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El mayordomo de la Duquesa de Amalfi

Comedia famosa

Lope de Vega


[Nota preliminar: Edición a cargo de Teresa Ferrer Valls. Grupo de investigación DICAT. Proyecto TC/12.

Nota: Para esta edición se ha utilizado como texto base el incluido en la Onzena parte de las comedias de Lope de Vega, Madrid, viuda de Alonso Martín de Balboa), ff. 200r.-224v., a través del ejemplar conservado en la Biblioteca de la Real Academia de la Historia, signatura 41-VI-58. Cotejado con el texto incluido en la segunda edición de la Onzena parte (Barcelona, Sebastián de Cormellas, 1618), ff. 199r.-22v., por medio del ejemplar conservado en la Biblioteca de la Universidad de Pennsylvania, signatura 868v c PT. 11 1618; y cotejado con la copia manuscrita conservada en la Biblioteca Palatina de Parma, signatura CC.V.280032/33, ff. 22r.-79v. Se han tenido en cuenta las siguientes ediciones modernas: edición de Marcelino Menéndez Pelayo (en Obras de Lope de Vega publicadas por la RAE, XV, Madrid, Sucesores de Rivadeneyra, 1913, pp. 193-231); edición de Jesús Gómez y Paloma Cuenca (en Lope de Vega, Comedias. XIII, Madrid, Fundación José Antonio Castro, 1997, pp. 699-799); y edición de T. Ferrer Valls (en Lope de Vega, Comedias. Parte Once, II, Madrid, Gredos, 2012, pp. 335-458).]



HABLAN EN ELLA LAS PERSONAS SIGUIENTES
 

 
ANTONIO,   mayordomo.
LA DUQUESA DE AMALFI.
OTAVIO DE MÉDICIS.
FABRICIO,   criado.
URBINO,   secretario de la Duquesa.
CELSO,   viejo.
LIBIA,   camarera.
MELAMPO,   villano.
DORISTO,   villano.
ARSINDO,   villano.
FURIO,   criado.
DINARCO,   criado.
FILELFO,   criado.
RUPERTO,   criado.
BERNARDO.
BARTOLA.
FENICIO.
LUCINDO.
JULIO DE ARAGÓN.
EL DUQUE DE AMALFI.
ALEJANDRO,   niño.
LEONORA,   niña.





ArribaAbajoActo I

 

Sale ANTONIO.

 
ANTONIO
   Desiguales prendas mías,
pues al sol os atrevistes,
bien es que tengáis el pago
y que la tierra os eclipse.
Ojos que mirar osastes5
sus rayos inacesibles,
Ícaros de mi deseo,
con alas de plumas viles,
caed del cielo sereno
donde sin fuerza subistes10
al mar de mi justo llanto,
en que la esperanza espire.
¡Ay, prendas mías humildes,
fuego merece quien al viento sigue!
De la Duquesa de Amalfi15
osaron mis ojos libres,
siendo un hombre su criado,
siendo un hombre que la sirve,
mirar los divinos rayos.
Diome licencia, atrevime,20
que me llamó con mirarme,
que amor tiene ojos de lince.
Y aunque no me dice nada,
mucho mirando me dice,
pues me ha obligado a querer25
aquel divino imposible.
¡Ay, prendas mías humildes,
fuego merece quien al viento sigue!
Nací en Nápoles hidalgo,
estudié, profesión hice30
de gentilhombre en la corte.
¡Qué principios y qué fines!
Federico de Aragón
era su rey infelice,
echáronle de su estado,35
seguí su destierro, ¡ay, triste!
Amparole Luis de Francia;
canseme, a Nápoles vine;
en mi humildad descansaba,
rico el que contento vive.40
Como enviudó la Duquesa,
y el hijo es niño, me pide
por cartas que a su servicio
o a su gobierno me incline.
Nunca yo lo imaginara,45
pues aunque con ella prive,
quieren mis locos deseos
que a pretendella me anime.
¡Ay, prendas mías humildes,
fuego merece quien al viento sigue! 50
 

(Sale OTAVIO DE MÉDICIS, [FABRICIO] y criados.)

 
OTAVIO
   ¿Vino Antonio?
FABRICIO
Sí, señor.
ANTONIO
Aquí esperando estaba.
OTAVIO
Debes, amigo, a mi amor
ese cuidado. Hoy se acaba
de mi esperanza el temor.55
   Hoy pone a su fundamento,
de tan rica posesión,
la primer piedra mi intento.
ANTONIO

 [Aparte.] 

(Temo que esta pretensión
debe de ser casamiento.)60
OTAVIO
   No estéis vosotros aquí.
ANTONIO
¿Qué es, señor, lo que me quieres?
OTAVIO
Escúchame atento.
ANTONIO
Di.
OTAVIO
Antonio, yo sé quién eres;
¿sabes quién soy?
ANTONIO
Señor, sí.
65
OTAVIO
   Con eso sabrás que soy
del gran duque de Florencia
sobrino.
ANTONIO
Más gloria os doy
por vuestra virtud.
OTAVIO
Mi herencia
no la sé, a figura estoy.70
   Desde que el Duque murió,
el de Amalfi, Antonio, digo,
aunque heredero dejó
traigo pensado conmigo...
ANTONIO

 [Aparte.] 

(No en vano el alma temió.)75
OTAVIO
   ...casarme con la Duquesa.
ANTONIO
Por deciros la verdad,
de que lo penséis me pesa,
si es bien que con libertad
habla el que verdad profesa,80
   que aunque la Duquesa mía
es bella y moza, ese día
que el casar le dé cuidado
de su hijo y de su estado
perderá la tutoría.85
   Pues pobre y sin heredar,
¿qué habéis de hacer?
OTAVIO
Esperar
al lado de una mujer
que me puede enriquecer
con que se deje mirar.90
ANTONIO
   Bien entiendo que es amor,
señor Otavio, el que os mueve,
pero todo ese rigor
es como julio, que llueve
para acrecentar calor.95
   Pasará la tempestad
al primero mes de mesa,
vendrá la serenidad
del alma, y veréis que os pesa
de esa loca voluntad,100
   porque cuando en una aldea
os retiréis pobremente
adonde ninguno os vea,
se templará el acidente
que agora el alma desea,105
   y el justo arrepentimiento
os traerá tanto disgusto
que no tengáis sufrimiento,
porque del amor el gusto
es una cometa al viento.110
OTAVIO
   Antonio, yo no os llamé
para pediros consejo
cuando me determiné,
ni agora sois vos tan viejo,
ni sabéis más que yo sé.115
   Por mayordomo y privanza
de la Duquesa os quería
dar cuenta de mi esperanza,
y fue porque no entendía
que todo el daño os alcanza;120
   porque si os han de quitar
el gobierno de esta hacienda,
bien hacéis de replicar.
ANTONIO
Vueseñoría no entienda
que interés me ha de obligar125
   a dejar de ser quien fui.
No vine a servir aquí
por interés, fue afición
que a la casa de Aragón
tengo desde que nací.130
   Pobre soy, pero no tanto
que hacienda de la Duquesa
me obligue.
OTAVIO
De vos me espanto,
señor Antonio, y me pesa
que mi amor honesto y santo135
   os parezca mal a vos,
si en esto no os va interés.
ANTONIO
¡Interés! ¡Bueno, por Dios!
OTAVIO
¿Qué se os da a vos que después
vivamos pobres los dos?140
ANTONIO
   Digo, señor, que os caséis
una vez y mil.
OTAVIO
Antonio,
esto es amor, ya lo veis.
ANTONIO
Bien lo dice el testimonio
del disparate que hacéis.145
OTAVIO
   Vos, ¿queréiselo decir?
ANTONIO
Quiero serviros en eso.
OTAVIO
¡Si le habéis de persuadir
como a mí...!
ANTONIO
Verdad profeso,
yo os quiero en esto servir.150
   Id con Dios que, a fe de hidalgo,
haré todo buen oficio,
si con la Duquesa valgo.
OTAVIO
Y yo os haré algún servicio,
si con lo que emprendo salgo.155
   En albricias por lo menos
una cadena tendréis
de mil escudos.
ANTONIO
Los buenos
mandando obligan.
 

(Váyase OTAVIO, [FABRICIO y criados].)

 
¿Qué hacéis,
ojos de lágrimas llenos?160
   ¿Por qué no formáis un mar
en que me pueda anegar?
Mas nombre ingrato merezco,
pues la tabla no agradezco
donde me puedo salvar,165
   que, casada la Duquesa,
de este amor y vano empleo
cesará la loca empresa,
si el efecto del deseo
cesando la causa cesa,170
   o conoceré su intento
tratándole el casamiento.
Ánimo, esperanza loca,
que como vos sois tan poca
desmaya el atrevimiento.175
 

(Váyase y salgan la DUQUESA DE AMALFI, en hábito de viuda, y LIBIA, camarera suya, y CELSO, viejo.)

 
DUQUESA
   ¿Qué hace el Duque?
CELSO
Está en lición.
DUQUESA
¿Qué lición?
CELSO
Como ya escribe
también a oír se apercibe
gramática.
DUQUESA
Y es razón.
Sepa a lo menos latín,180
que en un príncipe está bien.
CELSO
Él lo decora tan bien
que le verá presto el fin.
   El niño más entendido
es Su Excelencia, señora,185
que Italia conoce agora.
DUQUESA
Dice al padre que ha tenido.
   Id y diréis al maestro
que el de las armas no falte.
CELSO
Es de las letras esmalte190
ser un caballero diestro.
   A fe que si me cogiera
algunos años atrás,
que yo le enseñara más
que Rodamonte pudiera.195
DUQUESA
   ¿Fuistes diestro?
CELSO
Pues, ¿había
en toda Italia mi igual?
Ya es más diestro, por mi mal,
este bordón, pues me guía.
DUQUESA
   Id a lo que os digo.
CELSO
Voy.
200
 

[Vase CELSO.]

 
DUQUESA
¡Ah, Libia, en cuánto cuidado
me ha puesto amor!
LIBIA
No me ha dado
menos, aunque libre estoy,
   que el ver tu desasosiego
en cosa tan desigual;205
si a ti te tiene mortal,
a mí me deshace en fuego.
   Conozco en la libertad
con que te quieres perder
que es gran mal en la mujer210
enviudar en mocedad.
DUQUESA
   Luego, ¿piensas, Libia mía,
que por mortal interés
a Dios primero y después
a mi honor ofensa haría?215
LIBIA
   Pues, ¿por qué quieres hablar
a Antonio, tu mayordomo?
DUQUESA
Yo pienso que entiendes cómo.
LIBIA
La vida te ha de costar
   este indigno casamiento.220
DUQUESA
¿Quiéresle tú?
LIBIA
¿Yo, señora?
¡Máteme el cielo la hora
que tenga tal pensamiento!
DUQUESA
   Mucho, Libia, te he fiado,
mucho del alma me debes.225
LIBIA
Yo me huelgo que me pruebes.
DUQUESA
Lo más que puedo te he dado,
   lo que guardaba de mí
esta noche te conté,
y si de ti imaginé230
que Antonio reinaba en ti
   es porque su entendimiento,
su persona, su valor,
pienso que engendren amor
en el más helado intento.235
   ¡Qué bien habla, qué bien mira,
qué bien escribe y entiende
cualquiera cosa que emprende!
¿Su condición no te admira?
   ¿No te espanta su buen modo,240
su verdad, su trato honesto,
su vestir noble y compuesto,
y su beldad sobre todo?
   ¡Qué bien que pone los pies
a un caballo, qué bien canta,245
qué gracia!
LIBIA
A mí más me espanta
que esa alabanza le des.
   Mas pues ya tu mala estrella
a tanto mal te inclinó,
que tu autoridad bajó250
donde Antonio la atropella,
   por Dios te ruego que adviertas
al secreto de tu honor.
DUQUESA
A todo vano temor
cierra el casarme las puertas,255
   que siendo con gran secreto,
cuando se venga a saber,
sabrán que soy su mujer.
LIBIA
Y tú su muerte, en efeto.
   No sé, toda estoy temblando.260
Ni te aconsejo ni impido.
Mas si deseas marido
muchos te están deseando,
   si no de tu calidad,
poco menos.
DUQUESA
Ya he pensado
265
que casar con mi criado
desdice mi autoridad,
   mas fíome en el secreto,
porque el casarnos los dos
es justo temor de Dios,270
más que de mi honor respeto.
   No se sabrá si se fía
de ti y de él.
LIBIA
¡Quiéralo el cielo!
 

(Sale ANTONIO.)

 
ANTONIO
Amor con alas de hielo
lleva la esperanza mía,275
   cual mariposa a la llama,
al sol de unos ojos bellos,
que quien se iguala con ellos
imita a Luzbel la fama.
   Voy donde me he de abrasar,280
mas quiere naturaleza
que me esfuerce su belleza
para atreverme a llegar.
   El sátiro que vio el fuego
con las manos le tomó,285
pero como le abrasó,
arrojole de ellas luego.
   ¡Ay, quién, luego que llegase
al fuego de tanto amor,
con la pena del dolor290
de las manos le arrojase!
   ¿La Duquesa estaba aquí?
DUQUESA
Antonio.
ANTONIO
Señora mía,
hablar a solas querría
con Vuestra Excelencia.
DUQUESA
¿Ansí?
295
   Pues, Libia, aguarda allá fuera,
despeja la cuadra luego.
ANTONIO

 [Aparte.] 

(¡Cielos, mirándola ciego!)
LIBIA

 [Aparte.] 

(Tu calidad considera,
   vuelve, señora, por ti.300
DUQUESA
Vete y no repliques más.)
 

(Vase LIBIA.)

 
¿De qué tan suspenso estás?
ANTONIO
Señora, de verme aquí.
DUQUESA
   ¿Otras veces no has estado?
ANTONIO
Nunca, señora, he venido305
a lo que agora, que ha sido
causa de haberme turbado.
DUQUESA
   ¿Turbado, Antonio, por qué?
¿Qué tengo yo de aspereza?
ANTONIO

 (Aparte.) 

(Lo que tienes de belleza310
causa de turbarme fue.)
DUQUESA
   Aunque por señora puedo
causar algo que temer,
la blandura de mujer,
¿no basta a quitar el miedo?315
   ¿Tengo mala condición?
¿Soy soberbia? ¿Soy muy grave?
ANTONIO
Ya Vuestra Excelencia sabe
de mi temor la razón.
   ¿Si corriendo una cortina320
un ángel se descubriese
no era justo que temiese
ver su figura divina?
   No todas las cosas graves
dan temor llegando a ellas,325
también le ponen las bellas,
por mi esperiencia lo sabes.
DUQUESA
   ¿Soylo aquí más que otras veces
que me has visto y me has hablado?
ANTONIO
Habré llegado a tu estrado,330
señora, con más jueces,
   porque ver en soledad
una hermosura divina,
luego el pensamiento inclina
a alguna temeridad;335
   porque ¿quién ha de tener
las alas del pensamiento?
Que el primero movimiento
a nadie puede ofender.
DUQUESA
   Ni yo, Antonio, me ofendiera340
cuando como hombre pensaras
que soy mujer.
ANTONIO
Bien reparas
lo que el temor considera.
   A tu gran benignidad,
a tu heroica discreción345
debe el ama esa razón.
DUQUESA
Dejemos la autoridad.
   Háblame familiarmente,
que aunque tu señora soy,
no siempre en el trono estoy350
del título impertinente;
   y aunque es verdad que he tenido
fama de mujer discreta,
como esto de ser perfeta
es raras veces oído,355
   nunca he querido, en efeto,
a mi discreción creer,
que gobierno de mujer,
¿cómo puede ser discreto?
   Por eso te traje aquí,360
y pues que me has gobernado
hijo, casa, hacienda, estado
con el valor que hay en ti,
   quiero que de aquí adelante
me hables de otra manera.365
Cúbrete.
ANTONIO
Señora, espera,
dame lugar que me espante,
   dame lugar que a esos pies
derribe la humildad mía.
DUQUESA
Háblame con osadía,370
deja agora el ser cortés.
   Cúbrete, Antonio.
ANTONIO
Señora,
si tanta merced me hacéis,
atrevimiento daréis
a mi pensamiento agora.375
   A fe que os he de decir
lo que denantes callé.
DUQUESA

 [Aparte.] 

(Él me entendió, bien hablé.
Basta mirar, basta oír.
   Si toda el alma me vio,380
acábeme de entender,
que basta que una mujer,
y tan noble como yo,
   hable con tantas colores.
Atrévase, pues, ¿qué tarda?385
Que es necio el hombre que aguarda
a que le digan amores.)
ANTONIO
   Sabed, señora, que Otavio
de Médicis...
DUQUESA

 [Aparte.] 

(¡Esto es bueno!)
ANTONIO
de alegre esperanza lleno390
-no sé si en esto os agravio-
   hoy me ha enviado a llamar,
y me pidió que os hablase.
DUQUESA

 [Aparte.] 

(¡Qué de esto agora tratase!
Él no me debe de amar.395
   Si, como lo he sospechado,
este me quisiera bien,
entendiérame tan bien
como yo me he declarado.
   Pues, sin conocer su amor,400
error será declararme.)
ANTONIO
O no quieres escucharme
o te divierte el honor.
   Digo, señora, que Otavio
adora a Vuesa Excelencia.405
Es hombre de la presencia
que ha visto, es gallardo, es sabio.
   Quiere casarse, y no quiere
más que sola su persona.
DUQUESA
A Otavio su amor le abona.410
Es hombre, su amor refiere.
   Todo hombre tiene licencia
de decir a una mujer
que la desea.
ANTONIO
Ha de ser
como él a Vuestra Excelencia,415
   que es su igual, y la pretende
por mujer.
DUQUESA
Un desigual
ofende si quiere mal,
que si quiere bien no ofende.
   ¿Es mal hecho querer bien?420
ANTONIO
No es mal hecho. Mas, ¿si llega
a deseo, y pide y ruega
que de amar premio le den?
DUQUESA
   ¿Ante qué juez la pide?
¿Qué testigos falsos llama,425
si la persona a quien ama
es quien la causa decide?
   Espántasme, Antonio.
ANTONIO
¿Cómo?
DUQUESA
No mires a mi nobleza,
habla como mi cabeza,430
y no como mayordomo.
   Habla como hombre.
ANTONIO
No puedo.
DUQUESA
¿Qué tienes?
ANTONIO
Tiemblo.
DUQUESA
¿De qué?
ANTONIO
Del miedo con que llegué
a quitarte tanto el miedo.435
DUQUESA
   ¿Mi ánimo te acobarda?
ANTONIO
¡No, por Dios! Mas dime agora,
¿qué dire a Otavio, señora?
DUQUESA
Oye, y la respuesta aguarda.
   Finge que un camino emprendes440
largo, por mar o por tierra,
y que al salir de tu tierra
al tiempo que ir solo entiendes,
   se te ofrecen dos que intentan
hasta el fin acompañarte,445
y cada cual por su parte
a tu lado se presentan.
   Al uno de estos dos tienes
natural inclinación,
en cuya conversación450
te regalas y entretienes;
   al otro aborrecimiento,
con tal fuerza de pesar
que solo el oírle hablar
te causa desabrimiento.455
   ¿Con cuál de aquestos harías
el camino a que te ofreces,
con el que amas o aborreces?
ANTONIO
¿De esa respuesta tenías
   alguna duda?
DUQUESA
Pues di,
460
¿con cuál de los dos irás?
ANTONIO
Con el que me agrada más.
DUQUESA
Lo mismo entiende de mí.
   El casarse es un camino
largo, hasta el fin de la vida.465
La compañía ofrecida
en dos hombres la imagino.
   Otavio es el que aborrezco.
ANTONIO
¿Puedo el que quieres saber?
DUQUESA
Para tan poco entender470
muy descubierta me ofrezco.
   ¿Dónde está tu ingenio, Antonio?
ANTONIO
Mi humildad le tiene ciego.
DUQUESA
Con vergüenza a tratar llego
del segundo matrimonio.475
   Pero espera aquí un papel,
sabrás el hombre que quiero,
que a ser su amor verdadero
él me entendiera sin él.
 

(Váyase la DUQUESA.)

 
ANTONIO
   Cobarde pensamiento, nunca el cielo480
logre tus esperanzas,
pues cuando el bien alcanzas
te derribas humilde por el suelo.
Mas tal castigo lleve
el que ama y es amado y no se atreve.485
Cuando ocasión alguna
le ofrece su fortuna,
si allí no cobra lo que amor le debe,
   ¿qué esperanza le queda?
Merece que jamás cobrarla pueda490
quien suelta los cabellos.
¡Ay, dulces ojos bellos,
a mi fortuna detened la rueda!
El bien perdí, cobarde,
que perdido una vez se alcanza tarde.495
Dirá el papel que espero:
«hoy justamente muero».
Si tuve el bien ¿qué bien habrá que aguarde?
Que amor no le concede
cuando le deja el que gozarle puede.500
 

(Sale LIBIA con un papel.)

 
LIBIA
   Este papel me ha mandado
mi señora la Duquesa
que te diese.
ANTONIO
A mí me pesa,
Libia, de haberla enojado
   tratándole casamiento.505
LIBIA
Ahí dice que hallarás
el hombre que quiere más.
ANTONIO
Yo solo su gusto intento.
   La casa Médicis era
muy conforme a su valor.510
 

(Sale URBINO, secretario.)

 
URBINO

 [Aparte.] 

(Sin duda le tiene amor:
papel le dio.) Libia, espera.
LIBIA
   ¿Qué quieres?
URBINO
No eran en vano
mis celos. ¿Qué papel diste
a Antonio?
LIBIA
¿Yo?
URBINO
Tú, y le asiste
515
con tiernos ojos la mano.
LIBIA
   Lo del papel es verdad,
lo de los ojos mentira.
Siempre con antojos mira,
Urbino, la voluntad.520
   Aquel papel es memoria
del recado de un vestido.
A Dios.
 

(Vase LIBIA.)

 
ANTONIO

 [Aparte.] 

(Desdichado he sido
al principio de mi historia.
   ¿Si me vio dar el papel?)525
URBINO
Pues, ¡Antonio!
ANTONIO
¡Oh, secretario!
URBINO
Si ese nombre es necesario
para un amigo fiel,
   aquí le tenéis en mí.
Huélgome que Libia os ame.530
ANTONIO
¿En qué lo veis?
URBINO
En que os llame
su dueño.
ANTONIO
¿A mí? ¿Cómo ansí?
URBINO
   Negad que un papel os dio.
ANTONIO

 [Aparte.] 

(Decir quiero que es verdad.)
Tengo a Libia voluntad.535
URBINO
¿Sabéis que la sirvo yo?
ANTONIO
   Agora lo sé de vos,
desde hoy más por vuestra queda.
URBINO
Cuando acetarla os conceda,
por la amistad de los dos,540
   ha de ser como no entienda
que os cuesta pena el dejalla,
y que el discurso de amalla
no tiene prenda que prenda.
   ¿Tenéis más de ese papel?545
ANTONIO
Solo este papel me ha dado.
URBINO
Si mi amor os ha obligado,
dadme, Antonio, parte de él.
   Véamosle aquí los dos,
por vida de la Duquesa.550
ANTONIO
De que me tratéis me pesa
con tal sospecha, por Dios.
   Basta que palabra he dado,
que no la hablaré creed.
URBINO
Pues hacedme una merced555
de que le rasguéis cerrado.
ANTONIO
   El rasgar de mi memoria
a Libia haré yo por vos;
y basta que de los dos
cese al principio la historia,560
   sin pedir cosas que son
contra mi buen proceder,
que no es bien que una mujer
me tenga en baja opinión.
URBINO
   La grande amistad, Antonio,565
que hemos tenido los dos,
de que sospecho que vos
tenéis cierto el testimonio,
   a pediros me obligó
todo lo que habéis oído;570
mas pues me habéis respondido
a lo del papel que no,
   acabose la amistad,
desobligado me habéis.
ANTONIO
Oíd, si os vais.
URBINO
¿Qué queréis?
575
ANTONIO
Si quedo en mi libertad,
   y hemos de ser enemigos,
a Libia vuelvo a querer.
URBINO
¿Cómo eso podéis hacer,
Antonio, en no siendo amigos?580
   Querelda, que yo también
algún día os daré enojos
en las niñas de los ojos.
ANTONIO
Oíd, y tratadme bien,
   que si no os he respondido585
es porque he considerado
que de un amigo enojado
triunfa mucho el ofendido;
   y porque veáis que soy
tan hidalgo y liberal590
que en vez de responder mal
gusto por enojo os doy.
   ¿Es este el papel?
URBINO
Él es.
ANTONIO
Pues quito el sello.
URBINO
¿A qué efeto?
ANTONIO
Para verle, y os prometo595
que le habéis de ver después.
 

(Sácale con la mano aquel pedacito en que está escrito su nombre.)

 
   Mirad qué poco le miro,
tomad.
URBINO
¿Qué es lo que quitáis?
ANTONIO
Siete letras.
URBINO
¿Qué me dais?
ANTONIO
El papel.
URBINO
Mucho me admiro
600
   de que tan seguro estéis
del secreto. En blanco está.
ANTONIO
Probad a entendello allá,
pues tantas cifras sabéis,
   porque me destruya el cielo605
si ninguna tiene en sí.
URBINO
Pues ¿qué guardastes ahí
para aumentar mi recelo?
ANTONIO
   Siete letras.
URBINO
¿No traía
otra cosa?
ANTONIO
No, por Dios.
610
URBINO
Si vive un alma en los dos
y partí con vos la mía,
   dadme las letras primeras
de esas siete.
ANTONIO
Quiero daros,
para más desengañaros615
dos letras de las postreras.
   Tomad aquesta.
URBINO
Esta es «o».
ANTONIO
Esta es «i».
URBINO
Quien dos me da,
las cinco también dará.
ANTONIO
¿Cómo las cinco? Eso no.620
   ¿Soy yo reloj, por ventura?
Llevad, Urbino, esas dos.
URBINO
Dadme las demás, por Dios,
si mi amor os asegura.
ANTONIO
   Si la mayor amistad625
es de las cosas partir
la mitad, basta pedir
de estas letras la mitad.
   Las tres os tocan, partamos
la una.
URBINO
Dádmela entera,
630
por Dios.
ANTONIO
Por cosa ligera
no es bien que los dos riñamos.
   Dos tenéis, veis aquí dos,
a la «o», sigue la «i».
URBINO
   Esta ¿no es «n»?
ANTONIO
Es ansí.
635
URBINO
¿Van por orden?
ANTONIO
Sí, por Dios.
URBINO
   Pues esta es «o».
ANTONIO
Ya tenéis
cuatro letras, las postreras.
URBINO
¡Ay, si las otras me dieras!
ANTONIO
De la razón excedéis.640

 (Aparte.) 

   (Cielos, «Antonio» decía
en su papel la Duquesa,
dando a entender que esta empresa
es de Antonio, y ella es mía.
   Las cuatro letras le di,645
que no sabrá concertar
por escusar de criar
enemigos contra mí.
   Solo traía el papel
este nombre en que reparo:650
que soy su dueño está claro,
mi nombre lo dice en él.
   Bien sé que me ha de costar
la vida si a sus hermanos
llegan mis intentos vanos.655
¿Mas dónde podrá emplear
   un hombre tan bien la vida?)
A Dios, Urbino.
URBINO
Él os guarde.
 

(Váyase ANTONIO.)

 
Este sospecha que tarde
será su letra entendida,660
   y mientras secreto habló
las cuatro letras junté:
«o», «i», «n», «o», bien sé
que quieren decir «oi no».
   Que hoy no le podrá gozar,665
sin duda, quiso decir.
Mas, ¿por qué le ha de escribir
«oi no» si hoy la pudo hablar?
   Las letras dan testimonio
que si a él le quedan tres,670
y el «oi no» vuelvo al revés
es fin del nombre de Antonio,
   porque las tres que le quedan,
sin duda son «a», «n», y «t».
Luego «Antonio» el nombre fue.675
Pues, ¿qué es lo que estos enredan?
   «Antonio» solo traía
en un papel; ahora bien,
¿si las letras no se ven
y es alguna tropelía?680
   Yo le pondré al agua, al fuego,
o con humo le daré,
que agua y fuego y humo haré
de mi loco intento ciego.
   Agua mis ojos darán,685
fuego el pecho, y la esperanza
humo, mas esta mudanza
los dos me la pagarán.
   Yo seguiré de manera
a Antonio, pues fue traidor690
a nuestra amistad su amor,
y en este amor persevera;
   yo diré de él tanto mal
a la Duquesa, aunque sea
mentira, que presto vea695
que fue a mi amor desleal;
   yo le echaré de su casa,
yo le pondré mal con ella.
 

(Sale la DUQUESA.)

 
DUQUESA
Ya la primera centella
a incendio del alma pasa,700
   y va creciendo de suerte,
con haberme declarado,
que ya me han notificado
mis desventuras la muerte.
   Pero como yo me case705
y no padezca mi honor,
¿qué muerte por tanto amor
no será justo que pase?
   Urbino está aquí. ¿Qué quieres,
secretario?
URBINO
¿Ha respondido
710
Vuestra Excelencia?
DUQUESA
He tenido,
Urbino, mil pareceres
   en razón de este concierto.
Es muy niño el Duque agora.
URBINO
Tu hermano intenta, señora,715
tu bien.
DUQUESA
Créolo, por cierto.
URBINO
   Y el del Duque su sobrino.
DUQUESA
Yo responderé a mi hermano.
URBINO
Con Vuestra Excelencia en vano
se trata, a lo que imagino,720
   negocio de casamiento.
¿Tanto aborrece el casarse?
DUQUESA
De mí no puede tratarse,
ni tengo tal pensamiento;
   de mi hijo no es razón,725
pues no ha llegado a la edad
que nos muestre voluntad,
ni a Ferrara inclinación;
   y segunda no la quiero
en instrumento tan mío.730
URBINO
Que has de ver presto, confío,
un casamiento que espero
   dentro de tu misma casa.
DUQUESA
¡Válame Dios!
URBINO
No te alteres.
DUQUESA
¿Alguna de mis mujeres735
sin mi voluntad se casa?
URBINO
   Juzgando yo sin malicia,
entre personas de honor
pienso que para el amor
en casarse.
DUQUESA
Eso es justicia,
740
   pero, ¿quién le tiene a quién?
URBINO
Libia a Antonio y él a ella.
DUQUESA
¿Sábeslo de él?
URBINO
De él y de ella,
y de mis ojos también.
   Mas mire Vuestra Excelencia745
que me ha de guardar secreto.
DUQUESA
Secreto, Urbino, prometo,

 (Aparte.) 

(más no prometo paciencia).
   ¿Qué has visto?
URBINO
Darle un papel
Libia a Antonio.
DUQUESA
¿Cuándo?
URBINO
Agora.
750
DUQUESA
Vete, Urbino.
URBINO
Pues, señora,
¿no tengo de ser fiel
   al oficio, al pan que como
tantos años en tu casa?
DUQUESA
Ya sé lo que en esto pasa,755
no es culpado el mayordomo.
URBINO
   ¿No es culpado?
DUQUESA
No.
URBINO
Esas alas
que le da Vuestra Excelencia...
DUQUESA
Salte allá, poca prudencia.
Cuando de cosas tan malas760
   se me ha de dar cuenta a mí
ha de haber información
muy cierta.
URBINO
Con ocasión
te he contado lo que vi,
   pensando que era en tu ofensa,765
porque las cosas de amor
al principio del rigor
tienen más fácil defensa;
   que Antonio es mi grande amigo,
pero si a ti te ofendiera,770
de mi padre te dijera
lo que de Antonio te digo.
 

(Sale ANTONIO.)

 
ANTONIO
   La carroza dice Estacio
que has mandado prevenir.
DUQUESA
Fuera quisiera salir775
esta tarde de palacio.
   No sé si ha de haber lugar.
Secretario, oíd.
URBINO
Señora.
DUQUESA
A mis hermanos agora
no quisiera disgustar.780
   Escribid que no estoy buena
y que por eso no escribo,
mientras remedio apercibo
para escusarme esta pena.
   Esto será necesario;785
y no digáis mal de quien
me dice de vos más bien
que merecéis, secretario.
URBINO
   Voy a escribir lo que mandas.
DUQUESA
Dilata este matrimonio.790
Antonio.
ANTONIO
Señora...
DUQUESA
Antonio,
muy necio en mis cosas andas.
   ¿Cómo el secretario vio
darte el papel?
ANTONIO
Libia tiene
la culpa.
DUQUESA
Lo que conviene
795
a mi honor, que yo soy yo,
   no se mira como es justo.
ANTONIO

 (Aparte.) 

(Bien dicen que en la mujer
aborrecer y querer
es tornasol de su gusto.)800

 (A ella.) 

   De otra manera creí
que aquel nombre señalabas,
pues en el papel mostrabas
   más de lo que cupo en mí.
El papel, señora, hiciste805
del corazón; con razón
fue mi nombre el corazón,
pues en medio le escribiste.
   Con siete letras escribes
una mano de papel,810
porque la que viene en él
para dármela apercibes.
   Mas fue vano mi placer,
y mi crédito más vano,
que fue de papel la mano815
y la firma de mujer.
   ¡Ay, Dios, si el amor supiera,
pues andaba entonces franco,
tu nombre, porque en lo blanco
la obligación escribiera!820
   Burla fue poner el mío,
pues por luto de mi muerte
en blanco muestra mi suerte
y en negro mi desvarío.
   ¿De esto solo te ofendiste?825
DUQUESA
De suerte que te aborrezco,
pues, cuando mi honor te ofrezco,
adonde ves le pusiste.
ANTONIO
   ¿Que mi humildad la presunción dilate,
que finja el alma que tu amor ignora,830
te ha podido ofender, dulce señora,
por no rendirte en el primer combate?
   Plega al cielo, Camila, que me mate
el primer hombre con quien hable agora,
o que antes que otro sol traiga el aurora,835
te goce Otavio, comunique y trate;
   que porque veas si me abrasa y arde
el no asir la ocasión por los cabellos,
yo iré donde mi nombre escuches tarde,
   o por dicha seré Absalón sin ellos,840
que no seré para morir cobarde,
estando ausente de tus ojos bellos.
DUQUESA
   Detente.
ANTONIO
¿Por qué razón
me tiene Vuestra Excelencia?
DUQUESA
Antonio, con más paciencia.845
ANTONIO
¿Paciencia en esta ocasión?
   Matareme.
DUQUESA
Aun por ahí
sospecharé que me quieres.
Antonio, a nobles mujeres
nunca las trates ansí.850
   ¿Qué aguardabas, si me vías
perdida, que te dijese?
¿No era razón que entendiese
que algún amor me tenías?
   Si a la ocasión pintan calva,855
mucho tu ingenio condeno.
¿Eran mis brazos veneno,
que a Otavio pides la salva?
   ¿Querías, contra mi fama,
que te pusiese, muy loca,860
los favores en la boca
y que tú fueses la dama?
   Habla, dime que me quieres,
di que te mueres. ¿Qué lloras?
Porque también las señoras865
sentimos como mujeres.
   Atrévete, sepa yo
que me quieres, dime amores.
El título de señores
el cielo a los hombres dio.870
   La de mayor calidad
no es señora, ni lo espere,
pues ni hará lo que quisiere,
ni ha de tener libertad.
   ¡Oh, falta de hombres discretos875
ser turbados y encogidos!
ANTONIO
Son los necios atrevidos,
que son de su causa efetos.
   Si conocer mi humildad,
señora, te ha dado enojos;880
si el respeto de mis ojos
al sol de tu calidad;
si el no me haber atrevido,
puesto que ocasión me has dado;
si no te haber declarado885
que tu amor he conocido,
   vesme aquí que llego a ti,
aunque altar de mi respeto,
porque atrevido un discreto
te muestre que yo lo fui.890
   Tu blanca mano asiré,
osaré abrazarte, y creo
que haré abeja mi deseo,
y flor de tu boca haré.
DUQUESA
   Tente.
ANTONIO
¿No me das licencia?
895
DUQUESA
¿Tal cosa osaste decir?
ANTONIO
Pues vuélvome a descubrir:
perdone Vuestra Excelencia.
DUQUESA
   Ahora bien esto es andar
dando vueltas a la vela.900
Para el amor no hay cautela,
ni fuerzas para callar.
   Antonio, yo te adoro, pero advierte
que ha de ser de otra suerte el adorarte.
No has de tocarme en parte de que sienta905
mi honor alguna afrenta; con secreto
podrás, si eres discreto, ser mi dueño.
Esta prenda te empeño que es mi honra:
por escusar deshonra, y por la ofensa
de Dios, que ha de ser piensa, amado Antonio,910
en justo matrimonio mi deseo.
   Si lo entendiesen, creo que mi vida
y la tuya perdida fuese a manos
de aquellos dos hermanos generosos,
cuyos hechos famosos Francia, España915
y cuanto cerca y baña el mar celebran.
Cuantos amores quiebran y se pierden
de la causa se acuerden, que es saberse.
Cuando venga a ofrecerse el ser forzoso,
dirás que eres mi esposo, y entretanto920
que quiere el cielo santo favor darme,
gozarte yo y gozarme con secreto
será dichoso efeto de mi gusto.
ANTONIO
Fuera de que es tan justo, gran señora,
ya que me pone agora mi fortuna925
sobre la hermosa luna de tu cielo,
el secreto y recelo del bien mío,
en mi dicha confío que no entienda
ninguno que soy prenda de tu pecho.
Hoy me has formado y hecho. ¿Quién pudiera930
sino quien cielo fuera y que hoy me ampara
hacer que te igualara? ¡Yo tu esposo!
DUQUESA
Antonio venturoso, hoy atropella
mi autoridad tu estrella. Yo soy tuya.
Mas porque se concluya nuestro intento935
no hallo al casamiento modo alguno.
ANTONIO
Si el rumor importuno de la fama
sospechas que te infama, dulce prenda,
yo tengo allá en mi hacienda labradores
rudos, toscos pastores de ganados.940
Podremos, disfrazados, ir a vellos,
y mezclados con ellos, por ventura,
hacer que el mismo cura de su aldea,
que puesto que nos vea importa poco,
nos case, y vuelva loco mi sentido945
de ver que he merecido tu grandeza.
DUQUESA
Estraña sutileza. Pues salgamos
esta noche y vistamos tosco traje.
Yo en hábito de paje iré contigo
hasta llegar, amigo, al dulce puesto950
donde con lazo honesto de casados,
sin ser jamás culpados, nos gocemos
ANTONIO
¿Y en casa qué diremos de tu ausencia?
DUQUESA
Libia, con advertencia, echará fama
que estoy mala en la cama.
ANTONIO
Gran remedio.
955
Cuando la noche en medio de los polos
con los luceros solos mire el mundo,
y con sueño profundo esté quieto,
saldremos con secreto en dos caballos.
DUQUESA
Pues parte a aderezallos.
ANTONIO
Los vestidos
960
estarán prevenidos.
DUQUESA
Amor quiera
que llegue a la ribera de este río.
A Dios, dulce bien mío.
ANTONIO
A Dios, mi cielo.
DUQUESA
Ven con grande recelo de mi gente.
ANTONIO
Solo estará presente amor, que guía965
mi esperanza, luz mía, al rayo de oro.
DUQUESA
¡Ay, Antonio, que adoro esos pies tuyos!
ANTONIO
Detenga en mí los suyos la fortuna.
DUQUESA
Por ti no hay muerte alguna.
ANTONIO
Por ti es vida
la muerte.
DUQUESA
¡Ay, mi querida prenda amada!
970
ANTONIO
Esposa regalada, a Dios te queda.
DUQUESA
Solo le pido que gozarte pueda.
 

(Váyanse ANTONIO y la DUQUESA, y salgan MELAMPO y ARSINDO, labradores viejos, y DORISTO, mozo.)

 
MELAMPO
   No os pongáis delante, Arsindo,
que he de matar al traidor.
ARSINDO
Llevalde con más amor.975
DORISTO
¿A mí matarme? ¡Qué lindo!
   Teneos, abuelo.
MELAMPO
El cielo
te ha de dar justo castigo.
DORISTO
Teneos, abuelo, digo.
Digo que os tengáis, abuelo.980
MELAMPO
   ¿Ese respeto me tienes?
DORISTO
¿Qué respeto he de tener?
MELAMPO
¡Oh, qué presto que has de ver
el engaño con que vienes!
ARSINDO
   ¿No sabremos la quistión?985
DORISTO
Porque me quiero casar.
MELAMPO
Sí, ya quiere gallear
sin salir del cascarón.
   Cuando a su madre casé
sus cuarenta años tenía.990
DORISTO
Si ella lo oyera, a fe mía,
que os desmintiera.
MELAMPO
¿Por qué?
   ¿Fue aquesto en reinos estraños?
¿A mí desmentirme quieres?
DORISTO
Porque todas las mujeres995
se casan de catorce años.
   Si ha quince que conoció
marido y tiene cuarenta,
veréis que confiesa treinta
porque de quince casó.1000
   Si una hija está presente,
y en edad para casar,
los cinco le ha de quitar,
aunque solo tenga veinte.
   Quince y quince, digo yo,1005
que serán treinta.
ARSINDO
Es ansí.
DORISTO
Pues no ha de pasar de allí,
porque de quince casó.
   Mi madre también dijera
que era yo de quince agora.1010
MELAMPO
Calla, Doristo, en malhora.
DORISTO
Y ella de sus treinta fuera.
   Y aunque con locos engaños
negar la edad se porfía
cierto discreto decía1015
que, a ser pecados los años,
   aunque se ven en la cara,
y es disparate negallos,
solo por no confesallos
ninguno se confesara.1020
   Ya no es tiempo, abuelo mío,
de andar en antigüedades,
sabed que en estas edades
es muy diferente el brío.
   Si en la vuestra se casaban1025
de treinta años o cuarenta,
ya es diferente la cuenta,
o es que las cosas se acaban.
   Aun no tiene sentimiento
en el pecho de su madre1030
la niña, y dice a su padre,
«taita, taita, casamiento».
   Apenas en un quillotro
la comienzan a envolver,
cuando dice que es mujer1035
para casarse con otro.
   Yo soy hombre, ya barbado,
y si me quiero casar,
no es sin causa.
MELAMPO
Esa has de dar.
DORISTO
¿Qué más que andar amurado?1040
MELAMPO
   ¿No tienes vergüenza?
DORISTO
No.
ARSINDO
¿Es mal hecho querer bien
para casarse?
DORISTO
También
mi padre se enamoró.
   Pardiós, Arsindo, si el cielo1045
lo tiene determinado,
que hoy me habéis de ver casado,
aunque le pese a mi abuelo.
ARSINDO
   Melampo, no seáis estraño.
El mozo tien voluntad1050
de casarse.
MELAMPO
¡Hay tal maldad!
ARSINDO
¿Resulta de esto algún daño?
MELAMPO
   Fuera de que en el gobierno
de su casa andará falto,
me da mayor sobresalto1055
verle mochacho tan tierno,
   que ha de caer en afrenta
con la novia. Habralde vos.
ARSINDO
Mira, Doristo, por Dios
que tu bien tu abuelo intenta.1060
   Él te quisiera casar,
pero eres rapaz agora,
y teme, aflígese y llora
que en falta nos has de echar.
DORISTO
   ¿Cómo en falta?
ARSINDO
En no ser hombre
1065
que agrades la desposada.
DORISTO
¿Eso teme?
ARSINDO
Esto le enfada.
DORISTO
Pues para que no se asombre,
   aunque vuestra hija sea,
pardiós que lo he de decir.1070
ARSINDO
Deseo como al vivir
que en paz Melampo se vea.
DORISTO
   En bien o mal gobernada
la casa no me entremeto,
cuanto a la novia, os prometo...1075
ARSINDO
Dilo.
DORISTO
...que está ya preñada.
ARSINDO
   ¿Preñada?
DORISTO
Pues, ¿qué queréis,
si no fue más en mi mano?
ARSINDO
¿Cómo no?
MELAMPO
Que es cuento vano;
miente porque le caséis.1080
DORISTO
   ¿Cómo miente? Pues si vos
estuviérades ansí,
vinieran de Roma aquí,
abuelo, a veros, por Dios.
ARSINDO
   Melampo, estas burlas son1085
muy pesadas. Si Bartola
es mi hija única y sola,
¿es buena aquesta traición?
MELAMPO
   Hijo, dime si es verdad.
DORISTO
Abuelo, yo no lo sé;1090
una noche la encontré
camino de la ciudad;
   rempujela en un rastrojo,
no adrede, mas por reír,
y diz que quiere parir,1095
si no lo habéis por enojo.
MELAMPO
   ¿Parir? ¡Matarele! ¡A fuera!
DORISTO
El dimuño os sufrirá.
Si no me casaban ya
porque en falta no cayera,1100
   cuando han sabido la sobra,
¿de qué sirve este castigo?
ARSINDO
Melampo, si sois mi amigo,
mirad que el honor se cobra
   de cualquier suerte que sea.1105
MELAMPO
Basta, no es la culpa mía.
Decid que a la casería
venga el cura del aldea.
 

(Salen ANTONIO y la DUQUESA, en hábito de labradores.)

 
ARSINDO
   Voyle a llamar.
ANTONIO
Aquí están,
 

(Vase ARSINDO.)

 
señora, dos labradores,1110
y en no ser de mis pastores
mayor ánimo me dan.
DUQUESA
   ¿Vamos bien para el aldea?
MELAMPO
Ese buen hombre va allá.
DORISTO
A llamar al cura va.1115
ANTONIO
Si es por bien, para bien sea,
   si es por mal, pésame.
MELAMPO
Es bien.
ANTONIO
Pues del bien parabién doy,
y si viene cierto estoy
que a mí también me le den.1120
   ¿Cuándo vendrá?
MELAMPO
De aquí a un hora.
ANTONIO

 [Aparte.] 

(Gran sutileza he pensado.
DUQUESA
¿Cómo?
ANTONIO
El cura que ha llamado
pasará este monte ahora.
   Yo me tenderé en el suelo;1125
dirás que muriendo estoy
de una herida, y que no soy
tu esposo, y tengo recelo
   de perder mi salvación,
que nos case en aquel punto,1130
porque si quedo difunto
Dios me conceda perdón.
   Viendo la necesidad
y el peligro que tenemos,
nos casará, y volveremos1135
casados a la ciudad.
DUQUESA
   Linda industria. Entra en el monte.
ANTONIO
Yo me echaré en el camino.)
 

(Váyanse [ANTONIO y la DUQUESA].)

 
DORISTO
¿Quién será, abuelo, el padrino?
MELAMPO
Tu vestido nuevo ponte,1140
   que tu tío lo será.
DORISTO
Pues irle a llamar querría,
que es lejos la casería,
y no sé si en ella está;
   que su amo, el mayordomo1145
de la señora Duquesa,
le llamaba ayer de priesa.
MELAMPO
Pues parte.
DORISTO
El camino tomo.
MELAMPO
   Plega Dios que en ella esté
y que venga con tu tía.1150
DORISTO

 [Aparte.] 

(Perdonad, Bartola mía,
si dije que os empreñé.)
 

(Abrace.)

 

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