Selecciona una palabra y presiona la tecla d para obtener su definición.
Anterior Indice Siguiente



  —298→  

ArribaAbajo§II. Exposiciones

Otro medio excelente para que los niños pasen muy bien entretenidos el tiempo de Navidad, es organizar Exposiciones. Tienen por objeto exhibir las construcciones y colecciones de que hablamos en el cap. XIII y cuanto en los estudios libres hayan hecho, digno de exponerse a la vista de sus compañeros. Esta exhibición es estímulo poderoso para que los niños tengan en mucha estima los tiempos de estudio libre, y, por consiguiente, para que observen buena conducta y procuren aprovechar en las clases, requisito indispensable para tenerlo. Se exhiben además espectáculos sencillos, como los que describimos en el capítulo anterior para las Academias familiares, y varios otros de chasco o de risa que apenas exigen preparación.

Para obtener mejores resultados se nombra de antemano una Comisión organizadora, a cuyo cargo corre formar el programa, disponer el local, designar los premios, etc. Después distribuye los niños en varios grupos que a competencia se encarguen de los festejos; y cada grupo, de acuerdo con el señor Inspector, elige los pasatiempos más acomodados a sus condiciones, y explota las habilidades especiales que siempre suele haber entre los niños. Nunca faltan, por ejemplo, aficionados a la declamación y a la mímica que con gusto recitan monólogos, diálogos jocosos, escenas de tartamudos, etc.

Las estudiantinas desempeñan papel importantísimo en estas ocasiones con la variedad de piezas e instrumentos. Si concurren varias diversiones, se prestan para organizar un certamen musical que estimule el empeño de todos y los haga aprender con gusto piezas escogidas, empleando así muy bien los recreos y paseos de los días que preceden a las vacaciones.

Como en estos días las clases suelen estar libres, se escoge una para la Exposición, engalanándola con toda la pompa que el acto requiere. Mientras unos preparan las exhibiciones de las Tertulias, los demás pasan el tiempo muy entretenidos colocando con orden los objetos expuestos, ensayando las estudiantinas y pasatiempos que han de exhibir, disponiendo los sitios que han de ocupar las Comisiones, los espectadores, etc.

Los premios suelen ser muy variados, porque además de los que se adjudican a los objetos expuestos, se conceden otros varios a las estudiantinas, a las exhibiciones, a los niños que más se distingan en favor de la Exposición. Aunque pueden distribuirse   —299→   cuando mejor parezca, es preferible celebrar el último día un certamen general de premios en que se distribuyan todos a la par, aun los de los juegos, carreras y demás entretenimientos de las vacaciones.

Para que la adjudicación de premios se haga con toda justicia e imparcialidad, sobre todo con respecto a las construcciones y colecciones, como todos los de la división conocen los autores de las diversas obras, se prescinde por completo de ellos, y se invita a los señores Inspectores de las otras divisiones para que juzguen del mérito de los trabajos. Estos, con los niños de su división que mejor puedan apreciarlo, distribuyen los premios, accésit y menciones honoríficas, sin saber quiénes son los autores. Las listas formadas se entregan al presidente de la Comisión organizadora, y éste se encarga de averiguar los nombres para publicarlos solemnemente en la distribución.

Estas breves indicaciones bastan para dar una idea general de este pasatiempo y de la grandísima utilidad que puede reportar si se organiza debidamente. He aquí algunas exhibiciones que los niños han ejecutado con buen éxito, y pueden servir de norma para acomodar otras muchas a las circunstancias particulares de cada Colegio.


ArribaAbajoApertura

Este acto corre exclusivamente por cuenta de la Comisión organizadora; pero para solemnizarlo puede valerse de los orfeones, estudiantinas y de cuantos niños necesite de los diversos grupos. A la hora señalada algunos disparos de bombas y chupinazos convocan a la fiesta. Para invitar a las demás diversiones, en el caso que hayan de concurrir, al dirigirse al local de la exposición se recorren los patios de recreo con cierto orden y aparato. Un abanderado vestido de gala va delante con una gran bandera, le sigue el coro de mirlitones, o la música, tocando alguna marcha o pasodoble; detrás van los varios grupos formando dos filas, y en medio de ellos el cartelón con el programa de los festejos; por último la Comisión con el resto de los niños.

Reunidos ya en el local, y colocada la Comisión en el puesto de preferencia, la música o el orfeón ejecutan algún himno con letra alusiva al acto. En seguida el presidente, u otro niño designado pronuncia el discurso de apertura. Unas veces es serio, otras alegre, en prosa o verso, según el carácter que hayan querido dar a la fiesta. He aquí uno que conservamos, en el cual se anuncian varios de los espectáculos que, a continuación describimos:

  —300→  


       Señores:
    Llegó por fin el suspirado día:
los trenes, atestados de viajeros,
acarrean millares de extranjeros
que acuden presurosos a porfía.
    Atruenan los cohetes voladores
por los campos, las calles y plazuelas,
y más alegres que unas castañuelas
resuenan las cornetas y tambores.
       La ilustre Comisión
hoy abierta declara para todos
       la gran Exposición.

    Muy lejos de nosotros vano orgullo;
mas, al fin agotando la paciencia,
hoy rasgamos el velo de la ciencia
cual lirio que despliega su capullo.
    En agua convirtiéndonos los sesos
exhibimos de España y las Antillas
la nata de sublimes maravillas,
la crema de mecánicos progresos,
       con tan plena victoria,
que de Londres, París y Filadelfia
       oscurece la gloria.

    ¿Os retrae la falta de dinero
de contemplar paisajes transalpinos
de Suiza los lagos cristalinos
do se cogen los peces con sombrero,
    y alquilando un garboso jumentillo
ascender de los Alpes a las crestas,
visitar en las plácidas florestas
vetustas torres o feudal castillo?
       Aguardad un momento:
pronto veréis, más bellos que en Suiza,
       paisajes más de ciento.

    ¿Quién quiere, sin dejar los patrios lares,
escuchar el fragor de los ciclones,
del huracán las fuertes expansiones
que descuajan los troncos seculares?
—301→
    ¿Quién gozar de la brisa el suave influjo,
sin sentir los efectos del mareo,
ni de marina trompa el balanceo,
peligroso aun en barcos de gran lujo?
       Venid mañana un rato,
que los vientos saldrán a complaceros,
       de mi voz al mandato.

    ¿Hay quien globos jamás inventar pueda,
ni de humo ni de leve gas henchidos,
de materia sutil bien construidos,
sin blando tafetán ni fina seda?
    ¿Habrá quien los eleve a las alturas
y cruce caprichoso el aire puro
cual un piloto experto, que seguro
surca del mar las móviles llanuras?
       Pues aquí los más zotes
veremos dirigir las mongolfieras
       a sabios monigotes.

    El salón de escultura enriquecido
le veréis con modelos que en viveza
oscurecen la clásica belleza
que de Roma y Atenas ha salido.
    Con un resorte en su interior secreto
representan escenas automáticas,
y ejecutan acciones tan simpáticas
que superan al hombre más completo.
       Portento tan divino,
de remotos confines del Oriente
       nos trajo un mago chino.

    Del Congo y sus ardientes arenales
dos negritos de nítidas pupilas
gran colección nos trae de gorilas,
de leones, panteras y chacales.
    Los monos, que subiendo a la palmera,
sus dátiles robaban con mil mañas,
se lanzan a las nueces y castañas
como turba de chicos vocinglera.
       Los que no tengan prisa
que vengan; que estos monos tan alegres
       los harán llorar de risa.
—302→

    Es el fin de estas varias diversiones
el socorrer al Hospital de Inválidos,
donde muchos maniáticos escuálidos
padecen muy variadas afecciones.
    Al recibir socorro tan potente,
de seguro los cojos sin muletas,
y los ciegos haciendo mil piruetas
llegarán con sus médicos al frente.
       Y veréis en sus caras
gran multitud de efectos prodigiosos
       de sus dolencias raras.

    Aquí el domingo los diversos gremios
de músicos, poetas y cantores,
de cómicos y artistas constructores
vendrán a recibir variados premios.
    Con tantas y tan gratas diversiones
con tertulias, carreras y recreos,
sin estudio, sin clases ni marcos,
pasaremos alegres vacaciones.
       Más profunda alegría
tan sólo gozaréis allá en la Gloria
       con Jesús y María.



Terminado el discurso se concede hacer uso de la palabra a los demás señores de la Comisión, y para concluir la música repite el Himno, o ejecuta alguna otra pieza escogida. El primer día no suele haber otros espectáculos, porque los niños desean contemplar detenidamente las maravillas expuestas, sobre todo si hay algunos muñecos de movimiento.

Abierta ya la Exposición, las divisiones concurren a visitarla en distintas horas mientras descansan de los juegos de movimiento, especialmente los que hayan de examinar y juzgar los trabajos presentados. Cuando alguno de los grupos exhiben espectáculos especiales a hora conveniente, suelen concurrir todos, si el local lo permite, para pasar bien entretenidos esos ratos de tiempo.




ArribaAbajoVeleta mitológica

Bastan ocho, y aun cuatro niños, para divertir a los demás con este pasatiempo. Cada cual representa a uno de los vientos principales, tomando su nombre: Norte, Nordeste, Este, Sudeste, Sur, Sudoeste, Oeste y Noroeste. Se colocan formando circunferencia, pero separados entre sí un metro por lo menos para no   —303→   estorbarse, al hacer las evoluciones propias del juego. Para que la ejecución sea más fácil conviene que se orienten en dirección fija, con relación a los ángulos que forman las paredes o a los objetos puestos en ellas, determinando bien la que corresponde a cada viento.

La única ocupación que tienen durante el juego es girar como veletas para mirar siempre al punto de donde sopla el viento. Pero a veces, para más variedad y más frecuentes equivocaciones, convienen en mirar al punto opuesto, o los que representan a los cuatro vientos principales miran de frente, y los otros de espalda. El juego resulta mucho más divertido cuando van vestidos con trajes de colores, sobre todo si toman también diversas posturas o movimientos, como, por ejemplo: unos muy rectos, otros inclinados; unos alegres, otros serios; éstos con las manos juntas, aquéllos con uno o con los dos brazos estirados, etc., etc. En este caso a cada dos o tres mudanzas del viento cambian todos a la par de posición, eligiendo cada cual la que más le plazca, o tomando alguna ya convenida los dos que están en dirección opuesta.

El niño que dirige representa el dios Eolo o de los vientos. Después de pronunciar su discursito, si lo tiene, se coloca en el centro de la circunferencia; también puede dirigir desde fuera, sobre todo si el espacio es reducido. En alguna composición jocosa, o sencillamente pronunciando los nombres de los vientos, va dándoles libertad; nombra, por ejemplo, el viento Sur, y todos giran en aquella dirección (o en la opuesta si así han convenido); después al Norte, y giran hacia ésta, conservando sus posturas o mudándolas.

Si además del viento indica Eolo la calidad, añaden ellos también el soplo correspondiente; así, al decir brisa del Oeste, al girar soplan muy suavemente; si huracán, soplan muy fuerte, etc. A la voz variable, se mueven caprichosamente a los lados sin orientarse hacia ninguno, hasta que Eolo fije dirección determinada; a la de remolino, se balancean en todos sentidos sin mover los pies; a la de tempestad, dan rápidamente tres vueltas en redondo, etcétera, etc.

Cuando esta continua variación de movimiento se hace con soltura y uniformidad resulta vistosa y agradable, parecida a la de la danza china del capítulo anterior.




ArribaAbajoActo de declamación

Espectáculo sencillo, pero muy del gusto de los niños. Representa la clase de declamación, y se exhibe una de las lecciones prácticas que el maestro da a sus discípulos. En las Academias familiares y en otras ocasiones parecidas se hace con toda formalidad, procurando una declamación perfecta y acomodada a   —304→   las reglas del arte. En estas Exposiciones de carácter más alegre suele, por el contrario, ejecutarse declamando exageradamente, ya con gestos afectados, ya acompañando cada palabra con acciones de su significación particular, prescindiendo del sentido de la frase, etc.

Mientras la música ejecuta alguna pieza sale con paso grave el Maestro, y detrás los discípulos, que se colocan a los dos lados formando una semicircunferencia. Terminada la música, el Maestro pasea majestuosamente su mirada por el auditorio, y después de acicalarse con esmerada pulcritud da a sus discípulos las siguientes reglas de arte:


    Con ojos despiertos
atentos estad,
y en vuestra memoria
mis reglas grabad.
    Cuando hable la lengua
indique la acción,
con gala y soltura,
con noble expresión.
    El porte gallardo,
serena la faz,
tranquila la frente,
mirada eficaz.
    Quien pinte más vivo
la interna moción,
Maestro le llamo
de declamación.



Comienza después la música propia del juego, y el Maestro canta solo la primera parte de la estrofa, declamándola del modo que corresponda, y la repiten los discípulos imitando enteramente las acciones del Maestro. Terminada la 1.ª estrofa pueden cantar las demás y concluir con el aire «Vivo», como se ve a continuación.

partitura

  —305→  

partitura


Apenas extiende el alba
su cabellera brillante
y pintar la mar sonante
sobre las ondas inquietas
que el manso céfiro riza,
mi bergantín se desliza,
mientras yo cantando voy.
La tormenta no me espanta,
ni el rayo que serpentea,
ni el bajel se balancea.
de encantador arrebol,
Es mi columpio la mar.
Siempre aseguro mi rumbo,
porque conozco una estrella,
del mar llamada, y es ella,
quien vence la tempestad.



  —306→  

El efecto de este espectáculo es aun más curioso si se ponen en competencia dos clases de declamación, con letras acomodadas. Cada maestro da reglas contrarias para la ejecución de las estrofas, y cantan la misma con distintas acciones, o diversas en que cada uno ridiculice las lecciones del otro.

A imitación de esta escena fácilmente pueden organizarse otras parecidas, con música o sin ella, para dar más variedad. Recordamos haber visto, entre otras. Una lección de esgrima, ejecutada por un maestro y dos discípulos; Gimnástica higiénica, en la cual el niño que hacía de profesor de gimnasia dirigía los ejercicios que ejecutaban dos grupos, uno de los niños más gruesos y otro de los más delgados. Otras veces hacen con toda formalidad algún ejercicio gimnástico bien preparado con las mazas, las picas y otros instrumentos, o militar, con los sables, etc.




ArribaAbajoMuseo de escultura

Este pasatiempo tiene por objeto exhibir una colección de estatuas. Los niños encargados de ejecutarlo se visten de la manera más conforme al papel que van a representar. Los gorros de papel y demás prendas de indumentaria infantil tienen aquí excelente aplicación para transformar a los niños en personajes históricos, mitológicos, etc.

Hasta el momento oportuno de exhibirlos suelen estar cubiertas, u ocultas detrás de un telón. Durante el juego, además de atender a lo que el escultor dispone, tienen que esforzarse por conservar en sus asientos o pedestales la inmoble seriedad propia de lo que representan, aunque sus acciones y los aplausos de los espectadores los muevan la risa. Los movimientos deben hacerse con rigidez automática, como si fueran muñecos movidos por resortes, pero conviene evitar posiciones demasiado violentas y fatigosas, o por lo menos interrumpirlas en seguida con otras más descansadas. En cambio, cuando la acción que se ordena ejecutar es compatible con la anterior, suelen hacer las dos a la par hasta que el escultor ordene otra distinta.

El niño que como escultor dirige el juego suele presentarse en escena vestido con el traje correspondiente a lo que finge ser. Así por ejemplo, al exhibir la colección de estatuas a que se refiere la siguiente composición, representaba un mago chino; su traje se componía de una túnica blanca muy larga llena de estrellitas doradas y plateadas, faja encarnada, gorro cónico cruzado en dos sentidos por cintas de colores, enormes antiparras fabricadas con el fondo de dos vasos, y barba blanca muy crecida.

  —307→  

Con mucha gravedad y entonación pronunció su discurso. En momento oportuno descubrió las estatuas, y les ordenó ejecutar las variadas acciones que habían ensayado, como indica los fragmentos que copiamos a continuación...



       Ilustre Comisión
que preside la gran Exposición;
       magníficos señores,
chicos, grandes, pequeños y mayores:
       yo soy un mandarín
que ayer salí corriendo de Pekín,
       y más veloz que un pez
crucé el mar en dos cáscaras de nuez,
       trayendo, en vez de velas,
tres o cuatro pellejos de habichuelas.
       soy afamado artista,
como pronto verán, si tienen vista...

       Cuando quiero, señores,
mis estatuas exhiben mil primores;
       mis obras son joyeles
en quienes mi buril y mis pinceles
       han tenido la suerte
de producir en la materia inerte
       el sublime portento
de la vida, sentido y movimiento.
       A mis señas y voces
atizan al más majo un par de coces,
       mueven cabeza y manos,
brincan, saltan cual sabios cuadrumanos.
       Harán mil maravillas
si les dais caramelos y rosquillas,
       naranjas y limones,
mazapanes, jaleas y turrones.

       Señores, atención,
que comienza mi gran exhibición.

  (A las estatuas.) 

       Soberbios mastodontes
labrados en las peñas de los montes,
       durísimos bodoques
que salisteis de encinas y alcornoques...
       Aunque al ver tales trazas
—308→
todos os juzgan huecas calabazas,
       mostrad a todo el mundo
que sois de ciencia pozo muy profundo,
       y, aunque de barro duro,
os llevaréis el premio de seguro...

       Fruncid el entrecejo...
Aprisa masticad como el conejo...
       En una pata sola...
Alzad hacia la luna la mamola...
       Estirad este brazo...
Doblad hacia adelante el espinazo...



El modo de ejecutar el juego es haciendo las estatuas lo que el escultor ordena, o acciones enteramente opuestas. También es frecuente que el escultor mismo haga la acción; en cuyo caso, o imitan lo que hacen cuando corresponde a lo que ordena, o ejecutan lo contrario sin fijarse en lo que manda, cuando no concuerda con la acción.

Muy parecida al Museo de escultura es la compañía de gimnastas, que hacen varios ejercicios curiosos de chasco o de equilibrio, como los que reservan los señores Inspectores para las conquistas de premios; la colección de fieras, que exhibe el domador haciéndoles ejecutar variadas habilidades; el bazar de juguetes, donde el dueño o los dependientes van exhibiendo variedad de muñecos de movimiento a los compradores, y otras varias que fácilmente pueden discurrirse.




ArribaAbajoPantomimas

Las pantomimas o escenas mudas son de los pasatiempos más usados, no sólo en las exposiciones, sino también en las academias familiares antes descritas, y principalmente en las tertulias, de que hablaremos en el párrafo siguiente. Son también de los que más entretienen a los niños, sobre todo cuando entran en acción fantasmas o se combinan con algunas suertes de magia.

Se reducen a representar escenas más o menos complicadas, pero indicando la acción y todas sus circunstancias solamente con el gesto, sin decir absolutamente una palabra. Admiten variedad inagotable, porque pueden ser escenas de familia, de colegio, militares,   —309→   de ladrones, de chasco, de habilidad, alegres, terroríficas, y de cuantos géneros se quiera, pudiendo, por lo tanto, acomodarse perfectamente a la clase de espectadores, al carácter de la fiesta y a las demás circunstancias particulares.

La índole de este libro no nos permite tratar de ellas con la extensión que la materia requiere. La exposición completa de varias reglas teóricas y la colección de modelos prácticos que deberían acompañarlas formarían por sí solas un volumen. Por otra parte, sabemos que en todos o en la mayor parte de los colegios se han representado algunas, y la experiencia por sí sola puede bastar para organizar otras sencillas, como han de ser las que los niños deben ejecutar, y acomodadas de intento al fin que en cada caso se propongan.

Advertiremos, sin embargo, que por regla general deben elegirse acciones poco complicadas, y sobre todo breves, porque de lo contrario pasan inadvertidos detalles importantes y los espectadores se cansan fácilmente. Entre las escenas en caricatura, que tanto abundan ahora por todas partes, se encuentran a veces acciones cortas muy gráficas y originales, de las cuales pueden valerse los señores Inspectores para combinar pantomimas curiosas y divertidas. Y aun estas mismas, escogiendo tres o cuatro del mismo género, forman una acción combinada de más duración, dividida en cuadros o actos diversos, y de este modo gana en interés sin fatigar la atención de los niños.

Por este procedimiento hemos visto puestas en escena pantomimas interesantes con los títulos Aventuras de Calixto, Los oficios de Paquito, Los burladores burlados, Apuros de un sereno, etc.




ArribaAbajoSala de convalecientes

Representa la escena una sala de convalecencia donde hay variedad de enfermos, paseando, de pie o sentados y vestidos de muy diversas maneras; con gorro de dormir o con un pañuelo ceñido a la cabeza; envueltos en mantas o en las bufandas; ligado un brazo, etc., según lo que cada uno se haya propuesto representar.

Se encarga de hacer la exhibición, otro niño que hace las veces del médico del hospital o del señor Director. Este recibe a los visitantes, y con toda corrección de formas y elegancia comienza su discurso.



Os encontráis, señores,
ante la puerta del salón postrero
y, aunque os cause sorpresa,
este es un hospital lleno de enfermos,
a cuyo beneficio
la Exposición dedica su dinero.
—310→
Ya que vuestros socorros
les han proporcionado gran provecho,
es justo se os conceda
permiso para entrar en su aposento.
En sus enfermedades
admiraréis también raros portentos.
Su primera dolencia
es encontrarse cojos del pie izquierdo,
y que cojean todos
volviendo la cabeza al mismo tiempo

  (A los enfermos.) 

-¡Ea, señores, mando
Que todos os pongáis en movimiento!

 (Le obedecen cojeando y moviendo a compás la cabeza.) 

Si oyen hablar de frío,
ya piensan encontrarse en el invierno
y si el calor se nombra,
siente todo su ser calor intenso.

 (A los enfermos.) 

-¡Hace un frío horroroso!

 (Se abrigan aprisa, quitándose la ropa unos a otros.) 

¡Qué calor! ¡Hoy alumbra un Sol de fuego!

  (Respiran sofocados, y se quitan la ropa echándosela a otros.) 

Además, cada uno
tiene todos los males que yo quiero:
éste está constipado...

 (Estornuda.) 

Este otro está cayéndose de sueño...

 (Comienza a bostezar y dar cabezadas.) 

A éste le duele el vientre...

  (Lleva la mano al vientre y da alaridos.) 

Aquél sé yo que se halla muy contento.

  (Se ríe a carcajadas.) 


El baile de San Vito
es, en fin, su postrer padecimiento
que siempre les ataca
cuando escuchan tocar un instrumento,
y tiemblan y dan vueltas
hasta caer al suelo sin aliento.

 (Toca o hace tocar un instrumento; al compás de la música los enfermos tiemblan, saltan, giran, hasta caer al suelo como desmayados.) 

—311→
Dejémoslos, señores,
que ahora gocen de profundo sueño.
Yo os doy por la asistencia
las más atentas gracias, y os deseo
que fiestas más cumplidas
un día disfrutéis allá en el Cielo.



Esta variedad de movimientos, bien combinada, es ciertamente cómica y divertida.

Semejante a este entretenimiento es la visita del médico, a quien se presentan varios niños pretextando varias dolencias para no ir a la escuela; el curandero, que receta uno o dos medicamentos para toda clase de enfermedades; el manicomio, donde aparecen varios maniáticos con extravagantes rarezas, y otras escenas por el estilo.




ArribaAbajoEl triunfo del Niño Jesús

La fiesta de los Santos Inocentes es sin duda de las más populares en los colegios, y en algunos la que con más aparato y esplendor se celebra durante el curso. Los juegos de chasco y sorpresa son los preferidos ese día en los patios y salones para divertirse a costa de los incautos, víctimas de las inocentadas.

Pero el asunto que más atrae la atención de todos, y muy en particular de los pequeños, es la elección del Rey de Inocentes, cargo muy apetecido por los singulares privilegios y prerrogativas de que goza durante su soberanía. Se elige siempre en la división de los pequeños, y aun de entre los niños de primera enseñanza cuando forman grupo numeroso. La elección se hace en unas partes por votos, en otras por suerte, de muy diversas maneras.

El Rey elegido, acompañado de otros niños que forman el Estado Mayor o Guardia Real, después de visitar al señor Director y a los Profesores recorre los patios de recreo, concede amnistía general a los castigados que haya, reparte varios regalos, y concede alguna gracia general. Por dondequiera que vaya se le tributan diversos obsequios y honores; preside también durante la comida, en los concursos de juegos, en la tertulia, etc., etc., según las diversas costumbres de cada colegio.

En algunos de éstos no termina la fiesta de Inocentes con el día, sino que se prolonga hasta el siguiente con alguna nueva invención. Para terminar el párrafo describiremos la última que hemos visto ejecutar por uno de los grupos de las exposiciones con el título de el triunfo del Niño Jesús porque nos parece completa   —312→   y a propósito para organizar otras parecidas en diversas ocasiones.

Se dispone con tiempo un carrito triunfal muy adornado con cintas, flores, etc., en el cual se coloca la imagen del Niño. El día después de Inocentes se lleva al salón de estudio, al de la Exposición, o al sitio escogido para dar principio a la fiesta, y a la hora señalada se organiza el triunfo para conmemorar la libertad del Niño en la persecución de Herodes.

Rompen la marcha varios niños con banderas, siguen los demás en filas de dos o de cuatro en fondo cantando villancicos y pastorelas, acompañados de mirlitones, panderetas, hierrecillos, etcétera, y a continuación el carro triunfal escoltado por la guardia de honor. Los que llevan el carrito van vestidos de pastorcitos de Belén o de gitanillos de Egipto, según hayan dispuesto la fiesta. Con este orden recorren los patios hasta el sitio destinado: allí se coloca el carro en el lugar de preferencia, las banderas a los lados, y los niños formando círculo en derredor.

Los que celebran la fiesta salen al centro, fingiendo unos ser pastorcitos de Belén huídos de Judea, que en composiciones, coplas, etc., le cuentan la muerte de los Inocentes, le felicitan por su libertad, le prometen acompañarle y defenderle de nuevos peligros; otros, gitanillos egipcios, vienen a darle la bienvenida y a ofrecerle sus servicios contra Herodes en caso de que se atreviese a seguir persiguiéndole. En esto suena a lo lejos una corneta; gitanos y pastores se ponen en guardia, y algunos salen a explorar el campo. Suena más cerca, y aparece en el extremo opuesto el rey Herodes.

Esta aparición puede hacerse de diverso modo, según las circunstancias. Una vez, por ejemplo, aparece caballero en un jumentillo mal enjaezado, conducido preso por algunos ladrones. Estos cuentan cómo venía persiguiendo al Niño con su escolta, y acometiéndole mientras dormía consiguieron poner en fuga los soldados y hacerle prisionero. Otras veces aparece con su ejército: la guardia del Niño se apresta a la defensa, y traba con ellos batalla ayudada por los pastores. Entretanto los gitanos se dispersan por el campo; pero al poco tiempo aparecen atacando por la espalda a los soldados de Herodes: éstos, al verse entre dos fuegos, huyen a la desbandada, y el rey Herodes es cogido prisionero.

Hace de rey un maniquí hecho con pajas y virutas, como el tío pelele descrito en la página 196, relleno además de bombas, petardos y triquitraques, y aun de bengalas si la fiesta termina ya al anochecer. Una vez preso le conducen con gran algazara delante del Niño, y le ordenan que le adore y le rinda vasallaje depositando a sus pies la corona. La tercera intimación va acompañada de latigazos y golpes; y como ni aun por esas dé muestras de someterse, los gitanos y pastores le arrastran por el patio cantando la Marcha Real con alguna letra a propósito. Después ponen   —313→   fuego a la mecha, y al compás de los innumerables estallidos que llenan los aires prorrumpen vivas al Niño Jesús, y después de proclamarle Rey de los niños vuelven de nuevo al salón cantando villancicos.





Anterior Indice Siguiente