501
Ibidem, p. 354.
502
Ibidem, p. 356.
503
Para la alta habilidad de los indios de Nueva España en diferentes oficios y técnicas artesanales, véase a Las Casas, Apologética historia sumaria, t. 1, pp. 320-330. Dice luego para resumir: «Y concluyendo en esto de los oficios, ningún oficio hay de los que en aquellos reinos de antes había ni de los nuestros cuantos han venido de Castilla, que aquellas gentes no sepan todos tan bien y muchos muy mejor y más perfectamente que los oficiales nuestros» (p. 336). Y Mendieta en el capítulo XII cuyo título reza así: «Del ingenio y habilidad de los indios para todos oficios, primero se trata de los que ellos usaban antes que viniesen los españoles», op. cit., pp. 403-410. Véase a Torquemada, op. cit., t. I, pp. 255-256; también a Clavijero, op. cit., t. II, p. 317, y a Keen, La imagen azteca, p. 80.
504
Pedro Calderón de la Barca, op. cit., p. 381.
505
Ibidem, p. 383.
506
Ibidem, p. 385.
507
Este trabajo se leyó, abreviado, por primera vez en el Ayuntamiento de Ciudad Juárez en abril de 1993; agradezco a María Socorro Tabuenca su invitación. Revisado, se leyó por segunda vez en el «Simposium Internacional de Crítica Literaria y Escritura de Mujeres de América Latína» celebrado, durante la Feria del Libro, en Guadalajara, México, del 1 al 4 de diciembre de 1993; agradezco a Martha Cerda y su equipo, especialmente a Diana Valencia, su invitación. Por último, agradezco a Mabel Moraña, la editora, la inserción de este artículo en Mujer y cultura en la Colonia hispanoamericana, Pittsburgh, Instituto Internacional de Literatura Iberoamericana, 1996, pp. 235-246, según se ha consignado en el «Prólogo».
508
Escribo Divino Narciso sin el artículo que suele anteponérsele porque en la misma loa la autora lo menciona así en boca de Religión (casi al comienzo de la escena V) y así aparece en las ediciones antiguas. Véase: el pasaje mencionado en Méndez Plancarte (MP), t. III, p. 18, vv. 123-126:
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El orden en el que aparecieron estas loas, acompañando a sus comedias, en los tres tomos de las ediciones antiguas es: Divino Narciso, San Hermenegildo, y El cetro de José. Si se escribieron estos autos muy cerca uno del otro, el hecho de que Divino Narciso se publicara primero puede deberse a la superioridad sobre los otros.
509
Véase la nota 2 de mi «Apología [...]», para más información de la que se da en el texto.
510
Véase «El Neptuno» en mi edición de Inundación castálida, pp. 63-71.