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31

Cf. también vv. 121-226.

 

32

Cf. también vv. 81-86, 91-98, 226-230, 326-330 y, en especial, vv. 165-170.

 

33

La cautiva, ya cit., p. 56. Cf. Alessandro Manzoni, «Il Conté di Carmagnola», Tragedia (En: Tutte le opere di Alessandro Manzoni. Con prefazione, indici, ritratti e autografi a cura di Giuseppe Lesea, 2.ª ed., Firenze, G. Barbera, 1928, pp. 45-92), p. 73.

 

34

La cautiva, ya cit., p. 66.

 

35

Divina comedia, «Inferno», VIII, vv. 103-108. Ed. cit. de N. Sapegno. El subrayado es nuestro.

 

36

El epígrafe está tomado de La confusión de un jardín (jornada primera, escena XIII). Cf. Agustín Moreto y Cabaña, «La confusión de un jardín» (En: Comedias escogidas de D. Agustín Moreto y Cabaña, Coleccionadas e ilustradas por D. Luis Fernández-Guerra y Orbe, Madrid, Real Academia Española, 1950, pp. 511-526), p. 515.

 

37

La cautiva, ya cit., p. 78.

El Diccionario de la lengua española (19.ª ed., Madrid, Real Academia Española, 1970) consigna: «Deseo. 2. Acción y efecto de desear, 2.ª acep.». «Desear. 2. Anhelar que acontezca o deje de acontecer algún suceso». Esta es la acepción del vocablo en el epígrafe y en la parte que preside.

 

38

Cf. también vv. 33-35, 71-80.

 

39

La cautiva, ya cit., p. 88. Cf. Alphonse de Lamartine, «Le dernier chant du Pèlerinage d'Harold» (En sus: Premières et Nouvelles Méditations Poétiques; suivies de La Mort de Socrate, du Pèlerinage de Child Harold et du Chant du Sacre, Paris, Hachette, Pagnerre, Furne, 1862), p. 441.

 

40

Resulta de extremo interés confrontar este canto con la decimonovena parte de la obra de Lamartine de la cual fue tomado el epígrafe, ya que existen numerosísimos puntos de tangencia con este séptimo canto. Véanse por ejemplo el mar en llamas, el movimiento del fuego, el ritmo del incendio, etc.