El 11 de octubre encontraron
un palo, una caña, un bastón labrado ingeniosamente,
un junco recién cortado y una hierba recientemente
arrancada. -La Ignorancia, la Envidia y la Idolatría
cercan al sol. -Discurso de la Idolatría. -Huida del
sol. -Efectos de la Envidia. -Al anochecer cantan el Salve
Regina, promesa de Colón. -La Esperanza electriza
la atmósfera. -A las diez se ve una luz que se mueve.
-Expectación general. -A las dos de la mañana
dispara la Pinta un cañonazo. -Sonrisa de esperanza.
-¡Tierra! -Colón manda aferrar. -Arrepentimiento de
los insurrectos. -Invocación de Colón a las
virtudes teologales. -Pensamientos de Colón.
|
¡Bien por Colón! Si más le
atormentaron, | | | | desde
que octubre por su mal corría, | | | | mil señales
de tierra le alegraron | | | | en la mañana del onceno
día. | | | | -Un palo y una caña aquí alcanzaron.
|
5 | | | -Allí un bastón labrado ve un vigía.
| | | | -Parece que ya tierra a ver se alcanza... | | | | ¡Cuánta
prueba, es decir, cuánta esperanza! | | |
|
| -¡Un
junco!... es tan reciente, que ver creo | | | | el brillo de la
hoz que lo ha segado. |
10 | | | -¡Cuán nueva es esa hierba!...
casi veo | | | | la mano del pastor que la ha arrancado. | | | | -¿Veis
tierra? -Aun no! es la sombra del deseo. | | | | -¡No rompáis
el bauprés; id con cuidado! | | | | Ved que el junco y
la hierba es cosa nueva... |
15 | | | Ésa no es esperanza,
ésa ya es prueba. | | |
|
| ¡Cerca
la tierra está! Sí, ya se siente | | | | aire gentil
como de olor de flores. | | | | ¡Cerca está, cerca está!
porque impaciente | | | | la IDOLATRÍA agota sus furores.
|
20 | | | ¡Sí, cerca está! porque también
clemente | | | | dobla el bando del cielo sus furores! | | | | El principio
del fin éste es por tanto: | | | | ¡a vencer, o a morir!...
¡piedad, Dios santo! | | |
|
| Iban,
la IDOLATRÍA concitando |
25 | | | cuanta torpe pasión
su culto encierra; | | | | la IGNORANCIA, del mar la ira agitando;
| | | | a las almas la ENVIDIA haciendo guerra. | | | | Y en su inútil
encono, no logrando | | | | mover el mar ni conturbar la tierra,
|
30 | | | en rápido tropel, tendiendo el vuelo, | | | | suben
la furia a desatar del cielo. | | |
|
| Cercan
al sol las tres. Con arrogancia | | | | parar su curso la IGNORANCIA
ansía. | | | | Le habla la IDOLATRÍA con jactancia.
|
35 | | | Puesta detrás la ENVIDIA enturbia el día.
| | | | Y cuando al sol detuvo la IGNORANCIA, | | | | «Si tu trono
-gritó la IDOLATRÍA- | | | | no arrastras al antípoda
hemisferio, | | | | ¡dios de los Incas! se acabó tu imperio.
|
40 | |
|
| »¡Ciega esas naves! Si la
cruz cristiana | | | | toca esas playas a tu fe rendidas, | | | | no
verá más la tierra americana | | | | las víctimas
sin fin a ti ofrecidas. | | | | ¡O los dejas hoy ciegos, o mañana
|
45 | | | no tendrán para ti, desconocidas, | | | | ni la tierra
montañas, ni el mar ondas, | | | | donde tu faz avergonzado
escondas! | | |
|
| »Niega a Colón
tu luz. Justo es que ampares | | | | la tierra en que tu culto
persevera; |
50 | | | el último tal vez de tus altares,
| | | | y la defensa de mi fe postrera. | | | | ¡Salva, salva, abismándote
en los mares, | | | | tu último altar y mi postrer trinchera!
| | | | Si en redoblar tu curso no te ahíncas, |
55 | | | tu
imperio se acabó, ¡dios de los Incas!»
| | |
|
—525→
|
| La oyó el sol, y temió;
y en su venganza | | | | reabsorbe en sí la luz, cegando
el suelo, | | | | y huye tan raudo, que a seguir no alcanza | | | | el ojo de las águilas su vuelo. |
60 | | | La IDOLATRÍA,
que junto a él avanza, | | | | aun le gritaba en el opuesto
cielo: | | | | -Si en redoblar tu curso no te ahíncas,
| | | | tu imperio se acabó, ¡dios de los Incas!- | | |
|
| ¡Ira del cielo! Tras el mar de Atlante
|
65 | | | sepulta el sol sus rayos moribundos... | | | | ¡Ni siquiera
una luz deja expirante | | | | en la ancha esfera de los anchos
mundos! | | | | En vano por ser dios, astro radiante, | | | | buscas
los senos de la mar profundos. |
70 | | | ¡La gloria de Colón
será completa! | | | | ¡Te acuestas dios, y te alzarás
planeta! | | |
|
| Parte el sol! (Dios
vendrá!) parte, siguiendo | | | | de la IGNORANCIA la ominosa
huella. | | | | La IDOLATRÍA en él sigue infundiendo
|
75 | | | los sustos, odios y furores de ella. | | | | La ENVIDIA en
pos, lo negro ennegreciendo, | | | | tan repugnantes hálitos
resuella, | | | | que esparce nubes cual la niebla frías,
| | | | y fétidas, y espesas, y sombrías. |
80 | |
|
| Eran y son de esencia tan impura | | | |
de la ENVIDIA los ímprobos resuellos, | | | | que retiraron
a su sombra oscura, | | | | su brillo el mar, la luna sus destellos.
| | | | De horror también los astros de la altura |
85 | | |
volvieron hacia allá los rostros bellos: | | | | nada entre
el vaho que a la envidia abisma | | | | puede vivir más
que la envidia misma. | | |
|
| Cuando
las sombras -¡qué piedad!- miraron | | | | los marineros,
con acento amante |
90 | | | una Salve a la Virgen entonaron,
| | | | clara luz del perdido navegante. | | | | Y con pruebas que a
todos admiraron, | | | | prometió aquella noche el Almirante
| | | | realizar su fantástica quimera: |
95 | | | ¡de tantos
sueños realidad primera! | | |
|
| En
calma está la mar. -Sopla la brisa. | | | | Es la noche
más negra a cada instante. | | | | Sólo un brillo
en los aires se divisa | | | | cual de un ángel la risa
fulgurante. |
100 | | | Y era que la ESPERANZA con su risa | | | | el
aire enardecía tan amante, | | | | que el mundo, electrizado,
semejaba | | | | que su faz con su espíritu alumbraba.
| | |
|
| Suenan las nueve. El mar sigue
en bonanza. |
105 | | | Como a eso de las diez, Colón, inquieto,
| | | | brillar hacia Occidente, en lontananza, | | | | miró
un movible y luminoso objeto: | | | | creyéndolo ilusión
de su esperanza, | | | | llamó a Pedro Gutiérrez
en secreto, |
110 | | | para que viese si, como él, veía
| | | | clara la luz que a trechos se movía. | | |
|
| Viendo la luz ante sus ojos obvia,
| | | | dio Gutiérrez la luz por luz probada; | | | | mas en
la duda que su mente agobia |
115 | | | fue la opinión de
Sánchez consultada: | | | | pero Rodrigo Sánchez
de Segovia | | | | prorrumpió para sí no viendo
nada: | | | | -Esas luces así son, según veo, | | | | concreciones no más del buen deseo-. |
120 | |
|
| Las doce dan... ¡Qué noche tan
sombría! | | | | Dan la una... las dos... ¡no se oye un
ruido! | | | | Ni lengua allí ni corazón había
| | | | que una voz levantase ni un latido. | | | | ¡Silencio sepulcral,
que precedía |
125 | | | al más grande rumor que
el mundo ha oído, | | | | pues a hundirse iban en su calma
muda | | | | más de mil lustros de ignorancia y duda!
| | |
|
| Tras mil lustros y más
llegó el momento... | | | | Sonó en esto en la Pinta
un cañonazo |
130 | | | que el Himalaya estremeció
en su asiento, | | | | que hizo vibrar su cima al Chimborazo.
| | | | Tronó de firmamento en firmamento, | | | | y se le oirá
tronar de plazo en plazo, | | | | ¡hasta que, roto el eje en que
se funda, |
135 | | | con pasmo universal el orbe se hunda! | | |
|
| ¡TIERRA!... grita una voz. Todos
perplejos | | | | miran... ¡no es cierto!... el cielo está
sombrío. | | | | Sonríe la ESPERANZA... a sus reflejos
| | | | miran más... ¡tierra ven!... ¡no es desvarío!
|
140 | | | ¡Sí!... ¿qué es la sombra que se ve a
lo lejos?... | | | | Tierra será, tierra es tal vez, ¡Dios
mío! | | | | Pues aun tenaz en repetir se aferra | | | | Rodrigo
de Triana: -¡TIERRA! ¡TIERRA!- | | |
|
| ¡Tierra!
¿Es posible que tan cuerdo fuera |
145 | | | de los locos el loco
más extraño, | | | | que por fin de otro mundo se
apodera | | | | que hace veinte años sigue año tras
año? | | | | ¿Con que esa eterna y sin igual quimera | | | | era verdad, gran Dios! Si no es engaño, |
150 | | | ¡prestadme
vuestro aliento peregrino, | | | | Homero sin rival, Dante divino!
| | |
|
—526→
|
| Dejad que cante al genio
que ha eclipsado | | | | de los héroes y sabios la memoria,
| | | | oprobio de los siglos que han pasado, |
155 | | | y de los siglos
venideros gloria: | | | | al que excediendo, por querer del hado,
| | | | cuantos prodigios hacinó la historia, | | | | desea...
y realizando devaneos, | | | | cual los de Dios son mundos sus
deseos! |
160 | |
|
| ¿Qué sentirá
Colón cuando evocando | | | | un mundo de entre el húmedo
elemento, | | | | sobre las alas de su fe flotando | | | | ve sobre
el mar petrificarse el viento?... | | | | Sentirá lo que
Dios, cuando engendrando |
165 | | | cuanto ha sido y será
de un pensamiento, | | | | su hechura al contemplar de encantos
llena, | | | | con sonrisa de amor vio que era buena. | | |
|
| -¡Alto! ¡Aferrad! -¡La tierra está
delante! | | | | Dan las tres... ¡Cuánto tarda la mañana!
|
170 | | | La chusma ayer frenética, arrogante, | | | | tan
sumisa se muestra como ufana: | | | | grita aquí uno cual
grita el Almirante: | | | | remeda otro a Rodrigo de Triana:
| | | | los unos exclamando: -¡Aferra! ¡aferra!- |
175 | | | repitiendo
los otros: -¡Tierra! ¡tierra!- | | |
|
| Así
¡de hinojos! De Colón las manos | | | | besan algunos a
sus pies cayendo: | | | | los que insultaron su dolor villanos,
| | | | villanos piden su perdón gimiendo. |
180 | | | -¡Alzad!
¿y quién no yerra? alzad, hermanos. | | | | Generoso Colón
les va diciendo: | | | | ¡Gracias al cielo! ¡Alzad! ¿Y quién
no yerra? | | | | ¿Veis esa sombra bien?... ¡Ésa es la
tierra! | | |
|
| ¡Pasa otro instante!...
¡dos!... Todos el día |
185 | | | aguardan vueltos hacia
el suelo hispano, | | | | mientras, pidiendo luz, Colón
decía, | | | | descubierta la frente, alta la mano: | | | |
-¡Si hay gloria en este mundo, de la mía | | | | permitidme
¡oh virtudes! que esté ufano! |
190 | | | ¡Que alumbre el
sol mi venturosa suerte, | | | | y después, si queréis,
venga la muerte! | | |
|
| La FE la
CARIDAD y la ESPERANZA | | | | a esta humilde oración siguen
la vía | | | | del fugitivo sol que, porque avanza, |
195 | | | cegar el genio de Colón creía. | | | | El grupo
en busca de la luz se lanza, | | | | y con el sol volviendo al
otro día, | | | | para ser de su disco conductoras | | | | las
tres virtudes suplen a las horas. |
200 | |
|
| Y
otro instante pasó... y otro... En su gloria | | | | piensa
Colón, cruzando por cubierta, | | | | y tanto tanto se
engolfó en su historia, | | | | que era su distracción
locura cierta. | | | | Hirviendo de recuerdos su memoria, |
205 | | | de sus sentidos la existencia muerta, | | | | así decía,
continuando internos, | | | | de su alma los monólogos
eternos: | | |
|
| «¿Con que al fin,
más feliz que mis mayores, | | | | dejo del fiero mar la
senda franca?... |
210 | | | ¡De placer, olvidando sus dolores,
| | | | el corazón del pecho se me arranca! | | | | ¡Imbéciles!
¡Imbéciles doctores, | | | | que hicieron de mí
escarnio en Salamanca!... | | | | (¡Oh, cuánto tarda el
sol!) ¡Su gran talento |
215 | | | ha quedado, por Dios, con lucimiento!
| | |
|
| »¡Qué gozo va a sentir
tan lisonjero | | | | Beatriz Enríquez, mi secreta esposa!
| | | | ¡A su feliz progenitor primero, | | | | cuánto mi estirpe
alabará orgullosa! |
220 | | | ¿Y qué dirá
del pobre aventurero, | | | | al ver que su corona hace gloriosa,
| | | | aquella Reina para mí tan buena? | | | | ¿Y qué
dirá fray Pérez de Marchena? | | |
|
| »Santángel
¿qué dirá de mi jornada? |
225 | | | ¿Y Toscanelli,
de Florencia aurora? | | | | ¿Y Quintanilla?... Si de mí
hoy se agrada, | | | | de seguro en sabiéndolo me adora.
| | | | La Marquesa de Moya, la privada | | | | de la reina Isabel,
¿qué dirá ahora? |
230 | | | ¡Con qué gracia,
bondad y cortesía | | | | en la cámara real me entró
aquel día! | | |
|
| »Venecia,
¿qué dirá mi gloria viendo? | | | | ¿Y Génova,
la ingrata patria mía, | | | | y el falso Portugal, que
dejé huyendo?...» |
235 | | | Y ya triste, ya alegre, iba
y venía. | | | | Y una vez, y otra vez, yendo y viniendo,
| | | | -¿Y ese sol que no viene? -repetía. | | | | La postrer
vez que a un loco asemejaba; | | | | y la primera vez que loco
estaba. |
240 | |
|
| «¿Y fray Pérez?
-seguía-; no se aparta | | | | su imagen fiel de la memoria
mía: | | | | ¡el buen fraile! justo es que con él
parta | | | | cual mi dolor ayer, hoy mi alegría. | | | | ¿Cómo
decía su postrera carta? |
245 | | | ¿Cómo decía,
a ver, como decía?» | | | | -SI LA TIERRA NO HALLÁIS,
LOCO PROFUNDO; | | | | SI HALLÁIS LA TIERRA, REDENTOR DE
UN MUNDO.
| | |
|
Caída mortal
de Nuño. -Conclusión de su historia. -Su muerte.
Prisión del
sol. -Juicio del mundo. -El Asia. -La Europa. -El África.
-La América. -Desembarque. -Sistema solar de Copérnico.
-Conclusión.
| Hacia la
parte que al Oriente cae | | | | no alegre se alza el sol, triste
es alzado; | | | | de las virtudes teologales trae | | | | el disco
ardiente, sin ardor, cercado. | | | | Con cadenas de luz la FE
lo atrae, |
5 | | | y prisionero, a un lado y a otro lado | | | | la
CARIDAD trayendo y la ESPERANZA, | | | | entre lazos de imán
pálido avanza. | | |
|
| Y «¡Anda! -dice la FE-, sol
refulgente-, | | | | mientras atento el sol la escucha andando-,
|
10 | | | el pasado, el futuro y el presente, | | | | residenciados
los verás pasando. | | | | ¡Anda! y verás cómo
dichosamente, | | | | de la virtud el reino conquistando, | | | | de
primor en primor, de ruina en ruina, |
15 | | | glorioso el mundo
hacia su fin camina. | | |
|
| »Para
ir hasta la fe de los creyentes | | | | fue un paso nada más
tu idolatría. | | | | ¡A juicio! ¡a juicio! las eternas
gentes; | | | | y vos, ¡siglos sin fin, sueños de un día!
|
20 | | | pasadas sombras, sombras preexistentes, | | | | el acento
de Dios es la voz mía. | | | | ¡Honor a la virtud! ¡Oprobio
al vicio! | | | | Universo moral, ¡álzate a juicio! | | |
|
| »Ex-dios del cielo, -continuó-,
camina; |
25 | | | verás surgir de entre hordas de verdades,
| | | | de todas las naciones la doctrina, | | | | y la moral de todas
las edades. | | | | Verás también hoy que Colón
arruina. | | | | de vuestros falsos cultos las deidades, |
30 | | |
que es la justicia la pasión más tierna, | | | | que es la virtud la religión eterna. | | |
|
| »¡A juicio!» -repitió. -Y a este
conjuro | | | | de exhumación, desde la tumba fría
| | | | el pasado, el presente y el futuro |
35 | | | pueblan en irrupción
la luz del día. | | | | Y aunque se alzó cuanto
es y ha sido puro, | | | | casi desierto el éter parecía.
| | | | ¡Cuán pocos genios en el mundo fueron! | | | | ¡Cuán
pocos ¡ay! en la virtud murieron! |
40 | |
|
| Después
la CARIDAD repite: -Avanza, | | | | con eterno pesar, a Colón
viendo | | | | que a derrocar la idolatría alcanza | | | | hoy
su misión providencial cumpliendo.- | | | | Calló
la CARIDAD, y la ESPERANZA |
45 | | | dirigiéndose al sol
sigue diciendo: | | | | «Mira brillar con deslumbrante gloria
| | | | la gran fosforescencia de la historia. | | |
|
| »Medio
muerto aquí el Chino enfatüado | | | | vegeta en no
alterada servidumbre; |
50 | | | cual gusano eficaz vive encerrado
| | | | en la cápsula vil de la costumbre. | | | | El hombre
arrastra aquí, mal de su grado, | | | | de sí mismo
la inmensa pesadumbre. | | | | Para hallar su ataúd sin
pena alguna |
55 | | | vuelve al revés su inseparable cuna.
| | |
|
| »A Confucio mirad, cuya doctrina
| | | | la más ilustre comunión adora; | | | | por él
la gloria de la raza china | | | | del mundo irá hasta
el fin hora tras hora. |
60 | | | ¡Salud por siempre a ti, sombra
divina, | | | | destello de Moisés, de Cristo aurora!
| | | | Para pasar por dios falto a tu estrella, | | | | mártir
de tu moral morir por ella.
| | |
|
—530→
|
| »Región
de los humanos huracanes |
65 | | | la Mongolia mirad, del mundo
sierra: | | | | donde aludes de bárbaros sus khanes | | | |
desploman sin piedad sobre la tierra. | | | | Fiera madre de fieros
Tamerlanes, | | | | desde sus cimas predicando guerra, |
70 | | | verdugo
Atila descendió iracundo | | | | de orden de Dios a ajusticiar
al mundo. | | |
|
| »India feraz que
los diamantes cría, | | | | donde manda primero el que
antes llega; | | | | tu belleza gentil, blanca Etiopía,
|
75 | | | siempre a reyes exóticos se entrega. | | | | Rindiendo
a Brama adoración impía, | | | | cual hoy mañana,
raza mujeriega, | | | | ¡siempre tu estrella te será contraria!
| | | | ¡Siempre serás del universo paria! |
80 | |
|
| »¿Dónde fueron? Ni el sitio de
Ecbatana, | | | | de Babilonia y Nínive adivino: | | | | de
un rey fundadas por la fuerza vana, | | | | morir casi al nacer
fue su destino. | | | | Siempre que un pueblo en su carrera humana
|
85 | | | de la austera virtud deja el camino, | | | | del registro
en que fiel sus faltas lleva, | | | | dobla el cielo la hoja,
y cuenta nueva. | | |
|
| »¿Quién
tanto Franco en agresión aleve | | | | a las orillas del
Jordán convoca? |
90 | | | Volved atrás, ¡idólatras!
no debe | | | | ver la virtud superstición tan loca. | | | | De los reyes y príncipes la plebe | | | | sólo,
cual vulgo vil, cree en lo que toca. | | | | ¿Va indiscreta a
enseñar vuestra osadía |
95 | | | el camino de Europa
a la Turquía? | | |
|
| »¿Os
llevó Dios a Siria, cual llevaba | | | | al Asia a Omar
de expoliaciones rico? | | | | Emisario del cielo se juzgaba
| | | | el África talando Genserico. |
100 | | | Que lo impelía
Dios también pensaba | | | | cuando, asolando el bárbaro
Alarico, | | | | le preguntó la Europa desvalida: | | | | -¿Qué
nos dejáis? -Y él contestó: -La vida.
| | |
|
| »Nunca es adepto del Divino-humano
|
105 | | | quien, en su nombre, bárbaro extermina. | | | | Cuando
se aja a este Dios, alza la mano, | | | | bendice, y rayos de
perdón fulmina. | | | | Al mundo en escisión proclama
hermano. | | | | Práctica del amor es su doctrina. |
110 | | | Por él en cualquier tiempo y donde quiera | | | | espera
con razón todo el que espera.» | | |
|
| Así
el eterno Oriente diseñando, | | | | de donde el genio
con la luz se vino, | | | | fue el celeste congreso, y continuando,
|
115 | | | hacia la Europa apresuró el camino. | | | | La virtud
prosiguió: «Seguid pasando, | | | | los grandes emisarios
del destino, | | | | a quienes queda de su inmensa gloria | | | | el
fantasma del goce, la memoria. |
120 | |
|
| »La
Rusia allí, que su cerviz levanta | | | | de entre la alfombra
de la nieve fría | | | | para llevar su entumecida planta
| | | | fastidiada del Norte al Mediodía. | | | | Saludad a
Moscou, la ciudad santa, |
125 | | | que cual blandón ha
de incendiar un día | | | | de los cosacos la salvaje tropa,
| | | | para alumbrar la libertad de Europa. | | |
|
| »¡Lázaro
triste de la raza humana! | | | | ¡Glacial Italia! ¡Tan leal como
eres, |
130 | | | desdichado Esclavón, serás mañana
| | | | pobre José vendido a mercaderes! | | | | Cual Cid, aun
muerto, de tu sombra vana | | | | tus contrarios huirán
como mujeres, | | | | y no tendrán tranquilizado el pecho
|
135 | | | a no verte ¡infeliz! pedazos hecho. | | |
|
| »¡Hijo
del mundo, Macedón guerrero! | | | | tú y tus iguales
de inviolable estrella, | | | | para dar campo a vuestro numen
fiero | | | | alzáis al mundo en paz falsa querella. |
140 | | | ¡Héroes, cometas de fatal agüero! | | | | dejáis
de sangre una indeleble huella, | | | | y talaréis al fin
rama tras rama | | | | el gran plantel que humanidad se llama.
| | |
|
| »¿Cuál razón
tu glorioso vandalismo |
145 | | | habrá ante Dios que a
disculparte baste? | | | | ¿En el Asia tal vez con heroísmo
| | | | a Salamina y Maratón vengaste? | | | | ¡Horror! Desde
que en fama y despotismo | | | | impregnada la atmósfera
dejaste, |
150 | | | febrífugo se lanza a la victoria | | | | envenenando el mundo con tu gloria. | | |
|
| »De
ti, Stambul, la juventud se aleja; | | | | débil cual niña,
como vieja vana, | | | | decrépita al nacer Roma te deja;
|
155 | | | la Turquía después te engendra anciana.
| | | | Eterna joven y perpetua vieja, | | | | hoy eres vieja como
ayer; mañana, | | | | rompiendo tus fronteras que ya sitia,
| | | | vieja también te engendrará la Escitia.
|
160 | |
|
—531→
|
| »¡El turco! no hay quien
a luchar osado | | | | en honor de sus bárbaros se apreste;
| | | | su término en Lepanto está marcado, | | | | antes
que a Europa su lascivia infeste. | | | | Será de nuevo
al Turkestán lanzado, |
165 | | | para ejercer entre ignorancia
y peste | | | | la esclavitud con indeleble infamia, | | | | con deshonor
sin fin la poligamia. | | |
|
| »¡Adiós,
Grecia! tus fábulas extrañas | | | | las más
dichosas son que se han forjado: |
170 | | | grandes fueron, muy
grandes, tus hazañas, | | | | mas ¡cuánto la bondad
te ha calumniado! | | | | Esparta, la de madres sin entrañas;
| | | | Atenas, la que a Aspasias ha admirado; | | | | quedaos ahí
con vuestra falsa gloria |
175 | | | volviendo a ser el sueño
de la historia. | | |
|
| »Dios por
su Dios, sus hábitos por leyes, | | | | su fe y candor
por únicos honores, | | | | la Alemania ayer bárbara,
sus greyes | | | | en plantel convirtió de emperadores.
|
180 | | | Dando cartas de príncipes y reyes | | | | a un oscuro
aluvión de sus pastores, | | | | respirando rencor su genio
un día | | | | vino a matar al mundo que moría.
| | |
|
| »La valiente Alemania ha despertado
|
185 | | | contra Roma del mundo el patriotismo: | | | | enérgico
Samsón que ha derribado | | | | el templo universal del
paganismo. | | | | Este fiero Samsón ya lo ha enervado,
| | | | Dalila de su fuerza, el cristianismo; |
190 | | | hoy preso
y ciego su vigor condensa | | | | en pensar y sufrir, muerto que
piensa. | | |
|
| »Ven, Guttemberg;
tú que en metal vaciaste | | | | nuestra mente, estatuario
de la ciencia; | | | | y que alas, nuevo Dédalo, engarzaste
|
195 | | | a tu hija en prisión, la inteligencia. | | | | Tú
los diluvios que vendrán secaste: | | | | de bárbaros
y de aguas la afluencia | | | | ya el mundo no ahogará,
pues es tu invento | | | | el arca de Noé del pensamiento.
|
200 | |
|
| »Rompiendo Schwartz la
espada a los tiranos, | | | | erigió una igualdad nunca
vista antes. | | | | Al inflamar la pólvora sus manos,
| | | | tornó en polvo el acero y los diamantes. | | | | Él
los gigantes convirtió en enanos, |
205 | | | y alzando
los enanos a gigantes, | | | | hoy dispensa la vida o da la muerte,
| | | | tan poderoso el débil como el fuerte. | | |
|
| »¡Capua del mundo! ¡Tierra de alegría!
| | | | Legataria nación de aventureros: |
210 | | | son tus
ciudades, reinos algún día, | | | | de las hordas
del Norte invernaderos. | | | | ¡Pobre madre de expósitos,
que cría | | | | los hijos de su amor como a extranjeros!
| | | | Genoveses, Venetos, Sicilianos... |
215 | | | ¡Oh, Italia! ¿dónde
están los Italianos? | | |
|
| »¡Nápoles!
ninfa de la mar salida, | | | | en agua envuelto el pie, la frente
en lava. | | | | ¡Génova! la de historia esclarecida,
| | | | plebeya reina ayer, y hoy reina esclava. |
220 | | | ¡Gloria
a Venecia! la ciudad nacida | | | | de un mandoble de Atila, el
que asolaba. | | | | ¡Florencia! emporio de artes liberales,
| | | | bazar de bagatelas inmortales. | | |
|
| »Con
la brújula se honra Pasitano, |
225 | | | del grande Flavio
cuna y mauseolo; | | | | con ella a un leve revolver de mano
| | | | un polo colocó del otro polo. | | | | Con esa negra luz
el nauta ufano | | | | cruza seguro el mar, perdido y solo;
|
230 | | | que es su aguja en la noche más sombría
| | | | el índice de Dios que al hombre guía. | | |
|
| »¡Roma infeliz! hoy sierva, antes
señora; | | | | perpetua en todo, eterna es tu agonía.
| | | | ¿No es verdad, inmortal conquistadora, |
235 | | | que es un
tormento atroz la tiranía? | | | | Sufre tú en ley
de Dios, sufre tú ahora | | | | todas las penas que causaste
un día, | | | | por un hado al servir, cual tú,
perverso, | | | | de eterna expiación al universo. |
240 | |
|
| »¡Caer! Tal es la inevitable
suerte | | | | de todo pueblo altivo o miserable, | | | | que desprecia
por débil o por fuerte | | | | el genio humilde y la virtud
amable. | | | | Siempre así fue y será. Porque la
muerte |
245 | | | de un justo Dios, ministro inexorable, | | | | castiga
de su ley las transgresiones | | | | volviendo al orden pueblos
y naciones. | | |
|
| »Ved de la Europa
el mirador alzado | | | | adonde en busca de solaz asiste |
250 | | | ya el triste por la patria, el expatriado; | | | | ya el expatriado
del placer, el triste. | | | | De los libres la Helvecia es el
dechado: | | | | lo grande en lo sencillo allí preexiste:
| | | | de su verdor y su inocencia irradia |
255 | | | la pura luz
de la ideal Arcadia.
| | |
|
—532→
|
| »Ved
la Francia, Amadís de las naciones, | | | | que el tipo-rey
del Ateniense encierra, | | | | culto en su hablar, gentil en
sus acciones, | | | | tierno en la paz, heroico en la guerra.
|
260 | | | Dueño de los humanos corazones | | | | cual general
Demóstenes, la tierra | | | | de polo a polo, a su pesar
absorta, | | | | su lengua escucha que el infierno aborta. | | |
|
| »Pueblo francés, gentil
aventurero; |
265 | | | corazón de la Europa siempre ardiente;
| | | | seco después, si arrollador primero, | | | | tu genio
es la avenida de un torrente. | | | | Hijo pródigo en sangre,
el orbe entero, | | | | de tu ardor juvenil padre indulgente,
|
270 | | | siempre tus faltas a olvidar se allana, | | | | ¡buen Benjamín
de la familia humana! | | |
|
| »Limosnero
de tronos, genio aciago, | | | | de un gran siglo sangriento meteoro;
| | | | sólo sabrás en tu glorioso estrago |
275 | | | verter la sangre y derramar el oro. | | | | ¿Qué libertad
darás al mundo en pago | | | | de tanta mortandad y tanto
lloro? | | | | No dejarle más cauce al pensamiento | | | | que
el cauce estrecho de tu pobre aliento. |
280 | |
|
| »¡Fidias
de reyes! las estatuas reales | | | | que hará el buril
de tu invencible espada, | | | | mostrarán en sus rostros
las señales | | | | de su alcurnia vulgar del polvo alzada.
| | | | Miradlas cuál ostentan sus modales |
285 | | | servil
grandeza, genio su mirada, | | | | nobleza el rostro, el corazón
perfidias... | | | | ¡Bustos indignos de tan grande Fidias! | | |
|
| »Nave anclada por Dios eternamente,
| | | | tus cables hacen de la mar un lago. |
290 | | | Codiciosa Sidón,
Roma potente, | | | | Tiro suntuosa, suspicaz Cartago; | | | | del
mundo santabárbara, tu mente | | | | de la tierra será
gloria y estrago, | | | | pues si Dios comprimiese tu energía
|
295 | | | un orbe de diamante volaría. | | |
|
| »Pueblo
heroico sin fin, de héroes no honrado, | | | | Atenas espartana,
Albión sombría, | | | | rey-pueblo, en cuya historia
han encarnado | | | | cien verdugos su vil genealogía;
|
300 | | | témpano desde el polo desgajado | | | | para aplastar
al débil Mediodía; | | | | plaza que el mar defiende
y que bloquea, | | | | de exterminio y de luz futura tea. | | |
|
| »Patria del Cid; del continente llave;
|
305 | | | valle feraz y estéril ventisquero; | | | | pueblo
infanzón, pundonoroso y grave; | | | | de la tierra hijodalgo
caballero, | | | | para tus reyes en su frágil nave | | | |
va a remolcar Colón un mundo entero. |
310 | | | Desde hoy
será con infinita gloria | | | | sarcasmo de la fábula
tu historia. | | |
|
| »Allí
Numancia en inextinta hoguera | | | | cayó vencida, sí,
mas no humillada. | | | | ¡El Thibet español, Castilla
fiera! |
315 | | | Mirad la Troya occidental, ¡Granada! | | | | ¡Zaragoza!
Numancia venidera. | | | | Sagunto por sus manos incendiada,
| | | | por no verter como cautiva llanto... | | | | ¡Jamás tu
aliada Roma hizo otro tanto! |
320 | |
|
| »Saludad
a la reina de Castilla, | | | | pasmo y honor de la española
gente: | | | | será tu luz ¡oh sol! que inmensa brilla
| | | | la antorcha de su imperio solamente. | | | | De cuantos son
y fueron maravilla: |
325 | | | buena, osada, severa e inteligente,
| | | | nunca un alma ostentó más soberana | | | | en
su vida inmortal la raza humana.» | | |
|
| Viendo
la reina de Castilla enfrente, | | | | las tres virtudes desde
el sol bajando, |
330 | | | una tras otra su espaciosa frente
| | | | fueron gentiles con amor besando. | | | | Y una tras otra alternativamente,
| | | | cual un ensueño ante su faz pasando, | | | | murmuró
-amiga -la ESPERANZA ufana, |
335 | | | -hija -la FE, la CARIDAD
-hermana.- | | |
|
| Y por primera vez
el sol brillando, | | | | la América hizo ver en tal momento.
| | | | ¡Oh placer! ya sabremos en llegando, | | | | si al gran Colón
lo asesinó el contento. |
340 | | | La ESPERANZA después
prosigue hablando, | | | | y dirige hacia esa África el
acento, | | | | donde es perpetuamente, o una dolencia, | | | | o un
eterno bostezo la existencia: | | |
|
| «¡Salud,
patria de Aníbal! Te ha perdido |
345 | | | tu balance final,
rico avariento. | | | | En tus largas empresas siempre ha sido
| | | | más grande la verdad que el fingimiento. | | | | Di,
si no tú, fiel y valiente Dido, | | | | cuánto más
bella es tu virtud, que el cuento |
350 | | | en que Virgilio al
calumniar tu historia | | | | de tu ultra-castidad nubló
la gloria.
| | |
|
—533→
|
| »Dejemos que el
Egipto, India africana, | | | | con gloria sus pirámides
ostente, | | | | ¿Quién las ha alzado? -¡Oh vanidad humana!
|
355 | | | Ni el nombre de su autor guarda esa gente. | | | | Momia
nación, ya turca, ya pagana, | | | | ¿cuándo eres
grande tú? Cuando a tu frente | | | | conquistan en tu
nombre algún trofeo | | | | Sesostris, Faraón o
Tolomeo. |
360 | |
|
| »A Cleopatra ved,
libidinosa | | | | sus gracias al poder vendiendo impura, | | | | Venus-verdad,
tan fatalmente hermosa | | | | que aun muerta nos fascina su hermosura.
| | | | ¡Oprobio a tu impudicia cenagosa! |
365 | | | ¡Gloria a tu orgullo
que borrar procura | | | | aunque frágil mujer, cual hombre
fuerte, | | | | tu innoble vida con tu noble muerte! | | |
|
| »Ruin herencia de Cham, madre de penas;
| | | | feraz en monstruos y en virtud agreste; |
370 | | | tierra de
cal, mercado de cadenas, | | | | foco escogido del rencor celeste;
| | | | ¿siempre ¡África! han de ser de tus arenas | | | | solariegos
el crimen y la peste? | | | | ¿Nunca el genio ha de hollar tu
suelo inmundo, |
375 | | | vil arrabal de la ciudad del mundo?»
| | |
|
| La ESPERANZA siguió:
«¡Cuál reverbera | | | | el Atlántico mar, metal
fundido | | | | que algún artista, como Dios, espera | | | | en el álveo del globo contenido! |
380 | | | Tal vez cuando
al llegar su hora postrera | | | | el mundo actual se anule envejecido,
| | | | del mar, petrificadas las corrientes, | | | | brotarán
los futuros continentes. | | |
|
| »¡El
mar, el mar! Ved a Colón rasgando |
385 | | | de sus abismos
los tupidos velos, | | | | las columnas y montes derribando | | | | que el arco sostenían de los cielos. | | | | ¡Salud al
gran Colón, que triturando | | | | columnas de cristal,
montes de hielos, |
390 | | | a pueblos mil de un inmortal destino
| | | | liquidando la mar abre el camino! | | |
|
| »¡El
mar, el mar! del universo puente, | | | | que la unidad del globo
tuvo rota; | | | | campo que nunca limitó la mente, |
395 | | | y que hoy el brazo de Colón acota. | | | | Ya si aspira,
sumerge un continente; | | | | ya su aliento al lanzar, mil islas
brota. | | | | De quien fuiste terror serás fortuna, | | | | ¡tumba de mundos y de mundos cuna! |
400 | |
|
| »Mientras
la Europa a descansar se sienta, | | | | cual blanca Venus de
la mar saliendo, | | | | la nunca vista América se ostenta
| | | | hacia el camino de la luz corriendo. | | | | Por ella, de lo
antiguo con la afrenta, |
405 | | | el agua con el fuego enrareciendo,
| | | | no ha de cruzar el mar piloto alguno | | | | que no sea más
dios que el dios Neptuno. | | |
|
| »¡Patria
del sol! Hoy desde sombra vana | | | | el jardín vas a
ser de lo creado, |
410 | | | nacido de la mente soberana, | | | | de
ese Adán sin ventura y sin pecado. | | | | Gloria al que
en ti debe romper mañana | | | | la espada con que Júpiter
airado | | | | al tártaro lanzó tras mil afanes
|
415 | | | la descendencia real de los Titanes.» | | |
|
|
Saludando también desde su altura
| | | | la CARIDAD la tierra americana: | | | | «¡Salve! -prorrumpe-,
raza sin ventura, | | | | tímido Abel de la hermandad humana.
|
420 | | | Alza tu frente al sol de la cultura, | | | | de entre el
mar que tu espíritu empantana, | | | | ya tu placer cantando,
ya tu pena | | | | en la lengua inmortal de Juan de Mena. | | |
|
| »Hijos del sol, de Dios siempre olvidados,
|
425 | | | en eterna ignorancia embrutecidos, | | | | seréis
de vuestros bosques arrancados | | | | a la vez ilustrados y nacidos.
| | | | Ejemplos de valor nunca igualados, | | | | modelos de primor
siempre sentidos, |
430 | | | sobre vos echarán a manos
llenas | | | | la ruda Esparta y la gentil Atenas. | | |
|
| »De la vida en el áspero camino
| | | | de flores sembrarán vuestro sendero, | | | | ora la
gloria del saber latino, |
435 | | | ora de Dios el culto verdadero.
| | | | La razón de Platón, siempre divino; | | | | la
idealidad del inmortal Homero: | | | | la ternura del cisne Mantüano,
| | | | el más sensible corazón humano. |
440 | |
|
| »Vuestra hez de ministros sanguinaria,
| | | | que a devorar cadáveres se atreven, | | | | los honrarán
con pompa funeraria, | | | | que a los muertos honrar los vivos
deben. | | | | Y aquellos que entre vos sangre contraria |
445 | | | de sus contrarios en el cráneo beben, | | | | el Chipre,
exentos de indomable furia, | | | | en ricos vasos beberán
de Etruria.
| | |
|
—534→
|
| »¿Dónde
están los que a un templo dedicados | | | | en Méjico,
cual turba de corderos, |
450 | | | sesenta mil cayeron degollados
| | | | ante los pies de vuestros dioses fieros? | | | | No les valió
en su afán a los cuitados | | | | la santa inmunidad de
prisioneros; | | | | así juntando en amalgama impía, |
455 | | | con la vil crueldad, la cobardía. | | |
|
| »El Dios que os impondrá nuestra
milicia, | | | | en virtud ha erigido la paciencia; | | | | mayor que
su rigor es su justicia; | | | | mayor que su justicia es su clemencia.
|
460 | | | Por él, arrepentida la malicia, | | | | hermana vuelve
a ser de la inocencia. | | | | ¡Un Dios que sólo al sacrificio
atiende! | | | | ¡Un Dios que de la ofensa no se ofende!» | | |
|
| Calló la CARIDAD. Y a un sol
brillante |
465 | | | Colón la tierra con placer mirando,
| | | | sellar en ella el pie quiere arrogante | | | | en nombre de
Isabel y de Fernando. | | | | Cambia el mundo de faz, y en el
instante | | | | del sistema solar la ley trocando, |
470 | | | así
dijo la FE, por Dios enviada, | | | | entre el sol y la tierra
colocada: | | |
|
| -Párate,
-dijo-, ¡oh sol! alto aquí haciendo, | | | | queda por
siempre tu misión cumplida; | | | | a cuanto ves desde
hoy darás luciendo, |
475 | | | muerto e inmóvil,
movimiento y vida. | | | | Serviste ayer la idolatría huyendo,
| | | | y en perpetuo castigo de tu huida | | | | te condena a estar
fijo eternamente, | | | | por falso dios el Dios omnipotente!-
|
480 | |
|
| Y añadió
vuelta hacia el opuesto lado: | | | | -Y tú, globo terráqueo,
Prometeo | | | | a un invisible Cáucaso aherrojado | | | | por
la fuerza mental de Tolomeo, | | | | el Hércules Colón,
tan esforzado |
485 | | | que engendra un continente de un deseo,
| | | | de tu eterna prisión librarte anhela, | | | | rompe
tus hierros, cerca el sol, y vuela.- | | |
|
| Era
el momento aquel en que mandando | | | | armar los botes, salta,
e iza triunfante |
490 | | | el pendón de Isabel y de Fernando,
| | | | vestido de escarlata el Almirante. | | | | Van en tropel los
botes asaltando. | | | | Bogan... Ya llegan... Dentro de un instante
| | | | de la ENVIDIA fatal pese a la guerra, |
495 | | | sin morir
de placer pisarán tierra. | | |
|
| Y
bogan más... Llegaron. En el acto | | | | Colón
la enseña de Castilla abarca, | | | | y el Nuevo Mundo,
desde Adán intacto, | | | | grande el primero con sus plantas
marca. |
500 | | | La tierra, electrizada a su contacto, | | | | se
estremeció en el éter, como barca | | | | que asalta
el pescador, y ella intranquila, | | | | haciéndose a la
mar trémula oscila. | | |
|
| Y
suelta ya, de libertad avara, |
505 | | | mientras se fija el sol
levanta el vuelo, | | | | y a un tiempo así la humanidad
ve clara | | | | la verdad en la tierra y en el cielo. | | | | Y entre
tanto que el sol su curso para, | | | | de sus entrambos polos
roto el hielo, |
510 | | | la tierra, como fúlgido topacio,
| | | | libre en torno del sol cruza el espacio. | | |
|
|
Y contemplando al genio que en un día
| | | | de la tierra y del sol cambia el gobierno, | | | | la ENVIDIA,
la IGNORANCIA e IDOLATRÍA |
515 | | | tornáronse
espantadas al Infierno. | | | | La gente en tanto una oración
envía, | | | | hincada de rodillas, al Eterno. | | | | Vuélvense
a su mansión de bienandanza | | | | la FE, la CARIDAD y
la ESPERANZA. |
520 | |
|
| Fue entonces
cuando el orbe vio espantado | | | | rodear el globo al cetro
de Castilla, | | | | como un grano de arena abandonado | | | | que
en lo infinito del espacio brilla. | | | | Y entonces fue cuando
observó admirado |
525 | | | Copérnico, del Báltico
a la orilla, | | | | que un inmóvil poder al sol aferra,
| | | | y que en torno del sol gira la tierra. | | |
|