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101

Orígenes de la novela, tomo 1, pp. XCVII-C [Ed. Nac. Vol. I. págs. 155-160.]

En 1900 reimprimí el Pamphilus con una advertencia, en el tomo II de la Celestina, de Vigo, conforme al texto de Adolfo Baudouin (París, 1874), que es el de la edición parisiense de 1499.

 

102

El primer erudito que señaló la Comoedia de Vetula como fuente del Arcipreste de Hita, fue don Juan Antonio Pellicer en la curiosa nota que comunicó a don Tomás Antonio Sánchez, y publicó éste en el tomo IV de su Colección de Poesías Castellanas anteriores al siglo XV, Madrid, 1790, páginas XXIII a XXIX. Después se han hecho cargo de esta imitación casi todos los que han escrito sobre el gran poeta castellano del siglo XIV. (Véase, como último estudio importante, el de don Julio Puyol y Alonso, uno de los jóvenes de más sólida cultura que tiene España El Arcipreste de Hita, Madrid, 1906, pp. 266-279.)

 

103

Gesehiehte der dramatischen Literatur und Kunst in Spanien. Von Adolph Friedrich von Schack, 2ª edición, Francfort, 1854, tomo 19, página 157. Cf. la traducción castellana de don Eduardo de Mier (Madrid, año 1885), tomo 1º, p. 275.

 

104

Conservo en los diptongos y en todo lo demás la ortografía del original.

 

105

Como apelativo está usado en la copla 441:


E busca mensajera de unas negras pecas105.1
Que vsan mucho frayres, monjas e beatas;
Son mucho andariegas e merescen las çapatas;
Estas trota-conventos fasen muchas baratas...


Pero las rúbricas de los manuscritos del libro del Arcipreste prueban que el apelativo se convirtió muy pronto en nombre propio, puesto que nunca lleva artículo en ellas, aunque se remontan al siglo XIV.

El nombre de Urraca consta en el epitafio:


Urraca so que yago so esta sepultura...


(Copla 1576.)                


Reaparece la palabra trotaconventos en el Arcipreste de Talavera, al parecer como nombre propio: «Llámame a Trotaconventos, la vieja de mi prima, que vaya de casa en casa» (Reprobación del Amor mundano, parte segunda, capítulo I, pág. 120 de la edición de los Bibliófilos Españoles), y luego en la Celestina (aucto II), donde dice Pármeno: «e lo que más dello siento es venir a manos de aquella trotaconuentos, después de tres veces emplumada». No recuerdo ningún texto intermedio

 

105.1

Verso sin rima y evidentemente estragado, pero no nos atrevemos a corregirle ¿Acaso picazas, por el mucho hablar?

 

106

Atincar, goma de un árbol índico llamado comúnmente borraj. Es voz para nosotros de origen arábigo, transmitida al árabe por el persa y oriunda del sánscrito (Vid. Eguilaz (don Leopoldo), Glosario etimológico de las palabras españolas de origen oriental, p. 307). Dozy la confundió con la crysocolla, pero ya desde el siglo XVI el Dr. Andrés Laguna, en sus anotaciones a Dioscórides, había notado la diferencia entre ambas drogas: «Todos aquellos se engañan que toman por la tal chrisocolla el Atincar, llamado borax en las boticas.»

 

107

Ignoro qué especie de hechizo sea la raynela, aunque el nombre indica que se trata de alguna raíz.

 

108

Aunque mohalinar parece nombre árabe, no consta en los glosarios de Engelmann, Dozy y Eguilaz. Sánchez salió fácilmente del paso diciendo que era «cierto hechizo». Urge un vocabulario completo y razonado de la lengua del Arcipreste. Ningún autor de la Edad Media lo necesita tanto.

 

109

Véanse los versos del Pamphilus que corresponden a los del Arcipreste, y se juzgará de la diferencia:


   Dum loquor eius adest michi mens animusque loquenti,
Dulciter omne meum suscipit eloquium,
   Curvat et ipsa suos circum mea colla lacertos,
A te missa sibi dicere verba rogat.
   Dumque tuum nomen rationis nominat ordo,
Nominis ammonitu fit stupefacta tui.
   Dum fruitur verbis pallet rubetque frequenter,
Fessaque sí taceo, me monet ipsa loquí.
   His aliisque modis cognoscimus eius amorem:
Non negat ipsa michi quin sit amica tibi.


(V. 507-516).                


 

110

Otra comedia elegíaca existe, de la cual creemos que tuvieron conocimiento nuestros dos autores, aunque no la utilizaron en nada esencial, sino en meros detalles. Se trata del Libellus da Paulino et Polla, gracioso poemita bastante bien versificado, y de una latinidad muy elegante para su tiempo, que fue el del emperador Federico II (1212-1250). Su autor fue el italiano Ricardo, juez de Venosa (Venusium), la antigua patria de Horacio. El argumento son los cómicos amores de dos viejos, Paulino y Pola, y sus ridículas bodas, efectuadas por mediación del casamentero Fulco:


   Materiam nostri, quisquis vis, nosce libelli;
Haec est: Paulino nubere Polla petit.
Ambo senes; tractat horum sponsalia Fulco:
Cuius adit tremulo corpore Polla domum110.1.



En la obra de Rojas hemos notado una que nos parece reminiscencia de esta comedia. Dice la madre Celestina en el aucto IV: Las riquezas no hazen rico, mas ocupado; - no hazen señor, mas mayordomo; - más son los perseguidos de las riquezas que no los que las poseen». El Libellus expresa idénticos conceptos


Hi non sunt domini, sed servi divitiarum,
Illos prodesset non habuisse magis.
.............................................
Hi dum divitiis retinendis, non potiendis
Intendunt, servi constituuntur opum.



La idea es tan vulgar que ha podido ocurrirse a los dos autores con independencia, pero el giro de la frase es idéntico. Acaso tengan una fuente común.

La imitación del Arcipreste puede estar, si no me engaño, en el célebre pasaje sobre la propiedad que el dinero ha (cop. 490 y ss.), a cuyo espíritu corresponden bastante exactamente algunos versos al Paulinus:


Denario sedes maculatur pontificalis
Denario falli saepe puella solet...
Denario sedes maculatur pontificalis
Cum non ex meritis, sed magis aere datur.



Pero son tantos los lugares comunes que en la Edad Media se escribieron sobre este argumento, que no afirmo, ni mucho menos, que ésta sea la fuente, y de seguro no es la única.

 

110.1

Edición de Du Méril, en el tercer tomo de las Poésies inédites du Moyen Age (pp. 374-416).