Salón con trono. Tocan cajas y clarines, y se descubre el rey en su trono; a los lados el
conde, don Pelayo, don Sancho y don Opas |
VOCES: |
¡El rey don Rodrigo, viva, |
|
nuestro legítimo dueño! |
JULIÁN: |
Ya que a vuestro real mandato |
|
todos los grandes del reino, |
|
dejando nuestros estados, |
|
hemos venido a Toledo, |
|
corte pretoria de España, |
|
por haber sido el asiento |
|
regio de los reyes godos, |
|
que es tronco antecesor vuestro, |
10 |
|
procedido de los baltos |
|
que siempre a godos rigieron: |
|
a vuestras plantas reales |
|
tenéis, señor, el primero |
|
al conde don Julïán. |
PELAYO: |
Y si yo merecer puedo |
|
ser el segundo, en tal dicha |
|
consigo lo que deseo, |
|
pues sin segundo en serviros |
|
soy, cuando el segundo llego. |
20 |
REY: |
Primo Pelayo, a mis brazos |
|
llegad. |
PELAYO: |
Estoy como debo, |
|
pues vuestro vasallo soy |
|
y como a rey os venero. |
SANCHO: |
Merezca yo vuestra mano. |
REY: |
Alzad, don Sancho, del suelo. |
OPAS: |
(Aparte. ¡Que sea fuerza que me postre |
|
a otro que a los herederos |
|
de mi señor Witiza! |
|
Mas es forzoso ahora esto:) |
30 |
|
A vuestras plantas... |
REY: |
Alzad, |
|
que es requisito muy necio |
|
que el pastor haga a una oveja |
|
tan impropio acatamiento. |
JULIÁN: |
¿A qué, gran señor, nos llamas?; |
|
que obedientes, como atentos, |
|
nos tienes. |
REY: |
Pues escuchad, |
|
que ya a decíroslo empiezo, |
|
mas forzoso es acordaros |
|
(aunque lo sabéis) primero |
40 |
|
mi origen, y los insultos |
|
de Flavio Witiza, fiero |
|
antecesor mío, porque, |
|
acordándolos, pretendo |
|
incitaros a mi auxilio, |
|
al explicar el derecho |
|
con que ocupo aqueste trono; |
|
pues descïendo de aquellos |
|
ilustres baltos, a quien |
|
visigodos eligieron |
50 |
|
para que los gobernasen |
|
cuando de Gocia salieron |
|
a extenderse por el orbe, |
|
bien con enjambres diversos |
|
de abejas que el hueco corcho |
|
abandonan por estrecho, |
|
buscando en mayores troncos |
|
más capaz alojamiento |
|
para armar sus oficinas, |
|
extendiendo más su gremio. |
60 |
|
De aquellos, pues, que Alejandro |
|
Magno no quiso con ellos |
|
aventurar su fortuna; |
|
y tuvo a prudente acuerdo |
|
Julio César no irritarlos; |
|
Pirro rey de Epiro excelso, |
|
los temió; César Augusto |
|
procuró con suaves medios |
|
no enojarlos, porque no |
|
le perturbaran su imperio. |
70 |
|
De aquellos que divididos |
|
en dos valerosos cuerpos |
|
alcanzaron el blasón |
|
del águila, cuyo cuello, |
|
dividido en dos cabezas, |
|
miraba a polos opuestos, |
|
y abrazaba con sus garras |
|
a los dos polos a un tiempo, |
|
que conserva hasta hoy España |
|
en las armas del imperio. |
80 |
|
En fin, de aquellos que aun antes |
|
de conocer el supremo |
|
Dios y Hombre Jesucristo, |
|
Redentor y Señor Nuestro, |
|
adoraron a un Autor |
|
Crïador de tierra y cielo, |
|
que aunque entendieron que otros |
|
había, siempre creyeron |
|
una causa de las causas, |
|
de quien las demás pendieron, |
90 |
|
siendo tan fieles a él |
|
que al oír sonar los truenos, |
|
entendiendo que los dioses |
|
se trababan, compitiendo |
|
unos con otros, osados |
|
a la defensa acudiendo |
|
del suyo, armando los arcos |
|
tiraban flechas al cielo. |
|
Si tan constantes los godos |
|
siempre al que adoraron fueron, |
100 |
|
¿cómo era factible, cómo, |
|
que, adorando y conociendo |
|
ahora al verdadero Dios, |
|
consintieran con el cetro |
|
a quien, después de subir |
|
contra razón y derecho |
|
al regio solio, negó |
|
al sucesor de san Pedro |
|
y vice-Dios en su Iglesia |
|
la obediencia, concediendo |
110 |
|
vil libertad de conciencia |
|
para honestar sus excesos, |
|
y mandando (¡grande error!) |
|
contra el divino precepto |
|
que se casasen también |
|
los eclesiásticos, siendo |
|
sacerdotes (¡qué insolencia!) |
|
permitiéndoles, a ejemplo |
|
de la secta mahometana, |
|
concubinas? Y sabiendo |
120 |
|
Constantino Papa aquella |
|
desorden contra el decreto |
|
de Dios, le envió a decir |
|
le privaría del reino |
|
si no derogaba aquella |
|
ley; a lo que el rey, blasfemo, |
|
respondió que ya se estaba |
|
aprestando y disponiendo |
|
para ir sobre Roma, como |
|
su antecesor lo había hecho, |
130 |
|
Alarico, y despojarla. |
|
De estos malvados efectos |
|
resultó promulgar bandos |
|
que nadie fuera resuelto |
|
a dar obediencia al Papa, |
|
pena de muerte; y el pueblo |
|
(aunque malicia y lisonja |
|
tan vil ley obedecieron) |
|
murmuraba de aquel bando, |
|
culpando sus desaciertos; |
140 |
|
como el pueblo siempre ha sido |
|
el más ajustado freno |
|
que detiene a los monarcas, |
|
aquesta opresión sintiendo, |
|
hizo deshacer las armas, |
|
forjando de ellas los hierros |
|
de los arados y azadas |
|
y campestres instrumentos, |
|
arrasando las murallas, |
|
para que armas no teniendo |
150 |
|
ni fuerza que los guardase, |
|
no se atreviesen resueltos |
|
a levantarse contra él, |
|
teniéndolos indefensos; |
|
con esto logró más bien |
|
sus depravados deseos, |
|
y temeroso de que |
|
a mi padre Teodofredo |
|
apellidasen por rey, |
|
hizo le sacasen fiero |
160 |
|
los ojos (que, retirado, |
|
su tiranía temiendo, |
|
estaba en Córdoba, sin |
|
aspirar a su derecho): |
|
y a Favila, vuestro padre, |
|
noble Pelayo, heredero |
|
segundo de la corona, |
|
que le estaba leal sirviendo |
|
de capitán de la guardia, |
|
atosigó con veneno; |
170 |
|
y a nosotros, que sin duda |
|
nos reserva Dios inmenso |
|
para su altos arcanos, |
|
pretendiendo hacer lo mesmo |
|
nos libró de su crueldad, |
|
guardando para instrumento |
|
de su justicia mi brazo, |
|
pues de su rigor huyendo |
|
como vos de la Cantabria |
|
os amparasteis, yo llego |
180 |
|
a guarecerme de Roma, |
|
y los romanos vinieron |
|
en mi auxilio contra el cruel |
|
Witiza; y con mis deudos, |
|
mis amigos y parciales, |
|
le prendí, e hice al momento |
|
que le sacasen los ojos, |
|
como con mi padre había hecho. |
|
Esto acordado, entra ahora, |
|
porque no tengáis recelo |
190 |
|
de mi valor, el deciros |
|
cómo he sabido de cierto |
|
que Sisebuto y Ebari, |
|
hijos de aquel monstruo horrendo, |
|
a ampararse de los moros |
|
han ido, y aunque no temo |
|
a esos bárbaros, conozco |
|
nos hallamos indefensos, |
|
sin armas y sin murallas |
|
donde poder defendernos |
200 |
|
si en nuestra contra se mueven; |
|
y no dejarán de hacerlo, |
|
pues no hay duda de que habrán |
|
algunos que hay en mi reino |
|
dádoles cuenta de todo, |
|
como enemigos caseros, |
|
que saben cómo dejó |
|
Witiza aqueste reino: |
|
y así, deudos y vasallos, |
|
saber prevenir los riesgos |
210 |
|
no es flaqueza, que es prudencia |
|
de los varones discretos. |
|
Mas para evitar el daño, |
|
lo que yo tengo dispuesto |
|
es que el conde don Julián |
|
vaya a templar su ardimiento |
|
con una embajada mía |
|
y un presente de gran precio, |
|
pues sabemos que los moros |
|
son llevados mucho de esto, |
220 |
|
y reedificar en tanto |
|
murallas, e ir resarciendo |
|
armas, tropas, y de guerra |
|
los necesarios pertrechos, |
|
para poder resistirles; |
|
y cuando no tenga efecto, |
|
armas será la razón, |
|
murallas serán los pechos, |
|
revellines el valor, |
|
cortaduras el esfuerzo; |
230 |
|
pues no hay armas ni murallas, |
|
revellines ni pertrechos, |
|
como el valor, la osadía, |
|
la razón y el noble esfuerzo; |
|
que a quien el valor le sobra |
|
no hace falta nada de esto. |
|
Aqueste es mi parecer, |
|
ahora declarad el vuestro. |
JULIÁN: |
Quien no ignora, gran Rodrigo, |
|
todo lo que habéis propuesto, |
240 |
|
¿cómo podrá no abrazar |
|
tan sano y prudente acuerdo? |
|
Y pues a mí me elegís |
|
para la embajada, ofrezco |
|
allanar vuestro designio |
|
apagando el voraz fuego |
|
que hubiese Ebari encendido |
|
con Sisebuto en sus pechos. |
OPAS: (Aparte.) |
¡Oh, quién pudiera estorbar |
|
que atajasen el incendio!, |
250 |
|
pues movido el mahometano |
|
a ampararlos, lograr puedo |
|
ver otra vez en el trono |
|
al legítimo heredero |
|
de mi señor Witiza, |
|
a quien debí tan inmensos |
|
favores, por ser quien siempre |
|
aprobaba sus intentos; |
|
bien que aquesto no se sabe |
|
por haber sido en secreto |
260 |
|
las consultas. |
PELAYO: |
¿Quién podrá |
|
buscar más prudente medio |
|
cuando están los españoles, |
|
faltándoles el manejo |
|
de las armas, olvidados |
|
tanto del marcial empleo, |
|
que los más no habrán tomado |
|
jamás en su mano acero? |
|
Pues aunque el valor los haga |
|
saber arrojarse al riesgo, |
270 |
|
pues la inclinación es fuerza |
|
que haga en todos este efecto, |
|
el saber salir bien de él |
|
es de quien pende el trofeo, |
|
que no se consigue el triunfo |
|
en morir con noble esfuerzo, |
|
sino con saber guardarse |
|
y ofender, pues pende en esto |
|
el vencer, sin ser vencido; |
|
fuera de esto, no tenemos |
280 |
|
armas ni caballos, pues |
|
aunque España es hemisferio |
|
que cría los más veloces, |
|
más ágiles y resueltos, |
|
están ocupados todos |
|
en la labranza, y los nuestros |
|
están en la escaramuza |
|
torpes, dados al paseo |
|
de calle, que hasta los brutos |
|
en el ocio mucho tiempo |
290 |
|
se entorpecen en lo que es |
|
heredado en todos ellos |
|
de inclinación natural. |
|
¿Pues cómo no creeremos |
|
que en los racionales haya |
|
este propio efecto hecho? |
|
Aqueste es mi parecer |
|
conformado con el vuestro, |
|
y no por eso me excuso |
|
de ser yo siempre el primero |
300 |
|
que, haciendo gala el peligro |
|
y menospreciando el riesgo, |
|
me arroje entre los alfanjes |
|
damasquinos, dando ejemplo |
|
a todos los españoles |
|
de que mueran como buenos. |
SANCHO: |
Mi dictamen se conforma |
|
con el de los dos, y creo |
|
que bastantes muestras di, |
|
vuestra causa defendiendo |
310 |
|
contra Witiza, de que |
|
no seré en la ocasión menos. |
OPAS: |
Aunque no me toca hablar |
|
en materias de gobierno |
|
militar, no me ha dejado |
|
de admirar vuestro recelo. |
|
Con bárbaros que pelean |
|
sin doctrina ni concierto, |
|
¿quién creerá que los más nobles |
|
de España estén confiriendo |
320 |
|
cómo excusar combatir |
|
con bárbaros sarracenos, |
|
enemigos de la fe |
|
de Cristo? (Aparte. Con esto honesto |
|
mi intención.) |
JULIÁN: |
Don Opas, no es |
|
temor recelar atentos |
|
aventurar la victoria. |
OPAS: |
Mas no es fiar de sí eso. |
PELAYO: |
Desconfiar de las tropas |
|
no es no fiar de sí mesmos. |
330 |
OPAS: |
Pues todos son españoles, |
|
quien desconfía de aquéllos |
|
es agraviarse a sí propio. |
SANCHO: |
Todos los que hemos resuelto |
|
acuerdo tan acertado, |
|
toca que miremos cuerdos |
|
los riesgos, no temerarios, |
|
pues que pende el bien del reino |
|
de una consulta, y no es bien |
|
que en aquesta aventuremos |
340 |
|
por llevarse del valor |
|
de todo el reino el sosiego; |
|
pues cuando antes era oficio |
|
el combatir, en los nuestros |
|
es arte ahora que ignoran; |
|
olvidados del manejo |
|
de las armas, ocupados |
|
en los rústicos empleos |
|
del campo, y en las delicias |
|
los ciudadanos de juegos, |
350 |
|
saraos, fiestas y banquetes, |
|
no podrán llevar el recio |
|
trabajo de la campaña, |
|
rindiéndose al sol y al hielo, |
|
por no estar acostumbrados |
|
al marcial afán inmenso. |
OPAS: |
Si hubiera habido al principio |
|
tan prudentes consejeros, |
|
nunca hubieran conseguido |
|
tantas victorias los nuestros. |
360 |
REY: |
Basta ya, don Opas, basta |
|
porque es del estado vuestro, |
|
más que irritar a la lid |
|
desenojar con el ruego, |
|
y con la oración a Dios, |
|
irritado de los yerros |
|
de Witiza, y de los que |
|
en los vicios le siguieron: |
|
es general en España |
|
la seca, y aun va prendiendo |
370 |
|
peste en muchas poblaciones. |
|
¿Pues cómo, si conocemos |
|
el que Dios está agraviado, |
|
de valor blasonaremos? |
|
Si los triunfos que lograron |
|
los godos en aquel tiempo |
|
fue porque los eligió |
|
Dios para suyos, y el cielo |
|
peleaba en su favor, |
|
y ahora con razón podemos |
380 |
|
temer que nos desampare; |
|
pues aunque manso cordero |
|
ha sufrido otras injurias |
|
de otros reyes de este imperio, |
|
no faltaron a la fe |
|
que es el principal cimiento |
|
que mantuvo este edificio |
|
gótico tan largo tiempo; |
|
pero habiendo éste flaqueado |
|
de Witiza en el gobierno, |
390 |
|
podemos temer su ira, |
|
y así lo que está dispuesto |
|
es lo acertado. Partíos, |
|
conde don Julián, de presto, |
|
y vos haced que se hagan |
|
al punto en todo mi reino |
|
rogativas porque aplaque |
|
su ira el Señor, pues esto |
|
es lo que os toca, mas no |
|
provocar el ardimiento. (Vanse.) |
400 |
Cajas y clarines, y voces dentro
|
VOCES: |
¡El rey don Rodrigo viva, |
|
nuestro legítimo dueño! |
OPAS: |
¿Es posible que he podido |
|
escuchar en mi desprecio |
|
tal desaire de este ingrato |
|
rey, cuando estaba hecho |
|
a experimentar favores |
|
continuados de mi dueño |
|
Witiza?, ¿cuando el odio |
|
es tan grande y tan inmenso |
410 |
|
que tengo a aqueste tirano |
|
que no me cabe en el pecho? |
|
¿Despreciando por inútil |
|
mi parecer, a oír llego |
|
que más me toca rezar |
|
que incitar el ardimiento? |
|
Si esta ropa es la ocasión |
|
de ajar mi altivo denuedo, |
|
yo la arrojaré de mí, |
|
trocándola al lucimiento |
420 |
|
africano, para dar |
|
a entender a este soberbio |
|
que más que con la doctrina |
|
reduzco con el acero; |
|
pero oculto este designio |
|
guardaré hasta mejor tiempo, |
|
procurando adelantar |
|
en tanto a los malcontentos, |
|
hasta que reviente este |
|
volcán que abrigo en el centro |
430 |
|
del abismo que recato, |
|
asolando y destruyendo |
|
a toda esta monarquía |
|
con el fuego de mi aliento. (Vase.) |
Salón corto. Salen Florinda, Laín y Estrella
|
LAÍN: |
Digo, señora, que ha sido |
|
del rey llamado, y no fue |
|
posible venir porque |
|
le habrá quizá detenido. |
ESTRELLA: |
No le creas, porque éste |
|
le ha de encubrir sus deslices. |
440 |
LAÍN: |
¿Oiga lo tuyo me dices? |
ESTRELLA: |
¡Ah, taimado!, mala peste |
|
te coma. |
FLORINDA: |
Cuando entendía |
|
hoy hablarle sin cuidado, |
|
porque, mi padre ocupado |
|
con el rey, libre podría |
|
gozar el verle sin susto, |
|
¿menospreció esta ocasión? |
|
No tiene Sancho razón |
|
en no darme aqueste gusto. |
450 |
LAÍN: |
Señora, ¿no consideras |
|
que a todas estas consultas |
|
asiste?, ¿qué dificultas, |
|
cuando te adora? |
ESTRELLA: |
¿De veras? |
LAÍN: |
Como tú eres maliciosa, |
|
juzgas por tu corazón |
|
el ajeno, sin razón, |
|
que ya yo sé que tú... |
ESTRELLA: |
¡Ay, cosa! |
FLORINDA: |
Desde que vine a Toledo |
|
con mi padre, y en palacio |
460 |
|
estoy, sólo ahora despacio |
|
y sin susto hablarle puedo. |
LAÍN: |
Él vendrá luego al instante |
|
que despache, y si no viene |
|
será porque le detiene |
|
en algún paso importante; |
|
mas con tu padre ha llegado |
|
el rey don Rodrigo. |
ESTRELLA: |
Mira |
|
si es lo que dices mentira, |
|
de que le tiene ocupado. |
470 |
FLORINDA: |
Muriendo de pena, cielos, |
|
estoy de que me engañara, |
|
que es mi condición tan rara |
|
que ya me abraso de celos, |
|
sin saber de quién los pida. |
|
¿Que el rey le detiene, enviarme |
|
a decir?, ¿a mí engañarme? |
|
De quererle estoy corrida. |
Salen el rey y el conde don Julián
|
JULIÁN: |
Esta, señor, es mi hija |
|
Florinda y vuestra crïada, |
480 |
|
que la traje porque viera |
|
la corte. |
REY: (Aparte.) |
¡Mujer gallarda! |
FLORINDA: |
A vuestros pies... yo... si... cuando. |
REY: |
Alzad, señora. |
FLORINDA: |
Turbada |
|
he quedado al ver al rey. |
|
(Aparte. ¿Corazón, de qué te espantas?) |
JULIÁN: |
Sosiégate, hija, que el rey |
|
mi señor, que nos ensalza, |
|
no debe asustarse. |
FLORINDA: |
No |
|
es susto, sino admirada |
490 |
|
suspéndeme su grandeza. |
REY: |
(Aparte. Sin poder templar mis ansias, |
|
bebiendo está su hermosura |
|
hidrópicamente el alma |
|
por los ojos, sin que pueda |
|
saciar la sed que me abrasa.) |
|
¿Esta es vuestra hija, conde? |
JULIÁN: |
Sí, señor. |
FLORINDA: |
Y vuestra esclava. |
REY: |
(Aparte. Señora de mi albedrío.) |
|
Razón tenéis de estimarla, |
500 |
|
que es hermosa. |
FLORINDA: |
Gran señor, |
|
a tan buena luz mirada, |
|
adquiero ese lucimiento. |
REY: |
A las vuestras se declara. |
JULIÁN: |
En honrarnos, gran señor, |
|
os esmeráis. |
REY: |
¿Hospedada |
|
está en palacio? |
JULIÁN: |
¿No os dije, |
|
señor, cuando a verla entrabais, |
|
que estaba en esta vivienda |
|
de las vuestras retirada? |
510 |
|
¿Dónde pudieran vivir |
|
las crïadas sino en casa |
|
del señor? |
REY: |
Tenéis razón, |
|
pero ya no me acordaba. |
|
(Aparte. Mejor será que me aparte |
|
del despeño que me arrastra; |
|
no han de poder sus luceros |
|
deslumbrar a mi constancia.) |
|
Vamos, conde. |
JULIÁN: |
Ya, señor, |
|
os sigo. (Aparte. ¡Novedad rara!) |
520 |
FLORINDA: |
(Aparte. ¡Que se vaya de esta suerte |
|
sin despedirse, me espanta!) |
|
El cielo, señor, os guarde. |
REY: |
(Aparte. ¡Que la volviera la espalda, |
|
y sin despedirme de ella!) |
|
¿Os quedáis? |
FLORINDA: |
Y avergonzada, |
|
pues os vais de aquesta suerte. |
REY: |
Tenéis razón: mas pensaba |
|
(Aparte. ¿qué diré?) que os había dicho |
|
que vinierais a otra estancia |
530 |
|
más decente (Aparte. que es mi pecho) |
|
donde estéis aposentada. |
JULIÁN: (Aparte.) |
Confuso sin duda está, |
|
discurriendo en la embajada. |
FLORINDA: |
Cualquiera estancia que sea, |
|
señor, de vuestra real casa, |
|
será para mi humildad |
|
el más superior alcázar. |
|
(Aparte. No sé de estas confusiones |
|
qué imagine.) |
JULIÁN: |
Pues lo manda |
540 |
|
su majestad, vamos, hija. |
REY: |
Mejor es aderezarla |
|
primero. (Aparte. Huyo del fuego |
|
y he de ir metido en las brasas!) |
JULIÁN: |
Pues quédate. |
FLORINDA: |
Ya obedezco. |
REY: |
¿Os quedáis? |
LAÍN: (Aparte.) |
¿Es zarabanda? |
FLORINDA: |
¿Pues no lo mandáis? |
REY: |
¿Qué es esto? |
|
Adiós, pues. (Vase.) |
FLORINDA: |
Él con vos vaya. |
JULIÁN: |
Hija, adiós, porque me envía |
|
el rey con una embajada |
550 |
|
al rey Miramamolín. |
FLORINDA: |
Si es fuerza, señor, que vayáis, |
|
será preciso también |
|
que prevenga mi jornada |
|
para volver con mi madre. |
JULIÁN: |
No, hija mía, a llamarla |
|
he enviado; además, que |
|
es costumbre continuada |
|
que en los palacios se hospeden |
|
de nuestros reyes de España |
560 |
|
las hijas y las mujeres |
|
de los que a servirlos vayan. |
LAÍN: (Aparte.) |
Eso sí: que ya diviso |
|
uno que hacia allí se alarga, |
|
colgado de las orejas, |
|
para notar que dejara |
|
con rey soltero en palacio |
|
el conde, a su hija y muchacha. |
FLORINDA: |
Pues siendo así, Dios, señor, |
|
os lleve con bien, y os traiga. |
570 |
JULIÁN: |
Dame un abrazo, y adiós, |
|
que ha mucho que el rey me aguarda. (Vase.) |
FLORINDA: |
Válgame Dios, ¿qué de dudas |
|
mi imaginación asaltan? |
LAÍN: |
¿Ves, señora, cómo estuvo |
|
mi amo ocupado? |
FLORINDA: (Aparte.) |
Qué extraña |
|
novedad sería que el rey... |
LAÍN: |
Sí, él te llama. |
FLORINDA: |
¿Con quién hablas? |
LAÍN: |
Contigo; ¿pues no me escuchas? |
FLORINDA: |
No, por cierto. |
LAÍN: |
No me espanta; |
580 |
|
porque estarías pensando |
|
si acaso ocupado estaba |
|
mi amo con el rey. |
ESTRELLA: |
No hay duda. |
FLORINDA: |
Bien distante de él pensaba. |
ESTRELLA: |
¿Y ahora, cómo no viene? |
LAÍN: |
Eso no sé. |
ESTRELLA: |
Pues extraña |
|
cosa es que tú no lo sepas. |
LAÍN: |
Pues di por qué, Estrella clara. |
ESTRELLA: |
Porque es fuerza que tú sepas |
|
en los malos pasos que anda, |
590 |
|
porque sabes de qué pie |
|
cojea. |
LAÍN: |
Mientes, borracha. |
FLORINDA: |
Idos y dejadme sola, |
|
que esa altercación me cansa. |
ESTRELLA: |
Sal afuera. |
LAÍN: |
Tú lo eres. |
ESTRELLA: |
Corre, ve y dile si acaba |
|
con el despacho. |
LAÍN: |
No soy |
|
correveidile, taimada. (Vanse.) |
FLORINDA: |
No sé, ¡ay de mí!, qué imagine |
|
de contradicciones tantas. |
600 |
|
El rey, al verme, primero |
|
suspendido, de extremada |
|
loar mi hermosura, y luego |
|
sin despedirse la espalda |
|
volverme, y después cortés |
|
cuando en tal acción repara, |
|
disculparse con razones |
|
atentas, mas sin sustancia. |
|
Decir que vaya con él, |
|
y después en encontradas |
610 |
|
razones decir que no, |
|
¿qué puede ser? ¿Mas qué extraña |
|
mi discurso no entender |
|
de estos efectos la causa, |
|
si aun lo que dentro de mí |
|
sentí, al mirarle, no alcanza? |
|
¿Si mi turbación sería |
|
de respeto o de admirada? |
|
Mas el respeto no estorba |
|
el aliento a las palabras, |
620 |
|
y la admiración suspende, |
|
confunde, admira y embarga. |
|
¿Luego fue admiración? Sí. |
|
¿Y qué la admiración causa? |
|
¿Mirar al rey? No, por cierto, |
|
pues le hallé, como juzgaba, |
|
hombre cortés y apacible; |
|
la majestad humanada |
|
me habló. ¿Pues si es hombre, cielos, |
|
cómo me turba y me pasma? |
630 |
|
¿La majestad no me admira, |
|
y me suspende y me encanta |
|
un hombre? Sí; porque un hombre |
|
en quien se mira ajustada |
|
la majestad sin violencia, |
|
el respeto con templanza, |
|
la gravedad sin ficción, |
|
el agasajo sin que haga |
|
falta a la soberanía, |
|
que se haga comunicada, |
640 |
|
es fuerza que admire más |
|
hombre de prendas tan altas, |
|
que la majestad de rey |
|
le viene a la suya escasa; |
|
pues como en otros se advierte |
|
que no hay sujeto en que caigan |
|
los puestos o dignidades, |
|
para don Rodrigo faltan |
|
imperios; para su imperio, |
|
grandeza a grandeza tanta; |
650 |
|
pues siendo esto así, qué mucho |
|
que yo de ver me admirara |
|
un hombre quien la grandeza |
|
de rey a su vista es nada, |
|
y qué mucho que confusa (Música.) |
|
ahora... |
Sale don Sancho
|
SANCHO: |
Florinda adorada, |
|
ya la fortuna ha querido |
|
después de ser tan contraria |
|
que pueda venirte a ver, |
|
a costa de tantas ansias. |
660 |
FLORINDA: |
Bien excusarlo pudierais. |
SANCHO: |
¿Por qué? |
FLORINDA: |
Porque, quien se tarda |
|
para conseguir favores |
|
pierde la ocasión, y falta |
|
cuando los quiere lograr |
|
fortuna para lograrla. |
SANCHO: |
No entiendo, ¿por qué lo dices? |
FLORINDA: |
Pues escucha; pero aguarda. |
MÚSICA: |
Tiempo, lugar y ventura, |
|
muchos hay que la han tenido; |
670 |
|
pero pocos han sabido |
|
gozar de la coyuntura. |
FLORINDA: |
¿Quién canta? |
SANCHO: |
Dos damas son, |
|
que como tan cerca está |
|
su habitación, hasta acá |
|
llegan por aquel balcón |
|
las voces; ¿pero el capricho |
|
que no entiendo, proseguir |
|
puedes? |
FLORINDA: |
Ya no hay qué decir. |
SANCHO: |
¿Por qué? |
FLORINDA: |
Porque ellas lo han dicho. |
680 |
SANCHO: |
¿Qué han dicho? (Aparte. Con dudas lucha |
|
mi corazón confundido.) |
FLORINDA: |
¿Pues, qué no le has entendido? |
SANCHO: |
No le entendí. |
FLORINDA: |
Pues escucha. |
MÚSICA: |
Tiempo, lugar y ventura, |
|
muchos hay que la han tenido; |
|
pero pocos han sabido |
|
gozar de la coyuntura. |
SANCHO: |
Ya que propósito ha sido |
|
cuando dice su locura: |
690 |
MÚSICA: |
Tiempo, lugar y ventura |
|
muchos hay que la han tenido |
FLORINDA: |
No es locura, que es cordura, |
|
si oyes que dice el sentido: |
MÚSICA: |
Pero pocos han sabido |
|
gozar de la coyuntura. |
SANCHO: |
Eso habla con quien no sabe, |
|
cuando coyuntura tiene, |
|
gozarla; pero yo supe, |
|
y me embarazó la suerte |
700 |
|
lograrla. |
FLORINDA: |
Y pues ése ha sido |
|
el sentido que contiene |
|
la letra. |
SANCHO: |
No la entendiste. |
FLORINDA: |
Tú eres el que no la entiende. |
SANCHO: |
¿Pues no escuchas cómo dice? |
FLORINDA: |
¿Pues cómo, explica, no entiendes? |
MÚSICA: |
Tiempo, lugar y ventura. |
SANCHO: |
¿Y a mí, me ha faltado ese |
|
tiempo? |
FLORINDA: |
Pero prosigue |
|
si bien su concepto infieres. |
710 |
ELLA Y MÚSICA: |
Muchos hay que la han tenido. |
SANCHO: |
Si a mí me falta de verte |
|
el tiempo, y aun la ventura, |
|
¿a qué propósito viene? |
ÉL Y MÚSICA: |
Pero pocos han sabido. |
FLORINDA: |
Lo dicen por los que pueden |
ELLA Y MÚSICA: |
Gozar de la coyuntura. |
SANCHO: |
Luego aquí al caso no viene, |
|
pues para esa coyuntura |
|
me quita el rey para verte |
720 |
ÉL Y MÚSICA: |
Tiempo, lugar y ventura. |
FLORINDA: |
Desgracia de aquesa especie, |
|
muchos hay que la han tenido. |
SANCHO: |
Muchos hay que la padecen, |
|
pero pocos han sabido. |
FLORINDA |
El que sabe es quien supiere |
|
gozar de la coyuntura. |
SANCHO: |
¿Luego él me la embebece? |
FLORINDA: |
Pues de tu suerte te queja, |
|
pero no de mí te quejes. |
730 |
SANCHO: |
Yo no me quejo de ti. |
FLORINDA: |
Será en balde si lo hicieres. |
SANCHO: |
¿Pues por qué? |
FLORINDA: |
Porque ya es tarde. |
SANCHO: |
No es tarde para quien viene |
|
con dicha. |
FLORINDA: |
Si fuera buena. |
SANCHO: |
¿No es buena dicha quererte? |
FLORINDA: |
No lo sé, tú lo sabrás. |
SANCHO: |
Ya lo sé. |
Sale Estrella |
ESTRELLA: |
El rey entra a verte. |
SANCHO: |
¡Qué poco debo a mi estrella!, |
|
¿pues ya te ha visto? |
ESTRELLA: |
Patente. |
740 |
SANCHO: |
¡Ay de mí! |
FLORINDA: |
¿Pues qué recelas? |
SANCHO: |
El peligro que ya tiene |
|
el corazón asustado. |
ESTRELLA: |
Y con razón me parece. |
SANCHO: |
Pero adiós, que no quisiera |
|
que de hallarme aquí sospeche |
|
algo en contra de tu fama. |
|
Yo vendré a satisfacerte. (Vase.) |
FLORINDA: |
Anda con Dios, que no sabes |
|
el gusto que me concedes. |
750 |
Sale el rey
|
REY: (Aparte.) |
Sin que pueda resistirme, |
|
el amor mis pasos mueve |
|
al incendio en que me abraso |
|
cual mariposa inocente; |
|
mas ya he entrado, y me he helado |
|
viendo sus rayos ardientes. |
FLORINDA: (Aparte.) |
Segunda vez asustado, |
|
duda el corazón al verle. |
REY: |
¡Qué letargo!... |
FLORINDA: |
¡Qué temor!... |
REY: |
¡Me ha embargado! |
FLORINDA: |
¡Me suspende! |
760 |
REY: |
¿Mas qué dudo? |
FLORINDA: |
¿Mas qué temo? |
REY: |
Si el destino... |
FLORINDA: |
Si mi suerte... |
REY: |
Me influye a amar su hermosura. |
FLORINDA: |
Propicia me favorece. |
ESTRELLA: (Aparte.) |
¿A qué habrá venido el rey, |
|
sabrán decírmelo ustedes? |
FLORINDA: |
Gran señor, ¿pues qué fortuna |
|
favorable me concede |
|
duplicados los favores? |
REY: |
¡Oh, cuánto estimo que fueses |
770 |
|
quien de tantas confusiones |
|
el torpe lazo rompiese |
|
que con prisiones de hielo |
|
ligaba con nudos fuertes |
|
la lengua, sin que pudiera |
|
para explicarme moverse! |
FLORINDA: |
¡Con cuánta mayor razón |
|
pudiera más justamente |
|
decir eso una vasalla |
|
teniendo a su rey presente! |
780 |
REY: |
Mayor imperio es el vuestro, |
|
pues domináis en los reyes: |
|
luego, con más causa pude |
|
yo a esa vista suspenderme. |
FLORINDA: |
No corráis a la que apenas |
|
ser vuestra esclava merece. |
|
(Aparte. Industria mía, logremos |
|
lo que la ocasión ofrece.) |
REY: |
Que no merece, no hay duda, |
|
ser esclava la que adquiere |
790 |
|
ser reina del albedrío. |
ESTRELLA: |
¡Oiga el diablo!, que la quiere. |
FLORINDA: |
Señor, vuestra majestad |
|
advierta antes que se empeñe, |
|
que es mi rey, yo su vasalla, |
|
que tantos timbres contiene |
|
de nobleza en su familia |
|
por sus claros ascendientes, |
|
que soy mucho para dama, |
|
aunque para reina fuese |
800 |
|
poco: conque así, señor, |
|
mirad. |
REY: |
Si ya dueña eres |
|
de mi alma, ¿cómo dudas |
|
que lo menos no te entregue, |
|
que es la mano y la corona? |
FLORINDA: |
Ya vencí: ved que ser puede, |
|
señor, aquese apetito |
|
y, que conseguido os pese; |
|
advierta tu majestad |
|
que ése es deseo impaciente |
810 |
|
de llegar a conseguir |
|
un momentáneo deleite, |
|
tanto que lo que durar |
|
después de logrado puede, |
|
es el arrepentimiento |
|
de llegar unido a verse |
|
con una vasalla suya. |
REY: |
Más tus razones me encienden: |
|
¿yo arrepentirme de ser |
|
esposo rendido siempre |
820 |
|
de esa deidad? ¿Cómo dudas |
|
de aquesas luces celestes, |
|
que no influyan más amor |
|
mientras más se consiguieren? |
|
Tan imposible es que falte |
|
en mi amor, como que deje |
|
ese lucido blandón |
|
que alumbra desde el oriente, |
|
de seguir hasta el ocaso |
|
la carrera que anda siempre; |
830 |
|
antes faltará en la luna |
|
los menguantes y crecientes; |
|
antes faltará en el mar |
|
la república de peces; |
|
faltará en la tierra flores |
|
y fieras en los agrestes |
|
montes; pero poco es esto, |
|
antes faltará de aquese |
|
rostro divino, hermosura, |
|
que yo de adorarte deje. |
840 |
FLORINDA: |
¿Pues cómo quieres que crea |
|
que pueda en tiempo tan breve |
|
fundar cimientos amor |
|
que no derribe el más leve |
|
acaso? |
REY: |
No tiene tiempo |
|
amor, que con flechas hiere, |
|
y en lo que vibra se funda |
|
de una cuerda solamente, |
|
el tiempo de que traspase |
|
el alma, aun al más rebelde. |
850 |
Sale Laín. Al paño
|
LAÍN: |
A ver si se ha ido el rey, |
|
por si puedo hablar a Estrella, |
|
hacia esta parte he venido; |
|
pero deteneos, piernas. |
FLORINDA: |
¿Y cómo queréis que pueda |
|
yo, gran señor, atreverme |
|
a trataros como esposo, |
|
siendo vasalla? |
REY: |
¿Eso temes? |
|
¿No te hizo el amor señora |
|
del albedrío?; pues puedes |
860 |
|
tratarme no como a esposo, |
|
pues en mí dominio tienes, |
|
sino como dueño mío. |
FLORINDA: |
Señor... |
REY: |
Ya es tiempo que dejes |
|
el «señor», Florinda bella. |
FLORINDA: |
Vuestra majestad... |
REY: |
¡Ah, pese |
|
a la majestad si estorba |
|
a tu trato amante! |
ESTRELLA: |
Tiene |
|
razón, señora; de veras |
|
que ya yo estoy de tal suerte |
870 |
|
de oír a su majestad |
|
tan tratable, que atreverme |
|
pudiera a hablarle de vos |
|
si acaso lo permitieses. |
LAÍN: |
De ti lo creo, taimada: |
|
¡ah, mal haya las mujeres! |
FLORINDA: |
No era menester que tú, |
|
Estrella, me convencieres |
|
cuando de otra ya influida |
|
(Aparte. Mas declarar no es decente |
880 |
|
lo que siento; basta.) |
ESTRELLA: |
Di. (Vase.) |
FLORINDA: |
Que lo sufra quien lo siente. |
LAÍN: |
Miren, y qué presto ya |
|
sabe irse con la corriente. (Vase.) |
REY: |
¡Qué escucho! ¿Es posible que |
|
he logrado que influyese |
|
amor en tu corazón, |
|
cariño con que me premies? |
FLORINDA: |
Tanto, que si como sois |
|
hoy rey, un villano fueseis, |
890 |
|
por ser vuestra esposa, ajara |
|
los timbres que me ennoblecen. |
REY: |
Pues si tú hicieras fineza |
|
tal con quien no lo merece, |
|
¿qué haré yo en subir al solio |
|
a quien merecía verse |
|
señora de más imperios |
|
que todo el orbe contiene? |
FLORINDA: |
Pues, señor, ya que conoces |
REY: |
Deja el «señor», que me ofendes. |
900 |
FLORINDA: |
Pues ya que conoces que |
|
me correspondes, hacedme |
|
un favor. |
REY: |
Di lo que gustas, |
|
pues es deuda obedecerte. |
FLORINDA: |
Que hasta que mi padre sepa |
|
esta honra que me concede |
|
la fortuna favorable, |
|
no habéis de dar la más leve |
|
nota, ni entrar en mi cuarto. |
REY: |
Mucho me pides, mas ése |
910 |
|
es escrúpulo excusado, |
|
si has de ser mi esposa. |
FLORINDA: |
Este |
|
favor sobre tantas honras, |
|
gran señor, he de deberte. |
REY: |
¿Pues cómo quieres que pueda |
|
yo, mi bien, vivir sin verte? |
FLORINDA: |
¿No me queréis para esposa? |
REY: |
Y para mi dueño hacerte. |
FLORINDA: |
¿Pues cómo queréis, señor, |
|
dar ocasión que se piense |
920 |
|
de la esposa que elegís |
|
que pudo frágil vencerse |
|
al amor o a la porfía, |
|
que es cosa, que aun en mujeres |
|
particulares no deja |
|
de ser escrúpulo éste, |
|
tal que después de casados |
|
desdora si no envilece? |
REY: |
A tan prudente razones |
|
no tengo qué responderte. |
930 |
FLORINDA: |
(Aparte. Y con eso me aseguro |
|
de que otras en mí escarmienten, |
|
como yo escarmiento en otras; |
|
y me libro de esta suerte |
|
de sentir lo que ellas lloran, |
|
por destino de la suerte.) |
|
Empiece vuestra grandeza |
|
esa honra con volverse |
|
a su estancia, por no dar |
|
lugar a que se sospeche. |
940 |
REY: |
Pues merezca antes que el labio |
|
estampe en la tersa nieve |
|
de esa mano. |
FLORINDA: |
Eso es querer |
|
perder conmigo el prudente |
|
concepto con que me habíais |
|
ya cautivado dos veces. |
REY: |
Ya más con esa constancia |
|
me enamoras y me prendes. |
FLORINDA: |
Idos, señor. |
REY: |
¿Ya me arrojas |
|
de ti? Mira, ingrata eres. |
950 |
FLORINDA: |
Más ingrata soy conmigo, |
|
puesto que el honor me mueve |
|
a ampararme de quien amo. |
REY: |
Pues sabiendo que me quieres, |
|
no muera de aborrecido |
|
y más que padezca ausente: |
|
adiós, pues, bello prodigio. |
FLORINDA: |
Él con bien os lleve, y lleve |
|
mi corazón con el vuestro. |
REY: |
Es pedir que en vos se quede. |
960 |
FLORINDA: |
¿Por qué? |
REY: |
Porque si ha de estar |
|
con el mío, que ya tiene |
|
su centro en vuestra belleza, |
|
con vos se ha de quedar siempre. |
FLORINDA: |
Siendo así, cierto es que esté |
|
bien hallado con tal huésped. |
REY: |
El hado así lo disponga. |
FLORINDA Y GALÁN: |
Dispóngalo así la suerte, |
|
por que no vivan distantes |
|
dos amantes que se quieren. |
970 |