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Veynte e vn aucto

ARGUMENTO DEL VEYNTE E VN AUTO

Pleberio, tornado a su cámara con grandíssimo llanto, preguntale Alisa su muger la causa de tan súpito mal. Cuéntale la muerte de su hija Melibea, mostrándole el cuerpo della todo hecho pedaços e haziendo su planto concluye.

PLEBERIO, ALISA.

ALISA.- ¿Qué es esto, señor Pleberio? ¿Por qué son tus fuertes alaridos? Sin seso estaua adormida del pesar que oue, quando oy dezir que sentía dolor nuestra hija; agora oyendo tus gemidos, tus vozes tan altas, tus quexas no acostumbradas, tu llanto e congoxa de tanto sentimiento, en tal manera penetraron mis entrañas, en tal manera traspasaron mi coraçón, assí abiuaron mis turbados sentidos, que el ya rescibido pesar alançé de mí. Vn dolor sacó otro1076, vn sentimiento —216→ otro. Dime la causa de tus quexas. ¿Por qué maldizes tu honrrada vegez? ¿Por qué pides la muerte? ¿Por qué arrancas tus blancos cabellos? ¿Por qué hieres tu honrrada cara? ¿Es algún mal de Melibea? Por Dios, que me lo digas, porque si ella pena, no quiero yo viuir.

PLEBERIO.- ¡Ay, ay, noble muger! Nuestro gozo en el pozo1077. Nuestro bien todo es perdido. ¡No queramos más biuir! E porque el incogitado1078 dolor te dé más pena, todo junto sin pensarle, porque más presto vayas al sepulcro, porque no llore yo solo la pérdida dolorida de entramos, ves allí a la que tú pariste e yo engendré, hecha pedaços. La causa supe della; más la he sabido por estenso desta su triste siruienta. Ayúdame a llorar nuestra llagada postremería. ¡O gentes, que venís a mi dolor! ¡O amigos e señores, ayudáme a sentir mi pena! ¡O mi hija e mi bien todo! Crueldad sería que viua yo sobre ti. Más dignos eran mis sesenta años, de la sepultura, —217→ que tus veynte1079. Turbose la orden del morir con la tristeza, que te aquexaua. ¡O mis canas, salidas para auer pesar! Mejor gozara de vosotras la tierra, que de aquellos ruuios cabellos, que presentes veo. Fuertes días me sobran para viuir; ¿quexarme he de la muerte? ¿Incusarle he su dilación? Quanto tiempo me dexare solo después de ti, fálteme la vida, pues me faltó tu agradable compañía. ¡O muger mía! Leuántate de sobre ella e, si alguna vida te queda, gástala comigo en tristes gemidos, en quebrantamiento e sospirar. E si por caso tu espíritu reposa con el suyo, si ya has dexado esta vida de dolor, ¿por qué quesiste que lo passe yo todo? En esto tenés ventaja las hembras a los varones, que puede vn gran dolor sacaros del mundo sin lo sentir o a lo menos perdeys el sentido, que es parte de descanso. ¡O duro coraçón de padre! ¿Cómo no te quiebras de dolor, que ya quedas sin tu amada heredera? ¿Para quien edifiqué torres?1080 —218→ ¿Para quien adquirí honrras? ¿Para quien planté árboles? ¿Para quien fabriqué nauíos? ¡O tierra dura!, ¿cómo me sostienes? ¿Adonde hallará abrigo mi desconsolada vegez? ¡O fortuna variable, ministra e mayordoma de los temporales bienes!, ¿por qué no executaste tu cruel yra, tus mudables ondas, en aquello que a ti es subjeto? ¿Por qué no destruyste mi patrimonio? ¿Por qué no quemaste mi morada? ¿Por qué no asolaste mis grandes heredamientos? Dexárasme aquella florida planta, en quien tú poder no tenías; diérasme, fortuna flutuosa, triste la mocedad con vegez alegre, no peruertieras la orden. Mejor sufriera persecuciones de tus engaños en la rezia e robusta edad, que no en la flaca postremería.

¡O vida de congoxas llena, de miserias acompañada! ¡O mundo, mundo! Muchos mucho de ti dixeron, muchos en tus qualidades metieron la mano, a diuersas cosas por oydas te compararon; yo por triste esperiencia lo contaré, como a quien las ventas e compras de tu engañosa feria1081 no prósperamente sucedieron, como aquel, que mucho ha fasta agora callado tus falsas propiedades, por no encender con odio tu yra, porque no me secasses sin tiempo esta flor, que este —219→ día echaste de tu poder. Pues agora sin temor, como quien no tiene qué perder, como aquel a quien tu compañía es ya enojosa, como caminante pobre1082, que sin temor de los crueles salteadores va cantando en alta boz. Yo pensaua en mi más tierna edad que eras y eran tus hechos regidos por alguna orden1083; agora visto el pro e la contra de tus bienandanças, me pareces vn laberinto de errores1084, vn desierto espantable, vna morada de fieras, juego de hombres que andan en corro, laguna llena de cieno, región llena de espinas, monte alto, campo pedregoso, prado —220→ lleno de serpientes, huerto florido e sin fruto, fuente de cuydados, río de lágrimas, mar de miserias, trabajo sin prouecho, dulce ponçoña, vana esperança, falsa alegría, verdadero dolor. Céuasnos1085, mundo falso, con el manjar de tus deleytes; al mejor sabor nos descubres el anzuelo: no lo podemos huyr, que nos tiene ya caçadas las voluntades. Prometes mucho, nada no cumples; échasnos de ti, porque no te podamos pedir que mantengas tus vanos prometimientos. Corremos por los prados de tus viciosos vicios, muy descuydados, a rienda suelta; descúbresnos la celada, quando ya no ay lugar de boluer. Muchos te dexaron con temor de tu arrebatado dexar: bienauenturados se llamarán, quando vean el galardón, que a este triste viejo as dado en pago de tan largo seruicio. Quiébrasnos1086 el ojo e vntasnos —221→ con consuelos el caxco. Hazes mal a todos, porque ningún triste se halle solo en ninguna aduersidad, diziendo que es aliuio a los míseros, como yo, tener compañeros en la pena. Pues desconsolado viejo, ¡qué solo estoy!

Yo fui lastimado sin hauer ygual compañero de semejante dolor; avnque más en mi fatigada memoria rebueluo presentes e passados. Que si aquella seueridad1087 e paciencia de Paulo Emilio —222→ me viniere a consolar con pérdida de dos hijos muertos en siete días, diziendo que su animosidad obró que consolasse él al pueblo romano e no el pueblo a él, no me satisfaze, que otros dos le quedauan dados en adobción. ¿Qué compañía me ternán en mi dolor aquel Pericles, capitán ateniense, ni el fuerte Xenofón, pues sus pérdidas fueron de hijos absentes de sus tierras? Ni fue mucho no mudar su frente e tenerla serena e el otro responder al mensajero, que las tristes albricias de la muerte de su hijo le venía a pedir, que no recibiesse él pena, que él no sentía pesar. Que todo esto bien diferente es a mi mal.

Pues menos podrás dezir, mundo lleno de males, que fuimos semejantes en pérdida aquel Anaxágoras e yo, que seamos yguales en sentir e que responda yo, muerta mi amada hija, lo que el su vnico hijo, que dijo: como yo fuesse mortal, sabía que hauía de morir el que yo engendraua. Porque mi Melibea mató a sí misma —223→ de su voluntad a mis ojos con la gran fatiga de amor, que la aquexaba; el otro matáronle en muy lícita batalla. ¡O incomparable pérdida! ¡O lastimado viejo! Que quanto más busco consuelos, menos razón fallo para me consolar. Que, si el profeta e rey Dauid al hijo, que enfermo lloraua, muerto no quiso llorar, diziendo que era quasi locura llorar lo irrecuperable, quedáuanle otros muchos con que soldase su llaga; e yo no lloro triste a ella muerta, pero la causa desastrada de su morir. Agora1088 perderé contigo, mi desdichada hija, los miedos e temores, que cada día me espauorecían: sola tu muerte es la que a mí me haze seguro de sospecha.

¿Qué haré, quando entre en tu cámara e retraymiento e la halle sola? ¿Qué haré de que no me respondas, si te llamo? ¿Quién me podrá cobrir la gran falta, que tú me hazes? Ninguno perdió lo que yo el día de oy, avnque algo conforme parescía la fuerte animosidad de Lambas —224→ de Auria1089, duque de los ginoveses, que a su hijo herido con sus braços desde la nao echó en la mar. Porque todas estas son muertes que, si roban la vida, es forçado de complir con la fama. Pero ¿quién forjó a mi hija a morir, sino la fuerte fuerça de amor? Pues, mundo, halaguero, ¿qué remedio das a mi fatigada vegez? ¿Cómo me mandas quedar en ti, conosciendo tus falacias, tus lazos, tus cadenas e redes, con que pescas nuestras flacas voluntades? ¿A dó me pones mi hija? ¿Quién acompañará mi desacompañada morada? ¿Quién terná en regalos mis años, que caducan? ¡O amor, amor! ¡Que no pensé que tenías —225→ fuerça ni poder de matar a tus subjectos1090! Herida fue de ti mi juuentud, por medio de tus brasas passé: ¿cómo me soltaste, para me dar la paga de la huyda en mi vegez? Bien pensé que de tus lazos me auía librado, quando los quarenta años toqué, quando fui contento con mi conjugal compañera, quando me vi con el fruto, que me cortaste el día de oy. No pensé que tomauas en los hijos la vengança de los padres1091. Ni sé si hieres con hierro ni si quemas con fuego. Sana dexas la ropa; lastimas el coraçón. Hazes que feo amen1092 e hermoso les parezca. ¿Quién te dio tanto poder? ¿Quién te puso nombre, que no te conuiene? Si amor fuesses, amarías a tus siruientes. Si los amasses, no les darías pena. Si alegres viuiessen, no se matarían, como agora mi amada hija. ¿En —226→ qué pararon tus siruientes e sus ministros? La falsa alcahueta Celestina murió a manos de los más fieles compañeros, que ella para su seruicio enponçoñado, jamás halló. Ellos murieron degollados. Calisto, despeñado. Mi triste hija quiso tomar la misma muerte por seguirle. Esto todo causas. Dulce nombre te dieron; amargos hechos hazes. No das yguales galardones. Iniqua es la ley, que a todos ygual no es. Alegra tu sonido; entristece tu trato. Bienauenturados los que no conociste o de los que no te curaste. Dios te llamaron otros, no sé con qué error de su sentido traydos. Cata que Dios mata los que crió1093; tú matas los que te siguen. Enemigo de toda razón1094, a los que menos te siruen das mayores dones, hasta tenerlos metidos en tu congoxosa dança. Enemigo de amigos, amigo de enemigos1095, ¿por qué te riges sin orden ni concierto? Ciego te pintan, pobre e moço. Pónente vn arco en la mano, con que tiras a tiento; más ciegos son tus ministros, que jamás sienten ni veen el desabrido galardón, que saca de tu seruicio. Tu fuego es de ardiente rayo, que jamás haze señal dó llega. La leña, que gasta tu —227→ llama, son almas e vidas de humanas criaturas. Las quales son tantas, que de quien començar pueda, apenas me ocurre. No solo de christianos; mas de gentiles e judíos e todo en pago de buenos seruicios. ¿Qué me dirás de aquel Macías de nuestro tiempo, cómo acabó amando, cuyo triste fin tú fuiste la causa? ¿Qué hizo por ti Paris? ¿Qué Elena? ¿Qué hizo Ypermestra? ¿Qué Egisto? Todo el mundo lo sabe. Pues a Sapho, Ariadna, Leandro, ¿qué pago les diste? Hasta Dauid e Salomón no quisiste dexar sin pena. Por tu amistad Sansón pagó lo que mereció, por creerse de quien tú le forçaste a darle fe. Otros muchos, que callo, porque tengo harto que contar en mi mal.

Del mundo me quexo, porque en sí me crió, porque no me dando vida, no engendrara en él a Melibea, no nascida no amara, no amando cessara mi quexosa e desconsolada postrimería. ¡O mi compañera buena! ¡O mi hija despedaçada! ¿Por qué no quesiste que estoruasse tu muerte? ¿Por qué no houiste lástima de tu querida e amada madre? ¿Por qué te mostraste tan cruel con tu viejo padre? ¿Por qué me dexaste, quando yo te havía de dexar? ¿Por qué me dexaste penado? ¿Por qué me dexaste triste e solo in hac lachrymarum valle?

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Concluye el autor

Aplicando la obra al propósito por que la acabó1096

    Pues aquí vemos quan mal fenescieron

aquestos amantes, huygamos su dança,

amemos a aquel, que espinas y lança,

açotes y clauos su sangre vertieron.

Los falsos judíos su haz escupieron,

vinagre con hiel fue su potación;

porque nos lleue con el buen ladrón,

de dos que a sus santos lados pusieron.

    No dudes ni ayas verguença, lector,

—230→
narrar lo lasciuo, que aquí se te muestra:

que siendo discreto verás qu' es la muestra

por donde se vende la honesta lauor.

De nuestra vil massa con tal lamedor

consiente coxquillas de alto consejo

con motes e trufas del tiempo más viejo:

escriptas a bueltas le ponen sabor.

    Y assí no me juzgues por esso liuiano;

más antes zeloso de limpio biuir,

zeloso de amar, temer y seruir

al alto Señor y Dios soberano.

Por ende, si vieres turuada mi mano,

turuias con claras mezclando razones,

dexa las burlas, qu' es paja e grançones,

sacando muy limpio d' entr' ellas el grano.


FIN

—[231]→

Alonso de Proaza corrector de la impresión

Al lector

    La harpa de Orpheo e dulce armonía1097

forçaua las piedras venir a su són,

abríe los palacios del triste Plutón1098,

las rápidas aguas parar las hazía.

Ni aue bolaua mi bruto pascía,

ella assentaua en los muros troyanos

las piedras e froga1099 sin fuerça de manos,

según la dulçura con que se tañía.

—232→

Prosigue e aplica

    Pues mucho más puede tu lengua hazer,

lector, con la obra que aquí te refiero,

que a vn coraçón más duro que azero

bien la leyenda harás liquescer:

harás al que ama amar no querer,

harás no ser triste al triste penado,

al que sin auiso, harás auisado:

assí que no es tanto las piedras mouer.

Prosigue

    No debuxó la comica mano

de Neuio ni Plauto1100, varones prudentes,

Tan bien los engaños de falsos siruientes

Y malas mugeres en metro romano,

Cratino1101 y Menandro y Magnes anciano

Esta materia supieron apenas

Pintar en estilo primero de Athenas,

Como este poeta en su castellano.

—233→

Dize el modo que se ha de tener leyendo esta tragicomedia

    Si amas y quieres a mucha atención

leyendo a Calisto mouer los oyentes,

cumple que sepas hablar entre dientes,

a vezes con gozo, esperança y passión,

a vezes ayrado con gran turbación.

Finge leyendo mil artes y modos,

pregunta y responde por boca de todos,

llorando y riyendo en tiempo y sazón.

Declara vn secreto que el autor encubrió en los metros que puso al principio del libro

    No quiere mi pluma ni manda razón

que quede la fama de aqueste gran hombre

ni su digna fama ni su claro nombre

cubierto de oluido por nuestra ocasión.

Por ende juntemos de cada renglón

de sus onze coplas la letra primera,

las quales descubren por sabia manera

su nombre, su tierra, su clara nación.

Toca como se deuía la obra llamar, tragicomedia e no comedia

    Penados amantes jamás conseguieron

d' empressa tan alta tan prompta victoria,

—234→
como estos de quien recuenta la hystoria,

ni sus grandes penas tan bien succedieron.

Mas, como firmeza nunca touieron

los gozos de aqueste mundo traydor,

supplico que llores, discreto lector,

el trágico fin que todos ouieron.

Descriue el tiempo y lugar en que la obra primeramente se imprimió acabada

    El carro Phebeo1102 después de auer dado

mill e quinientas bueltas en rueda,

ambos entonces los hijos de Leda

—235→
a Phebo en su casa teníen possentado,

quando este muy dulce y breue tratado,

después de reuisto e bien corregido,

con gran vigilancia puntado e leydo,

fue en Salamanca impresso acabado.


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TRAGICOMEDIA DE CALISTO E ME-
LIBEA. AGORA NUEUAMENTE REUI-
STA E CORREGIDA CON LOS ARGU-
MENTOS DE CADA AUTO EN
PRINCIPIO ACABASSE CON
DILIGENCIA STUDIO IM-
PRESSA EN LA INSIGNA
CIUDAD DE VALÉNCIA
POR JUAN JOFFRE
A XXI DE FEB-
RERO DE M
y. D. y. XIIII
ANOS.

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Refranes y frases proverbiales1103

El abad de do canta de allí viste,

Quien mucho abarca poco suele apretar,

Un solo acto no haze hábito,

Poco sabes de achaque de yglesia,

En achaque de trama, etc.,

Adivinar, que azotan,

El duro adversario entibia las yras e sañas,

Coger agua en cesto,

Meter aguja y sacar reja,

El axuar de la frontera,

En el aldigüela, más mal hay que suena,

Una alma sola ni canta ni llora,

Conciértame essos amigos,

El cierto amigo en la cosa incierta se conosce, en las adversidades se prueva,

Más vale ser buena amiga que mala casada,

Amor, con amor se paga,

El amor impervio todas las cosas vence,

¡Andar!, ¡passe!

Sacar aradores a pala e açadón,

Quien a buen árbol se arrima,

Do vino el asno verná el albarda,

Un asno cargado de oro sube ligero por una montaña,

—258→

Xo que te estriego asna coxa,

A la primera azadonada queréis sacar agua,

Cuando la barba de tu vecino vieres pelar, echa la tuya en remojo,

Uno piensa el vayo e otro el que lo ensilla,

Quien bien quiere a Beltrán, a todas las cosas ama,

Quien menos procura, alcança más bien,

Cierre la boca e comience abrir la bolsa,

Cada bohonero alaba sus agujas,

Dígole que se vaya y abáxasse las bragas,

¿Adónde yrá el buey que no are?,

A cabo de un año, tarde e con mal,

A cada cabo ay tres leguas de mal quebranto,

Al cabo estoy,

El que está en muchos cabos, está en ninguno,

Tomar calças de Villadiego,

Cada camino descubre sus dañosos e hondos barrancos,

Conciértame esos candiles,

Capa de pecadores,

Sobre la capa del justo,

En casa llena presto se adereça cena,

Nunca tú harás casa con sobrado,

Uno en casa y otro a la puerta,

Afeita un cepo y parecerá mancebo,

No terná cera en el oydo,

Por demás es la cítola en el molino,

Un clavo con otro se espele e un dolor con otro,

Entre col e col lechuga,

Mal me quieren mis comadres, etc.,

Riñen las comadres,

Tresquílanme en concejo e no lo saben en mi casa,

Toda comparación es odiosa,

A los flacos coraçones el dolor los arguye,

Quien me vido e quien me vee agora, no sé cómo no quiebra su coraçón de dolor,

Corderica mansa mama su madre e la ajena,

Tan presto se va el cordero como el carnero,

De ninguna cosa es alegre possesión sin compañía,

Ni ay cosa tan provechosa, que en llegando aproveche. Como la medicina de Fernando, que estaba en la botica y estaba obrando.

—259→

De cossario a cossario no se pierden sino los barriles,

Nunca mucho costó poco,

Múdanse costumbres con la mudança del cabello e variación,

Mudar costumbre es a par de muerte,

Tresquilar a cruzes,

Crié cueruo que me sacasse el ojo,

Questión de Sant Juan, paz para todo el año,

Ninguno da lo que no tiene,

La presta dádiva su efeto ha doblado. Acaso se acuerda el autor de los Proverbios de Séneca con la glosa, Sevilla, 1500, f. 8: «Dos vezes es agradescido quando se da lo que cumple y con voluntad se offresce.»

Día e victo e parte en parayso,

Los días no se van en balde,

Vale más un día del hombre discreto, que toda la vida del nescio,

Oyrá el diablo,

Vaya el diablo para ruyn,

A dineros pagados, braços quebrados,

Sobre dinero no ay amistad,

Todo lo puede el dinero,

Quando Dios quería,

Da Dios havas a quien no tiene quixadas,

De Dios en ayuso,

Dios os salve,

Dios te dé buena manderecha,

Más vale a quien Dios ayuda, que quien mucho madruga,

Más vale a quien Dios ayuda, que quien mucho madruga,

Dos a dos,

De los enemigos los menos,

Quien engaña al engañador,

A buen entendedor,

Quien yerra e se enmienda,

No arrendarle los escamochos,

Ya tienes tu escudilla,

Jamás el esfuerço desayudó la fortuna,

Ofrescer mucho al que poco pide es especie de negar,

La esperiencia e escarmiento haze los hombres arteros,

Estremo es creer a todos e yerro no creer a ninguno,

Cada uno dice de la feria como le va en ella,

Dize cada uno de la feria segund le va en ella,

Quanto mayor es la fortuna, tanto es menos segura,

—260→

La fortuna ayuda a los osados. El seudo Virgilio corriente dice: «Audaces fortuna iuvat, timidosque repellit.» El Virgilio auténtico: «Audentes fortuna iuvat.» Y así en el adagio vulgar latino de Terencio (Formio, I, 4) y Cicerón (Tusc., 2, 411). En Moreto, El Caballero, 2, 8: «La fortuna ayuda a los audaces.»

La fortuna ayuda a los osados,

Al freír lo verá,

Mucha fuerça tiene el amor,

Biva la gallina con su pepita,

No le arriendo la ganancia,

Una golondrina no haze verano,

Un solo golpe no derriba un roble,

Continua gotera horaca una piedra,

Nuestro gozo en el pozo,

El gusto dañado, muchas veces juzga por dulce lo amargo,

Cargado de hierro e cargado de miedo,

Con lo que sana el hígado enferma la bolsa,

Tenemos hijo o hija,

Al hilo de la gente,

A falta de hombres buenos, hicieron a mi padre alcalde,

Al hombre vergonçoso el diablo le traxo a palacio,

De los hombres es errar e bestial es la porfía,

El hombre apercebido, medio combatido,

Honrra sin prouecho, anillo en el dedo,

Honra y provecho no caben en un saco,

En hoto del conde no mates al hombre,

Tomar con el hurto,

Vaya e venga,

Las yras de los amigos siempre suelen ser reintegración del amor,

Pagar justos por pecadores,

Beber los kiries,

Lágrimas e sospiros mucho desenconan el coraçón dolorido,

Ir por lana y volver trasquilado,

Ir por lana y volver trasquilado,

El lobo es en la conseja,

De los locos es estimar a todos los otros de su calidad,

El loco por la pena es cuerdo,

O es loco o priuado,

Si la locura fuesse dolores, en cada casa auría bozes,

Llegar e recabdar,

Por mucho madrugar, no amanece más ayna,

Con mal está el huso, quando —261→ la barva no anda de suso,

Mal ageno de pelo cuelga,

Buenas son mangas passada la pasqua,

Un manjar solo continuo presto pone hastío,

Está en manos el pandero que lo sabrá bien tañer,

Es más cierto médico el esperimentado que el letrado,

De los discretos mensajeros es hazer lo que el tiempo quiere,

A mesa puesta,

A mesa puesta con tus manos lauadas e poca vergüença,

Vale más una migaja de pan con paz, que toda la casa llena de viandas con renzilla,

Mocedad ociosa acarrea la vejez arrepentida e trabajosa,

Del monte sale con que se arde,

Mueran e biuamos,

Mientras más moros, más ganancia,

El moço del escudero gallego,

A muertos e a ydos,

Los muertos abren los ojos de los que biuen,

Quando al mundo es o crece o descrece,

El mur que no sabe sino un horado,

A nuevo negocio nuevo consejo,

De las obras dudo, quanto más de las palabras,

Las obras hazen linaje,

Ay ojos, que de lagaña se agradan,

No es oro quanto reluze,

No es todo oro quanto amarillo reluze,

Guay de quien en palacio envejece,

Comer el pan con corteza,

Con su pan se lo coma,

No se le cueze el pan,

Pan e vino anda camino, que no moço garrido,

Picar el pan en el puño,

Adiós, paredes,

Las paredes han oídos,

Pequeña parte desparte conformes amigos,

Ninguna humana passión es perpetua ni durable,

No da paso seguro quien corre por el muro,

Mal pecado,

Quien peque e pague,

Mucho va de Pedro a Pedro,

Aunque muda el pelo la raposa, su natural no despoja,

—262→

Hazientes e consintientes merecen ygual pena,

Perdido es quien tras perdido anda,

A otro perro con ese huesso,

A perro viejo no cuz cuz,

A tal perra vieja,

El perro del ortolano,

Nunca más perro a molino,

Si me quebré el pie, fue por mi bien,

Como piedras a tablado,

Piedra mouediza nunca moho la cobija,

El plazer no comunicado no es plazer,

Que me plaze,

De lo poco, poco; de lo mucho, nada,

Buena pro haga las çapatas,

El propósito mucha el sabio,

A essotra puerta,

Cuando una puerta se cierra, otra se abre,

Si sabe mucho la raposa, más el que la toma,

Hacer raya en el agua,

Hablando con reverencia,

Al rey, me atengo,

A río buelto ganancia de pescadores,

Nunca faltan rogadores para mitigar las penas,

Quien sola una ropa tiene presto la envegece,

Ande la rueda,

Por demás es ruego a quien no puede haver misericordia,

Más es el ruydo que las nuezes,

Ruyn sea quien por ruyn se tiene,

La que las sabe las tañe,

Quien las sabe las tañe,

Al sabor y no al olor,

Malo es esperar salud en muerte agena,

A saluo está el que repica,

Aquel va más sano que anda por llano. Aquel va sano que anda por lo llano o aquel va más sano que anda por lo llano (CORR., 61).

Dize el sano al doliente: Dios te dé salud,

Serle ha sano,

Quitar a un sancto para poner en otro,

Echa otra sardina, que otro ruin viene,

A quien dizes el secreto das tu libertad,

Asaz es señal mortal no querer sanar,

—263→

Mala señal es de amor huyr e boluer la cara,

Quien a otro sirue, no es libre,

El seso al carcañal,

Irán allá la soga e el calderón,

Quiebra la soga por lo más delgado,

A gran subida, gran caída,

Quien torpemente sube a lo alto, más ayna cae que subió,

Al te sueño,

Decir el sueño y la soltura,

Tablilla de mesón, que para sí no tiene abrigo y dale a todos,

Los thesoros de Venecia,

Un testigo solo no es entera fe,

Al tiempo el consejo,

No se puede dezir sin tiempo fecho lo que en todo tiempo se puede fazer,

Quien tiempo tiene e mejor le espera, tiempo viene, que se arrepiente,

Todo tiempo pasado fue mejor,

Sin que las sienta la tierra,

Toman antes al mentiroso que al que coxquea,

Todo aquello alegra, que con poco trabajo se gana,

A un traidor dos alevosos,

Tres al mohíno,

No se toman truchas, etc.,

A tuerto o a derecho,

A tuerto o a derecho, nuestra casa hasta el techo,

Ser uña y carne,

Más vale prevenir que ser preuenidos,

Valiera más solo, que mal acompañado,

A tres me parece que va la vencida,

Si te vi, burleme,

Ni vieja castigues...,

Vieja escarmentada pasa el vado arregazada,

Quando el vil está rico, no tiene pariente ni amigo,

Vive comigo e busca quien te mantenga,

Como de lo vivo a lo pintado,

Yerro es no creer e culpa creerlo todo,

No se ganó Zamora en una hora,