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141

Léase, sobre todo, el capítulo VIII: «Nel quale madonna Fiammeta le pene sue con quelle di molte antiche donne commensurando, le sue maggiori che alcune altre essere dimostra, e pol finalmente ai suoi lamenti conchiude» (Opere Volgari di Giovanni Boccaccio... Florencia, ed. Moutier, año 1829, tomo VI, pág. 181 y siguientes.)

 

142

Vid. entre otros, el elegante libro del Conde de Puymaigre, uno de los más simpáticos cultivadores que han tenido en Francia los estudios hispánicos, La Cour Littéraire de Don Juan II, París, 1873, tomo I, pág. 166.

 

143

«Verás quién fué Virgilio e qué tanto supo; mas ya avrás oydo cómo estuvo en un cesto colgado de una torre, mirándolo todo Roma; pero por esso no dexó de ser honrado, ni perdió el nombre de Virgilio.»


(Celestina, aucto VII).                


«¿Quién vido Vergilio, un hombre de tanta acucia e ciencia, cual nunca de mágica arte nin ciencia otro cualquier o tal se sopo nin se vido nin falló segund por sus fechos podrás leer, oyr o ver, que estuvo en Roma colgado de una torre a una ventana, a vista de todo el pueblo romano, sólo por dezir e porfiar que su saber era tan grande que mujer en el mundo no le podía engañar?»


(Arcipreste de Talavera, ed. de la Sociedad de Bibliófilos Españoles, 1901, pág. 49.)                


Me parece que el Arcipreste en las palabras subrayadas alude al libro popular Les faits merveilleux de Virgile, del cual existen traducciones en inglés, en alemán, en holandés y hasta en islandés, y es muy verosímil que la hubiera en castellano (Vid. Comparetti, Virgilio nel Medio Evo, Liorna, año 1872, tomo II, pág. 151 y ss.)

 

144

Páginas 130-131.

 

145

Páginas 181-182.

 

146

Revue Hispanique, IX, p. 297.

 

147

Ha sido publicado por don Antonio Paz y Melia en un tomo de Opúsculos literarios de los siglos XIV a XVI, que forma parte de la colección de los Bibliófilos Españoles (Madrid, 1892).

Págs. 219-244: «Tractado que fizo el muy excelente e elevado Maestro en Santa Teología e en Artes, don Alfonso, Obispo que fue de Ávila, que llamaban el Tostado, estando en el Estudio, por el cual se prueba por la Santa Escriptura cómo al ome es necesario amar.»

 

148

Vid. la Cárcel de Amor, en el tomo II de estos Orígenes, pág. 28. [Vid. N. B. A. E.]

 

149

Geschiehte der deutschen Dichtung, 4º edición, Leipzig, 1853. Reproduzco la elegante traducción que ocasionalmente hizo de este pasaje don Juan Valera (Disertaciones y juicios literarios, 1878, pág. 320.)

 

150

La comparación con Shakespeare ha llegado a ser un lugar común en la crítica alemana sobre la Celestina. Ya Clarus había escrito en 1846, «Der Contrast zwischen Liebesglück und Liebesleid ist auf eine so bewundernswürdige Art benutzt, dass man in der Gallerie der Tragödien der Liebe die Melibea dreist in der Nähe von Romeo und Julia aufstellen darf. Diese Tragödie ähnelt in vielen Zügen dem 150 Jahre ältern Werke des Spaniers, in welchen sich überhaupt, wie ich näher belegen werde, vielfach eine Anlage zu einem pyrenäischen Shakespeare hervorthut, an dessen Kraftmanier so mancher Witz, so manches Bild un so manche Empfindungsform erinnert. Ich glaube wohl, dass der im oben angeführten Titel ausgedrüekte didaktische Zweek dem Verfasser mehr gegolten hat, als die unverigleichliche Darstellung von der Liebe Lust und Leid, welche sich selbst als den Kern des Stückes bleibend geltend zu machen gewusst hat

(Darstelhung der Spanischen Literatur im Mittelalter Von Ludwig Clarus. Mit einer Vorrede von Joseph v. Görres. Zweiter Band, Maínz (Maguncia), año 1846, tomo II, pág. 358.)

Con este magnífico elogio concuerdan el de Lemcke (Handguch, I, 152) y el de Fernando Wolf (Studien, p.287), que no se fija sólo en Romeo y Julieta, sino que declara shakesperianos otros rasgos, como el de Melibea, cuando oye a sus padres ponderar su inocencia, o la escena en que el rufián Centurio, cuyo humor compara con el de Falstaff, promete a Elicia y Areusa darles cumplida venganza de la muerte de su madre.

Finalmente Klein, de cuyo enorme trabajo, tan interesante, aunque tan desordenado y de tan raro estilo, no se hace el debido aprecio, desarrolla más extensamente que nadie el paralelo entre Romeo y Julieta y Calisto y Melibea, y se inclina a admitir que Shakespeare conoció la Celestina de cualquier manera que fuese, original o traducida:

«Wenn Shakespeare dem Italienischen Drama Motive für die äussere Structur seines Fabel absah, wenn er einzelge Züge italienischer Charactertypen in seine Figuren aufnahm: so war die «Celestina», von dar wir nun kühnlich annehmen dürfen, dass er sie gekannt, für ihn eine Studie psychologischer Charaktervertiefung und Leidenschaftsentwickelung, eine Studie des tragikomischen Kunststyls, und er musste eine innereVerwandtschaft seiner Compositionsweise, seiner Ausdruksfärbung und seines Kunsthumora mit dieser ursprünlichen, tiefgeschöpfen Darstellung-und Behandlungsart empfinden...»



(Geschichte der Drama's von J. L. Klein, VIII, Das Spanische Drama, Erster Band, Leipzig. T. O. Weigel, 1871, p. 927.)