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OLMEDO, P. G., S. J. en «Razón y Fe», 140 (1949), 52 ss. Cf., también, P. A. C. VEGA en «La Ciudad de Dios», de este mismo año, pp. 59 ss.

 

12

Cf. más adelante a propósito del verso «y pacerá el Amado entre las flores».

 

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Tal vez será útil indicar aquí someramente estos lugares en los poemas mayores, en los que no ocurre, al revés de los romances, que el texto sanjuanista lleve per se a la identificación del pasaje escriturístico. Gran parte de estas referencias (las en cursiva) figuran ya en la obra aludida de D. Alonso, quien declara (La poesía..., p. 113) no haber pretendido agotar la materia (las cifras después del signo = sin más indicación, remiten al Cantar de los Cantares):

Cántico (numeración según el códice de Jaén): I 3 = II 9; XIII 1-2 = VI 5; XVI 1-2 = II 15; XVII 2-4 = IV 16, y 5 = VI 2-3; XX-XXI, cf. Cánt. II 7 y VIII 4; XXIII = VIII 5; XXIV 1 = I 16, 2 = IV 8, y 3 = III 10; XXVI 1-2 = II 4; XXXI = IV 9; XXXIII 2 = I 4-5; XXXIV 1-2 = Génesis VIII 11; XXXV, cf. Cánt. VI 8; para XXXVII, cf. arriba, nota 9; XL 2 = V 11.

Noche: I-II = III 1-2; VI 1-3, cf. Cánt. I 12 y 16;: VI 5 - VII 1 = VIII 9; VIII 5 = II 16 ó VI 1-2.

Llama cf. arriba, nota 8, al final, y lo que luego se dirá aquí sobre IV 2.

 

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Discúlpese la longitud de la cita; doy el comentario entero de este verso, último de la estrofa XVII


¡Detente, cierzo muerto!
¡ven, austro, que recuerdas los amores,
aspira por mi huerto
y corran tus olores
y pacerá el Amado entre las flores!



para patentizar, por un lado, lo indicado en el texto (profundización mística) y por otro lado, dado que el santo acumula aquí citas del Cantar en que vuelve a aparecer el mismo contexto, demostrar mi seguridad de que él toma invariablemente como pasivo el pascitur de estos pasajes en la Vulgata, esto es, que no debe ni asomar la sospecha de que el «pacerá» sanjuanista pueda tomarse en la acepción activa -también atestiguada para esta verbo castellano- de «apacentará».

 

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Digo «debió de estarlo» porque, si bien, en la edición que he manejado, de la Biblioteca de Autores españoles, se da en uno (II 16) de los varios pasages en que la expresión, ocurre, «se apacienta entre las azucenas», debe considerarse errata, pues no aparece luego esta forma en el comentario a este pasaje ni a los demás (que dan invariablemente «apacientas» o «que apacienta»): «donde está con su ganado»; «anda entre las eras de las plantas olorosas»; «que es venido a holgarse entre los lirios y violetas».

Como ya antes sugerí, creo, en cambio, que justamente la base de estos correlatos se puede pensar que el traductor del Cantar en estrofas líricas, del manuscrito estudiado por Muñoz Sendino,

1.° ni siempre dependía de la Vulgata, como ha asegurado el P. G. Olmedo en las conclusiones de su crítica citada arriba, nota 11, puesto que su estrofa 11 del canto II dice exactamente:


Oh tú, Esposo divino
de cuyo amor forçada el alma mía
sale fuera de tino,
a tu choça me guía
do apacientas, do estás a mediodía



esto es, se decide por la forma activa, que procede del texto original y de las traducciones directas;

y 2.º no conocía per se el hebreo (según, ha puesto de relieve ya por otros indicios el propio P. G. Olmedo en el trabajo citado, lo que difícilmente le hace identificable con Fr. Luis) puesto que en otra estrofa donde la expresión aparece, se equivoca y se deja llevar al sentido medio de la Vulgata: II 20 «que entre azucenas se apacienta y cría».

Naturalmente, al llegar aquí surge de modo natural la sospecha, cuya comprobación escapa a mis propósitos, de que, pues el Cantar en estrofas líricas tiene «se apacienta» justamente en el pasaje donde he indicado que aparece en le edición de Fr. Luis, deba pensarse que la errata en dicho pasaje sea ya antigua, y que el traductor conociera dicha versión leonina en prosa -y precisamente con tal errata- sin fijarse en los Comentarios correspondientes que podían claramente descubrírsela.

 

16

Es el salto semántico que refleja el verbo castellano derivado: «pacer», dicho del pastor, es «apacentar»; dicho del ganado, es «pastar»; y que se ha dado también en otras lenguas, románicas o no, en los verbos correspondientes; cf. cat. pasturar, exactamente ambivalente, e igualmente alemán zecaden; salto que ocurría también, lo cual es muy significativo a nuestro respecto, en el verbo original hebreo que, con él mismo cambio de sentido, podía decirse del pastor y del ganado (nota del Dr. Gonzalo Maeso. A su amabilidad deba también la referencia de que todas las versiones directas de que tiene noticia, así comno los diccionarios hebreos, atribuyen a dicho verbo en este pasaje el sentido activo-causativo, es decir el contrario al que deriva del pascitur de la Vulgata. Quedan, claro está, ambiguas aquellas traducciones, en que figura un verbo también ambivalente, p. e., la de Lutero).

 

17

Análogamente la Biblia de Jerusalén, card. Liénart, etc. (nota del Dr. Gonzalo Maeso).

 

18

Análogamente, el griego, la Biblia de Ferrara, etc. (nota del mismo, quien me advierte, además, que el texto hebreo no suministra razones gramaticales que permitan eliminar la idea de que sea el Amado quien more en el regazo: la solución ha de darla, pues, el paralelismo con la comparación que sigue inmediatamente en el versículo 13).

 

19

Reconozco que parto a priori de la idea de que el poema de la Noche es posterior a esta estrofa del Cántico. En principio, no puedo dar otras razones que las habituales acerca de la seguridad de que parte, por lo menos, del Cántico, fue compuesta en la cárcel de Toledo, y la inseguridad de que lo fuera allí la Noche, que, en tal caso, necesitaría ser posterior (cf. D. ALONSO, La poesía..., notas 10 y 273). Ahora bien, si mi hipótesis de progresión de la imagen conyugal en el sentido Cántico - Noche - Llama se admitiera, podría ello representar un argumento más, a posteriori, para situar a la Noche en esta posición central, «vínculo entre los otros dos», como ha escrito D. Alonso (La poesía..., p. 147).

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