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1

Véase el apartado «San Juan de la Cruz y la crítica», que incluyo en el «Prólogo» a san Juan de la Cruz, Cántico espiritual y Poesía completa (Elia y Mancho CV-CXIX).

 

2

«Ni aun mi principal intento -escribe san Juan- es hablar con todos, sino con algunas personas de nuestra sagrada Religión de los primitivos del Monte Carmelo» (Subida Prólogo 9). Las citas las hacemos a partir de Crisógono de Jesús y Lucinio Ruano, Vida y obras de San Juan de la Cruz. Las siglas utilizadas son las habituales en la crítica sanjuanista. (Para los que no estén familiarizados, se reproduce el significado de las siglas empleadas en este artículo, en el apartado de «Referencias». En los casos en que aparece el número antes de la sigla del texto referido, se trata del número del libro, como en (1S 11, 5), (2N 18, 2) N. del E.). Las referencias de los poemas pueden completarse en <http://cvc.cervantes.es/obref/sanjuan/de-fault.htm>, página web dedicada a san Juan de la Cruz, elaborada por Mancho Duque, que ofrece el Centro Virtual del Instituto Cervantes.

 

3

Énfasis mío. En adelante, salvo observación contraria, las cursivas en las citas de san Juan de la Cruz son mías.

 

4

Cf. Mancho, «Acerca de la extrañez sanjuanista».

 

5

Cassirer define la «forma simbólica» como «toda energía de espíritu en cuya virtud un contenido espiritual de significado es vinculado a un signo sensible concreto y le es atribuido interiormente. En este sentido, el mundo mítico religioso y el arte se nos presentan como otras tantas formas simbólicas particulares» (Cassirer 70). Por tanto, una de las características esenciales del símbolo es su capacidad de representar nociones abstractas, espirituales, mediante elementos materiales que funcionan como signos. Esta capacidad de sobrepasar lo meramente sensible es una característica de la actividad humana, creadora de un universo distinto al físico, el universo simbólico, de carácter eminentemente cultural.

 

6

«Il n'y a pas d'abord une expérience consciente, puis un effort de traduction symbolique. A celui qui possède la culture et la technique d'expression, c'est le symbole qui donne de réaliser consciemment l'expérience» (Lucien Marie de Saint Joseph 37).

 

7

En los verdaderos símbolos, «la réalité symbolisée dans le symbole n'est donnée ni avant ni après le symbole, mais en même temps, dans une saisie unique et totale de l'esprit» (Lucien Marie de Saint Joseph 37).

 

8

La ambivalencia del símbolo, en tanto que carácter dicotómico propio, le permite englobar y subsumir entidades antinómicas: lo concreto y lo abstracto, lo material y lo espiritual, lo intuitivo y lo conceptual, lo subjetivo de la expresión y lo objetivo de la significación, etc., etc.

 

9

A diferencia de santa Teresa, que utiliza siempre la primera persona y describe minuciosamente sus vivencias, san Juan de la Cruz diluye los rasgos identificadores del discurso, de manera que, aunque se deduce que describe fenómenos experimentados por él mismo, lo tratado adquiere validez y alcance generales.

 

10

«Toda vía propiamente mística, ya abierta a la iluminación y a la unión, tiene por estado inicial y constitutivo la salida, es decir, el éxtasis [...]. El proceso místico es siempre de naturaleza extática; la salida condiciona, en ese sentido la unión [...]. La salida o éxtasis, elemento desencadenante y constitutivo de toda experiencia mística, es un proceso de descondicionamiento del alma en el que ésta va reduciéndose a su solo centro» (Valente 14-16).