Hablando de dioptrías
Gonzalo Rojas
Hablando de dioptrías a escala de perdición, ella | |||
era la ciega | |||
y yo el ciego, compartíamos | |||
la misma música arterial | |||
y cerebral, llorábamos de risa | |||
ante el espectáculo de los dos espejos, el dolor | |||
nos hace cínicos, este Mundo | |||
decíamos no es yámbico sino oceánico por comparar | |||
farsa y frenesí: gozosa entonces mi desnuda me | |||
empujaba riente como jugando al límite | |||
del barranco casi fuera de la cama | |||
alta de Pekín, como apostando | |||
a la peripecia de perder de | |||
dinastía en dinastía, cada vez más y más al borde del camastro | |||
de palo milenario y por lo visto nupcial, cada vez | |||
más lejos del paraíso de su costado | |||
de hembra larga de tobillo a pelo entre exceso | |||
y exceso de hermosura y todo, ¡claro! por amor | |||
y más amor, tigresa ella | |||
en su fijeza de mirarme lúcida, fulgor | |||
contra fulgor, y yo | |||
dragón hasta la violación imantante, ¡diez | |||
minutos sin parar, espiándonos, | |||
líquidamente fijos, viéndonos por dentro | |||
como ven los ciegos, de veras, es decir | |||
nariz contra nariz, soplo | |||
contra soplo, para inventarnos otro Uno centelleante | |||
desde el mísero uno de individuo a individua, a tientas, | |||
costillas abajo! -El que más | |||
aguanta es el que sabe menos, pudiera acaso | |||
decir el Tao. | |||
Este mundo | |||
repetíamos y acabábamos sin más | |||
no es yámbico sino oceánico. Otras veces | |||
llovía duro, lo que más llovía | |||
era histeria. |