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840

L. Romero, «Estudio preliminar» a Gustavo Adolfo Bécquer. Autógrafos juveniles (Manuscrito 22.511 de la Biblioteca Nacional), Barcelona, Puvill, 1993; R. Benítez, «Huésped de las nieblas: Bécquer y Ossián», en: El Gnomo 6 (1997), pp. 27-39. (N. del A.)



 

841

Obras completas, ed. cit., pp. 666-671, p. 666. (N. del A.)



 

842

Escrita a propósito de los comentarios de Valera a La muerte de César, de V. de la Vega («La muerte de César. Tragedia, por Ventura de la Vega» [1863], en: Obras completas. Crítica literaria, Madrid, Aguilar, 1961, t. 2, pp. 350-356). (N. del A.)



 

843

M. Comellas, «El rastro de la memoria: de Herrera a Bécquer», en: El siglo que viene 30 (julio 1997), pp. 51-55, pp. 53-55. Véase también M. Comellas y H. Fricke, «El poeta, la naturaleza y el panteísmo. Ecos de Shelling y la Naturphilosophie en las Leyendas de Bécquer», en: D. Romero de Solís y J. B. Díaz Urmeneta, (eds.), La memoria romántica, Universidad de Sevilla, 1997, pp. 29-57. (N. del A.)



 

844

«Las fantasías póstumas de Campillo», en: La semana pasada murió Bécquer, Madrid, El Museo Universal, 1992, pp. 49-80. (N. del A.)



 

845

Cfr. R. Pageard, «Introducción» a G. A. Bécquer, Rimas, Madrid, C. S. I. C., 1972, p. 7. (N. del A.)



 

846

Carta a Lamarque de Novoa recogida por R. Montesinos, op. cit., pp. 56-57. Campillo reconoce la valía de Bécquer en su correspondencia a J. Valera y E. de la Barra. (N. del A.)



 

847

Quizá porque el academicismo de Campillo en lo relativo a la prosa no es, ni mucho menos, tan rígido -y sorprende: en el prólogo a sus Cuentos y sucedidos, de 1899, hace gala de un notable antiacademicismo en relación con el género-, quizá porque en la época hay, como señaló Romero Tobar, cierta confusión en torno a los géneros narrativos menores («Algunas consideraciones del canon literario del siglo XIX», en: Ínsula 600 (diciembre 1996), pp. 14-16), Campillo no acepta normativas genéricas en una modalidad que él contempla dentro de la poesía épica: caben en ella la ficción y la realidad, cuyas fronteras son tenues, pueden ir escritas en verso o en prosa (que él mismo mezclaría en sus colecciones de cuentos)... (Retórica, pp. 317-318). (N. del A.)



 

848

Sobre las controversias entre prosa y verso en la segunda mitad del XIX, pueden verse los trabajos de F. González Ollé, «Del naturalismo al modernismo: los orígenes del poema en prosa y un desconocido poema de Clarín», en: Revista de Literatura 25 (1964), pp. 49-67, y «Prosa y verso en dos polémicas decimonónicas: Clarín contra Núñez de Arce y Campoamor contra Valera», en: BBMP 39 (1963), pp. 208-227). También los de J. Marco, «Al filo de una polémica: Campoamor y Valera», en: Ínsula 575 (1994), pp. 11-12, y E. Rubio Cremades, «Campoamor y Valera: una polémica literaria», en: Ínsula 575 (1994), pp. 13 y 15. (N. del A.)



 

849

Cfr. R. P. Sebold, Bécquer en sus narraciones fantásticas, Madrid, Taurus, 1989, y J. Estruch Tobella, «Bécquer, ¿un romántico rezagado?», en: C. Cuevas y E. Baena (eds.), Bécquer. Origen y estética de la modernidad, ed. cit., pp. 293-301. Para Sebold, lo fantástico en las Leyendas no se queda en mero historicismo, sino que remite a la realidad del lector; esto hace que, en opinión de Estruch, tengan un sentido plenamente moderno, pues «plantean el problema existencial del hombre de la segunda mitad del XIX, el del conflicto entre los ideales y la realidad» (p. 298). (N. del A.)