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1

Dentro de esta crítica tradicional destacan las significadas opiniones de Alcalá Galiano, Menéndez Pelayo y Cotarelo. Estas ideas fueron rebatidas en lo literario por R. P. Sebold, «Contra los mitos antineoclásicos españoles», en El rapto de la mente, Madrid, Prensa Española, 1970, pp. 29-56. (N. del A.)

 

2

Fray Benito Jerónimo Feijoo publicó el Teatro crítico (1726-1740), nueve volúmenes, y las Cartas eruditas y curiosas (1742-1751), cinco vols., como un intento de revisión crítica de la ciencia y cultura española de su época. Su proyección social fue muy importante (Vid. F. Lázaro Carreter, «Significación cultural de Feijoo», Cuadernos de la Cátedra Feijoo, n.º 5, 1957, pp. 3-36; R. Ceñal, «Feijoo, hombre de la Ilustración», Revista de Occidente, II, 1964, pp. 313-334; R. Otero Pedrayo, El Padre Feijoo. Su vida, doctrinas e influencias, Orense, IEO, 1972). (N. del A.)

 

3

Véase AA.VV., Los conceptos de Rococó, Neoclasicismo y Prerromanticismo en la literatura española del siglo XVIII, Oviedo, CCF, 1970; Joaquín Arce, La poesía del siglo ilustrado, Madrid, Alhambra, 1980; Emilio Palacios, «Evolución de la poesía en el siglo XVIII», en AA.VV., Historia de la literatura española e hispanoamericana, Madrid, Orgaz, 1980, IV, pp. 23-85. (N. del A.)

 

4

Como sólo analizamos aquí los otros estilos para contrastarlos con el ilustrado, pasamos rápidamente sobre ellos. El lector puede ampliar conocimientos en las reflexiones de Roger Laufer (Style Rococo, style des lumières, Paris, 1963), Walter Binni («Il Rococò letterario», en AA.VV., Manierismo, Barocco, Rococò: concetti e termini, Firenze, 1963, pp. 217-237), S. F. Minquet (Esthétique du Rococo, Paris, 1966) o Helmut A. Hatzfeld (The Rococo. Eroticism. Wit and Elegance in European Literature, New York, 1972). (N. del A.)

 

5

Leemos en J. Arce, refiriéndonos a la poesía: «El Neoclasicismo español no es una escuela cerrada ni de rígidos preceptos. Es una restauración de los que se consideran valores poéticos más auténticos y queda, en fin de cuentas, sólo caracterizado por una rigurosa selección tanto en el nivel del significante como en el del significado. Nada, pues, en la forma o en el contenido, que contribuya a enturbiar el mensaje poético, que debe producirse sin máculas. Ni hay tampoco una actitud rígidamente uniforme en todos los que a esta modalidad puede adscribirse» (La poesía del siglo ilustrado, ed. cit., p. 471). (N. del A.)

 

6

Idem, p. 465. Más detalles en el libro clásico de R. E. Pellissier, The Neo-Classic Movement in Spain during the XVIII Century, California, Standford University, 1918. (N. del A.)

 

7

En mi artículo «Evolución de la poesía en el siglo XVIII» (cit., p. 58) y en el «Estudio preliminar» a Poesía de J. Meléndez Valdés (Madrid, Alhambra, 1979, pp. 106-121). (N. del A.)

 

8

Vid. J. R. Spell, Rousseau in the Spanish World before 1833. A Study in Franco-Spanish Literary Relations, Austin, University of Texas Press, 1938. (N. del A.)

 

9

Puede verse en Juan Ignacio Ferreras, «La novela sensible y quizás sentimental», en Los orígenes de la novela decimonónica (1800-1830), Madrid, Taurus, 1973, pp. 205-242. (N. del A.)

 

10

La poesía del siglo ilustrado, ed. cit., p. 433. (N. del A.)