Selecciona una palabra y presiona la tecla d para obtener su definición.
 

31

El cardenal-arzobispo de Toledo, don Bernardino de Moscoso y Sandoval era de la casa de Altamira, donde trabaja Claudio. Un Moscoso había sido «privado» del cardenal infante, sin el gusto de Olivares (ver Marañón, El conde-duque de Olivares, Madrid, Espasa-Calpe, 1956). El Triunfo de la fe ha sido editado por Cummins (Londres, Tamesis Books, 1965).

 

32

Por ejemplo, en la égloga Amarilis, donde el poeta Silvio, máscara de Lope, se llama a sí mismo «bien oído y mal premiado», es decir, imitado por otros que ganan el premio que él merecía (Ed. Guarner, Poesía lírica, Madrid, Bergua, 1935, págs. 28). Y más directamente en el soneto citado en la nota 25.

 

33

Quando vn concepto a todas luzes suena, / lo que ven por sí mismo reconozco, / pero también conozco / queando es la vista agena: / que no ha de dar la de vn enano assombro / si lleua vn Gigante sobre el ombro (fols. 11 v.-12 r.). Véase Maravall, Antiguos y modernos, Madrid, 1966, págs. 588-592.

 

34

Que es la primera acepción en Autoridades: «Noble y de ilustre prosapia». Sólo la cuarta y última acepción vale «liberal, dadivoso».

 

35

La famosa carta, núm. 524 de la edición de Amezúa (Epistolario de Lope de Vega Carpio, IV, Madrid, Real Academia, 1943, págs. 143-144) es fechada por don Agustín entre mediados y fines de 1630. La Égloga panegírica, de 1631, es el primer texto poético que expresa, en esta etapa última, sus problemas con el mecenazgo regio. Como es sabido, El Siglo de Oro lo escribe Lope cuatro días antes de su muerte (ver mi trabajo citado en nota 3).

 

36

El Fénix y su historia natural, Madrid, Imprenta del Reino, 1630; Lecciones solemnes a las obras de don Luis de Góngora y Argote, Madrid, Imprenta del Reino, 1630. Pero creo que los dos, como mostraré en otro lugar, aparecieron en 1631. Las Lecciones, un poco posteriores a El Fénix, en la impresión de su último pliego, contestan especialmente al Laurel de Apolo; y El Fénix a un pasaje de La Noche de San Juan, clave para la ordenación de esta polémica y que Dámaso Alonso (ver nota 39) no conoció. Como es sabido, la comedia se estrenó la noche de San Juan de 1631. Entre los ataques de las Lecciones y la contestación indirecta de la Égloga a Claudio ha pasado, pues, poco tiempo.

 

37

Ver las notas de Morby, ed. cit., especialmente págs. 312 y 314.

 

38

Ed. Amezúa, IV, cit., págs. 146-147.

 

39

«Cómo contestó Pellicer a la befa de Lope», en Estudios y ensayos gongorinos, Madrid, Gredos, 1955, págs. 480-501.

 

40

Nadie podía dudar que el comentarista satirizado era Pellicer (con Salcedo Coronel mantenía buenas relaciones, como muestra en varias composiciones de esos años, así en Burguillos, ed. cit., fol. 18r). La parodia de Lope (nada menos que de la página 312 a la 360 de la ed. cit.) llega a lo personal: «En esso parecía muger ordinaria de coronista» (pág. 359). Pellicer tenía este cargo de cronista del Reino, tan ambicionado por Lope. Sobre la ira con que vio Lope -por el perjuicio que hacía a su pretensión- que Pellicer le atacaba en dedicatorias a don Luis de Haro, sobrino del conde-duque, y, sobre todo, al cardenal infante, ver las citas de sus prólogos a La Dorotea y Burguillos, copiadas en la nota 43. Este era, por su trasfondo, el más grave problema de la cuestión con Pellicer.