|
La escena es en casa de DOÑA ELVIRA.
|
|
Sala con sillas. DOÑA ELVIRA y DON FAUSTO sentados con
inmediación.
|
DOÑA ELVIRA |
¿De cuándo acá
vos, don Fausto, |
|
conmigo estáis tan
grosero? |
|
|
|
DON FAUSTO |
Mi señora doña
Elvira, |
|
antes por obviar el serlo |
|
omitiré cuanto pueda |
5 |
las ocasiones de veros. |
|
|
|
DOÑA ELVIRA |
¿Qué nuevo lenguaje
es ése? |
|
¿Conmigo a solas tan
serio |
|
vos, no venir ayer y hoy |
|
venir tan tarde y tan necio? |
10 |
¿Sois vos el fino? |
|
|
DON FAUSTO |
¡Ojalá
|
|
no lo fuera y, por los mesmos |
|
filos que me herís,
pudiera |
|
medir con vos el acero! |
|
|
|
DOÑA ELVIRA |
Soy muy tonta; si más
claro |
15 |
no os explicáis, no os
entiendo. |
|
|
|
|
DOÑA ELVIRA |
No sólo
|
|
os la doy, sino que os ruego |
|
me saquéis de este
cuidado. |
|
|
|
DON FAUSTO |
Pues por si acaso no tengo |
20 |
otra ocasión tan feliz |
|
de hallaros a solas, quiero |
|
que oigás mi queja. |
|
|
DOÑA ELVIRA |
Aguardad.
|
|
Muchacha, ¿qué
estás haciendo? |
|
|
|
|
(Sale CELIA.)
|
CELIA |
Remendando la camisa |
25 |
de mi amo. |
|
|
DOÑA ELVIRA |
Deja eso,
|
|
y asómate a la ventana |
|
para que avises con tiempo |
|
si viniere alguien. |
|
|
CELIA |
Señora,
|
|
ved que si no la remiendo, |
30 |
no tiene otra que mudarse. |
|
|
|
DOÑA ELVIRA |
No se mude o compre lienzo |
|
para hacer una docena. |
|
|
|
CELIA |
Señora, hace mucho
fresco, |
|
y si me casca un dolor |
35 |
de costado, ¿qué
consuelo |
|
me daréis? |
|
|
DOÑA ELVIRA |
El hospital
|
|
está todo el día
abierto. |
|
|
|
CELIA |
¡Ésta sí que es
conveniencia! |
|
Poca honra, poco provecho |
40 |
y poco que comer; sólo |
|
hay de sobra el mal ejemplo. |
|
(Vase.)
|
|
|
DOÑA ELVIRA |
Tomad asiento, y hablad |
|
al asunto, y en compendio. |
|
|
|
DON FAUSTO |
Pues decidme: ¿estáis
en algo |
45 |
quejosa de mis obsequios? |
|
|
|
|
DON FAUSTO |
Yo sé que no
|
|
lo podéis estar,
sabiendo |
|
que ninguno contará |
|
diez años como yo
cuento |
50 |
de perenne cortejante, |
|
obstinado a los pies vuestros, |
|
tanto que en Madrid soy el |
|
decano de los cortejos. |
|
Yo por vos he tolerado |
55 |
que me desuelle el barbero |
|
todos los días; por vos |
|
he desmentido mi sexo, |
|
ya al tocador, porque fuera |
|
mi peinado el más
perfecto, |
60 |
ya bordando en cañamazo |
|
a vuestro lado o ya haciendo |
|
bufandas; por vos con todos |
|
mis parientes indispuesto |
|
vivo; por vos renuncié |
65 |
los más brillantes
ascensos, |
|
que fuera de aquí me
daba |
|
la carrera que profeso; |
|
por vos jamás voy a
misa, |
|
sino el día de
precepto; |
70 |
por vos soy un animal, |
|
pues ni me aplico ni leo, |
|
y sólo sé hablar de
modas |
|
o murmurar; que son, cierto, |
|
en un hombre conocido |
75 |
muy apreciables talentos. |
|
Por vos han estado ya |
|
para quitarme el empleo; |
|
por vos estoy empeñado |
|
hasta los ojos; y creo, |
80 |
señora, que por vos
sólo |
|
falta que me caiga muerto. |
|
|
|
DOÑA ELVIRA |
Aunque esa fineza hicierais, |
|
no seríais el primero, |
|
y esa tal cual lo
sería; |
85 |
pero los demás extremos |
|
no son más que
regulares |
|
en cualquiera caballero, |
|
que se atreve a tomar (como |
|
ha de tomar) el empeño |
90 |
con una dama; y más,
dama |
|
como yo, que si me acuerdo, |
|
también por vos he
dejado |
|
de admitir otros respetos |
|
que, además de bien
nacidos, |
95 |
oportunos y discretos, |
|
venían recomendados |
|
de galas y de dineros. |
|
Por vos todos los más
días, |
|
ni me visto, ni me peino |
100 |
hasta la una; por vos |
|
comemos tarde y tolero |
|
que me suelte mi pariente |
|
mil indirectas; y esto |
|
es ahora, que, hasta hacerle |
105 |
a las armas, un infierno |
|
era la casa. Por vos, |
|
aunque en nada me divierto, |
|
voy a la comedia, voy |
|
a visita y a paseo, |
110 |
por estar con vos hablando, |
|
rara es la noche que rezo, |
|
por vos sufro a las criadas |
|
más de cuatro
atrevimientos; |
|
y, en fin, por vos sólo
falta |
115 |
que mi marido un día de
éstos |
|
se acuerde de que es marido |
|
y me meta en un convento. |
|
Ved si con estas finezas |
|
os pago bien lo que debo. |
120 |
|
|
DON FAUSTO |
Yo lo confieso, señora, |
|
agradecido, y confieso |
|
que nuestras dóciles
almas |
|
son recíproco modelo |
|
una de otra; que no hay |
125 |
en el lugar dos sujetos |
|
tan análogos y tan |
|
brillantes y paralelos |
|
como los dos y que somos |
|
de todos el embeleso, |
130 |
tanto que en cualquier paraje |
|
somos el primer objeto; |
|
pero nace de esta misma |
|
felicidad mi tormento, |
|
pues cuando sin mi licencia |
135 |
admitís tertulia, temo |
|
que, cansada ya del
mío, |
|
queráis probar otro
afecto. |
|
|
|
DOÑA ELVIRA |
Razón tenéis de
temer; |
|
¿pero tan poco merezco, |
140 |
que me ocultáis vuestra
queja? |
|
Ya estuvierais satisfecho, |
|
sabiendo que mi marido, |
|
por divertirse este invierno, |
|
ha ido recogiendo gente; |
145 |
pero también os
ofrezco, |
|
que no serán muy
frecuentes, |
|
si no son tan majaderos, |
|
que quieran estar delante |
|
de quien no hará caso de
ellos. |
150 |
|
|
|
(Sale CELIA.)
|
CELIA |
Doña Orosia y su hija
Laura |
|
están ahí. |
|
|
DOÑA ELVIRA |
¿Ahora tenemos
|
|
esa secatura? Dilas |
|
que entren, pues ya no hay
remedio. |
|
|
|
|
DOÑA ELVIRA |
Ésta es una chica
|
155 |
que se ha casado un día de
éstos. |
|
Ella está muy bien
criada |
|
e instruida en un colegio, |
|
pero la madre es muy loca; |
|
la ha sacado, y de secreto |
160 |
la casó con un hidalgo |
|
que tiene muy pocos medios. |
|
|
|
DON FAUSTO |
¿Será cosa de
aseriarme, |
|
no las escandalicemos? |
|
|
|
DOÑA ELVIRA |
Por la madre, no; la hija, |
165 |
que aprenda o se vaya presto. |
|
|
|
|
(Salen DOÑA
OROSIA y DOÑA
LAURA, con basquiñas y montillas, y luego se las
quita CELIA.)
|
DOÑA ELVIRA |
Amigas, ¿pues qué
milagro? |
|
|
|
DON FAUSTO |
Señoras, los pies os
beso. |
|
|
|
DOÑA OROSIA |
Sólo para que usted vea |
|
la trato sin cumplimiento, |
170 |
y que de amiga tan fina |
|
como usted nada reservo, |
|
vengo a traer a la novia. |
|
|
|
DOÑA ELVIRA |
Mucho el favor agradezco. |
|
Es linda muchacha. |
|
|
DON FAUSTO |
Yo
|
175 |
no me acordaba, por cierto, |
|
que teníais tales
amigas, |
|
|
|
DOÑA OROSIA |
Pues dos veces el invierno |
|
estuvisteis en mi casa, |
|
con madama. |
|
|
DON FAUSTO |
Tengo un genio
|
180 |
tan corto, que muchas veces |
|
en las concurrencias entro |
|
donde está madama y
salgo |
|
sin ver otro algún
objeto. |
|
|
|
DOÑA ELVIRA |
Quita esas mantillas, Celia, |
185 |
y pues ya va obscureciendo, |
|
puedes luego sacar luces. |
|
¿Qué hacemos en pie?
Yo siento |
|
que vengáis sin avisar, |
|
porque pudiera teneros |
190 |
siquiera algunas amigas. |
|
|
|
DOÑA OROSIA |
Sepa usted que por lo mesmo |
|
no la avisé. |
|
|
DOÑA ELVIRA |
Es linda gracia,
|
|
después de haber tanto
tiempo |
|
que no me favorecéis. |
195 |
|
|
DOÑA OROSIA |
¿Qué queréis?
Las que tenemos |
|
el trabajo de ser grandes, |
|
no gustamos de paseos, |
|
de visitas, ni comedias, |
|
donde es preciso echar menos |
200 |
las que hemos sido bonitas |
|
los antiguos rendimientos |
|
de los hombres; porque ya |
|
(perdone usted, caballero) |
|
tienen tan poca crianza |
205 |
y se han puesto tan soberbios, |
|
que en pasando de los treinta |
|
ya nos fingen los requiebros |
|
y a los cuarenta ya
sólo |
|
nos hablan por cumplimiento. |
210 |
|
|
DOÑA LAURA |
¿Por qué dirá
esto mi madre, |
|
cuando en Madrid no hay sujeto |
|
apenas que no conozca? |
|
Tanto, que nos detenemos |
|
siempre que vamos a misa, |
215 |
de tres horas, por lo menos |
|
las dos y media en la calle. |
|
Ciertamente, no lo entiendo. |
|
|
|
DOÑA ELVIRA |
Sin embargo, buenos ratos |
|
habéis tenido. |
|
|
DOÑA OROSIA |
Estupendos;
|
220 |
me he holgado como ninguna, |
|
y de hoy más no me
prometo |
|
menos diversiones; pues, |
|
como ha estado en el colegio |
|
la niña y sin
experiencia, |
225 |
todo en el mundo le es nuevo, |
|
he de enseñarla las
calles, |
|
la etiqueta y el gobierno |
|
de las visitas, las modas, |
|
botillerías, coliseos, |
230 |
tiendas de calle Mayor |
|
y calle de Postas, templos |
|
de más concurrencia; el
Prado |
|
y todo el demás manejo |
|
de la política; y como |
235 |
hay en Madrid tantos riesgos, |
|
he resuelto acompañarla |
|
a todo, porque no quiero |
|
exponerla a que la den |
|
un chasco, y porque con eso |
240 |
me divierto yo a las ancas |
|
de los regalos y obsequios |
|
suyos, que, aunque sean por
ella, |
|
ambas los disfrutaremos. |
|
|
|
DOÑA ELVIRA |
Decís muy bien;
además, |
245 |
¿quién mirará
su provecho |
|
como su madre? |
|
|
|
DOÑA OROSIA |
Ya se ve; pero es lo menos. |
|
¡Honra! No tuvieron nada |
|
más de sobra sus
abuelos; |
250 |
pero yo y mi chica más |
|
necesitamos dinero. |
|
|
|
DOÑA LAURA |
(Aparte.)
|
Oh qué mal piensa mi
madre! |
|
De escucharla me
avergüenzo. |
|
|
|
DON FAUSTO |
¿Y es muda esa
señorita? |
255 |
Todavía no sabemos |
|
el metal de voz que tiene. |
|
|
|
|
DOÑA LAURA |
¿Yo qué tengo
|
|
que hablar? Por hablar mi
madre, |
|
perdonad no me haya puesto |
260 |
antes a vuestra obediencia. |
|
|
|
DOÑA OROSIA |
Haz también
ofrecimiento |
|
de tu persona y tu casa. |
|
|
|
DOÑA LAURA |
Ser tan atenta no puedo; |
|
porque la persona tiene |
265 |
a mi marido por dueño |
|
y en mi pobre casa nada |
|
hay que ofrecer de provecho. |
|
|
|
DOÑA ELVIRA |
¿Quiere usted mucho al
pariente? |
|
|
|
DOÑA LAURA |
Como que sé que no
tengo |
270 |
otra cosa que querer. |
|
|
|
DOÑA OROSIA |
¡Como es el mozo tan
bello! |
|
¡Ay, hija! Bien se
conoce |
|
que te has criado tan lejos |
|
de mi lado. |
|
|
DOÑA LAURA |
Pues si usted
|
275 |
conocía que era feo, |
|
¿por qué me
casó con él? |
|
Yo sólo sé que no
debo |
|
ni puedo querer a otro |
|
y le figuro perfecto, |
280 |
correspondo a su
cariño, |
|
le idolatro y le venero. |
|
|
|
DOÑA ELVIRA |
A la madera del torno |
|
huele aún; mucho me
temo |
|
no se os ha de parecer. |
285 |
|
|
DOÑA OROSIA |
Dificilillo era eso; |
|
pero, con todo, a mi lado |
|
será mujer con el
tiempo. |
|
|
|
DOÑA ELVIRA |
¿Y el pariente asiste
mucho |
|
en casa? |
|
|
DOÑA LAURA |
No todo aquello
|
290 |
que yo quisiera. |
|
|
DOÑA OROSIA |
Pues, hija,
|
|
cuélgatele del pescuezo |
|
con una cinta; no es nada, |
|
y a las diez ya le tenemos |
|
en casa todas las noches. |
295 |
|
|
DOÑA ELVIRA |
¡Qué marido tan
molesto! |
|
La noche que viene el
mío |
|
antes de las doce, pienso |
|
que viene malo y me asusto; |
|
y así mandado le tengo |
300 |
que hasta que toquen maitines, |
|
sí no me avisa primero, |
|
no se recoja. |
|
|
DOÑA LAURA |
Pues yo
|
|
que den las nueve deseo |
|
para que venga aquí. |
|
|
DON FAUSTO |
Pues
|
305 |
qué, ¿vendrá a
favorecernos? |
|
|
|
DOÑA OROSIA |
Salió con un escribano |
|
amigo suyo y dijeron |
|
que vendrían por
nosotras. |
|
|
|
DON FAUSTO |
Ruido parece que siento |
310 |
en la escalera. |
|
|
|
(Sale CELIA.)
|
CELIA |
Señora,
|
|
estos cuatro caballeros |
|
están aquí. |
|
|
DOÑA ELVIRA |
Diles que entren.
|
|
(Aparte a DON FAUSTO.)
|
Señores, tomad asiento. |
|
Ahora veréis lo que yo |
315 |
hago por satisfaceros. |
|
|
|
|
(Salen un ESTUDIANTE, un SOLDADO, DON FRUTOS y DON FLORENCIO, con CELIA, que luego que se sientan se
retira.)
|
LOS CUATRO |
Señoras, a vuestros
pies. |
|
|
|
DOÑA ELVIRA |
De ver a ustedes tan buenos |
|
me alegro mucho; esta noche |
|
mejor diversión os
tengo |
320 |
que el revesino. |
|
|
DON FRUTOS |
Señora,
|
|
nosotros no apetecemos |
|
más que estar a vuestras
plantas. |
|
|
|
DOÑA ELVIRA |
Yo lo estimo; pero hablemos |
|
clarito: don Fausto y yo |
325 |
ha diez años que
tenemos |
|
una materia pendiente, |
|
cuyo asunto no reservo |
|
de nadie, porque se funda |
|
en hablar sin fundamento: |
330 |
yo no he de dejarle solo. |
|
Esta señorita tengo |
|
certeza que está
vacante: |
|
que ustedes lo están, lo
infiero |
|
de que divierten las noches |
335 |
con la simpleza del juego; |
|
y así no hay sino
aplicarse. |
|
|
|
DOÑA OROSIA |
No estés con
encogimiento, |
|
muchacha. |
|
|
DOÑA LAURA |
A mí me parece,
|
|
madre, que estoy como debo. |
340 |
|
|
SOLDADO |
Señora, si ha de ser
éste |
|
el modo de complaceros, |
|
acerco mi silla. |
|
|
LOS TRES |
Todos
|
|
también las
acercaremos. |
|
|
|
SOLDADO |
Eso es hacer mala obra |
345 |
y cansarse sin provecho, |
|
que donde está la
milicia |
|
nadie tiene cabimiento. |
|
|
|
ESTUDIANTE |
¡Oh, que las hermosas
saben |
|
cuán bien les está lo
negro! |
350 |
Y la gente estudiantina |
|
hace también sus
progresos |
|
en un estrado. |
|
|
DON FAUSTO |
Señoras,
|
|
en el lugar es proverbio |
|
que el cortejar es oficio |
355 |
de petimetres. |
|
|
DON FLORENCIO |
Lo creo,
|
|
pero también los
corbatas, |
|
aunque somos hombres serios, |
|
entramos por un ladito |
|
y a veces nos dan asiento. |
360 |
|
|
SOLDADO |
Pues a la par, y quien tenga |
|
fortuna, que gane el pleito. |
|
|
|
DOÑA OROSIA |
¿Cómo es eso de
fortuna? |
|
Es necesario, a más de
esto, |
|
saber con qué cartas
juega |
365 |
cada uno: es mucho cuento |
|
mi hija para que nadie |
|
la pretenda por cortejo, |
|
sin hacer muchas semanas |
|
de méritos en su
obsequio. |
370 |
|
|
DON FRUTOS |
¡Zape! Terrible es la
madre. |
|
|
|
DON FLORENCIO |
¿Por qué?
¿Porque dijo aquello |
|
de méritos dilatados? |
|
¿No conocéis,
majadero, |
|
que eso es querer
transigirlos? |
375 |
|
|
ESTUDIANTE |
Así es; porque siempre han
hecho, |
|
más que los largos
servicios, |
|
los breves ofrecimientos. |
|
|
|
DOÑA LAURA |
Madre, ¿qué llaneza
es ésta? |
|
No creí que eran tan
necios |
380 |
los hombres tan bien vestidos. |
|
¡Qué vanos!
¡Qué desatentos! |
|
¡Qué gente tan mal
criada! |
|
|
|
DOÑA OROSIA |
Boba, ¿qué entiendes
tú de eso? |
|
Este estilo es el que hace |
385 |
distinguidos los sujetos. |
|
|
|
|
(Al paño CELIA, DON PATRICIO y el ESCRIBANO.)
|
|
DON PATRICIO |
No hagáis tal,
|
|
ni descubrirnos, respecto |
|
que no venimos decentes. |
|
|
|
ESCRIBANO |
Aquí nos ocultaremos |
390 |
a la puerta de la alcoba. |
|
|
|
CELIA |
Bien está, como a mí
luego |
|
no me regañen... |
|
|
DON PATRICIO |
Si acaso
|
|
los dos os disculparemos. |
|
|
|
CELIA |
Pues tomad sillas, y
adiós. |
395 |
(Retírase y los dos se
sientan a la cortina.)
|
|
|
DON PATRICIO |
¿No veis qué de
cumplimiento |
|
están todos? |
|
|
ESCRIBANO |
Es verdad:
|
|
lo que tratan escuchemos. |
|
|
|
DOÑA ELVIRA |
Amiguita, es necesario |
|
que usted se vaya con tiento, |
400 |
que es materia delicada |
|
esto de elegir cortejo; |
|
y no se pague al instante |
|
de lo buen mozo, porque eso |
|
la que está de
conveniencias |
405 |
muy sobrada puede hacerlo; |
|
pero a usted lo que le es
más |
|
conveniente es uno bueno |
|
que haga a todo: verbigracia, |
|
que supla el escaso sueldo |
410 |
del marido o le acomode |
|
mejor; que tenga talento |
|
para compraros las cintas, |
|
flores, gasa y todo aquello |
|
que se os ofrezca, y que tenga |
415 |
para acompañaros,
dentro |
|
y fuera de casa, poca |
|
sujeción y muchos
pesos. |
|
|
|
DOÑA OROSIA |
Es verdad, eso es hablar |
|
con todo conocimiento. |
420 |
|
|
ESCRIBANO |
Don Patricio, ¿qué
decís |
|
de esta visita? |
|
|
DON PATRICIO |
Callemos,
|
|
que es lástima que se
pierda |
|
una palabra del cuento. |
|
|
|
SOLDADO |
Pues, señora, por mi
parte, |
425 |
nada más puedo
ofreceros |
|
que un honrado gentil hombre, |
|
a quien hallaréis
dispuesto |
|
siempre para
acompañaros |
|
y daros... |
|
|
DOÑA OROSIA |
(Aparte.)
|
Oigamos esto.
|
430 |
|
|
SOLDADO |
Muy larga conversación, |
|
pero muy poco dinero; |
|
porque el día que se
ajustan |
|
los uniformes al cuerpo |
|
los soldados hacen votos |
435 |
de pobreza y sufrimiento. |
|
|
|
DON FAUSTO |
Peor estáis que los
casados, |
|
que éstos no hacen el
primero. |
|
|
|
DON FRUTOS |
Yo no me puedo ofrecer |
|
a soportar todo el peso |
440 |
de una casa; mas pudiera |
|
con los gastos subalternos |
|
de abanicos, alfileres, |
|
el coche alquilón,
refrescos |
|
y comedias. |
|
|
DOÑA OROSIA |
No es muchísimo,
|
445 |
pero es un renglón muy
bueno. |
|
|
|
DON FRUTOS |
Y con otra circunstancia: |
|
que en Madrid soy el primero |
|
a quien llegan las noticias |
|
de las modas. |
|
|
DON FLORENCIO |
Para eso
|
450 |
yo no tengo habilidad: |
|
a la dama de cortejo |
|
la doy mil doblones y ella |
|
compre allá sus
embelecos. |
|
|
|
DOÑA OROSIA |
Eso es mejor; o entregarle |
455 |
a su madre los dineros, |
|
que son muy desperdiciadas |
|
todas las mozas y luego |
|
lo gastan en garapitos. |
|
|
|
DON FLORENCIO |
¿Pues qué hombre de
talentos |
460 |
y de edad había de
andarse |
|
por las tiendas escogiendo |
|
pelendengues y cintajos? |
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Esa es cosa de muñecos. |
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DOÑA OROSIA |
Y más teniendo la dama |
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su madre, que puede hacerlo. |
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DON PATRICIO |
¡Oh codicia de las
viejas, |
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cuántos estragos han
hecho! |
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DOÑA LAURA |
¡Que esto consienta mi
madre! |
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DOÑA OROSIA |
Laurita mía, hombre
serio, |
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cortejo de capa y gorro, |
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queda más y suena
menos. |
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DON FAUSTO |
(Aparte los
dos.)
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Madama, ya sabe usted |
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que yo no soy nada bueno; |
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pues crea usted que me corro |
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de oír la madre. |
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DOÑA ELVIRA |
Os confieso
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que es difícil de creer |
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tanto descaro, a no verlo. |
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DOÑA LAURA |
(Al
oído.)
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Calle usted, madre. |
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DOÑA LAURA |
Protesto
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no volver aquí
jamás. |
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DOÑA OROSIA |
¿Te parece que
hallaremos |
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otra amiga tan de veras |
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que mire por tu provecho? |
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ESTUDIANTE |
¿Qué, ya está
esa señorita |
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disgustada? |
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DOÑA OROSIA |
Tiene un genio
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muy corto; el caso es que yo |
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la culpo y también le
tengo. |
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ESTUDIANTE |
Señoras, si se ofrece
algo, |
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yo no soy uno de aquellos |
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que ofrecen lo que no pueden; |
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pero si se hace un esfuerzo, |
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aunque no soy hombre rico, |
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podrá quedar vuestro
yerno |
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acomodado, porque |
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yo soy un hombre que tengo |
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muchísima
introducción |
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y le haré dar un empleo |
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en la hora. |
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DOÑA OROSIA |
También es
éste,
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hija, para amigo bueno. |
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DOÑA LAURA |
Ahora bien; yo he oído a
ustedes |
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y conozco que acá
dentro |
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del corazón vuestras
voces |
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hacían sentir un eco... |
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no sé cómo diga,
como |
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que me iban seduciendo. |
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Pero yo quiero saber |
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(antes de exponerme a un
riesgo), |
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para responder, ¿qué
ley, |
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qué bula o qué
privilegio |
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hay para que las mujeres |
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casadas tengan derecho |
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de corresponder a dos |
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y las solteras a ciento? |
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Si es engaño, es mal
engaño: |
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y yo exponerme no quiero |
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a que sepa mi marido |
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que sé fingir; porque
luego |
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serán para él
sospechosos |
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mis más sencillos
afectos. |
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Si es malicia, yo he aprendido |
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la doctrina en el colegio, |
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y sé que es fragilidad |
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muy necia, muy mal comercio |
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tolerar mil contingencias |
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por tener dos ratos buenos; |
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y así ustedes me
perdonen, |
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pero yo no me resuelvo |
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a empeñarme en una cosa |
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que me asusta y no la
entiendo. |
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DOÑA ELVIRA |
No Puedo hacer, amiguita, |
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más fineza que poneros |
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rendidos en que escoger. |
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DOÑA LAURA |
Yo, señora, os lo
agradezco; |
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pero es tarde, porque
está |
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ya mi albedrío sujeto. |
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DOÑA ELVIRA |
Eso se da por supuesto; |
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por eso, antes de dejarse |
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sobrecoger, desde luego |
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se le enseña a buenas
mañas |
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y se imitan los ejemplos |
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de la crianza y el uso |
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más común de nuestro
tiempo. |
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DON PATRICIO |
Esta madre y esta amiga |
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son espías del
infierno. |
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DOÑA OROSIA |
Sí, señora; que con
eso |
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los señores con
nosotras |
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irán y tienen pretexto |
550 |
de volver mañana a
casa. |
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DOÑA LAURA |
(Con
resolución.)
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Perdone usted, que yo espero |
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a mi marido. |
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LOS CUATRO |
Señora,
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todos os vamos sirviendo. |
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DOÑA ELVIRA |
Dicen bien;
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555 |
así lleváis menos
miedo. |
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DOÑA LAURA |
(Con entereza.)
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La mujer casada no |
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puede tener mayor riesgo |
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que el enojo del marido |
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o la sospecha. |
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DOÑA ELVIRA |
Ese cuento
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al principio de este siglo |
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dicen que le recogieron. |
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Celia, trae esas mantillas. |
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(Salen los dos.)
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LOS DOS |
Buenas noches, caballeros. |
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DOÑA OROSIA |
Hijo, ya estábamos
llenas |
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de cuidado. |
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ESTUDIANTE |
Caballero, en mí
tenéis |
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un amigo verdadero. |
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SOLDADO |
Conózcame usted por
suyo. |
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DON FRUTOS |
Yo soy igualmente vuestro. |
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DON FLORENCIO |
Usted mande en qué le
sirva. |
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DON PATRICIO |
¡Los amigos que yo
tengo! |
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DOÑA OROSIA |
Si vieras ¡qué
cortesanos, |
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qué agradables y qué
bellos |
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señores! Ya lo
verás, |
575 |
porque se exceden de atentos |
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y nos van acompañando. |
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DOÑA ELVIRA |
Saca esas mantillas presto, |
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Celia. |
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(Sale CELIA.)
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DOÑA ELVIRA |
Cuidado, que hace sereno; |
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taparse bien las cabezas. |
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DON PATRICIO |
Deteneos,
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que quiero yo despedirme. |
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(Al ESCRIBANO.)
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Amigo, de todo esto |
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que habéis visto,
habéis de darme |
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un testimonio completo, |
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porque acuda yo con él, |
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para que ponga remedio, |
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a tribunal competente; |
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que aunque calle, por respeto |
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a su estado y su marido, |
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los detestables consejos |
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de una tan escandalosa, |
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infiel amiga, no quiero |
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que se quede sin castigo |
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la madre y, al mismo tiempo, |
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se les oculte a otras madres |
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tan malas el escarmiento. |
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DOÑA OROSIA |
¿Quién eres tú
para eso? |
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DON PATRICIO |
Un marido que no ignora |
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la dignidad y el derecho |
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que le dan entrambas leyes. |
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DON FLORENCIO |
Vamos de aquí,
caballeros; |
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que están demás
hombres locos |
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adonde hay maridos cuerdos. |
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ESTUDIANTE |
Vamos, pero él se lo
pierde. |
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DON PATRICIO |
Con una buena mujer, |
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y sin lados tan perversos, |
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yo sé bien lo que me
gano |
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y sé bien lo que me
pierdo. |
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ESCRIBANO |
Yo os ofrezco testimonio |
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y asegurar con secreto |
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donde es justo esta
señora. |
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DON FAUSTO |
Callemos,
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615 |
porque no hay otro partido |
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mejor. |
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DOÑA ELVIRA |
Ya lo considero.
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Sólo uno lo puede ser: |
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que es, a vista de este feo |
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cuadro, evitar que
mañana |
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se presente al mundo el
nuestro. |
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