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      Art thou a man? thy form cries out, thou art:
Thy tears are womanish; thy wild acts denote
The unreasonable fury of a beast.


(Act. III, sc. III.)                


 

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      Go, ask his name: -if he be married,
My grave is like to be my wedding bend.


(Act. I, sc. V).                


 

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      My only love sprung froni my only hate!
Too early unknow, and know too late!
Prodigious birth of lowe is to me,
That I must love a loathed enemy.


(Act. I, sc. V).                


 

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El origen del segundo y bellísimo dúo shakespiriano (Act. III, sc. V):


Wilt thou be gone? it is not yet near day...



se encuentra, según recientes investigadores, en el poema de Chaucer Troylus and Cryseide (Vid. E. Koeppel, Juliet Capulet and Chaucer's Troylus, en el Jahrbuch der Shakesp. Gesellschaft, 1902, pp. 238 y ss.). Pero este poema, a su vez, está imitado del Filostrato de Boccaccio y de la Crónica Troyana (Vid. G. C. Hamilton, The indebtedness of Chaucer' «Troilus and Cryseide» to Guido delle Colonne's «Historia Troyana», New York, 1903). Ambas obras eran seguramente familiares a Rojas, y pueden explicar algunas semejanzas entre él y Shakespeare.

En el Bursario, traducción de las Heroidas de Ovidio, atribuida, creo que con fundamento, a Juan Rodríguez del Padrón, se encuentran algunas epístolas añadidas por el traductor, y entre ellas dos muy notables de Troylo y Bresayda (sic, por Criseyda). En la primera se lee este pasaje, verdaderamente poético, que coincide en gran manera con los de Chaucer y Shakespeare: «Miémbrate agora de la postrimera noche que tú e yo manimos en uno, e entravan los rayos de la claridat de la luna por la finiestra de la nuestra cámara, y quexávaste tú pensando que era la mañana, y decías con falsa lengua, como en manera de querella: «Oh fuegos de la claridat del radiante divino, los quales haziendo vuestro ordenado curso vos mostrades y venides en pos de la conturbal hora de las tinieblas! Muevan vos agora a piedat los grandes gemidos y dolorosos sospiros de la mezquina Breçaida, y cesat de mostrar tan ayna la fuerza del vuestro gran poder, dando logar a Bresayda que repose algun tanto con Troylos, su leal amigo!» E dezias tú, Bresayda: «Oh quánto me ternia por bienaventurada si agora ya supiese la arte mágica, que es la alta sciencia de los mágicos, por la qual han poder de hazer del día noche y de la noche día por sus sabias palabras y maravillosos sacrificios!... ¿E por qué no es a mí posible de tirar la fuerza al dia?» E yo, movido a piedat por las quexas que tú mostrabas, levantéme y sallí de la cámara, y vi que era la hora de la media noche, quando el mayor sueño tenía amansadas todas las criaturas, y vi el ayre acallantado, y vi ruciadas las fojas de los arboles de la huerta del alcazar del rey mi padre, llamado Ilion, y quedas, que no se movían, de guisa que cosa alguna no obraban de su virtut. E torné a ti, y dixete: «Breçaida, no te quexes, que no es el dia como tú piensas». E fueste tú muy alegre con las nuevas que yo te dixe...» (Obras de Juan Rodríguez del Padrón, publicadas por la Sociedad de Bibliófilos Españoles, Madrid, 1884, páginas 303-304).

Palabra por palabra se encuentran repetidas algunas frases de este trozo en el Tirant lo Blanch (ed. de Aguiló, tomo II, p. 365, Resposta feta per lo Conestable a la letra de Stephania... «Recordam aquella darrera nit que tu e yo erem en lo llit, e tu pensant fos lo dia, deyes en manera de querella... E mes deyes: O quant me tendria yo per benaventurada si yo sabes lart magica que es lalta sciencia dels magichs en la qual han poder de fer tornar del dia nit».

¿Existirían también en catalán estas epístolas o las traduciría del castellano Juan Martorell? De todos modos, resulta oscuro para mí el origen de estas cartas, que no se explican sólo con el canto o parte quinta del Filostrato. Mucho más se parece el segundo capítulo de la Fiammetta, pero las principales bellezas tampoco están allí. Otro, con más datos que yo, resolverá este punto, que aquí es incidental.

 

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Se ha de advertir, aunque la Celestina pasa por obra impura y Romeo y Julieta por un poema de amor casto e inocente, que en las escenas culminantes de pasión el lenguaje de las dos heroínas se parece mucho. Recuérdese el ardiente soliloquio de Julieta en el acto tercero:


      Spread thy close curtain, love-performing nigth,
That run-away's eyes may wink; and Romeo
Leap to these arms, untalk'd of; and unseen!
Lovers can see to do their amorous rites
By their own beauties; or, if love be blind,
It best agrees with nigth. Come, civil nigth,
Thou sober-suited matron, all in black,
And learn me how to lose a vinning match,
I'lay'd for a pair of stainless maidenhoods.


(Act. III, sc. II).                


 

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Diálogo de la lengua, ed. Boehmer, pág. 415.

 

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Así y todo, no le falta razón a Klein cuando escribe (Geschichte des Drama's, VIII. Das Spanische drama, ersters Band, Pág. 914): «Wir wären zu glauben geneigt, dass die, einige Decennien nach der «Celestina» von Luigi da Porto zuerst (1524) und dann ven Bandello verfasste Julia-und Romeo-Novelle, einen Widerstrich dem analogen Motive in der Celestina bieten, dasselbe zu dem Zweeke veredeln sollte, um das Geschick der baiden Liebenden für christliche Herzen mitleidwürdirger als abschreckend erscheinen zu lassen

 

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Claro es que aquí no pretendo caracterizar el riquísimo y variado teatro cómico de Lope, Tirso y Alarcón, ni tampoco el de Rojas y Moreto, sino únicamente el de Calderón, y en una parte sola, que no es la más importante. Hay que guardarse de la exageración realista, ya que hemos pasado de la exageración romántica. Algo lejos va en este camino de reacción el señor Martinenche en su tesis latina ya citada: «Quod exemplum (el de Rojas) si Lope de Vega eiusque discipuli assecuti essent, multum fortasse profecissent. Sexto enim decimo in saeculo nescio quem sincerum poetae saporem fundunt quo multo magis delectamur quam fucatis horum odoribus qui ab illis profecti sunt. Secundum naturam sermonem tum scriptores enuntiant qui, velut Rojas noster, simplicem atque in promptu positum dicendi modum ad vividissimas res ingenue exprimendas adhibent. Qui contra septimo decimo in saeculo ingenium iactant, dum fictis et veritatem excedentibus fabulis inserviunt, arcessitis utuntur sententiis et iam deflorescentem et deminutam hispaniensis theatri speciem ante oculos nostros obversant» (pág. 111).

 

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El Superhombre y otras novedades, artículos críticos sobre producciones literarias de fines del siglo XIX y principios del XX. Madrid año 1893, página 228 (artículo escrito con ocasión de la Celestina de Vigo).

Algo semejante había indicado don Alberto Lista en sus Lecciones de Literatura Española, tomo I, pág. 53.

 

170

El marido de la reina Iseo.