1
Vid., entre otros, A. E. Carter, The Idea of Decadence in French Literature (Toronto, University of Toronto Press, 1958); y Guillermo de Torre, La aventura y el orden, 2.ª ed. (Buenos Aires, Losada, 1948).
2
El romanticismo; II: La transición; III: El naturalismo. En Obras completas, tomos XXXVII, XXXIX, XLI (Madrid, V. Prieto (1910), 1911 (1912)).
3
Mis pesquisas en varios archivos y mis contactos con los herederos de Pardo Bazán y de Araujo-Costa parecen confirmar que ya no existe este valioso material.
4
«Un poco de crítica decadente», ABC, núm. 5304, 10 enero 1920.
5
En este respecto concuerdan con sus percepciones críticos recientes como Karl Uitti, The Concept of Self in the Symbolist Novel (La Haya, Mouton, 1961); o Jacques Barzun, Classic, Romantic and Modern (Boston, Little Brown, 1961).
6
«La vida contemporánea», La Ilustración Artística, 32 (1913), 154.
7
Se ve que para doña Emilia la sinceridad es un importante criterio de evaluación crítica. Escribe a propósito de los grandes románticos franceses: «El sentimiento, cuando es real, sencillo, verdadero, es la más limpia fuente de originalidad literaria» (Porvenir de la literatura, pág. 21). Repite la idea con referencia a la bohemia: «Cuando la extravagancia de un artista es natural y no llena fines ambiciosos, hay que respetarla. No será modelo imitable, pero será un fenómeno de originalidad y una forma peculiar de psicología. Nadie le pide al artista y al poeta las condiciones que hacen apreciable a un gerente de Sociedad comercial. La bohemia es lícita, aunque sin asomos de ella se puede ser excelso liróforo y maestro engarzador de cláusulas» («Un poco de crítica. Bohemia literaria», ABC, núm. 5299, 5 enero 1920). De los artistas que no ejercen la sinceridad dice que están destinados a caer pronto en el olvido: «Tal es la suerte de los que en vez de despertarse pensando en sí mismos, en las formas de arte que sienten y aman, se despiertan (y acaso no han dormido) discurriendo de qué ignotas regiones traerán la pimienta y la mostaza que más sutilmente estimulen los paladares fatigados y botos» («La vida contemporánea», La Ilustración Artística, 28 [1909], 154).
8
«Últimas modas literarias», La España Moderna, 2 (feb. 1890), 166.
9
No es que se cegara ante la originalidad y la maestría técnica de Mallarmé, pero le prestó menos atención crítica. En parte por su influencia y en parte porque sus preferencias coincidieron con las de sus compatriotas y de Rubén Darío, Verlaine ha dejado mayor impacto en el mundo hispánico que Mallarmé, todo al revés de la situación en Francia y en los círculos angloamericanos.
10
Hay frecuentes e importantes referencias a Gautier en toda la producción crítica de Pardo Bazán, desde La cuestión palpitante a sus últimos escritos.