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ArribaJornada III

 

Calle.

 

Escena I

 

DON FÉLIX, GARCÍA.

 
DON FÉLIX
¡Que un hombre como don Diego,
cuando el papel le avisó
que estaba solo, temió
salir al campo! ¡Estoy ciego
tanto en mi loco furor,5
que el amor que en mí se advierte,
con ser tan grande, es más fuerte
mi venganza que mi amor!
Darle muerte pretendía
oculta, por mano ajena, 10
por ver si mi amante pena
remedio tener podía;
pero va que esta mujer
es prodigio en su firmeza,
con que la naturaleza 15
se ilustra en su flaco ser,
y en seis años no he podido,
por piedad o por amor,
alcanzar de ella un favor
estando ausente el marido 20
(que es la más fuerte ocasión
para el mayor rendimiento),
he de mudar pensamiento:
ya es venganza mi afición.
Templé mi agravio pensando 25
lograr mi loco deseo;
mas ya que ofendido veo
que voy sin fruto esperando,
de sus desprecios corrido.
Quiero más de furia armado, 30
vengarte desengañado,
que disimular perdido.
GARCÍA
Señor, si por fiel criado
me estimas, y ves que puedo,
sin verle la cara al miedo, 35
dejar tu agraviado vengado,
dime el que hacerte pudieron,
porque la satisfacción
venza la murmuración
de los que tu afrenta vieron; 40
porque ya sabes que escriben
leyes el amor y el duelo,
que con militar desvelo
satisfacción aperciben10
a cada agravio, de honor 45
tan previsto y tan mirado,
que venga el que está agraviado
a quedar por superior.
DON FÉLIX
García, también ordena
esa ley en casos tales, 50
que satisfacción de iguales
no ha de ser por mano ajena.
Cuando con ciego furor,
de toda razón desnudo,
por ajena mano pudo 55
hacerle matar mi honor,
tuvo disculpa el deseo
de un yerro desatinado;
mas cuando desengañado
de mi amor, mi afrenta veo, 60
por mí mismo he de abonarme
con quien mi venganza espera;
porque de otra suerte fuera
deslucirme sin vengarme.
Mi agravio, si no lo sabes... 65
GARCÍA
Don Lope viene, Señor.


Escena II

 

DON LOPE. Dichos.

 
DON FÉLIX

 (Aparte.) 

Por acreditar mi honor
fue a consultar los más graves
sujetos que en la milicia
tienen hoy mejor lugar; 70
pero yo he de consultar
con mi ofensa la malicia
al pueblo legislador,
por atrevido, severo.
Don Lope, ya yo os espero 75
como a noble defensor,
de la opinión que he perdido.
DON LOPE
Si es verdad la información
que me hiciste, la pasión
os ha quitado el sentido. 80
Consulté vuestro suceso,
a quien vos llamáis agravio
injustamente, por Dios,
con los mejores soldados
que han venido con su alteza, 85
y con seis maeses de campo,
cuyas firmas podéis ver
en este papel que os traigo,
donde os dan por satisfecho.
Al fin les propuse el caso, 90
dando al silencio los nombres,
porque os conocen a entrambos.
«Dos caballeros (les dije)
tan perdidamente amaron
a una mujer principal, 95
que el silencio y el recato
les advirtió muchas veces,
turbando al sueño el descanso,
dando a sus rejas suspiros,
y a su calle asombro y pasos. 100
Al fin, la dama vencida
de honesto amor, dio la mano,
si iguales en calidad,
al que juzgó más gallardo.
Quedó rabiando de celos 105
el competidor, y entrando
en la noche de sus bodas
en su casa, dónde tantos
principales caballeros
honraban los desposados. 110
Dijo en presencia de todos:
-Señora, si de este agravio
no fuera mujer el yerro
(que suelen, aun en los casos
de mayor reputación, 115
cometer yerros tan claros
como el que agora se ha visto),
yo dejara tan vengados
mis celos, que viera el mundo
que merezco vuestra mano, 120
por más calidad y prendas.
Mejor que el que a vuestro lado
le dais el nombre de esposo-,
dijo, y despidiendo rayos
por los ojos el marido, 125
y veneno por los labios,
le respondió que mentía;
y sin poder estorbarlo,
con las espadas desnudas
se acometieron bizarros, 130
dio, sustentando el mentís,
al competidor, que en vano
se defendió, tres heridas;
y dando priesa a un caballo,
dio a su esposa tanta ausencia, 135
que la lloró por seis años.
Volvió a la corte, su patria,
adonde por varios casos
se han vuelto a ver, sin que nadie
haya tomado a su cargo 140
el hacer las amistades.»
Esto propuse en palacio,
con las circunstancias todas
con que pudiera informarlos
vuestro mismo honor. Mirad 145
si les debéis, por soldados
y caballeros la fe
con que ese papel firmaron.

  (Dale un papel.) 

DON FÉLIX

 (Aparte.) 

Quiero ver las firmas todas;
que después veré de espacio 150
el desagravio que firman
aunque a soldados cristianos
no han de consultarse afrentas,
porque fuera injusto caso,
siguiendo leyes del duelo, 155
firmar venganzas de agravios.

  (Lee.) 

«Don Álvaro de Sande, -don Sancho de Logroño, -Julián Romero, -don Juan de Cardona, -don Martín Padilla, -don Alonso Portocarrero.»

Sujetos ilustres son,
y que debe respetarlos
el mundo; pero advertid,
y no es pasión la que guardo, 160
que no pudieron firmar
que yo no estoy agraviado,
oyendo un mentís, don Lope.
DON LOPE
Satisfecho estáis, sacando
la espada para ofenderle. 165
DON FÉLIX
Sí, pero ha de ser quedando
iguales con las espadas;
mas cuando por desdichado
queda agraviado el herido,
aunque haya sido un retrato 170
de Marte, en venganza suya,
queda con el mismo cargo
de la ofensa que recibe;
porque el dichoso contrario
con la victoria sustenta 175
lo que dijo con los labios.
DON LOPE
El salir un hombre herido,
riñendo como hombre honrado,
¿es afrenta?
DON FÉLIX
No es afrenta.
DON LOPE
¿Podrá nadie señalarlo 180
por hombre cobarde?
DON FÉLIX
No.
DON LOPE
Pues si con pecho bizarro
saca la espada, y se arroja,
con que desmiente el agravio
del mentís, y las heridas 185
no causan afrenta, es llano
que gana reputación,
pues con su sangre afirmando
su honor publican a voces
que se arrojó por cobrarlo. 190
DON FÉLIX
Con sofísticas razones,
don Lope, queréis, templando
mi fuego, excusar mi afrenta,
yo sé que deja manchado
mi honor mi propia desdicha, 195
con la suerte del contrario.
DON LOPE
También os digo, don Félix,
que el concepto imaginado
tiene fuerza de verdad
en los hombres temerarios 200
que no reciben consejos,
y así quedan agraviados
los que piensan que lo están.
DON FÉLIX
Yo lo pienso, y en el campo
ha de darme mi enemigo 205
la satisfacción que aguardo.
DON LOPE
A tanta resolución
no hay que dilatar los plazos.
¿Queréis que saque a don Diego
mañana al campo?
DON FÉLIX
Fiaros
210
debo una acción tan honrosa.
DON LOPE
Yo lo haré, pues que no basto
con la razón y el consejo:
sacaré a don Diego al campo;
mas por la razón que tiene 215
presumo que ha de mataros.

  (Vase.) 



Escena III

 

DON FÉLIX, GARCÍA.

 
GARCÍA
Pues ¿al Campo has de salir?
DON FÉLIX
No, García: este fue engaño
por divertir a don Lope
mientras de vengarme trato; 220
porque no hay duelo que escriba
que el hombre que está agraviado
debe aceptar desafío,
sino vengarse a su salvo.
GARCÍA
Si por fiestas de su alteza 225
una máscara trazaron
para esta tarde, y en ella
has de salir, yo no alcanzo
el modo que has de tener.
DON FÉLIX
Mis deseos he logrado 230
en la máscara, García,
porque en ella disfrazado,
he de afrentar a don Diego.
GARCÍA
¿Cómo quedará tu agravio
satisfecho, si no saben 235
quién eres?
DON FÉLIX
Los que firmaron
en este papel, declaran
mi honor por seguro y salvo
en la común opinión;
yo solo en mi pecho traigo 240
presunciones de mi ofensa,
yo soy quien a solas paso
conmigo mi propia afrenta;
y así, disfrazado aguardo
satisfacerme a mí mismo, 245
sin que mi fiero contrario
presuma que yo le ofendo.
Con esto también alcanzo
venganza de mi enemiga,
pues a quien adora agravio. 250
GARCÍA
Advierte un inconveniente
(y es el mayor): que ha llegado
don Diego a Madrid apenas,
y siendo los celos rayos
de la furia que le encienden, 255
te halla en su casa encerrado
(donde el bizarro valor
de don Lope pudo tanto.
Que puesto en medio, estorbó
llegar los dos a mataros), 260
y no tiene otro enemigo;
claro está que de su agravio
ha de juzgar cuerdamente
que eres tú el dueño.
DON FÉLIX
No en vano
me dispongo a lo que intento. 265
Aquí le desafiaron
sobre pleitos de una herencia
dos caballeros, hermanos,
antes que pasara a Flandes;
y como aquí están entrambos, 270
y ganó el pleito don Diego
cuando estaba ausente, es llano
presumir que ellos han sido
los que su afrenta buscaron.
GARCÍA
A morir en tu servicio 275
estoy, Señor, obligado
con la lealtad que conoces.


Escena IV

 

CASTAÑO. Dichos.

 
CASTAÑO

 (Aparte.)  

¡Buen encuentro!
DON FÉLIX

 (Aparte a GARCÍA.)  

¿No es Castaño
aquel?
GARCÍA
Él es.
DON FÉLIX
Disimula;
no presuma que buscamos 280
a su señor.
CASTAÑO

 (Aparte.)  

Vive Dios...
DON FÉLIX
Vamos.
 

(Hacen que se van.)

 
CASTAÑO
Que estoy por retarlos
al palenque de Zamora.
 

(Empuña la espada, y vuelve DON FÉLIX con GARCÍA.)

 
DON FÉLIX

 (A CASTAÑO.)  

¿Qué decís?
CASTAÑO
Que soy criado
ínfimo de los vecinos 285
de vuesamerced.
DON FÉLIX
Villano,
¿cómo empuñabas la espada?
CASTAÑO
¡Famosa advertencia! Traigo
algo escabrosa la vaina;
y así, voy de cuando en cuando 290
haciéndola sacabuche.
 

(DON FÉLIX y GARCÍA hacen que se van.)

 
Mas yo nunca satisfago
a nadie, porque me precio...
 

(Vuelven.)

 
DON FÉLIX
¿De qué?
CASTAÑO
De menor lacayo
de vuesté.
DON FÉLIX

 (A GARCÍA.)  

Deja ese loco.
295
 

(Vase, y tras él GARCÍA.)

 
CASTAÑO
Pues si no vinieran tantos,
y en cuadrilla, aquesta calle
¿no había de ser arrendajo
de Troya?
 

(Sale GARCÍA.)

 
GARCÍA
Pues yo estoy solo,
¿qué es lo que has de hacer, picaño, 300
gallina?
CASTAÑO
¿Yo? Convidarle
a una azumbre de lo caro,
cabal se entiende la azumbre,
gastando más cuatro cuartos,
que es lo que echan de espuma. 305
GARCÍA
Por no hacer molerle a palos
me voy.

  (Vase.) 



Escena V

 

CASTAÑO; después, DON DIEGO.

 
CASTAÑO
¿Por eso no más?
Parece que me han dejado
en las minas del azogue:
temblando quedo.
DON DIEGO

 (Sale.)  

Castaño,
310
¿qué tienes?
CASTAÑO

 (Aparte.) 

Hoy me acredito
de valiente. Hablemos paso,
porque no quiero meterme
en peleonas. Llegamos
dos amigos a la Manta 315
Colorada11 a echar un trago;
y al tiempo que el oficial
de tabernero en el jarro
quiso despeñar el vino,
porque alzase con el salto 320
espumaje en la medida,
arriméle un poco el brazo.12
Se derramó todo el vino;
y sobre haber de pagarlo,
aunque alegué que la espuma 325
es el orillo del paño,
y que no entra en la medida,
me dieron seis puñetazos
como para mí; mas yo,
que ya me sentí enfadado 330
de tanta descortesía,
me llegué así, paso a paso,
y al cuero, que se estrenaba
entonces, le tiré un tajo
que le abrí hasta el ombligo, 335
de cuyo vientre saltaron
dos plagas de Faraón.
DON DIEGO
¿Qué dices?
CASTAÑO
Que haciendo un charco
se vieron en sus orillas
ranas y mosquitos, dando 340
a entender que el tabernero
ligó con estrechos lazos
el agua cándida y pura
con el vino siempre aguado.
Pues el saborcillo es bueno: 345
de hierro viejo.
DON DIEGO
Castaño,
buen humor gastas en tiempo
que vive desesperado
el sufrimiento. Pues sabes
mi desdicha y mis agravios, 350
no es mucho tomar consejo
contigo; que en tales casos
más bien me aconsejarás
como testigo y criado,
que el más entendido amigo, 355
que no siente ajenos casos.
Resuelto estoy en que muera
Beatriz, y que nos volvamos
a Flandes.
CASTAÑO
Si has de matarla
no más de por ser casado, 360
bien puedes; pero los cielos
lloverán ardientes rayos
sobre ti por el delito
de matar a un ángel.
DON DIEGO
¿Tanto
la disculpas, cuando has visto 365
a don Félix encerrado
en mi casa, con que muestra
que en ausencia de seis años
logró traidores deseos?
Ya yo estoy determinado 370
al hecho.
CASTAÑO
No me conformo,
porque pueden ser engaños.
Y lo han de ser, juro a Cristo,
porque son unos bellacos
los que a las mujeres, nobles 375
con los títulos honrados
de la heredada nobleza,
manchan el honor, más claro
que el padre hermoso del día.
DON DIEGO
Pues tan claros desengaños 380
¿no bastan para que muera?
CASTAÑO
No bastan ni aun otros tantos;
que la afrentas y te afrentas.
DON DIEGO
Pues un remedio más llano
tomaré por más seguro. 385

  (Aparte.) 

Cielos, ¿a tan triste estado
reducís ya mis discursos,
que tan importantes casos
permitís que los consulte
con un hombre humilde y bajo, 390
para pedirle consejo?
CASTAÑO
¿Qué dices?
DON DIEGO
Digo, Castaño,
que al mundo no sean
más públicos mis agravios,
será bien darla veneno. 395
CASTAÑO
Y los que saben acaso
tu deshonra (pues tú mismo
dices que estás agraviado).
Si de secreto la matas,
y no saben que tu mano 400
vengó con hierro tu afrenta,
¿no ha de ser negocio llano
que han de infamarte viudo,
aunque vivas dos mil años?
Un ejemplo he de traerte 405
para sacarte del casco
tan maldito pensamiento.
Un viudo y un casado,
compadres, cuyas mujeres
vestían algo más ancho 410
de lo que era menester,
saliendo una tarde al campo
a divertirse, cantó
sobre ellos, entre unos ramos
(no es casi nada), un cuquillo; 415
¡miren qué hermoso canario!
díjole el viudo al otro,
sonriéndose a lo falso:
«compadre, mirad que os trae
bulas aquel comisario.» 420
Donaire fue peligroso,
porque respondió el casado:
«También las trae de difuntos
y podemos ir entrambos.»
DON DIEGO
En más alegre ocasión 425
escuchara más despacio
tus donaires. ¡Oh mujer,
en cuyo pecho formaron
mi muerte delitos tuyos!
Sígueme, Castaño.
CASTAÑO
Vamos;
430
pero dime adónde.
DON DIEGO
A casa.
CASTAÑO
Pues si en ella está tu daño,
no la veas.
DON DIEGO
No es la muerte
para los ojos humanos
más feroz; mas, como suele 435
de noche en desiertos campos
aparecerse una sombra,
causando amarillo espanto
a quien turbado la mira,
que en medio de los helados 440
temores aun no se atreve,
huyendo, a mover el paso,
y el mismo temor le infunde
valor tan desesperado,
que a la imagen a quien teme 445
le da mortales abrazos,
de la misma suerte yo,
mirando en sombras mi agravio,
cuando cobarde la temo,
medrosamente la aguardo; 450
y para verle mejor,
hasta morir en mis brazos.13
 

(Vanse.)

 


Escena VI

 

Sala en casa de DON DIEGO.

 
 

DOÑA CLARA, DOÑA BEATRIZ; INÉS, con recado de escribir.

 
DOÑA CLARA
Tu severidad honrada
te ha de quitar el honor.
Ya es necio tanto valor, 455
si ves que estás infamada
con tu esposo, y que los ojos
de la sospecha pasaron
a la codicia, y causaron
no merecidos enojos. 460
Y aunque tan sin culpa vives,
puedes temer el rigor,
Beatriz, de un celoso honor,
porque airada, no recibes
el provechoso consejo 465
que te doy. Si en él estriba
que yo más contenta viva,
siendo tu honor el espejo
donde don Diego se vea
sin manchas ni oscuros cielos 470
de tan conocidos celos,
darásme ocasión que crea,
si este bien negarme intentas,
que por afrentarme a mí
quieres infamarle así.14 475
DOÑA BEATRIZ
Nuevos delitos aumentas
con tu loco desatino.
¿Qué dices, loca mujer?
pues ¿yo misma he de poner
nuevo lazo en el camino 480
donde tropezó mi esposo?
pues ¿yo he de escribir papel
a don Félix?
DOÑA CLARA
¡Qué cruel
estás! Si en el fin dichoso
miras, echarás de ver 485
lo que escribirle conviene.
DOÑA BEATRIZ
Dime qué disculpa tiene
el delito que he de hacer.
Dime tu intento furioso.
DOÑA CLARA
Pues si tan terrible estás, 490
Beatriz, no esperes jamás
desengaño de tu esposo.

  (Hace que se va.) 

DOÑA BEATRIZ
Clara, espera, aguarda un poco,
no dejes mi vida en calma;15
que tengo turbada el alma 495
con las desdichas que toco.
DOÑA CLARA
¿No te dije que don Juan
y don Pedro, nuestros tíos,
con nuevos avisos míos
ya prevenidos están 500
para que en entrando en casa
don Félix...?
DOÑA BEATRIZ
¿A qué ha de entrar?
DOÑA CLARA
Tu papel le ha de llamar,
pues si en tu fuego se abrasa
claro está que ha de venir; 505
y en entrando han de obligarle
a ser mi esposo a matarle.
Mira si importa escribir
a don Félix de tu mano
para que engañado venga, 510
y mi honesto fin prevenga
a tu medio injusto y vano
un suceso venturoso;
pues quedando yo casada
vienes tú a quedar honrada, 515
y sin sospecha tu esposo.
DOÑA BEATRIZ
¿Qué le tengo de escribir?
DOÑA CLARA
Que venga a verte.
DOÑA BEATRIZ

 (Pónese a escribir.)  

¡Hay tal mengua!
Ni la pluma ni la lengua
se atreverán a fingir.520

 (Escribe.)  

INÉS

 (A DOÑA CLARA.)  

A creer tus dichas llego:
si hoy viene, te has de casar.
DOÑA CLARA
Y se vendrán a templar
los enojos de don Diego.
INÉS
¡Mi señor viene!
DOÑA CLARA
¡Ay de mí!
525
 

(Coge DOÑA CLARA el papel que está escribiendo su hermana, y lo oculta, en la manga, a tiempo que sale DON DIEGO.)

 


Escena VII

 

DON DIEGO, CASTAÑO. Dichas.

 
DON DIEGO
Clara, espera.
DOÑA CLARA

 (Aparte.)  

¡Hay tan cruel
desdicha!
DON DIEGO
Dame el papel.
DOÑA CLARA
¿Qué papel?
DON DIEGO
El que yo vi,
en la manga le guardaste.
DOÑA CLARA
¿Papel en la manga yo?16 530

  (Aparte.) 

¡Cielos, mi muerte llegó17!)
DON DIEGO
Muéstrale.
DOÑA CLARA
Que te engañaste
has de creer.
DON DIEGO
Vive Dios,
que me has de obligar que sea
descortés.
CASTAÑO

 (Aparte.)  

Como él le vea,
535
corren peligro las dos.
DOÑA CLARA
Es un papel que escribía
mi hermana a una amiga suya.
DON DIEGO
Pues yo he de verle.
CASTAÑO
Concluya.
Mal haya el ladrón que fía 540
en hembras.
DOÑA CLARA
No has de saber
lo que le escribe mi hermana.

  (Rompe el papel.) 

DOÑA BEATRIZ
Necia, descortés, villana,
¿de don Diego has de esconder
el más leve pensamiento 545
mío? Sus letras juntad,

  (Alza los pedazos y dáselos a DON DIEGO.) 

que ellas dirán la verdad;
porque fuera atrevimiento
infame que yo negara
lo que habéis de ver aquí. 550
A don Félix escribí
que me viera y que me hablara.
Esto el papel lo declara,
la duda está satisfecha;
si a vuestro intento aprovecha, 555
lo demás lo dejo a Dios,
porque no habéis de creer vos
mi verdad con tal sospecha.
Don Félix me pretendió
antes de ser vuestra esposa, 560
y en vuestra ausencia penosa
favores solicitó.
En vuestra casa le halló
vuestro cuidado; aquí os doy
cuenta del riesgo en que estoy, 565
y no disculpas prevengo;
que para estos cargos tengo
ser yo vuestra y ser quien soy.
Y si la misma verdad,
con ser desinteresada, 570
no os deja el alma informada,
no busquéis más claridad.
Si en ella hay oscuridad,
mal por mí podrá lucir,
mal os podré persuadir 575
a creerme y a abonarme,
si soy la que por salvarme
puede engañar y mentir.
Lances apretados son
los que habéis visto, es verdad, 580
y que arguyen liviandad
contra mi reputación;
terrible es esta ocasión
de escribir, sabiendo a quien;
más falta que veáis también, 585
y será prodigio igual,
que una mujer principal
no sea mujer de bien.

  (Vase.) 

DON DIEGO
Clara, escucha.
DOÑA CLARA

 (Aparte.)  

¡Yo voy muerta!18
 

(Vase con INÉS.)

 
DON DIEGO
Dice Beatriz que no sabe, 590
en una ocasión tan grave,
lo que en su abono concierta.
La verdad me abrió la puerta
para terminar mi pasión:
las satisfacciones son 595
las que sin ellas he oído,
porque la mayor ha sido
no darme satisfacción.
 

(Vase con CASTAÑO.)

 


Escena VIII

 

Calle.

 
 

DON FÉLIX, de encamisada, con una máscara en la mano; GARCÍA.

 
DON FÉLIX
Dame el caballo, García;
que ya mis venganzas miro 600
cerca de la ejecución.
GARCÍA
A su misma puerta he visto
a don Diego.
DON FÉLIX
Por su calle
pasa la máscara.
GARCÍA
Fío
de su valor que sabrá, 605
aunque te guarden amigos,
satisfacerte.
DON FÉLIX
¿No ves
que ha de darme en el peligro
seguro paso la industria
para no ser conocido? 610
Que demás de llevar todos
cubierto el rostro, es arbitrio
seguro mudar de puesto,
por si acaso el ofendido
me sigue; y volviendo a entrar 615
entre los demás, me libro,
en confusión ordenada,
de presumir el delito.
 

(Vanse.)

 


Escena IX

 

CASTAÑO.

 
Si mi amo no estuviera
lo que llamamos mohíno 620
yo avisara a mi señora,
para que los hierros fríos
de sus balcones honrara.
 

(Suenan atabalillos dentro.)

 
¡Qué bizarros, qué lucidos
vienen los máscaras todos! 625
Un portátil paraíso
es cada jinete: el sol
cambia reflejos y visos
en los brocados y telas;
huérfanos quedan los indios 630
de diamantes, porque todos,
con soberano artificio,
han hecho un mapa oriental
en plumas, bandas, vestidos.
¡Famosa cascabelada! 635
Ya van pasando: pajizos
los primeros, los segundos
de color de vino tinto,
los terceros de frailesco,
y los cuartos navarriscos. 640
De color de zanahoria
pasan gallardos los quintos
(diciendo: «No matarás»),
y los sextos de membrillo.
Por Dios, que perdí la cuenta, 645
porque uno, rompiendo el hilo,
por los demás atraviesa.
Cuchilladas hay y gritos;
¿qué puede ser?


Escena X

 

DON DIEGO, con la espada desnuda; luego, DON LOPE. CASTAÑO.

 
DON DIEGO
¡Cielo airado,
de mi deshonra testigo, 650
dame la muerte, o permite
que a quien afrentarme quiso
conozca!
DON LOPE

 (Sale.)  

Amigo don Diego,
decidme, por Dios, qué ha sido
la causa de vuestro enojo. 655
DON DIEGO
Que os lastiméis os suplico
de mi afrenta: un bofetón,
delante de mil testigos,
me dio una máscara, y huyendo,
buscó por seguro asilo 660
la confusión de los otros,
donde, como en laberinto,
de mis ojos se ha librado.
Ciego estoy, consejo os pido
en un término tan breve; 665
que los que mi afrenta han visto,
la satisfacción esperan,
piadosos como ofendidos.
Aconsejadme, don Lope;
que estoy perdiendo el sentido, 670
del justo dolor.
DON LOPE
¿Tenéis
dentro en Madrid enemigos
de quien podáis recelaros?
DON DIEGO
De don Félix ya habéis visto
la ocasión (¡rabiando estoy!) 675
y no hay de qué esté ofendido
para tan pública afrenta;
que el mentís lo satisfizo
sólo con sacar la espada.
DON LOPE
Que él no pudo ser os fío, 680
pues me dijo que os sacara
mañana al campo, y estimo
su valor y su buen trato.
DON DIEGO
Dos hermanos, conocidos
por honrados caballeros, 685
hicieron un desafío
conmigo antes de ausentarme;
pero quedamos amigos,
aunque salí con el pleito
de una herencia. ¡En ciego abismo, 690
con dudosas prevenciones
camina mi honor perdido!
Y si no me aconsejáis,
daré mi pecho a los filos
de esta espada.
DON LOPE
Lo que hiciera
695
don Diego, en tan gran peligro
del honor...
DON DIEGO
Decid, por Dios,
pues sabéis que sólo estribo
en el honor que sustento.
DON LOPE
Advertid que aunque es de amigo 700
el consejo, es de gentil.
Sólo un tirano, Dionisio,
os diera tan mal consejo;
que en un cristiano es delito
bárbaro; pero el honor, 705
en los que la ley seguimos
del mundo, me está diciendo
que os aconseje lo mismo.
Lo que hiciera si me viera
sin honra, y a mi enemigo 710
no pudiera conocer...
DON DIEGO
De vuestra obediencia hijo
me llama el valor; decid.
DON LOPE
Peligroso es el arbitrio,
pero honroso. ¿No decís 715
que vuestra deshonra ha visto
mucha gente, por la mano
de una máscara, y que el peligro
huyó en la confusa tropa
de los demás?
DON DIEGO
Esa ha sido
720
mi desdicha.
DON LOPE
Pues volved
donde corren ya distintos
y ya juntos, y matad
en tan ciego laberinto
a un máscara, sea el que fuere; 725
porque los mismos testigos
de vuestra infamia, entendiendo
por cierto vuestro delito,
han de publicar a voces
que os vengasteis en el mismo 730
que os agravió, y le matasteis
por haberle conocido.
DON DIEGO
Dadme esos brazos, y adiós.
CASTAÑO
Vamos.
DON LOPE
Yo también os sigo;
que habréis menester mi espada. 735
CASTAÑO

 (Aparte.)  

Demonio fue el consejillo.
 

(Vanse.)

 


Escena XI

 

Sala en casa de DON DIEGO.

 
 

DOÑA BEATRIZ, DOÑA CLARA, INÉS.

 
INÉS
¿No abriremos las ventanas?
Ver máscaras ¿es delito?
O ¿quieres que parezcamos,
en clausura, capuchinos? 740
DOÑA BEATRIZ
¿Con tanto gusto me sientes,
Inés?
INÉS
Jamás le has tenido;
siempre ves por relación
las fiestas y regocijos.
DOÑA CLARA
Agora yo no la culpo. 745
INÉS
Yo sí.


Escena XII

 

DON DIEGO, alborotado, con la daga en la mano. Dichas.

 
DOÑA BEATRIZ
¡El cielo sea conmigo!
Mirad que sin culpa muero.
DON DIEGO
Yo me matara a mí mismo
primero que te ofendiera,
porque la verdad me ha dicho 750
la seguridad del alma,
que ha sido el mejor testigo.
Yo, Beatriz, he muerto a un hombre;
que en tan desdichado signo
nací para que te deje 755
segunda vez.


Escena XIII

 

DON LOPE, CASTAÑO. Dichos.

 
DON LOPE
¿En peligro
tan urgente os detenéis,
cuando vuestra suerte quiso
libraros? Dadle un caballo
a don Diego.
 

(Dentro ruido.)

 
DOÑA CLARA
¿Qué ruido
760
es este dentro de casa?
DON LOPE
Si a prenderos han venido,
por vos me he de aventurar.


Escena XIV

 

DON FÉLIX, a quien sacan entre dos hombres. Dichos.

 
DON DIEGO
¡Cielos, qué nuevos prodigios
adviene vi alma!
DON FÉLIX
Don Diego,
765
a vuestra casa he venido
para que, muriendo en ella,
pague en ella mis delitos.
El sol que alumbra en los cielos
no es más puro ni es más limpio 770
que el honor de vuestra esposa.
Con pensamientos lascivos
solicité vuestra afrenta,
y avergonzado y corrido
de no lograr mis deseos, 775
quise que su dueño mismo
con su afrenta me pagara
el bien que juzgue perdido.
Yo mismo os di el bofetón;
para que asombre el castigo 780
del cielo, por vuestra mano
yo muero, y mil veces digo
que os perdono.
DON LOPE
¡Caso extraño,
que jamás ha sucedido
su igual!
DON DIEGO
Pues ya que en la vida
785
quisisteis, como enemigo,
la deshonra de mi casa,
con vuestra muerte acredito
mi honor contra las ofensas
que de mi esposa ha tenido 790
el vulgo necio y cruel.
Dadle a Clara, entre prolijos
desmayos de vuestra muerte
mano de esposo; que el siglo
trocará por un convento, 795
pues tanto en la vida os quiso.
DON FÉLIX
Si a su honor importa, sea.

  (Dale la mano a DOÑA CLARA, y muere.) 

DOÑA CLARA
Quien desdichada ha nacido,
no espera mejores bodas.
DON LOPE
Ya expiró.
DON DIEGO
Porque yo vivo
800
con el honor que he cobrado.
CASTAÑO
Bravo caso para escrito.
DON LOPE
Donde el ingenio y el arte
dirán con ejemplos vivos,
que no hay plazo que no llegue, 805
aunque haya tiempo infinito.
CASTAÑO
Ni deuda que no se pague,
aunque dure el tiempo siglos.