar ciego en la piedra�. 260
(Pausa.)
En esos rígidos labios
quedó una palabra yerta:
�Más que hablar lo que habla el hombre
vale estar mudo en la piedra�.
(Pausa.)
Y de este pecho en el fondo 265
hay una esperanza muerta:
�Más que la vida en el hombre
vale la muerte en la piedra�.
(Abre los brazos e invoca al cielo.)
Si vida y muerte son sueño...
Si todo en el mundo sueña... 270
�Yo doy mi vida de hombre
por soñar muerto en la piedra!
 
(Pausa. Se llena la escena de densas tinieblas y ALMA desaparece detrás del telón del fondo.)
 
�Quién oscurece mi vista
con estas densas tinieblas?
�Alma! �Hija! �Dónde estás? 275
(Palpando.)
�Dadme luz que quiero verla!
 
(Sale CECILIA por la puerta de la izquierda como en el primer auto y se pone delante del ESCULTOR.)
 
CECILIA La está ante sus ojos viendo
y aún, el ciego, no la ve...
Yo soy la luz de la fe
que estás a gritos pidiendo. 280
EL ESCULTOR (Sin inmutarse.)
�Eres tú? [109]
CECILIA                             �Si! �Yo! �Yo soy!
�Antes de morir, aquí
volver a verte ofrecí
y lo he cumplido, aquí estoy!
�No te da espanto de verme 285
después del mal que me hiciste?
�Después que muerte me diste?
EL ESCULTOR �Qué mal podrías hacerme?
�Por qué guardarme rencor?
�Si te hice alguna maldad 290
culpa a la fatalidad,
siempre tuyo fue mi amor!
�Ni aún como padre he sabido
amar! �Pues a la hija mía
porque a ti se parecía 295
tu mismo amor le he tenido!
�Y ahora como a un Dios la adoro!
�Es mi hija, es mi creación!
(Amenazando.)
�Ay de aquel que sin razón
me arrebate mi tesoro! 300
CECILIA (Sentenciosa. Muy marcado.)
Puede la humana criatura
crear una obra y amarla...
Mas la luz para mirarla
la tiene Dios en la altura.
EL ESCULTOR �Luz quiero, luz para verla! 305
CECILIA Con esta luz la verás. [110]
EL ESCULTOR �Dámela!
(Quiere cogerla.)
CECILIA                  �Sí, la tendrás
si eres digno de tenerla!
Antes te has de arrepentir
has de doblar la rodilla 310
que sólo aquel que se humilla
puede a los cielos subir.
(Se pone la mano en el pecho.)
�Oh corazón indomable
si este amor no te cogiera
quizás tu dueño muriera 315
como bestia miserable!
�Mas te acosan dos amores
que presto te apresarán!
�Dispónte! �Que a llegar van
a ti, los grandes terrores! 320
(Amorosa.)
Si tú a nuestra hija vieras
lo mismo que yo la veo,
acaso por el deseo
de verla siempre, creyeras.
EL ESCULTOR �Dónde está? �Cómo la ves? 325
CECILIA (Mira al cielo, en éxtasis.)
�Está allí! �En lo alto! �Oh! Es ella...
Ella es... el alma más bella
que en todos los cielos es...
EL ESCULTOR Voy con ella. [111]
CECILIA (Deteniéndole.)
                        �Desdichado!
�Cómo, si no tienes alas? 330
�Cómo los cielos escalas
si estás aquí encadenado?
EL ESCULTOR (Violento.)
�Con fuego de mi pasión
mis cadenas fundiré
y para volar, tendré 335
las alas del corazón!
CECILIA Mas la puerta está cerrada.
�Cómo abrirla si no sabes?
EL ESCULTOR (Va a la panoplia y coge la espada.)
Aunque la cierren mil llaves
la forzaré con mi espada. 340
CECILIA �Y los ángeles armados?
EL ESCULTOR (Furioso.)
�Angeles... y serafines
arcángeles... querubines...
todos... serán degollados
cual rebaño de corderos...! 345
�Oh! �Los hombres han de ver
que a cántaros va a llover
la sangre, siglos enteros!
CECILIA (Espantada.)
�Huyo! No puedo escucharte.
�Dios tus blasfemias perdone! 350 [112]
EL ESCULTOR (Frenético.)
�Al mismo Dios si se opone
le paso de parte a parte!
(Da una estocada a fondo.)
CECILIA (Desde la puerta; deja caer la luz apagada.)
Mi fe no puede domarle
pues inmensa es su impiedad.
�Señor! Tu inmensa bondad 355
sola, puede conquistarle.
 
(Se abre el telón de fondo y aparece ALMA, como estatua de una Virgen, en una gloria. Su traje, idéntico al en que quedó petrificada; pero tiene además aureola de santidad. Suenan cerca las chirimías.)
 
EL ESCULTOR (Deja caer la espada y cae de rodillas ante la estatua de su hija. CECILIA se arrodilla y reza.)
�Alma! �Mi hija..! �El Ideal...!
�La Fe...! �Mi obra maestra!
(Pausa.)
�La muerte! La muerte fría...
viene... la muerte de piedra... 360
la siento entrar en el pecho...
La siento andar por las venas...
La siento apagar mis ojos...
La siento ligar mi lengua...
�Oh qué ventura es morir 365
esculpido en forma eterna!
(Queda petrificado con los brazos extendidos adorando a su hija.)
 
Telón lento


NOTA

     La presente edición está copiada literalmente del manuscrito original, de puño y letra de Ganivet, enviado por éste desde Riga. A D. Francisco Seco de Lucena en los primeros días de Noviembre de 1898, con el encargo de que gestionase el estreno de El Escultor, en el teatro de Granada.

     Tal y como lo escribió Ganivet, sin supresión ni alteración alguna se publica respetando así los deseos expresados por el insigne granadino en las Indicaciones para la representación que preceden al auto primero.

     Los artista que estrenaron El escultor de su alma la noche del 1.� de Marzo de 1899 en el teatro de Isabel la Católica fueron don Francisco Fuentes (Pedro Mártir); la señora Díaz (Cecilia); la señora Guillén (Alma), y el señor Rivelles (Aurelio). Arriba