Selecciona una palabra y presiona la tecla d para obtener su definición.
 

41

Es muy conocida la queja de Lope en la dedicatoria de La Arcadia a Gregorio López Madera, en la Parte XIII (1620), en la que pide el destierro de los teatros de «unos hombres que viven, se sustentan, y visten de hurtar a los autores las comedias, diciendo que las toman de memoria de sólo oirlas», pero el perjuicio no va sólo a los autores, sino también a los ingenios que las escriben, «porque yo he hecho diligencia para saber de uno de estos, llamado el de la gran memoria, si era verdad que la tenía; y he hallado, leyendo sus traslados, que para un verso mío hay infinitos suyos, llenos de locuras, disparates e ignorancias». Véase el texto completo en CASE, Thomas E.: Las dedicatorias, pp. 54-56.

 

42

Véase MONTESINOS, J. F.: op. cit., p. 137, nota. Probablemente era costumbre desde muy temprano recortar la extensión de las obras, como se demuestra con un manuscrito fechado en 1600 de La sangre real de los montañeses de Navarra, del canónigo Tárrega, que pierde más de ochocientos versos, según lo expone CANET VALLÉS, José Luis: «Las comedias manuscritas anónimas o de posibles 'autores de comedias' como fuente documental para la reconstrucción del hecho teatral en el periodo áureo», Teatros y vida teatral en el Siglo de Oro a través de las fuentes documentales, ed. L. GARCÍA LORENZO y J. E. VAREY, London, Tamesis Books, 1991, pp. 273-283.

 

43

Véase GARCÍA SORIANO, Justo: «Prólogo» a Lope de Vega, Obras, Nueva Academia, op. cit., p. 37; y GRISWOLD MORLEY, S.- BRUERTON, Courtney: Cronología de las comedias de Lope de Vega, Madrid, Gredos, 1968, p. 91.

 

44

SAN ROMÁN, Francisco, de B.: op. cit., p. 78. Si un autor quería representar de nuevo una obra que había vendido, tenía que volver a comprarla. En efecto, Heredia recuperó una de las comedias vendidas en enero de 1603, en concreto El señor don Juan de Austria en Flandes, de Alonso Remón (aunque se atribuyó luego a Lope, y MENÉNDEZ PELAYO la incluyó en el vol. XII de su edición) y la representó en agosto de 1604 en Getafe (véase PÉREZ PASTOR, Cristóbal: Nuevos datos, cit., p. 354). Cabría pensar que se hubiera quedado fraudulentamente con copia y la aprovechara para representar; sabemos que no fue así, porque en agosto de 1605 Heredia vuelve a comprar la misma comedia, en unión de otras tres (sin duda, porque había vuelto a venderla), a Bartolomé de Villacorta, con el que concierta que dos de las obras, una de las cuales es precisamente nuestro Don Juan de Austria en Flandes, pueda hacerlas Villacorta en ciertos lugares y no en otros, con lo que se reparten el territorio; en todo caso el documento precisa que el vendedor está haciendo «traslado de cada una de estas dos comedias para él solo [...] y ansi mesmo que el dicho Bartolomé de Villacorta no pueda dar traslado de las dichas comedias a persona alguna» (PÉREZ PASTOR, Cristóbal: «Nuevos datos acerca del histrionismo español en los siglos XVI y XVII (Segunda serie)», Bulletin Hispanique, 9 (1907) p. 372; véase sobre esa obra GRISWOLD MORLEY, A. S. y BRUERTON, C: Cronología, op. cit., pp. 451-452). Por eso era tan delicado que un actor cambiase de compañía, pues podía llevar en su memoria el texto de varias comedias, o sustraer una copia fraudulenta; para evitarlo existían fórmulas contractuales, como las que aparecen en un documento de 1606, cuando Juan de Ribera Vergara deja la compañía de Alonso de Riquelme y se obliga «a que no dará las dichas comedias ni ninguna dellas ni conpondra las historias ni traças dellas ni de otras ningunas que ha visto o viere hacer en la conpañia del dicho Alonso Riquelme de aquí adelante, ni las dará a ninguna persona por interés ni fuera del, ansi autores como a otras personas», bajo pena de sanción económica (Ibidem, p. 124).

 

45

SAN ROMÁN, Francisco de B.: op. cit., p. 75.

 

46

Citado en CALDERÓN DE LA BARCA, Pedro: Obras, ed. J. E. HARTZENBUSCH, BAE, vol. VII, pp. XL-XLI; las cursivas son añadidas.

 

47

Véase PROFETI, Maria Grazia: La collezione «Diferentes Autores», op. cit., p. 35; La primera versión de La vida es sueño, de Calderón, ed. J. M. RUANO DE LA HAZA, Liverpool, Liverpool University Press, 1992, p. 90, y CRUICKSHANK, Don W.: «Los textos de Calderón», Ínsula, 644-645 (agosto-septiembre 2000), pp. 33-35.

 

48

Dice RUANO en su edición de Pedro CALDERÓN DE LA BARCA: La vida es sueño, Madrid, Castalia, 1994, p. 12: «Es de suponer, pues, que Calderón consiguiera un ejemplar impreso de una edición temprana de la primera versión» y que sobre él hiciera su revisión, «escribiendo, como él solía, los pasajes más largos en trozos sueltos de papel, que luego adhería al texto impreso utilizado».

 

49

Véase el artículo de RUANO, Criticón, 72, ya citado.

 

50

DE PAREDES, Alonso Víctor: Institvción y origen del arte de la imprenta y reglas generales para los componedores, ed. J. Moll, Madrid, El Crotalón (1984), fol. 36r.