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141

Canto XXXVI.

 

142

Quintana, lug. cit.

 

143

Esta edición que comprendía también la Primera Parte llevaba a su frente un retrato de Ercilla, tomado de perfil, que ha servido después para cuantas de él se han dado. Oportuno nos parece agregar lo que apunta Sedano en su Parnaso español (tomo II, pág. XXVI) que Ercilla «fue de hermoso aunque robusto aspecto, ojos vivos, barba poblada y crespa, el cabello enrizado, de gallarda presencia, y dotado de muchas gracias y afable condición».

 

144

La mejor edición de la Araucana es la de Sancha, Madrid, 1776, dos tomos, 12.º. Hailey publicó en inglés un extracto del poema y la traducción de los mejores trozos en las notas a su tercera epístola sobre la poesía épica (Londres, 1782, 4.º); pero hay un análisis más extenso y mejor de él en el Carácter de los principales poetas de todas las naciones, Leipzick, 8.º, t. II, parte I, págs. 140-349. Ticknor, nota a la pág. 144 del tomo 3.º.

 

145

Comentario de Disciplina militar, 1596, pág. 175. El licenciado Mosquera dice que esto sucedía en 1596, pero con evidente error porque el poeta había muerto dos años antes.

 

146

Para estos apuntes hemos seguido casi en todo a don Antonio Ferrer del Río en su Introducción a la edición de la Araucana de la Academia. Se encuentran también algunas noticias sobre Ercilla en el Semanario Pintoresco, 1842, p. 195; en Garibay, Grandezas de España, que en la pág. 496 cuenta que los esposos Ercilla fueron padrinos de uno de sus hijos. El licenciado Mosquera de Figueroa publicó también un pomposo Elogio de Ercilla, por primera vez en Barcelona en 1592; un autor anónimo que se ha descubierto ser Cerdá y Rico, publicó otra biografía de Ercilla (que por su sencillez, buena forma y acopio de datos forma contraste con la anterior), en la edición de Sancha de 1776, y posteriormente en la generalidad de las que se han hecho; Álvarez Baena, Hijos ilustres de Madrid. La Academia española después de la restauración de los Borbones proyectó una edición de la Araucana, dando el encargo de escribir la vida del autor a don José Vargas y Ponce; pero habiéndole sorprendido la muerte en 1821, siguió con la comisión Ferrer del Río, que ha sabido utilizar bien los datos dejados por su antecesor. A propósito de la publicación de la Araucana por la Academia, el señor Barros Arana ha insertado en la revista El Sud-América, 1873, pág. 368, un interesante artículo bibliográfico sobre la obra de Ercilla.

 

147

Histórica relación, pág. 83.

 

148

Obras completas, lug. cit.

 

149

Correo del Domingo, pág. 5.

 

150

Introducción, pág. CL.