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1

Aún visten así las ancianas en los pueblos.

 

2

La persona que escribe esto, oyó ella misma la siguiente relación en boca de esa mujer, y la escribió en seguida en los mismos términos y propias palabras, sin quitar ni poner. Si bien el fondo es cosa muy sabida, es de sumo interés para quien estudia la índole del pueblo, ver la manera clara y precisa con que concibe las cosas, la nobleza con que las refiere, y sobre todo el sentimiento religioso que en ellas brilla y predomina.

 

3

Todos estos detalles son históricos. Muchos pasan cerca de los arruinados restos de esta capilla, que es la que anunciamos al principio, sin sospechar su origen. Cuando la capilla amenazó ruina, hubo un pleito entre la catedral y el pueblo de Dos Hermanas para fallar quien recogiera las reliquias que encerraba; pero estando labrada la capilla en el término de Dos Hermanas, éste ganó el pleito. La imagen, conocida por advocación de la Virgen del Carmen (derivada de la esclamación del santo, ¡Valedme!) así como los estandartes, fueron trasladados con gran pompa al lugar, donde no son atendidos ni por los eruditos, ni por los anticuarios, ni por los ricos, ni aun por los curiosos; pero en donde los veneran y dan culto los pobres.

 

4

Esta magnífica definición tan llena de poesía, daba en efecto un hombre rústico en Andalucía

 

5

Las gentes del pueblo en Andalucía nombran a sus abuelas y suegras haciendo preceder a sus nombres el mae, para diferenciarlas de las madres. a las que nombran sólo madre.

 

6

Este rasgo de noble y pura honradez es cierto.

 

7

Varios atestiguan este espantoso fenómeno, que se esplica naturalmente por el ruido que forma el viento colando por los conductos de la garganta, boca y oídos de las cabezas así colocadas.

 

8

El célebre pintor Tegeo ha hecho sobre ese mismo asunto un soberbio cuadro. Cuando hemos visto la estampa que de él se ha sacado, estaba escrita esta escena, en cuyo traslado se han unido sin saberlo la pluma y el pincel. Puede llenar al artista la descripción de su pensamiento, como a nosotros la pintura del nuestro.

 

9

La persona que escribe esto, ha presenciado y da testimonio de una misión semejante. ¡Qué religión la que a la voz de un pobre misionero ablanda los altivos y tenaces corazones españoles y obliga a los más encarnizados enemigos a abrazarse! ¿Ha cambiado jamás la ilustración del siglo un corazón lleno de odio es uno lleno de amor? ¿Dónde está la misión protestante que pueda vanagloriarse de semejante prodigio?

 

10

Séanos permitido aquí un hecho reciente y auténtico. En 1847 fue ajusticiado en Jerez José Rojas por una muerte que hizo. Los principales caballeros del pueblo pidieron por el reo, lo asistieron en la capilla, le acompañaron al patíbulo y le pusieron en la caja. La limosna recogida fue de seis mil reales. De ellos dispuso el reo, dejando una suma crecida a la viuda del que había matado. ¡Sublime caridad católica, nunca bien ponderada, exaltada y admirada!

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