Cuando comenzaba a revisar el primer borrador del presente trabajo, leí el libro de José María Pozuelo, Poética de la ficción (Madrid: Síntesis, 1993), que no sólo reforzó las convicciones sobre el arte literario aquí expresadas, sino que les añadieron sutilidad y apuntalaron con la riqueza teórica de que el autor hace gala.

Hay muchos editores de obras clásicas de talento y conocedores del oficio. Lo sorprendente es que la edición de las obras modernas se siga haciendo con los mismos criterios de las clásicas, con lo cual la peculiaridad de lo reciente siga sin entenderse.

Esta cuestión ha sido estudiada con cuidado por Hans Robert Jauss, en «El arte como anti-naturaleza. A propósito del cambio de orientación estética después de 1789», aparecido en versión castellana realizada por Miguel Ángel Gómez Segade, en Avances en Teoría de la Literatura, Darío Villanueva compilador (Santiago: Universidade de Santiago de Compostela, 1994), 117-148.

Y remito a las páginas que sobre el asunto he escrito en mi La novela moderna en España (Madrid: Taurus, 1992).

Cito una explicación que Montserrat Iglesias Santos hace de las teorías de Itamar Even-Zohar: «La oposición entre literatura canonizada y no canonizada no equivale pues a la distinción tradicional entre «buena» y «mala» literatura, o entre literatura de creación y de consumo. Los juicios de valor -que varían a lo largo del tiempo para cada comunidad- de ninguna manera pueden constituirse en criterios para seleccionar a priori el objeto de investigación. Tradicionalmente los estudios literarios han utilizado el canon como un concepto normativo, que se asume sin ser cuestionado y que limita las fronteras de lo que es literatura. Aproximaciones teóricas recientes pretenden poner en evidencia las relaciones de poder implicadas en la configuración del canon», «El sistema literario: teoría empírica y teoría de los polisistemas», en Avances en teoría de la literatura, op. cit., p. 332.

Algún día podremos conocer el impacto que la época del monetarismo, de los mbas, la visión del mundo feliz del capitalismo de Ronald Reagan, influyó en la disolución de los diferentes campos de las humanidades, el que los estudios de filología clásica, de filosofía, de literatura, pasaran a ser considerados adiciones innecesarias para el estudiante universitario, y que llevó a un significante número de profesores a validar su disciplina con los valores prestados de las ciencias sociales.

Uno de los peligros actuales, cuando la atención al texto parece estar en retroceso, es que el estudiante se asoma de nuevo a la literatura expuesto a la arbitrariedad del docente, quien establece las reglas hermenéuticas. Los antiguos comentarios de texto tenían la ventaja de...

Jerome McGann, The Textual Condition (Princeton UP, 1991).

Es bien conocida la diferencia existente entre el ambiente francés o el norteamericano en el tratamiento de la vida privada de los hombres públicos. En Francia se considera impropio el entrometerse en los asuntos personales, mientras en USA resulta normal. Lo difícil una vez que uno habla de lo privado es mantener una posición objetiva a la hora de calificar el comportamiento social, si juzgamos por la experiencia americana cabe decir que imposible.

Sobre el tema de la identidad individual hay un libro fundamental, sin cuyas ideas las mías serían otras, me refiero a Charles Taylor, Sources of the Self. The Making of the Modem Identity (Cambridge: Harvard UP, 1990).