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ArribaAbajoActo II

 

Sala en casa del CONDE con puerta grande en el foro y otra más pequeña a cada lado de bastidores. Forillo de tránsito, que por la derecha conduce a la puerta de la escalera, y por la izquierda a la sala donde se baila y a otras habitaciones. La puerta lateral de la derecha guía a las piezas de juego y a otras dependencias, que también por lo interior conducen al forillo: la de la izquierda sirve de comunicación al gabinete de la CONDESA y a la sala principal. El teatro estará alumbrado con profusión.

 

Escena I

 

La CONDESA. El BARÓN.

 
CONDESA
Bien, ya hemos quedado solos...
BARÓN
¡Mal haya tanto importuno!
CONDESA
Hable usted; mas sea breve;
que hago falta...
BARÓN
Dos minutos.
CONDESA
¿Qué asunto...?
BARÓN
¿Lo ignora usted?
5
CONDESA
Claro está, pues lo pregunto.
BARÓN
¡Ah Condesa!... (Denguecillos
que hacen más sabroso el triunfo.)
Ya habrá usted visto... en la bolsa...
CONDESA
Sí; hoy he recogido mucho.10
BARÓN
El billete...
CONDESA
¿Era de usted?
BARÓN
Pues ¿de quién? De aquel conducto
me valí...
CONDESA
Sí, ya recuerdo.
Gracias. ¡Veinticinco duros!
BARÓN
¿Qué dice usted? No es del Banco15
el billete a que yo aludo.
CONDESA
¡Oiga! Pues ¿de qué?
BARÓN
¡Tirana!
¿Se burla usted...?
CONDESA
No me burlo.
Diga usted...
BARÓN
Nadie nos oye.
Ya es ocioso el disimulo.20
CONDESA
¡Barón!...
BARÓN
Pero usted querrá
que, excusando subterfugios,
confirme de viva voz
lo que escribí de mi puño.
Sí, dulce Emilia, sí, amable 25
Condesa; mi alma no pudo
por más tiempo devorar
en silencio el fuego oculto
que la consumía. ¡Ah! ¿Quién
pone diques al Vesubio?30
CONDESA

 (Riéndose.) 

Ja, ja... ¡Donosa ocurrencia!
BARÓN
¿Qué?...
CONDESA
¿Luego el papel intruso
era un billete amoroso...?
BARÓN
¡Oh!, sí, el humilde tributo
de un corazón...
CONDESA
¡Filantrópica
35
bobada!
BARÓN
Yo...
CONDESA
¡Buen condumio
daría yo a los inválidos
y a los pobres del Refugio
con el corazón de usted!
BARÓN
Señora, yo... Si... (Me aturdo.)40
Siento... El amor no es un crimen...
Y si usted leyó el... opúsculo...
(Ya no sé lo que me digo.)
CONDESA
¿Yo? Ni lo he visto.
BARÓN
¡Qué escucho!
¿Cómo...?
CONDESA
En la bolsa no estaba...
45
BARÓN
¡Cielos!
CONDESA
Lo sé de seguro,
cuando yo conté el dinero.
BARÓN
Pues mi mano lo introdujo...
CONDESA
¡Y a saber ahora en cuáles
habrá dado! Este es mi apuro. 50
BARÓN
Yo iré... Yo preguntaré...
¿A quién le tocaba en turno?...
A la marquesa... Sí, sí,
a la marquesa del Junco.
CONDESA
¡Eh!, peor es eso...
BARÓN
Yo...
55
CONDESA
Dejémoslo estar.
BARÓN
Me angustio...
CONDESA
¿Qué podrán decir de mí?
Que sin fundamento alguno
me pretende un mentecato...
BARÓN
¡Hija, ese adjetivo...!
CONDESA
Es justo.
60
Eso dirán; pero nadie
creerá que yo lo sufro.
BARÓN
Confieso mi error. Creí...
CONDESA
Hay galanteos absurdos
de que, aun viéndolos, no osara65
culpar la lengua del vulgo
a mujeres como yo.
BARÓN
Bien, señora; fue un abuso
levantar mi pensamiento
hasta el Olimpo cerúleo70
donde usted se glorifica;
pero ese ceño iracundo
sienta mal en una diosa.
CONDESA
¡Eh!, no más...
BARÓN
(¡Vaya unos humos...!)
Me arrepiento, me desdigo... 75
CONDESA
Bien está.
BARÓN
Me echo en el surco.
CONDESA

  (Con impaciencia y sentándose.) 

¡Basta!
BARÓN
Adiós. (Me ha sofocado.
Daré a mi proa otro rumbo,
y si no hago una conquista
esta noche, me estrangulo.)80
 

(Al retirarse el BARÓN llega LUISA y se saludan.)

 


Escena II

 

La CONDESA. LUISA.

 
LUISA
¡Emilia!

 (Viéndola y acercándose más.) 

¡Ah! ¿Cómo tan sola?
¿Estás mala?
CONDESA

  (Levantándose.) 

No. Ese estúpido
de Barón...
LUISA
¿Te solicita?
¡Bravo! Es hombre de buen gusto
el filántropo.
CONDESA
Es que yo...
85
LUISA
No es tan estragado el tuyo:
ya lo sé. Le has desahuciado,
por lo visto. Iba tan mustio...
CONDESA
¡Requerirme a mí de amores
un necio...!
LUISA
Es crecido el número,
90
y las mujeres bonitas
como tú...
CONDESA
¡Yo, Luisa!
LUISA
Y mucho:
no se libran de babosos.
Yo, sin mérito ninguno,
no puedo echar de mi oreja95
un molesto abejaruco...


Escena III

 

La CONDESA. LUISA. DON LUCIANO.

 
DON LUCIANO
Luisita...
LUISA

 (En voz baja.) 

¿Eh? ¿Qué te decía?
DON LUCIANO
Perdone usted si interrumpo...
LUISA
Me ha ofrecido usted bailar...
Sí; cuando empiecen los músicos... 100
Ahora permítame usted...
DON LUCIANO
Bien. Soy obediente súbdito...
Volveré... (No hay remisión.
Esta noche... la seduzco.)


Escena IV

 

LUISA. La CONDESA.

 
CONDESA
¡El bueno de don Luciano! 105
LUISA
Ya ves; ha dado en el flujo
de seguirme a sol y sombra.
Si no fuera tan obtuso
hubiera ya conocido
que de mí no saca fruto;110
pero es el hombre más plomo...
CONDESA
Presume de ser muy ducho
en negocios, y no advierte
que es inexpugnable muro
tu virtud.
LUISA
Como la tuya,
115
querida Emilia.
CONDESA
Sí; cumplo
lo que el honor y el deber
me ordenan; mas te aseguro
que todo el favor del cielo
necesito... ¡Ay!, no me cupo120
en suerte, Luisa de mi alma,
un marido como el tuyo,
dulce, fiel, tierno, indulgente.
LUISA
¡Cómo!
CONDESA
Es tal y tan injusto
el desvío, el abandono 125
del Conde, que con estudio
parece que él mismo quiere
inspirarme horror al yugo
que nos une.
LUISA
¡Oh!, no lo creas.
Tiene ese exterior adusto,130
pero en el fondo de su alma...
CONDESA
En su alma reina el orgullo;
mas yo también tengo el mío,
y en mejor causa lo fundo;
y si por decoro propio135
sus desdenes disimulo,
¡guárdese de que en agravios
degeneren y en insultos!
LUISA
No es posible... (¡Ah!, si supiera...)
CONDESA
Por mi bien y por el suyo, 140
ruego a Dios que sean vanas
mis sospechas.
 

(Dentro música.)

 
LUISA
No lo dudo.
Ni tú des crédito, Emilia,
a lisonjeros astutos
que bajo el mentido velo 145
de la amistad sus impuros
designios quizá disfrazan,
y para romper el nudo
que tanto envidian, si es fuerza
apelarán sin escrúpulo 150
hasta a la calumnia...


Escena V

 

LUISA. La CONDESA. DON LUCIANO.

 
DON LUCIANO
Luisa...
LUISA
Voy...

 (En voz baja con la CONDESA.) 

¡Prudencia!
CONDESA
Yo te juro
que sin pruebas...
LUISA
Aun con ellas
debemos a Dios y al mundo...
Pero para otra ocasión 155
dejemos tan grave asunto.
Hablaremos... Entretanto,
que sea siempre tu escudo
la razón, y ten presente
que sujetas al influjo 160
del hombre, para nosotras
hizo la ley del embudo.

 (Vase dando el brazo a DON LUCIANO.) 



Escena VI

 

La CONDESA. El CONDE.

 
CONDESA
¡Oh!, la virtud poco cuesta
a una mujer venturosa;
mas si ella...
CONDE

 (Llegando por el foro.) 

¡Querida esposa!
165
CONDESA
¡Ah!... ¿Qué novedad es esta?
CONDE
Te buscaba...
CONDESA
¿Será tal
mi dicha, Conde, y mi prez,
que en un acceso tal vez
de delirio conyugal 170
tenga usted la dignación
de bailar conmigo ahora?
CONDE
¡Bailar! No vengo, señora,
con semejante intención.
CONDESA
Conozco mi error grosero. 175
¡Yo esperar tan alto bien
de...!
CONDE
Yo puedo ser tan buen
marido como el primero
aunque a bailar me resista
con mi señora, ¡qué idea!...180
como un hidalgo de aldea
o como un oficinista.
CONDESA
Ni yo tal dicha ambiciono;
que no es justo asimilar
con mi marido vulgar185
a un marido de gran tono.
Prócer de elevada cuna
no a su mujer tanto honor
concede.
CONDE
Y si es senador,
ni a su mujer ni a ninguna.190
CONDESA
¡Oh!, la salud del estado...
CONDE
Si de este placer me privo,
que bailes no te prohíbo
con quien sea de tu agrado.
Si aún te quejas...
CONDESA
No me quejo.
195
CONDE
Si no es bastante completa
por ventura la discreta
libertad en que te dejo...
CONDESA
¡Libertad! Justo es que arguya
de tanta galantería200
que si toleras la mía
es por dar rienda a la tuya.
CONDE
¡Qué!, ¿coartármela quieres?
CONDESA
No, no. Vive satisfecho...
CONDE
En los hombres es derecho205
lo que gracia en las mujeres.
CONDESA
Sí, sí, gracias... por la gracia.
No abusaré de ella, no.
CONDE
Perderías más que yo
si tanta fuese tu audacia. 210
CONDESA
¡Conde!...
CONDE
Al culto de Himeneo
sobra tiempo y ocasión
sin hacer en un salón
alarde de su trofeo.
CONDESA
¿Es criminal...?
CONDE
No, hija mía;
215
vulgar... Si ahora los dos
bailásemos, sabe Dios
cómo se interpretaría.
Como bailar no está en moda
la mujer con el marido, 220
y tu pareja no he sido
desde el día de la boda,
sospecharía la gente
que a tan tierno padedú
nos prestábamos yo o tú... 225
por cubrir el expediente.
CONDESA
¿Eh? ¿Qué misterio se encierra
en tus palabras?
CONDE
Ninguno.
Un aviso...
CONDESA
Inoportuno.
CONDE
Sin mala intención se yerra. 230
Diviértete, ríe, danza;
no turbaré tu solaz,
porque te juzgo incapaz
de burlar mi confianza.
No respondas con desprecios235
a lisonjas inocentes;
sé amable...; mas para mientes
en guardarte de los necios;
que, si oído se les presta,
ciegos por la presunción240
dan muestras de lo que son

 (Presentando la carta del BARÓN.) 

con embajadas como esta.
CONDESA
(¡Ah!)
CONDE
Para darte el billete
no hubiera el Barón creído
que fuese el propio marido245
correo de gabinete.
CONDESA
Me harás la justicia...
CONDE
¡Oh!, sí.
CONDESA
De no exigir que mi labio
se justifique...
CONDE
El agravio
recayera sobre mí.250

 (Dando el billete a la CONDESA.) 

Mas justo es que la misiva
vaya a su destino...
CONDESA
No.
Responsable no soy yo
de que un títere me escriba.
CONDE
Yo no digo que haya pacto... 255
CONDESA
Recibiría, no obstante,
ese billete galante
para devolverle intacto;
pero ya no, porque advierto
que está roto por la oblea,260
y no me está bien que crea
que mis manos lo han abierto.
CONDE
Por curiosidad lo abrí;
no por celos...
CONDESA
Ya se entiende.
Vuecelencia no desciende265
a tenor celos de mí.
CONDE
Dejemos, señora, a un lado
dimes y diretes.
CONDESA
¡Conde!...
CONDE
Toma el billete, y responde
al galán almibarado. 270
CONDESA
No haré yo tal desvarío.
Si contestar es forzoso,
hágalo mi ilustre esposo
en su nombre o en el mío.
CONDE
A mí ¿qué me importa...?
CONDESA
En suma,
275
¿no es mi secretario ucencia?
¿No abrió mi correspondencia?
Lléveme también la pluma.
CONDE
¡Emilia!... Yo...
CONDESA
Y no se ofenda
vuecelencia si le advierto280
que va siendo ya por cierto
ridícula esta contienda.
¿Qué dirá Madrid...?
CONDE
¡Señora!...
CONDESA
Cuando se llegue a saber
que da ucencia a su mujer285
audiencias de media hora?
Yo también mostrarme debo
grave, enfática, severa,
aristócrata..., siquiera
por el título que llevo.290
Si vale, pues, mi opinión,
guarde cada cual su puesto,
y terminemos con esto
tan enfadosa cuestión,
porque sabe Dios adónde295
nos llevara...
CONDE
¡Oh!, sí, es deber
de ambos...
 

(Cesa la música.)

 
CONDESA
Pero ha de tener
entendido el señor Conde,
que porque en vano ceñudo
humillar quiera mi frente, 300
no añadirá ciertamente
ningún cuartel a su escudo;
que sin la alta cualidad
que Su Excelencia heredó
me basto a mi propia yo 305
para tenor dignidad,
y para ser muy señora
no esperé, mal que le pese,
a que su mano me hiciese
condesa ni senadora.310
CONDE
No te hablo yo con despego
ni...
CONDESA
Bien, sí; tienes razón.
Yo hago falta on el salón
y tú en la pieza de juego.
CONDE
Tu imaginación se exalta. 315
No pretendo...
CONDESA
Basta ya;
mas lo dicho, dicho está.

 (A un caballero que se dirige desde la puerta lateral de la derecha hacia el foro.) 

Deme usté el brazo, Peralta.


Escena VII

 

EL CONDE.

 
   ¡Miren si tiene entereza!
Confieso, aunque es de familia 320
mercantil, que puede Emilia
alternar con la nobleza.
¡Y esta noche está galana!
No merece ella por cierto...
Pero ¡si me tiene muerto325
mi donosa americana!
Hay tal gracia, hay tal encanto
en mi divina criolla,
que haría perder la cholla,
no digo a mí, sino a un santo.330
¡Y qué talento, qué porte,
qué travesura, qué brío!...
¡Cómo vence en señorío
a las damas de la corte!
Es la hermosura de moda,335
y más de un adorador
de alto coturno, en su honor
alzaría una pagoda.
¿Qué mucho si me arrebato
de gozo y pierdo el sentido340
cuando soy el preferido
entro todo el procerato?
Mañana, tristes rivales...
Mas tiempo hay de hacer el loco.
Cumplamos ahora un poco 345
con los deberes sociales.
 

(Vase por la puerta de la derecha, y al mismo tiempo llegan por el foro LUISA y DON LUCIANO.)

 


Escena VIII

 

LUISA. DON LUCIANO.

 
LUISA
 

(Soltando el brazo de DON LUCIANO y sentándose en un sofá. DON LUCIANO se sienta a su lado.)

 
Sentémonos.
DON LUCIANO
En buena hora.
LUISA
Aquí estaremos mejor.
DON LUCIANO
¡Oh dicha!...
LUISA
Aunque harto he mostrado,
y, sin ir más lejos, hoy,350
que no me encuentro dispuesta
a que usted me haga el amor...
DON LUCIANO
¡Ah señora! Ese preámbulo...
LUISA
Al fin, que quieras, que no,
me ha favorecido usted355
con una declaración.
De otro menos estimable
castigara mi rigor
con la risa del desprecio
la atrevida presunción;360
mas con usted, que es mi amigo...
DON LUCIANO
Gracias por tanto favor.
LUISA
Aunque no me lo agradezca,
quiero entrar en discusión.
¿Qué aliento le han dado a usted365
ni mis ojos ni mi voz
para juzgarme capaz
de deshonrar al que Dios
me destinó por marido?
DON LUCIANO
¿Qué quiere usted?... Uno... Yo... 370
Como es usted tan amable...
LUISA
Suponiendo que lo soy,
porque una hable con dulzura
a todos sin distinción,
y a ciertas galanterías375
dando su justo valor,
no muerda al que se las dice
como una loba feroz,
¿se ha de entender que renuncia
a su fama, a su pudor?380
DON LUCIANO
No tal; pero ¿quién es dueño
de dominar su pasión...?
Usted bella, viva, alegre,
donosa; yo emprendedor...
Las costumbres;... el ejemplo385
de otras;... el clima español...
Y si a todo esto se agrega
el estar ausente don...
LUISA
¡Nunca está el marido ausente
para una mujer de honor!390
DON LUCIANO
Confieso...
LUISA
Y yo adoro al mío,
porque esta es mi obligación;
y con ella está de acuerdo
mi gusto...
DON LUCIANO
¡Eso es lo peor!
Es decir...
LUISA
Y porque estriba
395
la ventura de los dos
en honrar y bendecir
el lazo que nos unió.
DON LUCIANO
Si ha tenido usted la dicha,
cuando tan escasos son400
los matrimonios felices,
de hallar, por milagro, o por...
LUISA
¿Eh?
DON LUCIANO
Quiero decir... En fin,
tiene usted mucha razón.
LUISA
Lo celebro. Así proceden 405
los hombres sensatos.
DON LUCIANO
¡Oh!
Mi sensación...
LUISA
(Sensatez
querrá decir.) Yo me doy
el parabién de que así
se termine la cuestión, 410
porque conservo un amigo...
DON LUCIANO
¡Oh! Sí, señora, el mayor...
LUISA
Y, hablemos claro, ni usted,
hombre de lastre y de pro,
con tan humilde conquista 415
cobrara mucho esplendor;
ni los hombres de negocios
conviene que al ciego Dios
se esclavicen, porque es ya
mucho negocio el amor.420
DON LUCIANO
Con todo, en mi presupuesto
bien cabría ese renglón.
¿Qué hago yo de un capital
que crece como el arroz?
¡Talega sobre talega 425
y millón sobre millón!...
Yo necesito una válvula
que desestanque veloz
la plétora de dinero
con que atosigado estoy.430
LUISA
¡Cosa rara...! Gaste usted...
DON LUCIANO
Ya vivo como un milord.
Escandaliza a Madrid
mi lujo deslumbrador,
asiático... ¡Y nunca hay déficit435
en mi caja! ¡Es maldición!
Me sale a pedir de boca
todo lo que emprendo... ¡Ay!, no,
que con usted he quebrado...
LUISA
¿Volvemos a la canción?440
DON LUCIANO
No, no. Esto es contar mis cuitas...
LUISA
Sea usted el bienhechor
de los pobres.
DON LUCIANO
Sí, señora;
ya doy un napoleón
mensual a San Bernardino. 445
LUISA
¡Oiga!
DON LUCIANO
Y a la Inclusa, dos.
LUISA
¡Friolera!
DON LUCIANO
Pero nada;
¡ni por esas!
LUISA
Pues, señor,
como no se case usted...
Mas tiene tal aversión450
al matrimonio...
DON LUCIANO
Invencible.
LUISA
(¡Qué idea! Si logro yo
que la adopte, salvo a Emilia
y humillo la presunción
del Conde.)
DON LUCIANO
¿En qué piensa usted?
455
LUISA
En que si es cierto el rumor
que circula por Madrid
y usted tiene comezón
de ser dadivoso, espléndido...
DON LUCIANO
¡Oh!, como un emperador.460
LUISA
Yo sé de una escuela donde
puede usted tomar lección...
DON LUCIANO
¿Cuál?
LUISA
¿No ha oído usted hablar
de Lucinda, de esa flor
de Occidente...?
DON LUCIANO
¡Oh, la limeña!...
465
¡Linda!, ¡hechicera! ¡Perdón...!
LUISA
¡Eh! Yo no soy envidiosa.
DON LUCIANO
Anteayer me presentó
en su tertulia mi amigo
el marqués de Tamajón.470
Su casa es el rendez vous
de los hombres comme il faut.
A propósito, me han dicho
que el que priva, acá inter nos,
es el Conde...
LUISA

 (Bajando la voz.)  

¡Chito! Es cierto;
475
mas si algún competidor
más rico y más generoso
se la disputase...
DON LUCIANO
Yo,
por ejemplo... Pero ¿quién
se la disputa a un varón480
tan ilustre, que desciende
quizá del rey que rabió?
¡Y ella es también aristócrata!
LUISA
¡Calle!...
DON LUCIANO
Su progenitor
fue, según cuenta, Atahualpa. 485
LUISA
¿Sí? Pues se remonta al sol
su origen. -Los tabardillos
son de la misma extracción-.
¡Farsas!... Mas ¿qué aristocracia
es hoy día superior490
a la del dinero?
DON LUCIANO
Cierto.
Y el Conde es un pobretón
si se compara conmigo.
LUISA
Con todo, si no hay postor
que puje...
DON LUCIANO
Es claro...
LUISA
Esta tarde
495
me ha enseñado don Eloy,
mi diamantista...
DON LUCIANO
Y el mío.
LUISA
Una alhaja de primor
que ha mandado hacer el Conde
para mañana, que son500
los días de la criolla.
DON LUCIANO
¿Vajilla? ¿aderezo...?
LUISA
No.
Es un bonito alfiler
con perlas al rededor,
y de brillantes la cifra505
del Conde.
DON LUCIANO
¿Y valdrá...?
LUISA
Doblón
más o menos, diez mil reales.
DON LUCIANO
¡Miseria! Eso, yo lo doy
a...
LUISA
Puede usted ver la alhaja.
Vela el artífice...
DON LUCIANO
¡Oh!
510
Eso y mucho más merece
la inicial de un gran señor.
LUISA
Para ella, no en la cifra,
en la joya está el blasón.
DON LUCIANO
¡Pues ya!
LUISA
Y don Eloy las tiene...
515
DON LUCIANO
¡Preciosas! Estaba por...,
¿eh?, por hacer una hombrada.
Son las once en mi reloj.
Si ganase por la mano
al Conde...
LUISA
Es fácil... ¿No es hoy
520
antes que mañana?
DON LUCIANO
Sí.
Abajo está mi landó.
Vuelo... Pues ¡poca importancia...,
¿eh?, poca reputación
me dará a mí esa conquista!525
LUISA
Sin duda...
DON LUCIANO
Sí, sí; voy, voy...
Aun volveré a dar a usted
cuenta de mi comisión.
¡Oh qué triunfo para el cuerpo
de negociantes! ¡Qué atroz530
desaire para esos godos
que nos venden protección
y menosprecian altivos
las finanzas y el buró!
LUISA
Y usted no será tan lerdo535
que no exija...
DON LUCIANO
En eso estoy.
O yo he de mandar en jefe,
o no hay mus. Adiós, adiós.

 (Vase corriendo por la puerta del foro.) 



Escena IX

 

LUISA.

 
   He aquí una intriga.., una especie
de seducción... Lo conozco;540
pero mi intención es buena.
No es menor de edad, ni esposo,
ni padre; el oro le abruma;
y pues de cualquiera modo
lo ha de derrochar, veamos 545
si ese galante episodio
tiene al menos la virtud
de salvar un matrimonio.
Emilia está exasperada;
don Federico no es bobo,550
y pudiera envenenando
la herida de su amor propio...


Escena X

 

LUISA. La CONDESA. CARLOTA. El GENERAL.

 
CONDESA
Luisa, ya está aquí tu hermosa
huéspeda.
LUISA
¡Oh querida!
 

(Se besan.)

 
¿Cómo,
señor General, tan tarde? 555
GENERAL
No ha podido ser más pronto.
Me ha detenido el ministro
hablándome de negocios...
CONDESA
Ahora el negocio es bailar.
A un lado serios coloquios,560
y a la sala. Venga usted,
Carlotita.
GENERAL
Vamos...
CONDESA
¿Qué oigo?
¿Va usted también a bailar?
GENERAL
¿Yo? Un veterano... ¡y gotoso!
CONDESA
¡Oh!, pues donde hay tanta gente565
se expondría usted...
GENERAL
Con todo,
no ha de faltar un rincón
donde...
CONDESA
No; allí caben sólo
los precisos operarios.
GENERAL
(¡Voto a bríos!...) Señora...
CONDESA
En otros
570
aposentos tendrá usted
juego, si gusta, periódicos,
conversación, chimenea...
Porque Carlota supongo
que bailará.
GENERAL

 (Con poca voluntad.) 

Sí...
CONDESA
Es muy justo
575
que luzca su talle airoso.
GENERAL
Y para eso ¿es menester
condenarme a mí al divorcio?
CONDESA
No; mas pertenece ahora
a mi sociedad. Por cortos 580
momentos renuncie usted
al conyugal monopolio.
GENERAL
Señora...
LUISA
La acompañamos
la Condesa y yo. ¿No somos
de fiar?
GENERAL
Sin duda; pero...
585
 

(Llega por el foro DON FEDERICO.)

 


Escena XI

 

La CONDESA. LUISA. CARLOTA. El GENERAL. DON FEDERICO.

 
CONDESA
Viene usted muy a propósito,
don Federico.
DON FEDERICO

 (Saludando.)  

Señoras...
CONDESA
El General no está cómodo
aquí. Condúzcale usted
allá dentro...
GENERAL
(¡Hum!...)
DON FEDERICO

 (Ofreciéndole el brazo, que toma de mal talante el GENERAL.) 

Yo me honro...
590
GENERAL
Obedezco la consigna.
(Yo voy a estar en un potro,
mas será por poco tiempo:
lo juro a Santiago apóstol.)


Escena XII

 

La CONDESA. LUISA. CARLOTA.

 
CONDESA
¡Oh qué hombre! Ni respirar595
la deja a usted. Tan celoso,
tan... Pasará usted con él
las penas del Purgatorio.
CARLOTA
No. Santo lazo nos une,
y a su genio me conformo.600
LUISA
Es justo. (¡Pobre muchacha!)
CONDESA
Pero hace agravio notorio
a su mujer el que así
la vigila sin asomo
de razón...
CARLOTA
De su flaqueza
605
me aflijo; no me sonrojo;
que si falta a mi ventura
la confianza de un esposo,
me conforta el testimonio,
y como nacen de amor 610
sus celos..., se los perdono.
LUISA

  (Acariciándola.) 

¡Bien, amiga mía, bien!
CONDESA
De tanta virtud me asombro
y de tanta discreción.
¡Ay! Otros dan en el polo 615
opuesto, y la desdichada
mujer entre dos escollos...
 

(Siguen hablando aparte.)

 


Escena XIII

 

La CONDESA. LUISA. CARLOTA. El BARÓN.

 
BARÓN
(Quien diga que son manjar
ligero, insípido y flojo
las calabazas, se engaña.620
Pesando están en mi estómago
las que me dio la Condesa
como si fueran de plomo.
Si otra no me desagravia,
y presto, será un oprobio625
para mí... Pero ¿qué veo?
Allí esta el lindo pimpollo
que vi esta mañana en casa
de Luisa. ¡Qué cuerpo!, ¡qué ojos!...
¡Oh!, la invitaré a bailar... 630
A su lado está ese monstruo
de crueldad... ¡Mejor! Así
verá que yo no me postro
fácilmente.)

 (A CARLOTA acercándose.) 

Señorita,
si fuese tan venturoso635
que bailase usted conmigo...
CARLOTA
No hay inconveniente.
BARÓN
(¡Oh gozo!)
Gracias.
 

(Música dentro.)

 
Ya llegó el momento...
CARLOTA

  (Tomando el brazo del BARÓN.) 

Bien. ¡Ah!, el ramo...

 (Uno de flores naturales que llevaba en la mano.) 

Aquí lo pongo.

 (Lo deja sobre un velador.) 

LUISA

 (A la CONDESA.) 

¿Vienes tú?
CONDESA
Voy a bailar...
640
 

(Vuelve DON FEDERICO.)

 
LUISA
¡Ah!, bien.

 (Al BARÓN.) 

Déme usted su apoyo.
 

(Toma el otro brazo del BARÓN y los tres desaparecen por la izquierda del foro.)

 


Escena XIV

 

La CONDESA. DON FEDERICO.

 
DON FEDERICO
¿Bailamos?
CONDESA
Sí.
DON FEDERICO
Tengo ya
la prueba que ofrecí.
CONDESA
¡Cómo!
DON FEDERICO
Su rival de usted...
CONDESA
¿Quién es?
DON FEDERICO
Lucinda; la...
CONDESA
Sí. ¡Oh bochorno!
645
DON FEDERICO
La va a regalar mañana...
CONDESA
¡Cielo!...
DON FEDERICO
Un alfiler..., él propio
me lo ha dicho, con su cifra.
Lo verá usted por sus ojos
mañana.
CONDESA
¿Dónde?
DON FEDERICO
En la ópera.
650
CONDESA
No me toca el turno.
DON FEDERICO
En otro
palco. Cuente usted con él.
CONDESA
Sí, sí.
DON FEDERICO
Allí como en su trono,
creyéndola a usted ausente,
estará muy oficioso655
el Conde...
CONDESA
Basta.
DON FEDERICO
¡Qué infamia!
CONDESA
¡Oh!
DON FEDERICO
¡Qué falta de decoro!
CONDESA
Sí. -Bailemos-. Nadie entienda
que inflama mi sangre tósigo
mortal.
DON FEDERICO
¡Emilia!
CONDESA
¿Qué digo?
660
No con amargos sollozos,
sino con júbilo inmenso
debo acoger tan dichoso
desengaño, pues mi dulce
libertad por él recobro.665

 (Con risa convulsiva.) 

Ja, ja... ¡Bailemos!
DON FEDERICO
¡Oh Emilia!
Dueño de tanto tesoro
él no lo sabe estimar;
¡y mira usted con enojo
mi fe...!
CONDESA
No.
DON FEDERICO
¿Qué oigo? ¿Podré
670
amar...?
CONDESA
Yo no se lo estorbo
a usted.
DON FEDERICO
¡Ah!...
CONDESA
¡Basta! No estamos
entre ciegos ni entre sordos.
DON FEDERICO
Yo...
CONDESA
La música se pierde.
Vamos, ¿o bailo con otro? 675
DON FEDERICO
¡Oh!, no.
CONDESA
(¡Oh sociedad tirana!
Llevo en mil pedazos roto
el corazón...)
DON FEDERICO
(Será mía.)
CONDESA
(¡Y risa miente mi rostro!)
 

(Al retirarse la CONDESA y DON FEDERICO por el foro, llega por la puerta de la derecha DON EUSEBIO.)

 


Escena XV

 

DON EUSEBIO.

 
   ¡Gracias, inmenso Poder, 680
que un breve instante me zafo
de la perdurable Safo
que me diste por mujer!
Como ya en el baile es cero,
aunque dama de alta prez, 685
jugando está al ajedrez
con un literato huero.
Yo en tanto sigo la pista
de mi amada. Entrar la vi;
luego se detuvo aquí... 690
No la he perdido de vista.
Fue a bailar, no sé con quién,
y antes sobre aquel bufete
dejó un lindo ramillete...
Esto es: no hay otro. ¡Oh mi bien!695

 (Se acerca, lo toma, lo besa con precaución, y lo vuelve a dejar donde estaba.) 

¡Qué hermosa está! ¡Oh maravilla!...
Para mi mayor tormento,
dos veces y tres y ciento
más hermosa que en Sevilla.
¡Oh Cielo, que mi alma ves 700
presa de eterno martirio,
tú sabes con qué delirio
me arrojaría a sus pies!
Perdí por loco de atar
mi terreno Paraíso... 705
Pero alguna vez, preciso,
nos habremos de encontrar.
¡Ay cuitado! ¿Y para qué,
si de otro es ya dulce prenda?
Mas temo que se sorprenda710
si de improviso me ve.
¿Cómo haría...? ¡Ah! La memoria
que guardo de su ternura,
y hoy me cubre de amargura,
si antes de gozo y de gloria... 715
Esta pulsera, que ufano

 (La saca del pecho.) 

recibí de mi ángel bello
porque del propio cabello
la tejió su linda mano;
único bien que me resta 720
de tanta ilusión perdida
desde la amarga partida
a los dos quizá funesta,
la servirá de reclamo...
Supondrá que estoy aquí725
luego que la vea... Sí.
La pongo en el mismo ramo.

 (Lo hace.) 

Perfectamente se ajusta.

 (Mostrando la puerta de la derecha.) 

Bien. Desde allí observaré
después el efecto...

 (Dejando el ramo sobre el velador y volviendo de pronto la cabeza.) 

¿Eh?
730
Nadie. ¡Mi sombra me asusta!
 

(Cesa la música.)

 
Cesó el baile. Aquí otra vez
vendrá... ¿Y la otra? ¡Ay!, si lo sabe...
Volvamos antes que acabe
la partida de ajedrez.735
 

(Vase por la puerta de la derecha y al mismo tiempo aparecen por el foro CARLOTA y el BARÓN, de bracero.)

 


Escena XVI

 

CARLOTA. El BARÓN.

 
BARÓN
¡Qué bien baila usted! ¡Oh!... ¡Y ágil...!
Pesa menos una guinda.
CARLOTA
No tal.
BARÓN
¡Y elegante!, ¡y linda!
CARLOTA
Gracias.
BARÓN
(¡Me flechó! Soy frágil.)
 

(Soltando el brazo del BARÓN y acercándose al velador.)

 
CARLOTA
Mi ramillete...
BARÓN
(¡Hechicera!)
740

 (Lo toma y se lo da.) 

Tome usted; mas su fragancia
es en usted redundancia.
¿Flores a la primavera?
CARLOTA
Estimo...

 (Viendo la pulsera.) 

¡Ah!
BARÓN
¿Qué es eso?
CARLOTA
Nada.
(La pulsera... ¡Él!... ¡Está aquí!) 745
BARÓN
(Suspiró... ¿Será por mí?)
CARLOTA
(¡Dios mío!)
BARÓN
(Está atribulada.)
¡Hermosa!
CARLOTA

 (Sin oír al BARÓN y contemplando el ramo.) 

(¡Oh grato recuerdo!...)
BARÓN
(Calla, en el ramo se embebe
y ni a mirarme se atreve... 750
¡Me ama! ¡Sí, sí! El juicio pierdo.)
Un mismo dardo a los dos...
CARLOTA

 (Volviendo de su arrobamiento.) 

¡Ah! (Este importuno... Quisiera
guardarla sin que él lo viera...)
Permítame usted...
 

(Da un paso en dirección del foro y al mismo tiempo lo atraviesan de derecha a izquierda MICAELA y DON EUSEBIO.)

 
¡Ay Dios!
755
 

(Retrocede, vacila algunos instantes, y se desmaya, sosteniéndola en sus brazos el BARÓN. El ramo cae al suelo.)

 
BARÓN
¡Señorita!
CARLOTA
¡Ay!... Yo... fallezco
BARÓN
Se ha desmayado... ¡No hay más!
¡Y de amor! ¡Cielo!, me das
más de lo que yo merezco.
En un buen cuartito de hora760
¡tiene el vals tanto poder...!
¡Aquí quisiera yo ver
a la altiva senadora!...
No vuelve de su desmayo.
Llamaré...


Escena XVII

 

CARLOTA. El BARÓN. El GENERAL.

 
GENERAL
(Basta de juego.
765
Buscaré a Carlota, y luego...
Pero ¿qué veo? Mal rayo...
¡En brazos de un hombre está!)

 (Acercándose apresurado.) 

¡Apártese el mequetrefe!
BARÓN
Mire usted, y no me befe.770
Se privó...
GENERAL
(¿Lo fingirá?)

 (Relevando al BARÓN.) 

¡Venga! Mío es este censo.
La apoyaré en esta silla.

 (La sienta en una y la sostiene.) 

Toque usted...

 (Con voz de trueno al BARÓN, que aturdido se acercaba a CARLOTA.) 

¡La campanilla!
BARÓN
¡Ah!, sí.
GENERAL
¡A ella, ni por pienso!
775
 

(El BARÓN tira del cordón de la campanilla.)

 


Escena XVIII

 

CARLOTA. El GENERAL. El BARÓN. LUISA. La CONDESA. DON FEDERICO.

 
CONDESA
¿Quién da voces? ¡General!
LUISA
¡Carlota!
DON FEDERICO
¡Barón!
CONDESA
¿Qué es esto?
LUISA
¡Accidentada!
 

(LUISA y la CONDESA acuden a socorrer a CARLOTA: aquella la abanica; esta le da a oler su pañuelo.)

 
BARÓN

 (A una camarera, que acude por la puerta de la izquierda.) 

¡Agua presto!
 

(Vase corriendo la camarera y pocos momentos después vuelve con agua.)

 
CONDESA
¿Y cuál fue la causa?
GENERAL
¿Cuál?
Que hable ese caballerito;780
ese raptor depravado...
BARÓN

  (En su voz natural.) 

Perdone usted: no he pensado...
GENERAL

 (Con voz estentórea.) 

¡A mí no se me alza el grito!
 

(Acuden algunos de los convidados de ambos sexos.)

 
LUISA
¡Por Dios...!
BARÓN
Quien grita es usted:
yo...
CONDESA
Parece que respira.
785
LUISA
¡Carlota!
CARLOTA
¡Ah!...
GENERAL
Bramo de ira.
LUISA
¡El agua!

 (Toma uno de los vasos que la camarera ha traído en una bandeja.) 

CARLOTA

 (Incorporándose.) 

No tengo sed.
LUISA
No importa.
 

(Bebe CARLOTA.)

 
DON FEDERICO

 (Aparte con el BARÓN.) 

¿Qué novelesco
lance...?
BARÓN
Hablaremos... ¡Me adora!
LUISA

 (A CARLOTA, ayudándola a levantarse, dándole el brazo y dirigiéndose con ella a la puerta de la izquierda.) 

Alza. Ven conmigo ahora790
a aspirar aire más fresco.
CARLOTA
(¡Ah!) Sí.
GENERAL
¿Adónde?...
LUISA

 (Con gravedad.) 

Va conmigo.
GENERAL
Bien.
 

(Al retirarse LUISA y CARLOTA por la puerta de la izquierda llega por la de la derecha el CONDE.)

 


Escena XIX

 

La CONDESA. El GENERAL. El BARÓN. DON FEDERICO. El CONDE. MICAELA. DON EUSEBIO. Damas. Caballeros.

 
CONDE

  (A DON FEDERICO que le sale al encuentro.) 

¿Qué ha habido aquí?
DON FEDERICO
No sé.
 

(Hablan aparte.)

 
GENERAL
En tanto, yo ajustaré
mis cuentas con este amigo. 795
BARÓN
Yo...
CONDESA

  (Al GENERAL.) 

Cálmese usted, le ruego.

 (A los curiosos.) 

Señores, no ha sido nada...
MICAELA

 (Llegando con DON EUSEBIO por la puerta del foro.) 

¿Dónde está la desmayada?
CONDESA

 (A DON FEDERICO en voz baja.) 

Que toquen redova; ¡luego!
 

(Vase corriendo DON FEDERICO por el foro. Una de las damas indiferentes figura informar de lo ocurrido a MICAELA.)

 
¿Qué tiene de singular800
un desmayo...? Ruego a ustedes...
 

(Los curiosos se van retirando por el foro.)

 
GENERAL

 (Paseándose encolerizado.) 

(Yo le diré al Ganimedes...)
 

(Suena la música.)

 
CONDESA
¡Ea, a bailar, a bailar!
 

(Desaparecen del todo los curiosos y vuelve a la escena DON FEDERICO.)