Poesía

HERNÁNDEZ, MIGUEL: «El rayo que no cesa». Ediciones Héroe. Madrid. Enero, 1936.

Miguel Hernández, poeta que antes fue pastor en la cálida y jugosa tierra de Levante, guarda en su corazón el recuerdo de los tiempos, aún no lejanos, de una existencia nutrida de égloga y de pan endurecido. Pero Miguel Hernández ha dejado de ser pastor. Conserva, sin embargo, el halo que reflejan las cumbres ásperas, la atmósfera húmeda y penetrante de las breñas y de los jaramagos. Ha dejado la vida nómada para convertirse en un poeta torturado por todos los anhelos que han atormentado siempre, desde que el mundo existe, a los poetas. A Miguel Hernández se le han ensanchado los ojos en el asombro y el deseo de ver lo invisible, de sentir y de penetrar lo impenetrable. Todo su libro, compuesto en su mayoría de sonetos, es un dulce gemido de dolor esperanzado. Su angustia es de adolescente que no ha tenido tiempo de perder ninguna ilusión; por eso, a través de su melancolía se vislumbra una fuerza optimista de juventud radiante que confía valientemente en su destino.

Las ediciones Héroe presentan con la belleza y el esmero que ponen en todos sus trabajos esta obra de un poeta salido de la hornada más reciente de la joven generación.

M. A.