1. UMBERTO ECO: Cómo se hace una tesis, 3ª ed., Editorial Gedisa, Barcelona, 1982, pp. 20 y 50.
2. «Aun en el caso de que se considere en primer término la obra como un acto de creación, no puede prescindirse del ámbito histórico que la rodeó». (FRANCISCO LÓPEZ ESTRADA: Introducción a la Literatura Medieval Española, Editorial Gredos, Madrid, 1970, p. 58.
3. Ibid., p. 59.
4. S. FREUD: Ensayos sobre arte, literatura y lenguaje, citado por MARÍA GRAZIA PROFETI: «Literatura y estudio biográfico. Psicoanálisis y literatura» en Métodos de estudio de la obra literaria, coordinación de José María Díez Borque, Taurus, Madrid, 1989.
5. ANNE CLANCIER: Psicoanálisis, Literatura, Crítica, con apéndice de Carlos Castilla del Pino, Cátedra, Madrid, 1976, pág. 276.
6. RAMÓN MENÉNDEZ PIDAL: Reliquias de la poesía épica española, Madrid, 1951, p. XIII.
7. MARCELINO MENÉNDEZ PELAYO: Antología de poetas líricos castellanos, tomo III, Madrid, 1944, págs. 34-35.
8. M. MENÉNDEZ PELAYO: Poetas de la Corte de Juan II, Austral, Madrid, 30 ed., 1959, pág. 126.
9. Ibid., pág. 38.
10. La sola posibilidad de que efectivamente sea -como intentamos probar a lo largo de este estudio- el primer lírico andaluz de nombre, obra y origen conocidos, creemos que le hace merecedor de una atención mayor de la que hasta ahora le ha prestado la Historia de nuestra literatura.
11. JUAN LUIS ALBORG: Historia de la literatura española, Editorial Gredos, Madrid, 20 ed. ampliada, t. I, Madrid, 1972, p. 325.
12. FRANCISCO LÓPEZ ESTRADA, op. cit., p.228
13. Ver JOSÉ R. ARALUCE CUENCA: El libro de los Estados, don Juan Manuel y la sociedad de su tiempo, Ediciones José Porrúa Turanzos, Madrid, 1976.
14. Para una visión muy completa, y amena, de la época véase LUIS SUÁREZ FERNÁNDEZ: Juan I, 1379-1390, Colección Corona de España, Reyes de Castilla y León, Diputación Provincial de Palencia-Editorial La Olmeda, Palencia, 1994.
15. DÁMASO ALONSO: Primavera temprana de la literatura europea, Madrid, 1961, págs. 26-27.
16. MANUEL MILÁ Y FONTANALS: De los trovadores en España, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, Barcelona, 1966, p. 469.
17. JUAN LUIS ALBORG: op. cit., pág. 83..
18. CLAUDINE POTVIN: Illusion et pouvoir (La poétique du Cancionero de Baena), Universidad de Montréal, Montréal-París, 1989, p. 61.
19. En el progresivo abandono del gallego-portugués también, sin duda, influyeron el distanciamiento y las tensiones con el reino de Portugal que al final desembocaron en la histórica «batalha». Después de ésta, «cualquier concesión -aunque fuera lingüística- a los vencedores sería considerada una afrenta en la Corte». (CARLOS ALVAR, JOSÉ-CARLOS MAINER y ROSA NAVARRO: Breve historia de la literatura española, Alianza Editorial, Madrid, 1997, pág. 179.)
20. MANUEL NIETO CUMPLIDO: «Aportación histórica al Cancionero de Baena», Historia,Instituciones, Documentos, 6 (1979), págs. 197-218.
21. Creemos, en efecto, con Dutton y González Cuenca, que Alberto Blecua tiene razón asimismo cuando afirma que el códice del Cancionero, el de París, el único que hay, no es el que Baena presentó a Juan II, sino otro que, obra de copistas desafortunados, adolece de alteraciones en cuanto al orden de los cuadernillos, con perjuicio de la correcta secuencia de los textos. Véase BRIAN DUTTON y JOAQUÍN GONZÁLEZ CUENCA, eds., Cancionero de Juan Alfonso de Baena, Visor Libros, Madrid, 1993, pp. VIII-IX.
22. Precisemos: cuando hablamos de tierra andaluza nos estamos refiriendo al territorio peninsular que a partir del siglo XIII, a raíz de las conquistas fernandinas, empezó a ser llamado «Wandalia», «Vandalia», «Handalucia» o «Andaluzia», indistintamente. (Véase: PETER A. LINEHAN : «La función de la historia en la reconquista de Sevilla», en Revista de Occidente, nº 224, Enero 2000, pp. 94-105.)
23. RAMÓN MENÉNDEZ PIDAL: «La primitiva poesía lírica española» en Estudios literarios, Austral, Espasa-Calpe, 9ª ed., Madrid, 1968, págs. 173 y 211. Esta hipótesis, no obstante, no es compartida por todos los investigadores, algunos de los cuales la ven como el gran argumento acrítico respecto a los problemas de los orígenes de los géneros (si luego existió en Castilla una buena poesía, ¿cómo es que no existió antes?, y lo mismo podría decirse del teatro, etc.), y al propio Menéndez Pidal como un tanto menospreciador del Cancionero, según puede deducirse de este desdeñoso comentario sobre la antología de Baena.
24. MARÍA JESÚS RUBIERA MATAS, «La literatura arábigo-andaluza», en Historia de Andalucía, volumen V, Cupsa-Planeta, 1980, pág. 50 y siguientes.
25. A CAROLINA MICHÄELIS DE VASCONCELOS le parecía improbable que fuera de Sevilla, inclinándose a pensar más bien que fuera de origen gallego (Cf. Cancioneiro da Ayuda, II, p. 609); y lo mismo insinúan CARLOS ALVAR y VICENTE BELTRÁN en su Antología de la poesía gallego-portuguesa, Editorial Alhambra, Madrid, 1985, p. 216, nota.
26. «La lengua de estas jarchas no es castellana, sino mozárabe, esto es, el romance hablado en la España musulmana por los cristianos y también por los árabes bilinguos» (MARGIT FRENK ALATORRE: Estudios sobre lírica antigua, Castalia, Madrid, 1978, p. 25);
27. JUAN LUIS ALBORG: Historia de la literatura española, tomo I, p. 100.
28. DÁMASO ALONSO: Poesía de la Edad Media y poesía de tipo tradicional, Losada, Buenos Aires, 1942, p. 546.
29. Ibid., p. 546.
30. Este tal Beneficiado sí pudo ser andaluz, pero, además de no ser un poeta lírico, su nombre, como ya se dijo antes, ni siquiera se conoce y apenas se sabe algo de él.
31. Ver, por ejemplo, MANUEL ALVAR: Poesía Española Medieval, Planeta, Barcelona, 1969.
32. M. MENÉNDEZ PELAYO: Historia de la poesía castellana en la Edad Media, tomo I, Madrid 1911-1913, pág. 381.
33. RAFAEL LAPESA: «La lengua de la poesía lírica desde Macías hasta Villasandino», Romance Philology, VII, 1953, pp. 51-59.
34. FELICIANO DELGADO LEÓN: Poesía galaico-portuguesa (Introducción, selección y traducción), Caja Sur-Xunta de Galicia-Casa de Galicia en Córdoba, Córdoba, 1996, p. 19.
35. C. MICHÄELIS DE VASCONCELOS, Cancionero da Ajuda, Halle, 1904, t. II, p. 779.
36. F. DELGADO, op. cit., p. 19.
37. M. MENÉNDEZ PELAYO, Ibíd., págs. 166-167.
38. JOSÉ AMADOR DE LOS RÍOS: Estudios históricos, políticos y literarios sobre los judíos de España, Madrid, 1848, pág. 407.
39. RAMÓN MENÉNDEZ PIDAL: Poesía juglaresca y juglares, Madrid, 1969, 6ª edición, pág. 151.
40. BRIAN DUTTON y JOAQUÍN GONZÁLEZ CUENCA (eds.): Cancionero de Juan Alfonso de Baena, Madrid, 1993, pág. 439.
41. SÁEZ, E. Y TRENCHS, J.: «Juan Ruiz de Cisneros (1295/1296-1351/1352) autor del Buen Amor», en El Arcipreste de Hita: El libro, el autor, la tierra, la época. Actas del I Congreso Internacional sobre el Arcipreste de Hita, edit. Manuel CRIADO DE VAL, Barcelona, SERESA, 1973.
42. JULIO RODRÍGUEZ PUÉRTOLAS: «Horizonte literario en torno al Arcipreste de Hita: un hombre y un libro fronterizos», en Estudios de Frontera: Alcalá la Real y el Arcipreste de Hita. Congreso Internacional celebrado en Alcalá la Real del 22 al 25 de noviembre de 1995, Diputación Provincial de Jaén, 1996, pág. 561.
43. AHMED BENREMDANE: «Aspectos culturales arabo-musulmanes en el Arcipreste de Hita: El mudejarismo de Juan Ruiz y su influencia en Juan Goytisolo, Estudios de Frontera..., p. 52.
44. JESÚS MENÉNDEZ PELÁEZ: Historia de la Literatura Española, vol. I, Edad Media, Editorial Everest, Madrid, 1993, pág. 209.
45. JUAN RUIZ, ARCIPRESTE DE HITA, Libro de buen amor, edición de Alberto Blecua (4ª ed.), Cátedra, 1998, pág. XXI.
46. ARCIPRESTE DE HITA, Libro de buen amor, edición de G.B. Gybbon-Monypenny, Clásicos Castalia, Madrid, 1988, pp. 7-8.
47. ARCIPRESTE DE HITA, Libro de buen amor, edición de José Luis Girón Alconchel, Editorial Castalia, Madrid, 1987, pp. 21-22.
48. JUAN RUIZ, ARCIPRESTE DE HITA, Libro de buen amor, edición modernizada, estudio y notas de NICASIO SALVADOR MIGUEL, Editorial Alhambra, segunda reimpresión, 1988, pp. 8-9.
49. NICASIO SALVADOR MIGUEL, op. cit., pág. 9.