No se olvide que esto se escribía en 1864.

Por distraído que el lector sea, habrá observado que, entre el principio y el fin de este libro, cambia bastante el modo de ver y sentir el autor la vida campestre. Tiene esta inconsecuencia su disculpa en que las Escenas no se escribieron con un plan determinado ni en una sola sentada, ni son obra de la madura reflexión del filósofo, sino el fruto de los ocios de un muchacho impresionable.

Hoy, con la reciente elevación del señor son Saturnino Fernández de Castro a la Silla episcopal de León, son cuatro los prelados hijos de comillas.